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25 de agosto de 2023

Hacia tierras ignotas: emigrantes bejaranos a América en el siglo XVI (2ª Parte)

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2021, pp. 22-26.

        Destacan aquellos bejaranos que partieron a América siguiendo el rastro de los conquistadores Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Hernán Cortés, Rodrigo Ortiz de Zárate, Diego Hernández de Serpa, Pedro de Alvarado, o del gobernador Rodrigo de Quiroga y otros. Les imagino, la mayoría jóvenes de sangre impetuosa, soñando por nuestras callejuelas con riquezas e imperios esperando a ser dominados por la Monarquía a golpe de espada y crucifijo. 

 

Alonso de Ojeda por Augusto Ferrer Dalmau


            A Hernán Cortés, casado en Béjar con una sobrina del duque de Béjar, Juana de Zúñiga[1], le siguieron con ansias de aventura. En 1518 se enroló en su expedición Juan Rodríguez Bejarano[2] y vivió las aventuras de la conquista del imperio azteca en primera persona. Con Alvarado y hacia Guatemala, marcharon Pedro de Camargo, Francisco López, Amador Muñoz[3] y Alonso de Palacios en 1538[4]. Por las fechas vivirían junto al conquistador, natural de Badajoz, en Guatemala y Honduras durante el virreinato de Alvarado. 

11 de agosto de 2023

Lepe (Huelva) y la III duquesa de Béjar Teresa de Zúñiga

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

 

Como Teresa de Guzmán se refieren aún en la región onubense a doña Teresa de Zúñiga, III duquesa de Béjar, para afirmar su pertenencia a la familia de los poderosos Guzmanes andaluces, unida por alianzas matrimoniales desde el siglo XV con la de los no menos poderosos Zúñiga castellanos, de ascendencia navarra. El caso es que doña Teresa heredó el ducado de Béjar (Salamanca) y el marquesado de Gibraleón (Huelva) de su tío Álvaro de Zúñiga y Pérez de Guzmán; y el marquesado de Ayamonte (Huelva) de su padre, hermano de su tío, Francisco de Zúñiga y Pérez de Guzmán, hijos ambos de Álvaro de Zúñiga y Guzmán, I duque de Béjar.

 

De Béjar a Sevilla hay 390 km por A-66. De Sevilla a Lepe, 125 km por A-49. Google.cl/maps

 

Sedes de los títulos del sur fueron los actuales municipios de Ayamonte y Gibraleón. Entre ellos, feudos menores como Cartaya, con el Castillo de los Zúñiga, que subsiste, y casi justo al medio Lepe, emplazamiento del desaparecido segundo Castillo de los Marqueses de Ayamonte, porque el primero estaba donde está hoy el Parador Nacional de Turismo de Ayamonte. De Lepe hacia Ayamonte, y cercanos a la frontera con Portugal, están San Bartolomé de la Torre, El Granado y San Silvestre de Guzmán, que en parte de su heráldica conservan el escudo de los Zúñiga, duques de Béjar (Gibraleón lo conserva en su totalidad).

7 de julio de 2023

Lugares de España y el mundo que se identifican con las armas de los Duques de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

A mi nieto Emiliano Lapointe Zúñiga

 

Son alrededor de medio centenar, y la mayoría corresponde a municipios de España. En cuanto a la palabra armas, hace tiempo que en heráldica al menos perdió el significado bélico, pasando a constituir sólo un conjunto de señales gráficas para identificar un linaje o un apellido. Las de los duques de Béjar son las mismas de la Casa de Zúñiga, y sus componentes básicos son el campo o fondo de plata, la banda negra cruzada y la cadena de ocho eslabones de oro. Muchas de estas insignias no registran antigüedad más allá del siglo XX, otras son clásicas, pero lo importante es que la intención al crearlas fue rescatar historia. Aquí, la relación de ellas distribuidas en las provincias de España (orden alfabético y mapa al final)   

 

La matrix: Armas de la Casa de Zúñiga creadas en Navarra en el siglo XI (Breve historia del escudo de los duques de Béjar, Pinceladas de Historia Bejarana 06/03/2017)

 

Precedidas por las de Dávila, las armas de los duques de Béjar van en el segundo cuartel del escudo de Candeleda, provincia de Ávila. Caídos en desgracia real los Dávila, en 1423 Juan II entregó Candeleda al justicia mayor del reino Pedro de Zúñiga, hijo de Diego López de Estúñiga, primer señor de Béjar, y en 1457 pasó a los Zúñiga condes de Miranda del Castañar.  

17 de diciembre de 2022

Los esclavos de los duques de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        "Cuando el barco del mercader  iba hacia Portugal, al pasar cerca de la costa de Huelva era costumbre que recalasen algunos días en Gibraleón, ya que al mismo tiempo que reponían fuerzas de la travesía, y como el Duque de Béjar tenía negocio de esclavos, era aprovechada la parada para la venta de algunos entre los que acudían al pueblo onubense. Esto ocurría alrededor de 1526…".

 

Esclavos en Huelva. Reportaje. Elmundo.es

 

      Así señalan algunas fuentes las actividades de Álvaro II de Zúñiga en su marquesado andaluz y agregan: "Al llegar a Gibraleón nos encontramos con Pablo Dorantes, hombre de confianza del Duque de Béjar y que al parecer era una de las personas que llevaban la administración de los bienes del Duque, y por ello las compraventas de esclavos…", revelando que en ellas incluía el noble ni más ni menos que al hermano de su amante.

28 de enero de 2022

“Al duque de Béjar, marqués de Gibraleón…”

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

       Cuando Cervantes dedicó la primera parte del Quijote a Alonso de Zúñiga, VI duque de Béjar, VII marqués de Gibraleón y demás títulos, se cumplían ochenta años desde que el emperador Carlos V elevara el señorío olontense a marquesado para su compadre Álvaro de Zúñiga, II duque de Béjar, y casi doscientos desde que la zona pasara a dominio de  los señores de Béjar por el matrimonio de Pedro de Estúñiga con Isabel de Guzmán, nieta en cuarta generación de Alfonso X el Sabio y heredera de Gibraleón. 

 

Señorío de Gibraleón (arriba izquierda) en el reino de Sevilla, s. XIII. Wikiwand.com

 

        De las huellas que el linaje y apellido dejaron en la zona durante cuatro siglos (hasta 1777 en que falleció sin descendencia Joaquín de Zúñiga, XII duque de Béjar y XIII marqués de Gibraleón), algunas han salido a la luz recientemente, como el espacio que Francisco de Zúñiga, V duque de Béjar y VI marqués de Gibraleón, mandó abrir en un muro de la iglesia de San Juan Bautista para panteón familiar, y que luego hizo tapiar.

26 de noviembre de 2021

La catedral de Salamanca contiene un retablo y una lápida en honor a un bejarano

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 2019.

            Las sorpresas asaltan a cada poco, endulzando o agriando la vida con regalos inesperados o envenenados según sea su cariz. El pasado oculto asalta al historiador cuando descubre un tesoro documental entre los legajos polvorientos de un archivo tradicional, en las fichas informatizadas de uno moderno, ante la pantalla de un ordenador en los registros digitalizados o visitando un lugar significativo. Incluso en una charla con los amigos, que en estos tiempos todo puede ser. El hallazgo que motiva este artículo surgió en una conversación, en este caso de guasap, una modalidad no incluida en la lista precedente. La historiadora Teresa López Hernández había descubierto una lápida de pizarra, inserta en una pared de la catedral de Salamanca, con una inscripción referida al mayorazgo de Francisco Pizarro y Pedraza y a un personaje, «vezino de Bexar». ¿En la catedral de Salamanca?, le pregunté. Sí, en la capilla de Santa Catalina

 Lápida y retablo de Francisco Pizarro y Pedraza, en la capilla de Santa Catalina de la catedral de Salamanca

17 de julio de 2021

Cartaya y Béjar: seiscientos años de historia

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez  

 

         Cartaya -ciudadela en fenicio- es una localidad y municipio de la provincia de Huelva, Andalucía. Situada en el ámbito de la desembocadura del río Piedras, cuenta hoy con alrededor de 20.000 habitantes, dedicados principalmente a actividades económicas del sector primario (agricultura, ganadería, pesca), algunas del secundario (industria), otras del terciario (ocio, turismo) y también del cuaternario (cultura). Posee excelente clima, buenas playas, y dista por carretera 22 km de Huelva, 190 de Sevilla y 492 de Béjar.

 

Reconstrucción del castillo en 3D  aquí


        La heráldica municipal de Cartaya lleva en el centro un castillo de oro adjurado (aclarado) de sinople (verde) sobre un campo de gules (rojo) timbrado de corona de marqués, imagen estereotipada del edificio, o al menos de las murallas que de él quedan, enclavado en un alto en medio de la población.

20 de marzo de 2021

Los dominios de los Zúñiga en Cartaya (Huelva)

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
 

A Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero

 

Famosa por sus playas (casi medio centenar), la costa de Huelva, o Costa de la Luz, se vio azotada a principios del siglo XV por incursiones de piratas berberiscos y normandos. Hacia allá partió Pedro de Zúñiga, primogénito del primer señor de Béjar, Diego López de Estúñiga, que había adquirido esas tierras por su matrimonio con su prima en cuarto grado Isabel de Guzmán, señora de Gibraleón.

    


Castillo-fortaleza de Cartaya. Huelvabuenasnoticias.com
 

Alrededor de 1417 inició Pedro de Zúñiga la construcción de una fortaleza en la localidad de Cartaya, provincia de Huelva, que luego dio origen a una población en torno a sus murallas. En la actualidad Cartaya cuenta con unos 20.000 habitantes, que viven de actividades del sector primario y del turismo.

 

13 de febrero de 2021

Más vale no ofender a la Justicia: la conclusión del escandaloso episodio del carruaje de don Antonio Pizarro y Pedraza (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.827 (21/06/2019), p. 4.

        Escándalo mayúsculo fue el que protagonizó el potentado Antonio Pizarro y Pedraza cuando, soliviantando a los procuradores del Ayuntamiento y provocando gran escándalo público, se encabezonó en que su carruaje debía pasar por medio de la cerrada Plaza Mayor en día de fiesta y toros. De tal suceso escribimos años ha un artículo[1] del que hoy pretendo ofrecer al lector una visión aumentada y corregida, pues entonces manejé para la construcción de los hechos la versión que del Ayuntamiento se conserva, mientras que hoy podemos añadir la historia vista desde el lado de los funcionarios ducales. 


           Mas comencemos por el protagonista de los hechos. No podría definirse a don Antonio Pizarro y Pedraza[2] como un cualquiera. Había visto la luz en 1714 en Gibraleón (Huelva), señorío de los Zúñiga, vástago de un linaje hidalgo cuyos orígenes radicaban en dicha villa onubense. Desde el siglo anterior una de sus ramas, vinculada a la Casa Ducal por desempeñar labores de funcionariado, se había asentado en Béjar destacándose poco a poco por sus propiedades, influencias y riquezas. Ambos dominios ducales presumían de pertenecer a la esta familia de potentados y se podría decir que se habían hermanado por tal causa.

20 de julio de 2019

El armorial onubense del Duque de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        Sorprenden, al respecto, las evidencias encontradas en la página Heráldica Municipal de Huelva, sin desestimar las dudas que el ingeniero bejarano-placentino, Jerónimo Gómez-Rodulfo, y otros estudiosos, manifiestan en torno a la presunta antigüedad de ciertos blasones. Se trata, en todo caso, de las actuales armas, bandera y escudo, de los municipios de El Granado, Gibraleón, San Bartolomé de la Torre y San Silvestre de Guzmán.



 El Granado (Huelva)
 Gibraleón (Huelva)
 San Bartolomé de la Torre (Huelva)
 San Silvestre de Guzmán (Huelva)


       La clave de ellos es el título nobiliario marqués de Gibraleón, otorgado en 1526 por el emperador Carlos V a Álvaro de Zúñiga, II duque de Béjar, y mencionado por Cervantes en la dedicatoria de la primera parte del Quijote: Al duque de Béjar, marqués de Gibraleón…etc.   

17 de diciembre de 2018

El hermanamiento entre Béjar y Gibraleón a través de un linaje hidalgo de la Edad Moderna: los Pizarro (4ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: revista Cultural de Gibraleón nº18, diciembre de 2015.


     Como comentamos con anterioridad, Antonio Pizarro heredó a la muerte de su abuelo y de su tío, el mayorazgo o vínculo fundado por el primero, Francisco Pizarro y Pedraza. En él se incluían 1.734 ovejas, 281 corderas, 43 cabras y 20 chivas. Además se integró en su patrimonio, al menos en vida, el palacio del mayorazgo situado frente al desaparecido convento de las monjas dominicas de la Piedad

 El palacio de los Pizarro es el edificio de la izquierda del lienzo de soportales

      La edificación, de gran empaque, ocupa la mayor parte del lienzo norte de dicha plaza, otrora espacio presidido por el Palacio Nuevo de los duques, luego convento. A imitación de su señor y de las obras que se estaban llevando a cabo en esos momentos en la Plaza Mayor, con la edificación de los soportales que aún perviven, los Pizarro, Francisco Pizarro, el abuelo, y Antonio Pizarro, el nieto, costearán la construcción de un palacio, digno de su mayorazgo y linaje, con soportales, cuadra, bodega, patio cuadrangular y capilla particular

3 de diciembre de 2018

El hermanamiento entre Béjar y Gibraleón a través de un linaje hidalgo de la Edad Moderna: los Pizarro (3ª Parte)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista Cultural de Gibraleón nº18, Dic. 2015



Los Pizarro: el mayorazgo, sus propiedades y el palacio en Béjar


      La presencia de los Pizarro en el Béjar de la Edad Moderna, sobre todo entre los ss. XVII y XVIII, es constante: ejercen de padrinos de los hijos otros hidalgos, poseen extensas propiedades, molinos, tierras y rentas. Pero sin duda se les puede englobar en la lista de la nobleza tradicional, mas dedicada a mantenerse del trabajo que obtienen de sus tierras o de las rentas de sus molinos que a la inversión en las manufacturas textiles. Esta actividad, desarrollada desde la Edad Media en Béjar, viene a eclosionar en este momento gracias al patrocinio de los Zúñiga. Es entonces cuando algunos propietarios, deciden a imitación del duque invertir sus escasos ahorros en la compra de uno o dos telares. Las ganancias que les reporten serán sólo un complemento para sus pequeñas economías familiares[1]. Estos precarios comienzos se transformarán significativamente en el siglo posterior, convirtiendo Béjar en un foco industrial del oeste peninsular.



 Río Cuerpo de Hombre

       El caso de los Pizarro es abiertamente diferente: seguían manteniendo los ideales y privilegios de la nobleza castellana, lejos del trabajo manual y los negocios, fuera de los ideales ilustrados imperantes, atada a las rentas de la tierra, de la ganadería y de los beneficios extraídos de sus molinos.

26 de noviembre de 2018

El hermanamiento entre Béjar y Gibraleón a través de un linaje hidalgo de la Edad Moderna: los Pizarro (2ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas 
Publicado:  Revista Cultural de Gibraleón (Huelva) nº17. Junio de 2015

         En 1713 dejará este mundo Francisco Pizarro y Pedraza y en 1729 le seguirá su esposa doña Ana López Dávila, según la partida de defunción, muerta “de repente”. Al fallecimiento de su padre heredará el mayorazgo de los Pizarro y el vínculo de los López Dávila, como hemos comentado, su hijo Francisco Pizarro y Pedraza quien, como clérigo, no tendrá descendencia legítima.

 Iglesia de El Salvador. Béjar

      A la hora de redactar su testamento en 1734 designará como heredero del mayorazgo a su sobrino Antonio Raimundo, hijo de Juan Vicente. El segundón de la familia había casado en tres ocasiones con mujeres nacidas en Gibraleón y con todas ellas tuvo descendencia, primero con María Camacho y Blanco, después con Mª Josefa Ojeda y Rivera y por último con su prima Mª Agustina Pizarro y Acorso. Nos interesa mencionar a algunos de ellos porque seguirán consolidando los intereses familiares en ambas villas hermanas. Con María Camacho y Blanco, Juan Vicente había tenido en Gibraleón en 1714 a Antonio Raimundo Pizarro y Pedraza, quien heredaría el mayorazgo fundado por su abuelo Francisco Pizarro y Pedraza en Béjar, como hemos dicho. Mientras sus hermanos José (habido con su prima Mª Agustina Pizarro Acorso), Francisco Tadeo (Gibraleón, 1737-1799), Antonia, Isabel, Juan Antonio (casado también con su prima Mª Antonia Pizarro y Acorso, nacido en Gibraleón y muerto en Béjar) y María (casada con el onubense José de Mora y Negro) permanecían Gibraleón, él se apartaría de la senda del linaje en tierras andaluzas para seguir la política de engrandecimiento familiar en tierras salamantinas. 

19 de noviembre de 2018

El hermanamiento entre Béjar y Gibraleón a través de un linaje hidalgo de la Edad Moderna: los Pizarro (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista Cultural de Gibraleón (Huelva) nº 17. Junio de 2015

       El apellido Pizarro resulta familiar a cualquier bejarano y no es la razón primordial que lo luzcan muchos paisanos en su carnet de identidad, no. Con el nombre de Pizarro se han bautizado a unos soportales situados en la antigua plaza del convento de monjas dominicas de la Piedad, fundado por los duques de Béjar a finales del siglo XVI en el antiguo Palacio Nuevo, hoy desaparecido. En el devenir cotidiano, en el transcurrir lento de las estaciones, cientos de bejaranos lo recorren arriba y abajo a lo largo de la calle Mayor, el eje principal que comunica el antiguo centro neurálgico de la villa, la plaza Mayor, y el moderno, La Corredera con su Parque Municipal a su vera. 

 Portales de Pizarro

       Pocos de ellos, sin embargo, saben que están pasando a la sombra de una antigua casa de mayorazgo que nada tiene que ver con el conquistador extremeño Francisco Pizarro y mucho con un linaje que vivió generación tras generación al servicio de la Casa de Zúñiga, entre Herrera, Belalcázar, Burguillos y sobre todo Gibraleón y Béjar. 

19 de abril de 2018

Algunas reseñas sobre el II marqués de Valero, don Baltasar de Zúñiga y Guzmán (2ª Parte)

Autor: Antonio Avilés Amat
Publicado: Semanario Béjar en Madrid

      Durante mi existencia a caballo entre dos siglos, el XVII y el XVIII, he servido con acatamiento y lealtad y he recibido, por los servicios prestados, altos honores y mercedes principalmente de dos monarcas, pues a Felipe IV ni siquiera llegué a conocerlo, ya que falleció a los 6 años de mi nacimiento, y de Luis I fue tan breve su reinado que apenas le dio tiempo a nombrarme presidente del Consejo de Indias, distinción que acepté con solícito acatamiento y que me obliga a recordarle con inmensa gratitud. 

Retrato de don Manuel López de Zúñiga, duque de Béjar, hacia 1682. Grabado de Romeyn de Hooghe sobre dibujo del capitán ingeniero Juan de Ledesma. Wikipedia

18 de octubre de 2016

Y los Duques de Béjar… ¿qué se fizieron?*



  Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

     El traslado de los restos del VII duque de Béjar Francisco López de Zúñiga (nacido y fallecido en Béjar)  desde el convento Madre de Dios de Sanlúcar de Barrameda a la iglesia Santiago Apóstol de Gibraleón en octubre de 2012 lleva a preguntarse qué fue de los restos de los once duques restantes del mismo título, linaje y apellido.




Recepción de los restos del VII duque de Béjar en Gibraleón, 2012 (Bejar.biz)



Los restos de Álvaro de Zúñiga y Guzmán (n. Encinas, Valladolid, f. Béjar), I duque de Béjar, se encuentran  en la iglesia San Vicente Ferrer, que él mismo mandó construir en Plasencia, junto a los de su sobrina y segunda esposa Leonor Pimentel y Zúñiga y los del hijo de ambos, Juan de Zúñiga y Pimentel, maestre de la Orden de Alcántara.


 Iglesia San Vicente Ferrer en Plasencia

12 de septiembre de 2015

De cómo Álvaro de Zúñiga y Guzmán llegó a ser primer Duque de Béjar

       Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez 

      Hijo de Pedro de Zúñiga (Estúñiga) y García de Leiva, conde de Ledesma y de Plasencia, II señor de Béjar y otras villas, Justicia Mayor de Castilla y Alcalde Mayor de Sevilla; y de Isabel de Guzmán y Ayala, señora de Gibraleón, nació alrededor de 1410 en Encinas de Esgueva (Valladolid) en el castillo que su abuelo, Diego López de Estúñiga y Orozco, había mandado construir en 1394. En sus primeros años recibió educación junto con el primogénito de Enrique III, futuro Juan II.  

 Álvaro de Zúñiga en la serie Isabel

Castillo de Encinas en la actualidad. Foto elnortedecastilla.es

        Heredó a sus padres y abuelo en bienes, títulos y cargos, y antes de cumplir veinte años casó con Leonor Manrique de Lara y Castilla, hija del señor de Amusco, Palencia, y bisnieta de Enrique II Trastámara y de Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, con la cual tuvo nueve hijos. Viudo a los cincuenta años, casó con su sobrina y ahijada Leonor Pimentel y Zúñiga, de diecinueve, hija del conde de Mayorga y de su hermana Elvira de Zúñiga, con quien tuvo cuatro hijos más.   

6 de abril de 2013

El "duque fabricante" don Juan Manuel II: breve biografía (3ª Parte)




Autores: Alberto Bravo Martín y Carmen Cascón Matas


          No nos debe parecer extraño que el Duque de Béjar apoyara desde el inicio del conflicto sucesorio a Felipe V (salvo con su breve desafección tras la toma aliada de Madrid en 1706), pues la monarquía borbónica apoyaba un modelo de economía intervencionista mercantilista basada en la potenciación de las fábricas reales y el incentivo de las privadas a través de exenciones y privilegios, como ya había sucedido en Francia durante el reinado de su abuelo Luis XIV[1]. Don Juan Manuel II aprovechará esta situación promoviendo el proceso manufacturero en sus numerosos estados como ya vimos, aunque siempre como un señor paternalista intentando buscar la mejora de sus estados. Siguió contratando a maestros extranjeros para que se asentaran en Béjar con el fin de enseñar a los naturales tanto en la fabricación de paño fino y tintado de las piezas de lana como al cultivo y manufactura del lino al estilo flamenco[2]




            El objetivo primordial se acabó cumpliendo pues a partir del primer tercio del siglo XVIII numerosos bejaranos se lanzaron a la aventura de la fabricación de paños, al principio tímidamente, dedicándose solamente a una fase del proceso productivo para luego crear obradores de mediano tamaño que fueron la base de la industria pañera del siglo XIX. Además numerosas familias naturales de la Villa acabaron matrimoniando con los propios maestros extranjeros, produciéndose una mezcla de sangres que se puede rastrear en algunos apellidos perdurables hasta la actualidad[3]. Por otro lado, el Duque era el principal suministrador de lana para los obradores, así como la persona que establecía los precios de venta de los tejidos y las medidas standard de las piezas[4]

18 de octubre de 2012

Semblanza de Francisco III de Zúñiga y Sotomayor, marqués de Gibraleón y duque de Béjar (2ª parte y final)



Autor: Antonio Mira Toscano, profesor de la universidad de Huelva. 
Conferencia pronunciada en Gibraleón en ocasión del traslado de los restos a esta ciudad del duque Francisco III.



Aunque el Marquesado de Gibraleón era para Francisco III Diego Zúñiga de Sotomayor algo más que el territorio del que obtenía sus rentas, su administración no desdeñó la necesidad económica de fomentar el asentamiento de población en sus tierras. Así, en marzo de 1589 publicaba una carta de franquicias para repoblar el lugar de San Bartolomé de la Torre, a cuyos vecinos ya había otorgado en 1575 el derecho de ser libres del pago de alcabala para cualquier venta de ganado, yeguas y potros realizada en la víspera del santo, así como otros mantenimientos que allí fuesen a vender. Del mismo modo, y preocupado por el continuo despoblamiento que sufría la costa de su señorío, azotado como el resto del litoral español por piratas y corsarios de toda clase, concedía en mayo de 1597 exenciones y libertades a los nuevos habitantes que quisieran venir a instalarse en la pequeña y hoy desaparecida villa de San Miguel de Arca de Buey, cercana a lo que es hoy El Rompido. Allí hubo de reformar, siguiendo órdenes de Felipe II y empleando grandes sumas de dinero, la fortaleza litoral existente para que sirviera a la defensa costera junto con las nuevas torres vigías construidas en su jurisdicción; las de Marijata y Punta de Umbría.

Torre vigía de Punta Umbría (Huelva). Foto extraída de aquí

11 de octubre de 2012

Semblanza de Francisco III de Zúñiga y Sotomayor, marqués de Gibraleón y duque de Béjar (1ª Parte)




 *Conferencia pronunciada por el profesor de la Universidad de Huelva, Antonio Mira Toscano, en ocasión del Enterramiento de los Restos del Duque de Béjar y Marqués de Gibraleón, Francisco III Diego López de Zúñiga Sotomayor y Mendoza el pasado día 29 de septiembre en la localidad de Gibraleón (Huelva). Durante los días 26, 27, 28 y 29 de septiembre se llevaron a cabo unas jornadas culturales de gran interés sobre este personaje tan ligado a Gibraléon a la vez que a Béjar y a otros pueblos vinculados a la Casa de Zúñiga organizadas por la Asociación "Gibraleón Cultural". Los restos del marqués y duque fueron trasladados desde el monasterio de dominicas de la Madre de Dios de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) hasta la iglesia de Santiago de Gibraleón. Podéis conocer más del acto pinchando aquí.

En la villa y corte de Madrid, como dicen los documentos, “estando enfermo en la cama de la enfermedad que Dios nuestro señor fue servido de le dar, pero en su buen juicio y entendimiento”, a las ocho de la mañana del día 9 de mayo de 1601, el V duque de Béjar expiraba a la edad de 45 años. Le acompañaban en su último trance algunos miembros de su Consejo de Cámara, su contador, tesorero y secretario. 

Gibraleón. Imagen extraída de aquí

             Francisco III Diego Zúñiga de Sotomayor y Mendoza, caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro y Grande de España, había llegado a ostentar, además del influyente título de duque de Béjar, los de duque de Plasencia, marqués de Gibraleón, conde de Belalcázar y de Bañares y vizconde de la Puebla de Alcocer; detentando también otros altos cargos en la Corte, como el de justicia mayor o el de alguacil mayor hereditario del Reino de Castilla.