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8 de marzo de 2024

Zúñiga – Pimentel. La desaparición de un panteón (2ª Parte y final)

 Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero

Publicado en su blog Los Abdones

Todo son especulaciones sobre el sepulcro de los primeros duques de Béjar y nadie ofrece pruebas documentadas de que lo que afirman sea cierto. Como ocurre en muchas poblaciones, hay cronistas que, con su mejor voluntad y cuando no encuentran explicación a sus investigaciones, escriben su crónica diciendo «es posible», «se supone» o «pudiera ser» y lanzan su hipótesis que luego perdura por los tiempos, porque algunos cronistas que vienen detrás lo dan por cierto y no andan molestándose en confirmarlo.

Pero hay dos publicaciones muy claras de dos personas, testigos directos de lo sucedido en este caso.

La primera es de fray Alonso Fernández que en su Historia y anales de la ciudad y obispado de Plasencia dice que cien años después de la muerte de los duques, con motivo de una remodelación, levantaron los sepulcros y solo encontraron el de su hijo don Juan de Zúñiga y que él fue testigo de ello. La siguiente es la crónica sobre el administrador de los duques y posteriormente albacea de sus testamentos, el deán don Diego de Jerez, que estuvo con ellos en vida y administró sus bienes después de su muerte. Esta crónica está magníficamente escrita por el investigador Domingo Sánchez Loro.

 Interior del Parador de Plasencia, en el convento de San Vicente Ferrer

Estos dos testigos directos aseguran que duque y duquesa fueron enterrados en la capilla mayor de la Catedral de Plasencia (la antigua). Como los Reyes Católicos en 1488 despojaron a don Álvaro II de Zúñiga, nieto y heredero del fallecido duque de Plasencia, de la ciudad y su tierra, y la incorporan a la corona real, terminan con la presencia en Plasencia de los Zúñiga que la habían gobernado durante los últimos 46 años y con su influencia. La situación se agrava además por las pendencias entre los pretendientes al Ducado que se desentienden de los enterramientos, del traslado de los restos a San Vicente Ferrer y, sobre todo, de las costas de estas tareas y los responsos necesarios para ellas. (Domingo Sánchez Loro. El parecer de un Deán).

23 de febrero de 2024

Blázquez de Pedro: el anarquista insaciable

 Autor: Ignacio Coll Tellechea

 Texto publicado originalmente el 2 de diciembre de 2017 en el desaparecido El Día de Salamanca.

 

Hay vidas que desbordan a quien las sostienen. Se escapan en cada uno de los movimientos de sus protagonistas. En lo que escriben. En cada palabra que dicen y aún en las que piensan. Hay compromisos que son condenas. Y hay personas que hacen historia aún a costa de que la suya propia se pierda en el anonimato. José María Blázquez de Pedro es una de esas personas, lo que ocurre es que hasta ahora no lo sabíamos. O lo sabíamos poco.

 

 

Perdido durante décadas en las principales fuentes documentales del anarquismo, donde se recogía su obra pero se erraba en su origen, el bejarano ha sido rescatado recientemente por dos historiadores que hasta ahora nada tenían que ver con la ciudad: Ignacio Soriano y Miguel Íñiguez, autores de la completísima biografía que se ha publicado con el título José María Blázquez de Pedro. Anarquista de Ambos Mundos (Béjar, Panamá y Cuba), editada por la Asociación Isaac Puente.

2 de febrero de 2024

Los padres del primer director de la Real Academia de la Lengua se casaron en Béjar por palabras de presente (1644)

Autor: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.913 (3/03/2023), p. 4.

            Juan Manuel Fernández de Pacheco y Zúñiga[1]. Así se llamaba el primo por sangre del X duque de Béjar, el Buen Duque Manuel de Zúñiga. No había nacido en Béjar, sin embargo, sino en la localidad navarra de Marcilla en 1650, hijo de Diego López Pacheco, virrey de Nueva España y electo de Navarra, y de Juana María de Zúñiga, hija del VII duque de Béjar, Francisco IV, y hermana de los duques de Béjar Alonso II y Juan Manuel I. Era nieto y sobrino de tres duques de Béjar y primo hermano de un cuarto. Cuando solo tenía dos años falleció su madre y un año después su padre, heredando así los títulos de marqués de Villena y duque de Escalona. Fue su tutor su tío y obispo de Cuenca Juan Francisco Pacheco, quien le inculcó el amor por las letras y los libros. Con 24 años casó con Josefa de Benavides Silva y Manrique y tuvieron tres hijos.

 

 Diego López Pacheco, VII marqués de Villena, casado en Béjar por 

palabras de presente  con Juana María de Zúñiga


            Su relación con sus primos los Béjar debía de ser estrecha, pues como ellos se significó como venturero en la toma de Buda (Hungría) en 1686[2]. La autorización del rey para partir como jóvenes defensores de la fe se obtuvo gracias a Pacheco, sin el cual probablemente no hubieran podido marchar hacia tierras húngaras[3]. El marqués luchó en los mismos lugares que el Buen Duque, compartieron quizá la misma tienda y estuvo presente en aquel asalto al muro defensivo en el que Zúñiga recibió el mosquetazo mortal[4]. De hecho, Pacheco ordenó que retiraran el cuerpo de su primo, herido de muerte, en el mismo escenario bélico y que fuera atendido en el campamento. Sin esta decisión el duque de Béjar hubiera fallecido entre decenas de muertos y malheridos, y quién sabe si su cadáver hubiera sido hallado después de la batalla. Asimismo estuvo presente en su lecho de muerte[5]. Por su valor, Carlos II compensó a Pacheco con la investidura como caballero del Toisón de Oro y el nombramiento de general de Caballería de Cataluña, al que le seguirían los virreinatos de Navarra, Aragón y Cataluña.

5 de enero de 2024

Valeriano Salas, el padre bejarano del National Geographic español

 

Autor: Francisco Javier Suárez de Vega

Publicado: AbC Artes y Letras Castilla y León, 25 de noviembre de 2023 (Columna Hijos del olvido)

 

      A comienzos de verano, junto a un simpático joven que decía apellidarse Conde Parrado, viajamos a Béjar con toda nuestra prole de hijos del olvido. Allí, bajo el padrinazgo del Centro de Estudios Bejaranos y la hospitalidad, entre otros, de Josefa Montero, Carmen Cascón y de Tomás Olleros —descendiente de uno de los pioneros de esta sección, el conquistador de las Tawi-Tawi— pudimos presentar el libro con el que quisimos dar un cálido hogar a esta insigne cohorte de personajes. El incomparable marco fue el Convento de San Francisco, sentados ante la misma mesa desde la que —según se cuenta— el rector Unamuno inauguraba los cursos de la Escuela de Ingeniería.

 

Y como los hijos del olvido acechan por doquier, allí mismo nos topamos con uno tan cautivador como poco conocido. No en el caso de Béjar, donde se le honra con uno de los museos más curiosos de España que, por sí sólo, bien merecería una escapada a la hermosa villa ducal, repleta de otros muchos encantos. Se trata del Museo Valeriano Salas, que acoge buena parte del legado del que podría calificarse como uno de los últimos viajeros y aventureros españoles del siglo XX.

3 de noviembre de 2023

A la sombra de sus hermanos: Segundo Olleros Mansilla (2ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas


El quinto hijo del matrimonio formado por Anselmo Olleros Pérez y Petra Mansilla Ramos del Manzano fue Segundo Olleros Mansilla (1850-1890). Como decimos, es una figura ensombrecida por los tres hermanos que le antecedieron por nacimiento[1], pero sus descendientes aún guardan recuerdo de su memoria. Murió, como vemos, joven, con solo cuarenta años. Como miembro de la burguesía bejarana del régimen liberal, desempeñó cargos políticos y representativos a nivel local, a la vez que se dedicaba profesionalmente a la industria textil.

En 1879 le vemos ejerciendo de teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Béjar y de presidente de la comisión específica que trataba los asuntos de las Escuela de Artes y Oficios[2]. Sin embargo, su compromiso con sus paisanos fue más allá, pues ejerció como representante de la empresa que estaba trabajando en la línea de ferrocarril del Oeste que tardaría más de una década en abrirse. Al menos sus oficinas estaban afincadas en su casa hacia 1888[3]. Un año después de esta fecha, en 1889, obtuvo 58 votos en las elecciones municipales en el distrito de la plaza Mayor[4] y en 1890 se le documenta siendo síndico de la comisión de Hacienda en la alcaldía de Fulgencio García López[5]. Distintos cargos de la política municipal siempre de manera altruista, trabajando por su ciudad, entonces en ebullición. 

 Dominica Courtada, francesa de nacimiento, se trasladó con su marido Santiago Harguindegui (Harguindey), también francés, desde Galicia a Puerto de Béjar para construir una fábrica de curtidos después de la Guerra de Independencia. Eran los abuelos de Nicanora. 

Foto del blog Los Abdones


Llega septiembre de 1890, un año fatídico para la familia Olleros. Segundo estaba casado con Nicanora Harguindey Herrero (1852-1930), una mujer del linaje propietario de una de las dos fábricas de curtidos en funcionamiento en Puerto de Béjar. El padre de la novia, Domingo Harguindey Courtada, era uno de los industriales de mayor fortuna de la provincia. El matrimonio a esa fecha tenía nueve hijos, entre ellos Segundo, Feliciano, Arturo, Purificación, María, Tomás y Luisa. 

27 de octubre de 2023

A la sombra de sus hermanos: Segundo Olleros Mansilla (1ª Parte)

Dedicado a sus descendientes Tomás,

Juan Luis y José Ignacio Olleros Izard


 Autora: Carmen Cascón Matas

Los nombres de muchas personas que han puesto su granito de arena para que Béjar prosperara aún duermen en el olvido. Reposan esperando a que un investigador dé con ellos en la lectura del proceloso mar de los legajos. Folios y folios, cientos de ellos, miles, dormitan en los anaqueles de los archivos, crujientes folios que nadie lee desde hace décadas o incluso siglos. La tarea es ímproba, pero el número de interesados por la Historia va creciendo exponencialmente: unos porque es su oficio, otros porque son curiosos, y otros, al final, porque se precian de ser sus descendientes y quieren rescatar a sus antepasados de ese marasmo de indiferencia o del desconocimiento para llevar a gala la sangre de un bejarano ilustre aunque olvidado.

Segundo Olleros Mansilla. 

Fotografía propiedad de la familia, cedida por José Ignacio Olleros

 

            Este es el caso de Segundo Olleros Mansilla, una persona de la cual no se han olvidado sus descendientes, pero cuya figura ha acabado apagada por la inmensa sombra de su hermano, el marino Tomás Olleros Mansilla, descubridor de las Islas Tawi-Tawi, considerado el último conquistador español[1]. Pero comencemos conociendo a Segundo por sus padres.

21 de julio de 2023

Leonor de Toledo: un destino trágico nimbado por la belleza

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

 

Bisnieta de Álvaro de Zúñiga, I duque de Béjar, y de Leonor Pimentel y Zúñiga; y nieta de Fadrique Álvarez de Toledo, II duque de Alba, y de Isabel de Zúñiga y Pimentel, Leonor Álvarez de Toledo nació en 1522 en Alba de Tormes, Salamanca, y murió de tuberculosis, agravada por la malaria, en Pisa, Italia, a los cuarenta y dos años de edad.

 

Leonor de Toledo, por Agnolo Bronzino. Es.wikipedia.org

 

Sus padres fueron Pedro Álvarez de Toledo y Zúñiga, que fue virrey de Nápoles, y María Osorio Pimentel, II marquesa de Villafranca del Bierzo, por lo que su niñez y la de sus siete hermanos se desarrolló en el ámbito de la alta aristocracia española.

24 de junio de 2023

Breves notas biográficas del salesiano Padre Roca

Autor: Francisco Tejeda Blázquez

Buenaventura Roca Serra nació en Orcau (Lleida) en 1873. Este sacerdote salesiano fue un gran educador muy querido en nuestra ciudad porque realizó como docente una gran labor social y cultural. Trabajó en Sarriá, Valencia y Béjar pasando aquí cerca de 50 años de su vida. Durante 31 años ejerció como director en tres momentos diferentes: 1908-1922, 1928-1943 y 1949-1951. El libro de la historia Salesiana en España. Casas de los Salesianos en España 1881-2022 publicaba sobre el padre Roca: 

 

Amplió las asignaturas de la Primera Enseñanza con clases de contabilidad y otras propias del comercio, hizo numerosas mejoras en el colegio, tenía acceso y era muy apreciado por las diferentes clases sociales que existían en Béjar por aquellos años, cuando en una familia había que resolver algún pleito, frecuentemente era llamado como el consejero más apreciado.

7 de mayo de 2023

Vavá o la sombra del éxito

 Autor: Ignacio Coll Tellechea

Publicado: El Día de Salamanca, 28/09/2014.

La tarde del 23 de octubre de 1966 las fábricas de Béjar se vaciaron deprisa. Con las lanzaderas aún calientes después de recorrer inagotables los telares, los obreros del turno de tarde salieron con prisa para escuchar en grupo, a través de la radio, el encuentro internacional que enfrentaba a la Selección Española con la de Irlanda en Dublín, en partido clasificatorio para el Campeonato de Europa de Naciones. El seleccionador, Domingo Balmanya, alineaba de inicio a Sanchís, Violeta y Santamaría. Y como punta jugaba el delantero del Elche Luciano Sánchez García, al que desde que debutase cuatro años antes en el Béjar Industrial todos llamaban Vavá.


Empataron sin goles. Extraño bautismo para un delantero centro con los genes del 9 cosidos en las botas de jugar al fútbol. Para el Pichichi de la temporada anterior en la Primera División con 19 dianas en 30 partidos, por delante de un espigado ariete del Atlético de Madrid que se proclamó campeón de Liga y que se llamaba Luis Aragonés.

Cromo de Vavá (Imagen de Todocoleccion.net)

22 de abril de 2023

Entre porcelanas y caballos: los regalos del rey de Polonia al duque de Béjar

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid 4.861 (18/12/2020)

        Érase una vez, en una ciudad lejana llamada Dresde, ejercía su poder un rey apodado El Fuerte. En realidad se llamaba Augusto, o Federico Augusto, y gustaba de las mujeres y del buen vino. Aquel 4 de septiembre de 1731, mientras el barbero rasuraba su rostro y el peluquero le empolvaba la peluca, el rey de Polonia y elector de Sajonia dictaba una carta de agradecimiento a un lejano duque, señor de Béjar y otros dominios allá en la distante España. La razón no era otra que el presente que le había hecho llegar al rey por medio del capitán Majer, a quien el polaco había enviado dos años antes a España con la sana intención de comprar caballos. 

 Augusto II de Polonia


            Augusto II de Polonia, quien había ascendido al trono en 1697, intentó durante su reinado convertir el trono polaco en dinástico, en vez de electivo, pero fracasó en su intento después de una guerra civil con los aristócratas polacos. Para ser investido renunció a sus creencias protestantes y se convirtió al catolicismo, dejando a su esposa en Sajonia y marchando a su nuevo reino. Cristiana Eberardina de Brandeburgo-Bayreuth no se le pasó por la cabeza en ningún momento seguir a su marido a esas tierras lejanas, así que Augusto II se dedicó a saltar de cama en cama llegando a tener, según algunas fuentes contemporáneas, más de 300 hijos, uno por cada día del año.

27 de marzo de 2023

De la estancia de Nebrija en Béjar en abril de 1488

El año pasado se festejó con gran aceptación en los ámbitos académicos la muerte de Antonio de Nebrija (m. 1522), insigne gramático, humanista y profesor al que se conoce a nivel general por haber emprendido la redacción de la primera Gramática castellana. Sin embargo, no fue su única ni su más famosa obra entre sus contemporáneos. También abordó la compilación de un Diccionario latino-español y un Vocabulario español-latino


Habiendo nacido en Lebrija, Sevilla, en 1444, estudió en las universidades de Salamanca, Córdoba (Teología) y Bolonia, y después impartió clases como catedrático en la propia universidad de Salamanca de Gramática y Retórica.  Su prestigio era inmenso para cuando se casó con Isabel Solís de Maldonado, pero la Iglesia le retiró su asignación económica, cada vez más escasa además a medida que la pareja iba teniendo descendencia. 

24 de enero de 2023

El simpático retrato de Fray Blas Zamarreño y el cumplimiento de su última voluntad en 2016

Autora: Carmen Cascón Matas

    Vamos a remontarnos al año 2016. En sus primeros compases recibo un correo electrónico de Miguel Soto Pardo, colaborador de Béjar en Madrid y bejarano de adopción. Su intención era contactar conmigo para preguntarme una duda y desvelarme la existencia de un retrato cuyo propietario quería donarlo a Béjar, concretamente al ayuntamiento, con la idea de exponerlo en el convento San Francisco. ¿Por qué en este lugar?


 

    Para explicarlo deberíamos empezar antes de nada por describir el retrato. En óleo sobre lienzo y de autor desconocido, representa a un fraile tonsurado con hábito franciscano marrón, propio de su orden, retratado en tres cuartos y con el cuerpo mirando hacia la izquierda. Lo más interesante es la expresión del rostro: es un hombre relativamente joven que mira hacia el espectador con ojos chispeantes y simpáticos, y una sonrisa franca en los labios. El motivo de su alegría no sabemos si se encierra en su carácter o en su acompañante: un loro verde que porta en el dedo índice de su mano izquierda. 

9 de diciembre de 2022

Juan Rodríguez Bejarano en la conquista de Tenochtitlan junto a Hernán Cortés

  Autora: Carmen Cascón Matas

   Publicado: Béjar en Madrid, 4879 (17/IX/2021), p. 4, y 4880 (1/X/2021), p. 4.


      Allá en 2018, la Real Academia de la Historia puso en marcha un loable proyecto no exento de polémica: el Diccionario Biográfico Español electrónico[1]. Con contenido exclusivamente on line, el portal ofrece un buscador que permite al internauta indagar en las biografías de cientos de españoles de renombre a lo largo de la Historia, una delicia para el investigador. Sin embargo, y a pesar de su nunca cuestionable utilidad, omite ciertos nombres dados como relevantes a nivel local y la elección de algunos biógrafos es discutible. 

 Hernán Cortés en Tenochtitlan

       Por ejemplo, incluyen las biografías de varios duques de Béjar, del marqués de Valero, del escultor Mateo Hernández, del escritor anarquista José María Blázquez de Pedro, del marino Tomás Olleros Mansilla, del bufón y escritor Francés de Zúñiga,  del escritor Emilio Muñoz García, del conquistador Andrés Dorantes, de los políticos Andrés y José Sánchez-Ocaña, de los fabricantes textiles José y Jerónimo Rodríguez Yagüe, del coleccionista y viajero Valeriano Salas o  del organista y compositor José Lidón Blázquez. Pero de manera imperdonable omiten al filósofo Nicomedes Martín Mateos o al escritor y guionista Florentino Hernández Girbal, vaya usted a saber si porque no los consideran ilustres o porque no tenían biógrafos a mano.

3 de diciembre de 2022

La relación entre Isabel I de Castilla y los Zúñiga: más recompensas que castigos

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

En 1471 se cruzaban por los caminos de Europa los mensajeros que llevaban a Roma la solicitud de dispensa de consanguinidad para el matrimonio de la princesa Isabel de Castilla con el príncipe Fernando de Aragón; y la de asignación del maestrazgo de la Orden de Alcántara para el niño de doce años Juan de Zúñiga y Pimentel, hijo de Álvaro de Zúñiga, señor de Béjar y Gibraleón, conde de Plasencia y duque de Arévalo, y de su sobrina y esposa Leonor Pimentel y Zúñiga.

 

Isabel la Católica

 

A la muerte de Enrique IV, Álvaro de Zúñiga fue uno de los dos integrantes de la Liga Nobiliaria que reconocieron a la princesa Juana (la Beltraneja) como sucesora, por la palabra dada al monarca y por temor de perder la villa de Arévalo que había pertenecido a la madre de la princesa Isabel, en caso de Álvaro. Sobrevino la guerra de sucesión castellana, y tres de los hijos de este: Pedro, el primogénito, señor de Ayamonte, Lepe y la Redondela; Álvaro, prior de la Orden de San Juan de Jerusalén; y Elvira, condesa consorte de Belalcázar, apoyaron a Isabel.

19 de noviembre de 2022

Lyon, guerrillero antifranquista bejarano

 Autor: Emiliano Zarza Sánchez

       Manuel Tabernero Antona, alias “Lyon”, fue un combatiente antifascista bejarano. Es poco lo que sabemos sobre este maquis nacido en Béjar en 1913. La Guerra Civil le sorprendió en Francia, donde había emigrado junto a su familia coincidiendo con la crisis del sector textil en la ciudad. Tabernero, cuyo oficio era quizá el de médico o mucho más probablemente enfermero, no se incorporará a filas, de modo que a su vuelta a España sería considerado prófugo por la dictadura y condenado a un campo de trabajos forzados en Algeciras. 

Manuel Tabernero Anton, Lyon

(Procede de: http://lamejortierradecastilla.com/tag/carlos/)


          El joven Manuel Tabernero entró en contacto en Madrid con miembros del PCE, eje de la resistencia clandestina al primer franquismo. En el partido dominaba la convicción de que, tras el desembarco de Normandía (6 de junio de 1944), los aliados desalojarían al dictador español del poder. Es este justo el momento en el que tenemos las primeras noticias de la presencia de Tabernero en el Sistema Central, por lo que cabe pensar que su incorporación a la guerrilla se produjo en calidad de comisario político

12 de noviembre de 2022

Breve historia del primer conde de Malladas, el bejarano José Díaz-Agero (2ª Parte y final)

        Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto

        Publicado: Béjar en Madrid.

        La calle de las Armas, como ya hemos recalcado en otras ocasiones, era desde la Edad Media la calle hidalga por excelencia; en su manzana meridional parece que se forjaron algunas de las características más particulares de la arquitectura civil bejarana con su apertura diáfana hacia el paisaje y la presencia contigua junto a cada edificio de generosos huertos y jardines. Hacia mediados del siglo XIX la calle conservaba todavía parte de ese pedigrí noble. 

 Calle de las Armas de Béjar engalanada para el Corpus. Foto i Béjar

        En su zona central vivía la familia de nuestro protagonista, el Conde de Malladas, y, pared con pared, tenía una de sus casas el conde de las Navas[1]. Desde esta calle histórica, hoy apartada del mundo, a la representación política nacional y a la adquisición de la nobleza median en José Díaz-Agero unos años de ejercicio apasionante del oportunismo comprador y de la estrategia política. Es la época del afianzamiento de una nueva clase social, la burguesía terrateniente y agraria, en la que el oficio que constaba tenían muchos de los mayores hacendados era simplemente el de “propietarios”, un grupo social pasivo y absentista que se afanaba en la búsqueda de los mayores beneficios. La política vendría luego por inercia.

28 de octubre de 2022

El duque de Béjar Manuel de Zúñiga: el último caballero barroco

 Autor: Ignacio Coll Tellechea

Publicado en el desaparecido espacio web collcenter.es y el 13 de enero de 2018 en El Día de Salamanca.

 

      Una bala de mosquete le atravesó el torso a la altura del brazo izquierdo, saliéndole por el espinazo. Era el 13 de julio de 1686, y tres días después murió en el campamento cristiano. Su cuerpo fue embalsamado y repatriado a España, entre las muestras de respeto de la nobleza europea, del propio monarca español, Carlos II, y del Papa Inocencio XI.

      La leyenda de Manuel de Zúñiga y Guzmán arranca en el punto exacto en el que cayó herido, a las puertas de Buda, actual Budapest, formando parte del ejército internacional de la Liga Santa que se enfrentaba a las tropas del sultán turco Mehmed IV. Tenía al morir 29 años.

      “Era una persona profundamente religiosa, y con cierta tendencia a la melancolía. No se le daba bien la vida en la Corte, y quizás por eso tuvo una destacada trayectoria militar. Fue el último Zúñiga que hizo carrera de armas”.

Grabado del X duque de Béjar impreso en la novela Rumbos Peligrosos

de Penso de la Vega

        Emiliano Zarza conoce bien la vida del X duque de Béjar. Hace 10 años comenzó a investigar la vida de Baltasar de Zúñiga, hermano pequeño de Manuel, que heredó el título de marqués de Valero. Lo hizo por una cuestión personal, al ser Emiliano natural de San Miguel de Valero. Le interesaba el perfil del menor de los nobles bejaranos, que fue virrey de Navarra, Cerdeña y Nueva España. Pero sus pesquisas en el Archivo Histórico de la Nobleza en Toledo le descubrieron la figura inmensa de Manuel, el guerrero. Dejó aparcada la investigación de su hermano Baltasar y se centró en el primogénito de la casa bejarana.

18 de marzo de 2022

Breve semblanza del bejarano don Diego de Zúñiga y Guzmán, marqués de Loriana, llamado el Ciego

 Autora: Carmen Cascón Matas

 Publicado: Béjar en Madrid, 4.843 (21/02/2020), p. 10

         No era extraño encontrarse en las largas tardes de verano al marqués de Loriana apostado frente a los balcones de palacio asomados hacia el monte. Su silueta inmóvil se recortaba frente a la luz, mientras su bastón descansaba en los brazos del sillón frailuno. Los sirvientes apenas notábamos su presencia en nuestras idas y venidas de una estancia a otra, aunque, en honor a la verdad, dos seres se preciaban de acompañarle a cada instante: su ayuda de cámara, que permanecía junto a él para atenderle sin descanso desde el canto del gallo hasta que se sumía en las profundidades del sueño nocturno, y su fiel mastín Lobo. Ahora ambos se hallaban cerca: el primero de pie, sumido entre las sombras; el otro echado a los pies del marqués, dormitando. 


Monte que se contempla desde el Palacio Ducal de Béjar. Fotografía Manuel Álvarez-Monteserín
 

          El de Loriana miraba a un punto fijo, repasando mentalmente cada castaño del monte, vislumbrando la ermita del Castañar, tan hermosa durante los meses del estío, no sabemos si recurriendo a la memoria o a las descripciones escuchadas. Cuando la luz apenas hacía distinguir su silueta de la oscuridad de la estancia, emitió un sordo suspiro, buscó a tientas su bastón, pateó sin querer a Lobo y, gracias a su ayuda de cámara, salió de la estancia camino de los salones donde se iba a degustar la cena. Si se le miraba a los ojos se advertía que habían perdido su función natural, pues la ceguera le impedía el desempeño de hasta los actos más simples. Es por ello por lo que los bejaranos le llamaban don Diego de Zúñiga, El Ciego

26 de noviembre de 2021

La catedral de Salamanca contiene un retablo y una lápida en honor a un bejarano

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 2019.

            Las sorpresas asaltan a cada poco, endulzando o agriando la vida con regalos inesperados o envenenados según sea su cariz. El pasado oculto asalta al historiador cuando descubre un tesoro documental entre los legajos polvorientos de un archivo tradicional, en las fichas informatizadas de uno moderno, ante la pantalla de un ordenador en los registros digitalizados o visitando un lugar significativo. Incluso en una charla con los amigos, que en estos tiempos todo puede ser. El hallazgo que motiva este artículo surgió en una conversación, en este caso de guasap, una modalidad no incluida en la lista precedente. La historiadora Teresa López Hernández había descubierto una lápida de pizarra, inserta en una pared de la catedral de Salamanca, con una inscripción referida al mayorazgo de Francisco Pizarro y Pedraza y a un personaje, «vezino de Bexar». ¿En la catedral de Salamanca?, le pregunté. Sí, en la capilla de Santa Catalina

 Lápida y retablo de Francisco Pizarro y Pedraza, en la capilla de Santa Catalina de la catedral de Salamanca

25 de septiembre de 2021

Discurso de Josefa Montero García en el "Día de los Mártires de la Libertad" de 2019

 Autora: Josefa Montero García

Discurso Día de los Mártires de la Libertad, 28 de septiembre de 2019.

 

Queridos amigos:

Agradezco en primer lugar el inmerecido honor que supone para mí la invitación a dirigiros estas palabras en esta conmemoración de los hechos que sucedieron aquí mismo, hace ya 151 años.

Como ya es tradicional en esta fecha, estamos aquí para honrar el recuerdo de aquellos valerosos ciudadanos que comprometieron su vida para conseguir la soñada Libertad, con mayúscula, algo hasta entonces inédito en nuestra historia. Cierto es que el concepto de libertad admite muchos matices, pero como bien han señalado varios de mis antecesores, la labor de estos héroes allanó el camino para conseguir muchos de los valores de la sociedad actual, algo que debemos apreciar debidamente.

 

 Domingo Guijo

Para empezar, aquellos paisanos nuestros colocaron a Béjar en el mapa de las libertades, pues gracias a ellos se habló de nuestra ciudad en todo el país y recibió una serie de homenajes merecidos, de los que expondré algunos casos. Por ejemplo, el día en que entró en Madrid el General Prim, en loor de multitud, nos cuenta la prensa que “el batallón numeroso del comercio de Madrid, llevaba un estandarte con crespones negros y una riquísima corona de siemprevivas. Aquel estandarte ostentaba el glorioso nombre de Béjar”. Detrás del mismo desfilaban tres comisionados de nuestra ciudad: Melitón Sánchez, Ángel Acosta y Felipe Agero[1].