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13 de agosto de 2022

De dos sepulcros que viajaron desde San Esteban de Nogales (León) a Nueva York

         Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez  

       El Paso Honroso fue un episodio caballeresco (banal, diríamos hoy, pero tenía trasfondo político) protagonizado en 1434 en el puente de Hospital de Óbrigo, León, por Suero Quiñones y otros jóvenes acaudalados e influyentes en la corte de Juan II de Castilla. Al asunto se refiere Cervantes en El Quijote, y su puesta en escena sirve hoy de atractivo turístico para la localidad. En la camarilla de Suero estaba Lope de Estúñiga, autor del famoso cancionero, considerado su deudo (pariente) en algunos documentos.     

Vista panorámica del puente de Hospital de Órbigo. Es.wikipedia.org

       Es el caso que un siglo después, Suero de Quiñones y Zúñiga, bisnieto del anterior, contrae matrimonio con su parienta Elvira de Zúñiga, hija de Álvaro de Zúñiga, II duque de Béjar, y su amante Catalina Dorantes. La pareja se instala en el castillo de Villanueva de Jamuz (hoy en ruinas, pero con la torre de homenaje en pie) y ejerce patronazgo sobre el Real Monasterio de Santa María (también en ruinas), en San Esteban de Nogales, tierras del marqués de La Bañeza, Pedro de Zúñiga y Avellaneda.

31 de octubre de 2020

Pedro Dorantes Arias: un conquistador bejarano en el Río de la Plata (1ª Parte)

Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto

Publicado: Semanario Béjar en Madrid, nº 4748 (4/03/2016), p. 4. 

 

     La fortuna histórica de que alguien termine dando nombre a una calle, por modesta que esta sea, otorga al beneficiado algo semejante a la inmortalidad. A la inmortalidad o a la perdurabilidad de un nombre, que no de la persona ni de su historia pues ésta suele terminar devorada por la sentencia del olvido y del tiempo. Por tales decisiones en el callejero de nuestra ciudad la figura de Andrés Dorantes nos resulta hoy, al menos, familiar, mientras que la de su pariente Pedro Dorantes Arias ha quedado en el completo anonimato, por más que la historia y los hechos de este segundo sean, si cabe, más legendarios y trascendentales en la compleja y duradera etapa de la conquista de América

 

Andrés Dorantes de Carranza, el otro conquistador de la familia.

Dibujo encontrado aquí


         ¿Quién era este hombre que las crónicas de Indias recuerdan como conquistador en Méjico y Guatemala, descubridor de las tierras del río de la Plata y al que sitúan ocupando importantes cargos públicos en Paraguay? Sin duda uno de los conquistadores más renombrados en su época, prototipo de castellano entregado a la pasión de la aventura del nuevo continente, hombre de espada y sacristía, impenitente en el campo de batalla y sumiso ante Dios. Después de haber servido en España al Emperador Carlos V con su participación en la Guerra de las Comunidades, es nombrado factor u oficial real para viajar a América donde comenzaría su aventura de poder y conquista. Era el año 1529.

2 de noviembre de 2019

De máculas en el linaje de los Zúñiga y "El tizón de la nobleza"


 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      En esta ocasión, como sucede a veces en la historia, el ataque vino desde dentro porque los miembros de la Casa de Mendoza estaban unidos por estrechos lazos de parentesco con la Casa de Zúñiga, como también con otros linajes poderosos de la época.

 
     A comienzos de 1560, y previa aprobación de Felipe II, Francisco Hurtado de Mendoza, hijo de los marqueses de Cañete, había enviado sus antecedentes familiares al Consejo de Órdenes Militares con el fin de obtener el hábito de Santiago, trámite que fue demorado por suscitarse algunas dudas sobre su limpieza de sangre. Agraviado el joven aspirante, hizo presente de inmediato el hecho a su tío Francisco de Mendoza y Bobadilla, hermano de su padre, que había vuelto de Roma con el nombramiento de obispo de Burgos, el título de cardenal, y el encargo de recoger en Francia a Isabel de Valois y traerla a España para su boda con el monarca, misión en la que llevó consigo, y a su costa, entre parientes, amigos y criados hasta mil quinientas personas, y gastó en ella más de tres millones de reales (Relación de la entrada de Isabel de Valois en tierras españolas, Colección Granvela, Real Biblioteca, Madrid).

29 de octubre de 2017

Catalina Dorantes: la amante con licencia del II Duque de Béjar Álvaro de Zúñiga y Pérez de Guzmán




Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


      Este caso, que merecería figurar en Con la Z de Stúñiga; Curiosidades (y excentricidades habría que agregar) sobre el Ducado de Béjar de Antonio Sánchez Sánchez, publicado en Archivo Fotográfico y Documental de Béjar, 2009, lo trae el genealogista y heraldista Julio de Atienza y Navajas, barón de Cobos de Belchite, en su trabajo El Marquesado de Águilafuente, incluido en la revista Hidalguía, 1993, del Instituto Salazar y Castro (CSIC) de Madrid:

 



Emblemas del marquesado de Aguilafuente en el antiguo palacio de Aguilafuente, Segovia. Casadelpalacio.com



Viéndose sin sucesión legítima don Álvaro de Zúñiga, II duque de Béjar, III conde de Bañares, I marqués de Gibraleón, Justicia y Contador mayor de Castilla, de su mujer y tía doña María de Zúñiga, acudieron ambos al rey Carlos I (el emperador Carlos V) haciéndole presente que, además de los bienes de su mayorazgo, tenían otros libres adquiridos algunos de ellos durante su matrimonio, y careciendo de descendencia suplicaban se les diese licencia y facultad para poder fundar un mayorazgo o dos, con condición precisa que no pueda revocarse, añadirse, disminuirse o alterarse durante la vida de los fundadores, y para mayor firmeza, verificada la muerte de uno, no pueda el otro revocarlo, modificarlo ni condicionarlo, quedando siempre en el estado que tenía cuando falleciese uno de los fundadores, excepto si el sobreviviente fuese el expresado don Álvaro, a quien le había de quedar libre la facultad de poderlo alterar según y cómo tuviese a bien. Esta licencia y expreso consentimiento les fue concedido en todo, considerando los bienes que constituyesen el mayorazgo como inalienables e indivisibles, y así les fue despachada en Burgos a 20 de diciembre de 1527, refrendada por don Francisco de los Cobos (Seis meses antes había nacido Felipe, hijo y sucesor de Carlos, cuyos padrinos de bautismo fueron Álvaro de Zúñiga y la reina Leonor, hermana del emperador)