Autor: Agustín García Gómez
Se comentó en la entrega anterior que la fragilidad de los arcaduces de cerámica de la cañería o conducción del agua para abastecimiento de la población de la villa de Béjar ocasionaba que sus rupturas accidentales o intencionadas para el robo del agua fueran frecuentes, y su reparación dio lugar a una numerosa documentación que facilita su estudio y conocimiento.
Palacio Ducal
Con fecha 17 de mayo de 1688 el ayuntamiento de la villa aprueba “una petición (del Alcalde) diciendo la grande falta que hacia el agua de las cañerías para las fuentes y jardines del Palacio de su Excª haciendo(se) cargo de esta obligación…”. El 24 de julio de 1688 se ordena su ejecución inmediata. Esta obra debió de tratarse de una reparación de la conducción de agua [1]. En otro infolio de fecha 20 de agosto de 1768 se recogen 34 documentos sobre este asunto. Se ha preferido transcribir la hoja de catalogación del archivero ducal quien, como de costumbre, hace un resumen de distintos hechos con relación al suministro de agua al Palacio Ducal, en la Plaza Mayor y la colación de Santa María en la Villa Vieja [2]. Se ha dividido el texto continuo del archivero en párrafos para su mejor comprensión:
“N.65 1576. Béjar. Leg 1º. Lit a Barquillo Agua a las Fuentes de Palacio y Villa Vieja. Obligación de mantenerla la Vª de su coste.Por la ejecutoria que gano el año de 1576 la Sª Duquesa Dª Teresa que está al n. 105 del Cajón de Béjar en el Archivo en el cap. 13, de ella, disputo la Villa y tierra el uso de las Aguas del Pueblo que se conducían a su costa y la Sª Duquesa la hacía llevar a su Palacio para las Fuentes y regar las Huertas y Jardines, sin dejarla para aprovechamiento común”.
Calle Mayor
Por este primer párrafo tenemos información que la conducción de las aguas del común para abastecimiento del palacio, fuentes y huertas es anterior a 1576 (se sabe que había otra fuente en las caballerizas dentro del recito del Palacio Ducal). Esta es la fecha de la disputa que la duquesa Teresa ganó al ayuntamiento de la villa por no dejar el agua para aprovechamiento del vecindario de la plaza Mayor y de la Villa Vieja, pese a mantener la villa sus gastos de mantenimiento y reparación. Los vecinos de estos dos barrios habían presentado continuas quejas al Ayuntamiento por no disponer de agua en sus fuentes públicas en épocas de escasez o sequía, mientras al Palacio Ducal seguía entrando el agua para fuentes, huertas y jardines, hecho que evidentemente no les parecía justo.
“En la sentencia de revista mando la cancillería, pudiese usar de ella en sus Fuentes costeándolo la Villa de sus propios y solo en el caso de no tenerlos alguna vez y ser preciso hacer repartimiento para ello entre todos los vecinos, contribuyese su Excª al gasto desde la Fuente de la Plaza hasta Palacio aquella parte sola que se repartiese a otro cualquier vecino sin más obligación”.
La Chancillería de Valladolid mantiene el privilegio de la duquesa en el uso del agua dentro del Palacio, pero la obliga a participar en el coste del mantenimiento, como cualquier otro vecino, en el caso de que la villa tuviese que hacer “repartimiento” del coste de reparación, en caso de no disponer de “propios” para costearlos, algo a lo quer antes no estaba obligada al parecer.
“El año de 1698 que se descompusieron los conductos, sin embargo de conocer la Sª Duquesa Dª María Alberta madre del Sr. Duque Don Juan 2º, la obligación de la Villa, dio 3.000 reales de gracia para su compostura y la villa suplió lo demás”.
Por la fragilidad de los arcaduces de cerámica que conducían el agua a las fuentes públicas eran frecuentes las roturas accidentales o intencionadas, lo que obligaba a constantes obras de “recomposturas” con su coste. En 1698 la duquesa viuda del Buen Duque da a la villa 3.000 reales para la “composición” de las cañerías, pese a no estar obligada a ello en esa cantidad, y la villa asumió el resto.
Portales de Pizarro
“Duro por poco ser la obra falsa, por cuyo respecto y por vía de conmiseración el mismo Sr Duque por Documento y Libramiento de 25 de agosto de 1719, dio 4.000 reales para volverla a componer toda la cañería de Palacio y Colación de Santa María, sin ejemplar pues era obligación de la Villa costearla y de nuevo la hizo de costear el demás gasto que se hiciese y la que le incumbía en delante de tener permanente el Agua en el Palacio y en la Colación de Santa María, todo a su costa. Cuyo documento queda aquí, copiado del original de la cuenta de esta Tesorería del año 1719, n 2º. Duraron las Fuentes corrientes hasta el año 1722 que se perdieron”.
La composición resulto “obra falsa” y veintiún años después era necesaria otra nueva, para la cual el duque don Juan Manuel da 4.000 reales por “conmiseración” para mantener el agua en el Palacio y la colación de San María. Parece evidente que asumió dar la “ayuda” con el fin de no carecer de agua en su casa a la vista de la falta de recursos del ayuntamiento.
Hay que recordar que hacia 1725 el arbitrista bretón Nöel Jouvin (Manuel Jovín), que acompañaba a la corte de Felipe V, recomienda al mismo duque: “También se deberá establecer casas que formen una calle desde la Parroquia de Santa María hasta la del Sr. Santiago por estar arruinado este Barrio y ser la antigua villa y estas casas que se labren han de ser construcción como las de Francia del pequeño Puerto de San Juan de Luz que está en las cercanías de Bayona sobre el Océano y dichas casas han de ser todas para artesanos con las oficinas precisas a cada profesión”, que no se llegaron a construir.
Estanque de El Bosque de Béjar
En cambio sí se construyeron desde 1725, por cuenta del duque, las cinco “Casas Nuevas” con sus arcadas de granito destinadas a sus sirvientes de rango más alto en la ladera norte de la Plaza Mayor, que aún existen, y también recomendó: “Las cinco casas que están en la Plaza Mayor de esta villa a la parte del norte, desde la esquina de la torre de la parroquia del Salvador hasta la muralla del Palacio, (las)mando fabricar el Sr Duque Don Juan Manuel 2º el año del 1725, en un pedazo de tierra que mediaba hasta la muralla que llaman de las Guaridillas y por donde habían caído y matándose algunas personas y caballerías” [3].
En esta época la población de la villa se distribuía en barrios diseminados, y la ampliación urbana, consecuencia del aumento de población por el buen progreso de la Fábrica de Paños Finos, era hacia el este por la calle Mayor, llegando hasta los extramuros de La Corredera, que se extendía por la actual calle Libertad hasta el puente de La Corredera o Puente Viejo. A la vista del comentario de Manuel Jovin, la Villa Vieja se encontraba arruinada, especialmente desde la iglesia de Santa María hasta la iglesia de Santiago. Este mismo duque, en una carta a su contaduría, ordena se insista a los propietarios de las casas de la colación de Santa María en su cuidado y evitar su ruina, “pues se yo que lo que quieren es convertir (los solares) en parrales (que eran muy cotizados)”. Habrá que esperar a la segunda mitad del siglo XVIII para que comiencen a surgir las sagas familiares de los fabricantes textiles y al siglo XIX para se edifique el espacio vacío existente entre los barrios.
Parroquia de Santa María
“Y en 1768, a instancias de la Parroquia de Santa María dio al Señor Duque Don Joaquín, otros cuatro mil reales para hacer nuevo encañado para Palacio y dicha Parroquia y facultad para que de las Rentas de Bañaduras se supliese lo demás, por no tener la villa propios, obligándose a mantener corrientes las dichas Fuentes a su costa en todo tiempo. En consecuencia de ello se hizo Acuerdo por el Ayuntamiento en 4 de septiembre de dicho año 1768, en que los Contadores presentaron la carta orden de su Excª con fecha de 20 de agosto de él, sobre este asunto y se obligo la Villa y Diputados de Bañaduras a dar otros 4.000 reales para que el encañado se hiciese todo de piedra desde un poco mas debajo de la Fuente del Convento de la Piedad por bajo de la casa del vinculo de don Francisco Pizarro hasta el Palacio y de barro de Tamames desde la Fuentes del Palacio, hasta la de la Parroquia de Santa María en el sitio del Palacio del Obispo que todo se ajusto en 8.000 reales. Y se obligaron de nuevo a mantener las corrientes”.
Como la situación de ruptura de la conducción era recurrente, en 1768 tiene que hacer un nuevo encañado, pero esta vez se decide sustituir los arcaduces de cerámica por otros de piedra, mucho más caros pero más duraderos. Fue desde la casa del vínculo de Francisco Pizarro en la plaza de la Piedad hasta la parroquia de Santa María en el sitio del Palacio del Obispo. El obispo de Plasencia tenía desde finales del siglo XV su palacio en la villa con forma de castillo y su torre almenada para pasar el verano. lejos de los calores placentinos. Su ruina fue comprada por el fabricante textil Diego López Medina a finales del siglo XVIII y allí edificó su Real Fábrica.
Calle Mayor de Béjar
En las condiciones firmadas con los canteros gallegos, residentes en Béjar y encargados de realizarla, se reseña la dureza de la piedra que aflora en la calle Mayor, que encarecía su coste hasta los 8.000 reales. Entre otras obras del contrato, deben hacer a la salida de la calle Mayor un arca y conducción que saliera a la calle del Chorretón de Barrioneila para desaguar la cañería en caso de lluvias. En la Plaza Mayor debían “… poner con suficiente agua las fuentes que el Duque tiene en el Patio de su Palacio y el Picadero inmediato a las Caballerizas” y, “… donde se hará un nuevo pilar capaz respecto de haberse desbaratado el que antes había y consumido la piedra en obras de la Casa de las Niñas”.
En 1780, se levantaron tres arcos nuevos al inicio del Acueducto, uno de ellos en el Arco del Monte, siendo ésta la última gran obra antes de su derribo hacia 1853.
Notas al pie
1 (ADBéjar: OSUNA,C.256,D.1349-1350). 2 (ADBéjar: OSUNA,C.263,D.245-248).
3 (ADBéjar: OSUNA,C.260,D.7).
BIBLIOGRAFÍA
-Archivo Histórico Nacional Sección Nobleza, Fondo Osuna a través de PARES.
-Gabriel Rodríguez López y Vicente Agero Teixidor. “Contribución al estudio de la historia de Béjar”. La Victoria. Est. Tip. de F. Muñoz, Béjar 1919.
-Juan Muñoz García. Antiguas ordenanzas para la conservación del monte del Castañar. Est. Tip. J. Sierra, Sucesor de Muñoz. Bejar, 1940.
-José Muñoz Domínguez y Juan Félix Sancho Sánchez. "El acueducto de La Corredera. Abastecieminto de agua potable en Béjar entre los siglos XV y XIX". Actas del Noveno Congreso Nacional y Primer Congreso Internacional Hispanoamericano de Historia de la Construcción. Segovia, 13 a 17 de octubre de 2015, Vol. 2, págs. 1162-1173.
Tanta "obra falsa", tanta "recomposición", lleva a especular el porqué de tanta ruina.
ResponderEliminarEnhorabuena por el trabajo, es de los que lleva a pensar en cómo se administraba nuestro Patrimonio centurias atrás, décadas atrás, algo que por lo general ignoramos. Un saludo.
Maravilloso tu blog no lo conocia Un abrazo desde Miami 💕
ResponderEliminarEspecular con el agua se hizo y se seguirá haciendo, sobre todo cuando hay años de sequia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuanta historia de Bejar,estamos aprendiendo,.Es una suerte muy grande tener a estos investigadores.
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