Amigos de Béjar y sus historias

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8/15/2025

Pedro de Oliva pide licencia al duque de Béjar para crear un mesón en la calle de La Carrera en 1761

 Autor: Agustín García Gómez

  Para la investigación histórica sobre la villa de Béjar, especialmente la del siglo XVIII con la implantación de la fábrica de paños finos promovida especialmente por sus dos últimos duques[1], existe una base de información formidable que todos los investigaciones e historiadores o simples aficionados domésticos, como el que esto escribe, tienen a su disposición en su domicilio sin necesidad de desplazamientos, que es el Portal de Archivos y Revistas Españoles, comúnmente llamado PARES, dependiente del Ministerio de Cultura y disponible a cualquier consulta en internet.

   En su sección del Archivo Histórico de la Nobleza (AHNOB), se encuentra el Archivo de la Casa de Osuna,  uno de los de mayor volumen de documentos, y dentro de él el Archivo Ducal de Béjar (ADBéjar) el cual, y pese a las múltiples vicisitudes históricas sufridas que merman su contenido, guarda la documentación relativa a los duques de Béjar, la familia Zúñiga, y también, y eso es lo importante para esta presentación, otra mucha relacionada con los habitantes de su Villa y Tierra, que  resulta interesante para conocer su vida. Hemos de comprender que los Zúñiga eran los señores ducales, muchas veces en la distancia y hasta cierto punto ajenos comparados con el resto los bejaranos. Debido al desordenamiento y la dispersión de sus legajos resulta necesario el empleo de tiempo para su consulta, pero a la vez  da la oportunidad de conocer el día a día de la vida villana y sus vecinos como el suceso que a continuación se expone.

 Para entender su contenido hay que explicar que hasta el siglo XVIII Béjar estaba distribuida en diferentes barrios diseminados y arremolinados en torno a las tres iglesias principales: Santa María la Mayor, El Salvador y San Juan Bautista, después de la desaparición, en 1568[2], del resto de parroquias por orden del obispo de Plasencia don Pedro Ponce de León. Béjar se extendía desde la Puerta de San Lázaro al oeste, hasta el puente de la Corredera al este ya extramuros, como fue pintada por Ventura de Lirios en 1726 y 1727 por encargo del duque don Juan Manuel en el cuadro Villa Vijerrensis o Panorama de la villa Vijerrensis, como así fue titulado en la subasta de arte en la quiebra de la Casa de Osuna en 1896, y hoy conocido como Vista de Béjar.

   Tan largo y estrecho caserío estaba dividido en la Villa Vieja -desde la Plaza Mayor hacia el oeste a través de la calle la Carrera, plaza de la Alcaicería, iglesia de Santa María la Mayor, calle Mayor de Santiago e iglesia del Señor Santiago-, y la Villa Media y Nueva -desde la plaza Mayor hacia el este hasta la Corredera más allá de la Puerta de la Villa o de Ávila y que llegaba hasta el puente de la Corredera sobre el río Cuerpo de Hombre (único puente que existía para acceder a los tintes y batanes en lo que es actualmente es el Parque Municipal de la Aliseda, lugar primigenio de la Fábrica de Paños Finos) y a la ermita de los Mártires San Fabián y San Sebastián, patronos de la villa, con su Alameda del Recreo, y más arriba a la finca de caza y recreo ducal de El Bosque-. Ya se ha señalado a la plaza Mayor como eje vertebrador de la vida villana con la representación de sus tres poderes, el señorial con su palacio Ducal, el eclesiástico con su iglesia del Salvador y el civil con su Ayuntamiento edificado hacia  1578. 

Recreación de la Villa de Béjar, según Catastro de Ensenada de Oscar Rivadeneyra

 

  Pero lo que aquí se quiere señalar es que la calle de la Carrera, la actual Rodríguez Vidal a la ladera sur del Palacio Ducal, era la única calle o vía de comunicación entre las dos villas, dado que su ladera norte estaba ocupada por la huerta del Aire con sus jardines y caballerizas y el barranco de las Guaridillas sobre el río Cuerpo de Hombre. Hay que considerar que no existía la actual Ronda de Viriato o carretera de Circunvalación,  mucho más reciente, aunque sí existía el Cerradillo o actual Padre Roca, como lugar de acceso al Valle de las Huertas. El tráfico de personas, animales y carros transitaba necesariamente por La Carrera para salir o entrar en la Villa Vieja, lo que hoy llamamos genéricamente La Antigua.

6/06/2025

Una ermita en la Peña de la Cruz para evitar tormentas

Autor: Agustín García Gómez

        El desorden histórico existente en el Archivo Histórico de la Nobleza, a pesar de los múltiples intentos realizados por los Zúñiga para su buena conservación y ordenamiento, hace que su investigación requiera de muchas horas de dedicación, a cambio de sorpresas como la que hoy se expone.

 Paraje de la Peña de la Cruz. Imagen extraída del blog https://grancalili.blogspot.com/2016/01/llano-alto-pena-de-la-cruz-pena-negra.html

 

        Buscando información para otro asunto, el que esto escribe se encontró con un legajo compuesto de ochenta y nueve folios con documentos de diversa correspondencia entre el XI duque de Béjar, don Juan Manuel II y su esposa, María Ana de Borja Centelles Fernández de Córdoba, con sus contadores en Béjar sobre la administración y gobierno de sus estados entre los años 1734 y 1735. Tiene hasta cinco hojas de catalogación de la inconfundible mano del contador archivero, el bejaranizado José de Tapia Osorio, quien nos explica, añade y resume, según su costumbre, el contenido de los documentos del legajo [1].

4/15/2023

Sobre cómo era la primavera en torno al río Cuerpo de Hombre y los alrededores de Béjar en otros tiempos

 Autor: Agustín B. García Gómez

         En estos días en los que el valle del río Jerte, hermano de los valles del Cuerpo de Hombre y del Ambroz, valles trillizos nacidos a los pies de la Sierra de Béjar, visten las mejores galas florales de sus cerezos que a tantos visitantes atrae, uno no puede por menos que recordar las palabras del viajero Antonio Ponz que en 1775 en su recorrido por España y al llegar al valle del Cuerpo de Hombre escribió aquello de

 


        “La Villa de Béjar, está puesta sobre una alta loma entre las sierras, que llaman también de Béjar, incomparablemente más elevadas, y son en las que tiene fin, por el lado opuesto, el valle de Plasencia, unidas al puerto de Tornavacas. La subida a la villa es rápida, y penosa: la mayor parte está cercada de un rio, que llaman Cuerpo de Hombre, y nace en un paraje de la serranía, llamado Navamuño”.

11/26/2022

"El diluvio de Santa Lucía" de 1617

 Autor: Agustín García Gómez

No es tierra la nuestra propicia para riadas o inundaciones, aunque sea uno de los lugares donde más llueve del país según lo demuestran las estadísticas. Uno que ya va teniendo una edad recuerda que su abuelo, un labrador comarcano, le hablaba del “orinal” de Béjar. Con sorpresa muchos años después se ha enterado de que “orinal” es un término usado en meteorología para designar un lugar donde el viento y las nubes con lluvias que entran desde el suroeste y se dirigen al noreste chocan contra las montañas y se quedan acumuladas en zonas más bajas donde descargan. Tampoco su orografía montañosa, que propicia el transito rápido del agua por sus vertientes, facilita las inundaciones y dañinas riadas de las temidas gotas frías del levante y sureste en el país, donde la vida le ha traído a vivir a uno.

 Puente de Riofrío en la actualidad. Foto sacada de aquí


Aun así, en la noche de Santa Lucía del 13 de diciembre de 1617, debieron aliarse todos los elementos climatológicos adversos para ocasionar “El Diluvio de Santa Lucia”, que arruinó el Puente de Riofrío en el Palomar Bajo y recogido en el ADBéjar: OSUNA,C.238,D.66. Su transcripción literal nos da mejor detalle de la desgracia ocurrida.

10/21/2022

El asunto del agua en la villa de Béjar en la Edad Moderna (3ª Parte y final). Un caso particular: la Fuente de la calle de las Parrillas

 Autor: Agustín García Gómez

        En 1744 los vecinos de la calle de las Parrillas y los Álamos (se entiende que era la Alameda situada en la actual calle Ronda de Navarra), solicitan autorización al ayuntamiento de Béjar para abrir una conducción a su costa desde la cañería que surtía de agua a la fuente del convento de San Francisco y poner una fuente pública arriba de la calle de las Parrillas. A los ocho días de disfrutar de tan cómodo servicio, el Padre Conservador del convento se opuso al suministro para que no estorbase en la cañería que les abastecía, por lo que de nuevo se ven obligados a  acudir al ayuntamiento para realizar nueva conexión de la arquilla de San Gil. Éste arbitra que la nueva conexión autorizada no perjudique al surtimiento preciso al convento, ni a las fuentes principales de la plaza Mayor y al convento de Abajo.



Figura 1: Detalle de la Fuente de la calle de las Parrillas. Estado actual.


       La signatura del ADBéjar: OSUNA,C.262,D.25 recoge y nos da detalle de estos hechos. El legajo, compuesto de la hoja de catalogación del archivero ducal y tres documentos más, no se encuentra en buen estado por lo que no ha sido posible la transcripción de algunas palabras o incluso párrafos.

10/15/2022

El asunto del agua en la villa de Béjar en la Edad Moderna (2ª Parte). Suministro de agua para las fuentes y jardines del Palacio Ducal

  Autor: Agustín García Gómez

      Se comentó en la entrega anterior que la fragilidad de los arcaduces de cerámica de la cañería o conducción del agua para abastecimiento de la población de la villa de Béjar ocasionaba que sus rupturas accidentales o intencionadas para el robo del agua fueran frecuentes, y su reparación dio lugar a una numerosa documentación que facilita su estudio y conocimiento.

Palacio Ducal

          Con fecha 17 de mayo de 1688 el ayuntamiento de la villa aprueba “una petición (del Alcalde) diciendo la grande falta que hacia el agua de las cañerías para las fuentes y jardines del Palacio de su Excª haciendo(se) cargo de esta obligación…”. El 24 de julio de 1688 se ordena su ejecución inmediata. Esta obra debió de tratarse de una reparación de la conducción de agua [1]. En otro infolio de fecha 20 de agosto de 1768 se recogen 34 documentos sobre este asunto. Se ha preferido transcribir la hoja de catalogación del archivero ducal quien, como de costumbre, hace un resumen de distintos hechos con relación al suministro de agua al Palacio Ducal, en la Plaza Mayor y la colación de Santa María en la Villa Vieja [2]. Se ha dividido el texto continuo del archivero en párrafos para su mejor comprensión:

10/08/2022

El asunto del agua en la villa de Béjar en la Edad Moderna (1ª Parte). El acueducto bejarano (1597-1853)

Autor: Agustín García Gómez
Junio 2022


Tan reciente como que en mayo de 2022 se ha publicado en la red, tanto en la página de la Diputación de Salamanca como en los demás medios de comunicación salmantinos, la noticia que se llevará el agua del pantano de Navamuño en Candelario hasta la recóndita Sierra de Francia con el fin de abastecer de agua el turismo de la localidad de La Alberca, principalmente, y demás localidades de la bella comarca salmantina. Esta noticia ha removido en la memoria el abastecimiento de agua en la Edad Moderna a Béjar que en este escrito se pretende presentar.


Los investigadores bejaranos José Muñoz Domínguez y Juan Félix Sánchez Sancho son los autores de un más que interesante trabajo de investigación titulado “El acueducto de La Corredera. Abastecimiento de agua potable en Béjar entre los siglos XV y XIX” de 2015, cuya lectura de es de total recomendación. En este artículo sus autores nos relatan la historia del acueducto bejarano, detalladamente reflejado en el conocido cuadro Vista de Béjar del pintor Ventura de Lirios de 1726, que servía para abastecer de agua a la villa de Béjar desde su construcción sobre el año 1597 hasta su derribo hacia 1853.

Detalle del Acueducto en el cuadro Vista de Béjar de Ventura de Lirios en 1726. Fotografía: Juan Félix Sánchez Sancho.


4/01/2022

El fabricante de bayetas y mantas palentino que quiso venir a Béjar en 1691

 Autor: Agustín B. García y Gómez

 Marzo de 2022

      De sobra es conocido que el 27 de agosto de 1691 las duquesas de Béjar María Alberta de Castro Portugal Borja y Teresa Sarmiento de la Cerda, como tutoras del que fue XI duque de Béjar, Juan Manuel López de Zúñiga Mendoza Sotomayor, firman en Madrid una escritura ante escribano público con Francisco Simoni y Ana Buru, marido y mujer, Pedro Rusel y Tomás Romo, Juana y Magdalena Simoni, hijas del dicho Francisco Simoni, Aldegonda de Croque y Margarita Langel, para encargarse de la Fábrica de Paños Finos de Béjar y enseñar a sus habitantes, siendo este el primer origen de la industria textil de paños finos bejarana. Según refleja la escritura, se trata de un matrimonio, sus dos hijas y sus maridos y dos mujeres más; en total ocho flamencos. En esta escritura firma como testigo de la misma, el flamenco Juan Bissón persona fundamental en la implantación de la fábrica de paños finos en Béjar. (ADBéjar, OSUNA,C.265,D.33, año 1691).


 


            El inicio de su actividad fue difícil por la falta de experiencia empresarial de los flamencos, que no por falta de calidad en su trabajo, de tal manera que en apenas dos años ya se habían trasladado a Plasencia con la expectativa de un empleo en una fábrica real de tejidos que se quedó en proyecto. Hay un informe de junio de 1693 firmado por Juan del Carpio, tesorero ducal, dando cuenta que ha visto y reconocido en Plasencia a los maestros flamencos, que no tenían fábrica propia y estaban malviviendo de un escaso salario (ADBéjar, OSUNA, C.256, D.1317, 1693). Más tarde llegarían otros flamencos que continuaron con la implantación de la fábrica de paños finos en Béjar.