Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista Cultural de Gibraleón nº18, Dic. 2015
Los Pizarro: el mayorazgo, sus propiedades y el palacio en Béjar
Publicado: Revista Cultural de Gibraleón nº18, Dic. 2015
Los Pizarro: el mayorazgo, sus propiedades y el palacio en Béjar
La presencia de los Pizarro en el Béjar de la Edad Moderna, sobre todo
entre los ss. XVII y XVIII, es constante: ejercen de padrinos de los hijos otros
hidalgos, poseen extensas
propiedades, molinos, tierras y rentas. Pero sin duda se les puede englobar en
la lista de la nobleza tradicional, mas dedicada a mantenerse del trabajo que obtienen de sus tierras o de las rentas de sus molinos que a la inversión en las manufacturas textiles. Esta actividad,
desarrollada desde la Edad Media en Béjar, viene a eclosionar en este momento gracias
al patrocinio de los Zúñiga. Es entonces cuando
algunos
propietarios, deciden a imitación del duque invertir sus
escasos ahorros en la compra de uno o dos telares. Las ganancias que les
reporten serán sólo un complemento para sus pequeñas economías familiares[1].
Estos precarios comienzos se transformarán significativamente en el siglo
posterior, convirtiendo Béjar en un foco industrial del oeste peninsular.
Río Cuerpo de Hombre
El caso de los Pizarro es abiertamente diferente: seguían manteniendo los ideales y privilegios de la nobleza
castellana, lejos del trabajo manual y los negocios, fuera de los ideales
ilustrados imperantes, atada a las rentas de la tierra, de la ganadería y de
los beneficios extraídos de sus molinos.
A este respecto son significativos
los datos obtenidos en el Catastro de Ensenada de 1753 porque enumeran una a
una las propiedades de Antonio Pizarro y de los mayorazgos de que gozaba, los
rendimientos de sus tierras, los pagos por los cargos desempeñados, etc. Por lo
que se refiere a este último aspecto sabemos que era regidor de la villa por el
estado noble, lo cual le daba potestad para participar en la toma de decisiones
en el consistorio. Además se definía como ganadero trashumante y como tal era
miembro del Honrado Consejo de la Mesta, puesto que habían ocupado con
anterioridad su abuelo y su tío. En este sentido se conservan numerosos
documentos en los que otorga poderes especiales a distintos individuos para que
le representen en negocios relacionados con la explotación ganadera[2].
Su función de recaudador de impuestos para su señor, en concreto de las
alcabalas, le reportó mala fama. De hecho existe un pleito del duque don Juan
Manuel contra él por un fraude cometido en la función recaudadora[3].
En cuanto a lo que se refería a sus
propiedades particulares Antonio Pizarro poseía un molino harinero de dos
piedras junto al río Cuerpo de Hombre, por entonces arrendando, y que reportaba
unos ingresos anuales de 300 reales[4].
Asímismo se contabilizan dos vigas de lagar que servían para prensar paños[5] y
numerosas tierras de regadío.
Si por algo se caracterizaba a los
Pizarro en aquel entonces en el que se iniciaba lentamente el desarrollo de las
manufacturas textiles era por el monopolio que ejercían sobre las cabezas del
ganado ovino y, por ende, sobre la lana disponible en la villa. Pensemos en la
importancia capital del abastecimiento de la materia prima y el hecho de que
una sola familia fuese la única abastecedora en el total de la villa de Béjar.
Así, poseían un número ingente de cabezas que pastoreaban entre el norte de
Extremadura y las estribaciones de la Sierra de Béjar en invierno, y entre ésta
y Barco de Ávila, Bohoyo y Villafranca, ya hacia Gredos, en verano[6].
Según el Castastro de Ensenada Antonio Pizarro poseía en 1753 un total de 850
machos, 479 corderas, 449 carneros, 301 corderos, 46 cabras y 42 chivos. Habría
que añadir una vacada de carácter trashumante entre Extremadura y El Barco de
Ávila y la dehesa de Garganta de los Caballeros compuesta por 2 vacas paridas,
8 becerros, 16 horras, 11 añojas y 5 bueyes. No faltaba una yeguada de 25
ejemplares, 1 potro y 3 caballos, a lo que habría que sumar 9 mulas, 2 machos,
4 jumentos y 2 burros, y una piara de 14 cerdos y 24 puercas, todos
trashumantes[7].
Continuará
[1] Sobre los inicios de las manufacturas textiles en Béjar es
imprescindible ROS MASSANA, Rosa. La industria textil lanera de Béjar (1680-
1850). La formación de un enclave industrial. Junta de Castilla y León,
1999; y de la misma autora “La economía de Béjar en la Edad Moderna” en
HERNÁNDEZ DÍAZ, José Mª y DOMÍNGUEZ GARRIDO, Urbano (coords). Historia de Béjar, v. I. Centro de
Estudios Bejaranos, 2012. También MARTÍN LÁZARO, Antonio. "La fábrica de paños de Béjar, documentos
para su historia", Béjar en Madrid 200-241, (1925-26). Con respecto a la misión del duque don
Juan Manuel junto a la monarquía en pro de las manufacturas AVILÉS AMAT,
Antonio y CASCÓN MATAS, Mª Carmen. “El duque D. Juan Manuel y la Guerra de Sucesión en Béjar (1ª y 2ª parte)”. Revista Estudios Bejaranos nº 17 y nº 18. Centro
Estudios Bejaranos y Ayto. de Béjar. Dic de 2013 y Dic. 2014.
[2] Se custodian en el Archivo
Histórico Provincial de Salamanca.
[3] Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional, OSUNA, C.262,
D.76-78.
[4] GARCÍA MARTÍN, Pedro. Béjar, 1753, según las Respuestas Generales
del Catastro de Ensenada. Madrid, Tabapres, 1990, pp. 61 y 62.
[5] Ibidem, p. 65.
[6] Ibidem, p.73.
[7] Archivo Municipal de Béjar (a
partir de ahora AMB). Catastro de
Ensenada. Estado Seglar. Libro 1.
Sign. IE. 0007.08., f. 80v y ss.
total que con unas cosas y otras Antonio Pizarro vivía en aquella época holgadamente. Tenía fuente de ingresos por todos lados.
ResponderEliminarBesos
Siempre fue una de las razones de nuestro atraso industrial: esa mentalidad tradicional de la nobleza de no invertir en actividades fabriles, conformándose con las rentas que le producían las tierras y el ganado, rentas que se gastaban en bienes suntuarios. Algunos, no obstante, rompieron esa tendencia y, como hacían algunos lores británicos, se arriesgaban con la textil. Pocos, sin duda.
ResponderEliminarUn saludo, Carmen.
Y entre ellos el Buen Duque don Manuel de Zúñiga y su madre y su mujer, por ejemplo. Saliéndose de ese parámetro de nobleza apalancada que vivía de las rentas de sus extensas propiedades se lanzaron a invertir en las manufacturas textiles en el reinado de Carlos II. Su estela la siguió su hijo, don Juan Manuel II, como bien hemos comentado en este blog.
EliminarUn saludo
Un fuerte abrazo, y seguiremos leyendo esta interesante historia.
ResponderEliminarImpresiona que tuvo visión de futuro.
ResponderEliminarBesos Carmen
Aferrado a la tradición, sí, pero seguramente con esas ovejas obtenía pingües beneficios de la naciente industria textil que impulsaban los duques.
ResponderEliminarUn abrazo,
Cuando se vive holgadamente a expensas de las rentas obtenidas de sus posesiones en tierras, la nobleza no quiere saber nada de invertir en la industria textil, no quiere preocupaciones de este tipo ¿Para qué arriesgar si están viviendo cómodamente?
ResponderEliminarSe necesita gente que tengan miras más amplias, son como la avanzadilla a su tiempo.
Interesante tu entrada.
Agradezco tus letras de apoyo en relación a la mejoría de nuestra amiga Ámbar.
Cariños.
kasioles
Sin duda se le debe de recordar como la familia de posibles dentro de la industria ganadera, pues parece que todas las tierras le pertenecían.
ResponderEliminarUn abrazo
Hubo también Pizarros en el Jaén del siglo XVII, emparentados con los Biedma, linaje también hidalgo.
ResponderEliminarSaludos,
Enriquece a Béjar el rescate de su patrimonio intangible, y como en anteriores, muy buenas las fotos de Carmen. Felicitaciones desde Chile, JZR.
ResponderEliminarNo le faltaba nada. Interesante personaje. Saludos
ResponderEliminarCarmen, cómo me gusta leer sobre la historia textil de Béjar, me parece una épica interesante de veras. Desde quienes arriesgaron su dinero en el empeño de ponerla en marcha, a las tejedoras y a todo el compendio de oficios necesarios para darle a Béjar el nombre que la hizo famosa por sus paños hasta no hace tanto.
ResponderEliminarEnhorabuena por la "Ruta de La Fábricas Textiles de Béjar". El año pasado me contaron que es un recorrido soberbio. Un beso.
La historia textil de Béjar es apasionante. A ver si comparto más entradas sobre el tema que lo he dejado un poco apartado con motivo de los doscientos años de La Gloriosa.
EliminarY en cuanto a la Ruta de las Fábricas es preciosa durante todo el año, menos en verano por el poco agua que trae el río por el estiaje. Hacerla es retrotrarse al pasado mientras se camina junto a esos barcos varados que son las naves abandonadas de las fábricas.
Un beso
·.
Siempre es interesante lo que escribes.
Vivir de rentas es lo cómodo. El riesgo puede traer más riqueza, y todo lo contrario. No obstante el riesgo es la base del progreso. El desarrollo de lo textil de Béjar se debe a que siempre hubo emprendedores.
Esta vez, con buenas fotos del entorno.
Un abrazo
.·
LMA · & · CR