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12 de noviembre de 2022

Breve historia del primer conde de Malladas, el bejarano José Díaz-Agero (2ª Parte y final)

        Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto

        Publicado: Béjar en Madrid.

        La calle de las Armas, como ya hemos recalcado en otras ocasiones, era desde la Edad Media la calle hidalga por excelencia; en su manzana meridional parece que se forjaron algunas de las características más particulares de la arquitectura civil bejarana con su apertura diáfana hacia el paisaje y la presencia contigua junto a cada edificio de generosos huertos y jardines. Hacia mediados del siglo XIX la calle conservaba todavía parte de ese pedigrí noble. 

 Calle de las Armas de Béjar engalanada para el Corpus. Foto i Béjar

        En su zona central vivía la familia de nuestro protagonista, el Conde de Malladas, y, pared con pared, tenía una de sus casas el conde de las Navas[1]. Desde esta calle histórica, hoy apartada del mundo, a la representación política nacional y a la adquisición de la nobleza median en José Díaz-Agero unos años de ejercicio apasionante del oportunismo comprador y de la estrategia política. Es la época del afianzamiento de una nueva clase social, la burguesía terrateniente y agraria, en la que el oficio que constaba tenían muchos de los mayores hacendados era simplemente el de “propietarios”, un grupo social pasivo y absentista que se afanaba en la búsqueda de los mayores beneficios. La política vendría luego por inercia.

1 de febrero de 2018

El atentado de la calle del Desengaño (1843). El general Narváez y Béjar (2ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid nª 4.765 (18/11/2016), p. 6.


         Después del atentado perpetrado en la calle del Desengaño de Madrid la noche del 6 de noviembre de 1843 contra la cabeza del partido moderado, el general Ramón María de Narváez, del que salió milagrosamente ileso, el Ayuntamiento de Béjar le dirigió una larga carta de sentimiento, como hemos visto en el número anterior. Y si pensábamos que la misiva acabaría amontonada y olvidada entre rimeros de papeles en el despacho de cualquier secretario, como suele ser habitual en tales casos, nos equivocamos.

        Con fecha 11 de diciembre de 1843 el Consistorio pudo leer en público el acuse de recibo a tan sentida carta de sentimiento.

El general Narváez por Vicente López Portaña

        “Capitanía General del Primer Distrito Militar
      Los votos y nobles sentimientos que esa Corporacion Municipal se sirvió a dirigirme en 20 de Noviembre con ocasión del atentado cometido contra mi existencia, son tanto mas apreciables para mi cuanto que emanan de los representantes de un Pueblo Benemerito a quien todas epocas debi pruebas irrecusables de generosa adhesion y simpatía. Tal circunstancia realza mas y mas el convencimiento de su sinceridad. Aquel hecho horroroso, indigno de pechos Españoles, era sin duda el primer paso de nuevas desventuras para el Pais. La paz, el orden publico, las instituciones, el trono mismo, era tal vez el blanco de aquellos alevosos tiros. La Providencia, empero, protegio objetos tan queridos dando asi un nuevo tiempo a los leales.
      Yo me congratulo por lo mismo con ese Ayuntamiento Constitucional y agradecido a sus bondades y a las distinciones que siembre a Béjar mereci, les ruego que reciba esta espresion sencilla de mis sentimientos y acepten la seguridad de mi afectuosa gratitud.
          Dios guarde a VVSS muchos años.
Madrid, 11 de Diciembre de 1843
Ramón Mª Narvaez (rubricado)”.

23 de enero de 2017

Gabriel Herrera, un rector de la universidad de Salamanca nacido en Béjar (3ª parte y final)


Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2015, pp. 64-69.
    
      Gabriel Herrera cobraba por aquellas fechas la nada desdeñable suma de 6.000 reales anuales de sueldo a los que se añadirían las cuantías como rector de la Universidad de Salamanca desde 1846. En efecto, una vez que la reina Isabel II alcanzó la mayoría de edad, el régimen se agarró a la tabla de salvación de los liberales moderados a la vez que las carreras políticas de Herrera y Sánchez Ocaña se ven catapultadas. Tras el breve mandato del rector accidental Mariano Herrero[1], cuñado de José Sánchez Ocaña, Gabriel Herrera ocupa el rectorado de la universidad salmantina, concluidas sus labores como diputado y fiscal del Consejo Real. Es muy posible que en tales manejos se vislumbre la sombra alargada del futuro ministro de Hacienda Sánchez Ocaña planeando por encima de los designios de la política salmantina, en un ejemplo claro de nepotismo favorecedor de familiares y amigos. El Real Decreto de 3 de junio reza así: 

 Patio y fachada principal de las Escuelas Mayores 
Salamanca. Foto sacada de aquí

        Su Majestad se ha dignado expedir con fecha de 3 del corriente el Real Decreto que sigue:
          Atendiendo a los méritos particulares, circunstancias de don Gabriel Herrera, magistrado de la Audiencia de Zaragoza, vengo en nombrarle rector de la universidad de Salamanca.
      Lo que traslado a VE de orden de SM para los efectos correspondientes.
Dios guarde a VE muchos años
       Madrid, 5 de junio de 1846- Pidal-Sr. Presidente del Consejo de Instrucción Pública, dirigido por Javier de Quinto.
      Madrid, Imprenta de la viuda de Jordán e hijos, 1846.”

10 de marzo de 2015

Béjar: de villa a ciudad (1850) (3ª Parte y final)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2013, pp. 65-69.

La concesión


            El 27 de mayo de 1850 Isabel II firma en el Palacio Real de Madrid el Real Decreto por el cual Béjar pasaba de ser una villa perdida y casi anónima del sur de la provincia de Salamanca a una Ciudad del Reino


            El ministro de la Gobernación, José Luis Sartorius, envía una carta ese día a Sánchez Ocaña informándole de queS.M. la Reina (q.D.g.) se ha dignado espedir el Real Decreto siguiente= En consideración a los servicios prestados por la villa de Béjar durante la última guerra civil, y a las demás circunstancias que en la misma concurren, de conformidad con lo informado por el Consejo Real vengo en concederle el Título de Ciudad. Dado en Palacio a 27 de Mayo de 1850= está rubricado de la Real mano= el Ministro de la Gobernación del Reino, el conde de San Luis= de Real Orden lo traslado a V.S. para su inteligencia, la del Ayuntamiento de Béjar y demás efectos correspondientes= Dios g.a.V.S. muchos años. Madrid, 28 de mayo de 1850[1]”. 
  

   Isabel II

    La noticia, dado que Sánchez Ocaña había sido el principal interlocutor por su posición y amistad con Juan Bravo Murillo, debía pasar por sus manos antes que por las de nadie: el juego político no podía dejarse al libre albedrío. Todo estaba milimétricamente estudiado: la estrategia, el día, la persona. No descartamos que para que la solicitud llegase a aprobarse se hiciesen llegar bellos presentes a la reina, a los ministros, al propio Sánchez Ocaña, quien no veía la hora de comunicarlo para que se le recordase por los siglos, para que su villa de nacimiento pasase a ser esplendorosa ciudad gracias a su intervención

2 de marzo de 2015

Béjar: de villa a ciudad (1850) (2ª Parte)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2013, pp. 65-69.

El expediente


            ¿De quién partió la idea de solicitar el título de ciudad? En la sesión de 4 de enero de 1850[1] se dice que José Sánchez Ocaña ofreció “la probabilidad de conseguir de S.M. la real gracia de que esta noble, leal y antigua Villa reciba el dictado de Ciudad que merece su población y el renombre de su industria fabril de lanas” y la corporación aprueba la puesta en marcha del proyecto. ¿Es entonces casualidad que durante la década anterior se estén haciendo mejoras en la villa? Dadas las pistas que hemos ofrecido anteriormente creo que no. Es posible entonces que el sueño rondase en las cabezas de los hombres más preclaros de la población, sobre todo desde que la villa fabril se destacó en la defensa del trono en los hechos de 1838.

 Isabel II


            ¿Cuál era el procedimiento a seguir? Según los cauces oficiales se debía redactar un expediente al efecto, uno, y no dos como son los que se conservan el archivo municipal. El primero de ellos fue redactado probablemente en Béjar en pocos días, unos 18, por un buen conocedor de la Historia de Béjar que echa mano de un libro sobre nuestra industria textil del que extrae varios párrafos, en una práctica propia de los historiadores. Se envió entonces a Madrid, al despacho de Sánchez Ocaña, quien es posible que lo utilizase para hacer valer su proyecto en la corte mientras los cauces oficiales, sumamente lentos, se ponían en marcha y fue, en suma, el que firmó Isabel II. El segundo fue escrito por la Comisión nombrada al efecto por el ayuntamiento, llegando en abril a la Diputación Provincial de Salamanca –quien suponemos no le haría mucha gracia que Béjar obtuviera el título de ciudad, pues es precisamente en abril de ese año cuando el ayuntamiento pretendió unirse a la provincia de Ávila por la “prevención que existe en la capital de la Provincia contra este pueblo laborioso e industrial, tal vez por innoble emulación[2]- siguiendo el cauce establecido por la administración. Esta institución debía aprobarlo y elevarlo al ministerio, quien lo dio por bueno pero lo marginó con respecto al remitido a Sánchez Ocaña en enero

23 de febrero de 2015

Béjar: de villa a ciudad (1850) (1ª Parte)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2013, pp. 65-69.


        Mientras Béjar vive su puesta de sol, mientras el declive se muestra en su apogeo, mientras la industria textil cabecea en el duermevela de la agonía, mientras el comercio echa el cierre, mientras inclinamos la cabeza, no ante Salamanca, tocada y hundida, sino que rendimos pleitesía a Alemania, hubo un tiempo en que Béjar, sin necesidad de calles asfaltadas, autovías, luz eléctrica o altos edificios de ladrillo, solo gracias a su poderoso empuje fabril y por ser cuna de influyentes personajes, fue capaz de conseguir el título de Ciudad, una denominación que le venía grande por entonces pero a la que después se ajustó como un guante. 

 


           

     1850 fue un año marcado por grandes noticias. La villa, aún bajo la opresión señorial, se encontraba inmersa en la vorágine de la industrialización. Contaba con una población de 4.393 almas, se satisfacían impuestos al estado por valor de 170.000 reales[1], el negocio fabril marchaba a buen ritmo, las enhiestas chimeneas se alzaban hacia el cielo desafiantes, boqueando y vomitando el sudor de las máquinas, y el Manchester Castellano no daba abasto para alojar entre sus muros a inmigrantes deseosos de una vida mejor. La burguesía enriquecida, su dueña y señora, ansiaba dar un aire novedoso a la villa desprendiéndola de las características provincianas y rurales dominantes. Los esfuerzos no se debían limitar, empero, al quehacer diario del consistorio al contarse con la presencia perenne de un diputado en el Congreso de los Diputados, bien de carácter progresista, bien conservador, según los vaivenes caóticos de un gobierno que rolaba bien a los caprichos de una Isabel II siempre tendente al moderantismo o al progresismo gracias a presiones y golpes militares. La llave para que las voces de la burguesía bejarana se hiciesen oír se guardaba en el bolsillo de su representante en Madrid, siendo cierto también que otros personajes influyentes manejaban ocultos hilos para que los planes saliesen a pedir de boca.

15 de julio de 2014

Pequeña biografía de un Ministro de Hacienda nacido en Béjar: José Sánchez Ocaña (1798- 1887) (6ª Parte y final)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2012, pp. 53-59.


IV.        Ministro por dos veces (1858-1868)


            En 1855 José Sánchez Ocaña publica en Madrid, en la imprenta de Tejado, Reseña Histórica sobre el estado de la Hacienda y del Tesoro público en España durante la administración progresista y moderada [1], un compendio de los problemas de la deuda española y de sus posibles soluciones. Bravo Murillo dijo que «en el año 1855 publicó mi amigo el Sr. D. José Sánchez Ocaña la Reseña Histórica sobre el estado de la Hacienda y del Tesoro público en España durante la administración progresista y moderada, y en esa excelente producción se halla expuesta con exactitud y con entera verdad, al paso que con más extensión que las demás, la gestión de aquella administración económica, manifestando de una manera muy clara y perceptible sus resultados.»[2].

 General Narváez, líder del moderantismo

28 de junio de 2014

Pequeña biografía de un Ministro de Hacienda nacido en Béjar: José Sánchez Ocaña (1798- 1887) (5ª Parte)




Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2012, pp. 53-59.


IV. De veraneo con Bravo Murillo en tierras bejaranas (1853)


            En el verano de 1853, ocupando José Sánchez Ocaña su cargo habitual de Diputado por Salamanca [1], ocurre un suceso que es digno de ser mencionado por el revuelo que provocó en su momento. Don José, acompañado por don Juan Bravo Murillo (presidente del Consejo de Ministros hasta diciembre de 1852 y del Congreso de los Diputados en 1858, dos veces Ministro de Hacienda y una de Gracia y Justicia, conservador políticamente) y otros personajes de la Villa y Corte, visitan Béjar. Pero dejemos a Bravo Murillo que nos cuente sus impresiones sobre el viaje:  

Juan Bravo Murillo


            «Béjar: la travesía, que es de 16 a 19 leguas, se hizo a caballo hasta Piedrahíta, donde pernoctamos y nos visitó el Juez de ella; y las siete leguas desde aquel pueblo a Béjar, parte en una tartana y parte a caballo. En este último tramo, sabiéndose ya en los pueblos intermedios nuestra venida, salían los curas y Ayuntamientos, algunos de los concejales en mangas de camisa, pero todos con capas negras, a recibirnos. A dos leguas de Béjar, estaban ya Herrera (Gabriel Herrera, natural de Béjar y rector de la Universidad de Salamanca) sus más allegados parientes, una comisión del Ayuntamiento y otros personajes, todos los cuales con nosotros, hicieron el resto del camino en tres buenos coches de paseo, que a pesar de lo poco que se prestan las vías, que hay en ésta, poco hace villa, hoy ciudad por la intercesión de su celoso diputado don José Sánchez Ocaña.

23 de junio de 2014

Pequeña biografía de un Ministro de Hacienda nacido en Béjar: José Sánchez Ocaña (1798- 1887) (4ª Parte)




Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2012, pp. 53-59.

IV. Un regalo para los bejaranos (1850)


          En 1850, y en la cúspide de su carrera (era entonces Director General del Tesoro), José Sánchez Ocaña quiere hacer un regalo a Béjar, su ciudad de nacimiento. Dada su cercanía a la reina y siendo diputado por Salamanca, realiza las gestiones pertinentes para que se le otorgue el título de Ciudad. ¿Orgullo? ¿Vergüenza de que su lugar de origen sólo fuese una pequeña, aunque industriosa, villa al sur de Salamanca? 

 Plano de Béjar de Francisco Coello (1867). 
Extraído de wikipedia

            Una respuesta al dilema nos la ofrece el progresista Juan Muñoz Peña en su libro Béjar, reseña al vapor de sus hechos políticos pasados y presentes, 1868 [1]. Su opinión no tiene desperdicio y, aunque no se dan nombres, las pistas que nos ofrece se dirigen certeramente hacia Sánchez Ocaña y al poder que éste había ido acumulando por obra y gracia del sistema caciquil.  

16 de junio de 2014

Pequeña biografía de un Ministro de Hacienda nacido en Béjar: José Sánchez Ocaña (1798- 1887) (3ª Parte)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Fiestas y Ferias de Béjar, 2012, pp. 53-59.

III. La carrera hacia la cúspide y el problema de la deuda (1816- 1858)[1]


            Reinaba en los inicios de la actividad política de don José (hacia 1824) Fernando VII (1814-1833), el rey Deseado por ser la esperanza de los españoles ante la invasión francesa. La sangre de miles de ciudadanos fue derramada por su restitución y por la defensa de las libertades durante la Guerra de Independencia (1808- 1814), pero su regreso supuso el retorno del Antiguo Régimen, la supresión de las libertades tan difícilmente conseguidas y la persecución del espíritu constitucional. Sin embargo, las raíces del liberalismo habían crecido de tal manera que ya nada podría ser igual al tiempo anterior a la guerra. 

Mª Cristina de Borbón, madre de Isabel II y regente del reino

9 de junio de 2014

Pequeña biografía de un Ministro de Hacienda nacido en Béjar: José Sánchez Ocaña (1798- 1887) (2ª Parte)




Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 201, pp. 53-59.


II.      Un político se hace y se nace (1798- 1816)


            Nos es imprescindible adentrarnos un poco entre las ramas de su árbol genealógico para entender que la influencia familiar fue capital a la hora de perfilar la futura carrera de don José [1]. Nacido en Béjar el 16 de octubre de 1798 [2], era el tercer hijo del matrimonio formado por Andrés Sánchez de Ocaña y Bartolina López de Hontiveros y estaba llamado a ser el segundón de la familia al precederle Pedro, siendo el otro vástago hembra, Teresa. A José le seguirían Antonio, Manuel y Micaela, nacidos también en Béjar.

 
Jura de la constitución de 1812



            Su padre, Andrés Sánchez Ocaña (Béjar, 1767- Alba de Tormes, 1829), poseía los títulos de Abogado de los Reales Consejos y Fiscal del Consejo de Hacienda [3], lo que le permitía el acceso a los cargos consistoriales. El padre de Andrés, Manuel Sánchez de Ocaña (1743-1779), no pudo heredar el próspero negocio de paños de su padre al fallecer antes que su progenitor, Francisco Sánchez de Ocaña (1715-1783) [4]. Parte de la manufactura recayó en Andrés, el primogénito, quien cedió su administración a su hermano Máximo (Béjar, 1768) para dedicarse a la carrera política. Si Andrés tuvo la oportunidad de hacer carrera universitaria fue gracias a un padre y un abuelo enriquecidos por las manufacturas textiles. Así, en 1808, formó parte de la Junta Militar constituida en Béjar en ocasión del vacío de poder derivado del estallido de la Guerra de Independencia [5], aunque no permanecería en la villa mucho tiempo. Convocado en su cargo de diputado por la provincia de Salamanca [6] para asistir a las Cortes de Cádiz, abandonó Béjar para trasladarse en plena guerra al sur de España y defender el ideal absolutista [7].

2 de junio de 2014

Pequeña biografía de un Ministro de Hacienda nacido en Béjar: José Sánchez Ocaña (1798- 1887) (1ª Parte)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2012, pp. 53-59.




I.       Óleo sobre lienzo, tinta sobre papel. 



       Me acerqué sigilosamente, con el respeto debido a los muertos, a aquella tela pintada. Las pinceladas de pintura aplicadas meticulosamente por el pintor anónimo se me hicieron más evidentes y llegué a la conclusión de que percibiría mejor los rasgos del retratado distanciándome unos centímetros. La estrategia dio el resultado esperado: la silueta del personaje se me reveló en toda su plenitud, emergiendo de las sombras oscuras del fondo. El hombre estaba sentado en una silla de terciopelo rojo, pequeña para su estatura. La pose se podría denominar de clásica y era fácilmente rastreable en los retratos de Goya ejecutados medio siglo atrás, aunque, claro, el artista era de medio pelo y no había resuelto correctamente lo que se traía entre manos. La silla demasiado escorada, pequeña, emergía detrás de la figura de un modo quasi imposible; el personaje, sentado casi en el borde, poseía unas piernas un poco exiguas para concebirlas unidas al torso y una cabeza grande. La mano derecha descansaba sobre una mesa envuelta en terciopelo granate y mostraba un papel al espectador, y la izquierda se posaba en el reposabrazos del asiento. Ambas se hallaban cubiertas por guantes de un blanco impoluto. Sin embargo, no fue esto lo que primero me llamó la atención, sino la banda que, justo en el centro del cuadro, cruzaba el pecho del personaje. Una tira de raso roja y blanca le envolvía brillante cual regalo de cumpleaños, destacando sobre un conjunto compuesto de pantalón y chaleco blancos y chaqueta negra de mangas bordadas en oro, traje apto, desde nuestro punto de vista actual, para ser ofertado a niños de primera comunión. Las dos condecoraciones que completaban el atrezzo le conferían esta vez cierto aire militar. Era evidente que el retratado quería revelar en un golpe de vista el nivel social y político al que había llegado, aunque con el tiempo el océano del tiempo ahogara su nombre. 

 Retrato de José Sánchez- Ocaña y López de Hontiveros
Sala de Concejales del Ayuntamiento de Béjar