Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, n. º 4.944 (21/06/2024), p. 4.
Existe un detalle que pasa desapercibido para aquellos que visitan la iglesia de San Juan Bautista de Béjar, un misterio constructivo escondido en su coro bajo y del que ningún historiador ha dado pistas a pesar de encontrarse a la vista.
Capilla bautismal en el coro bajo. A la derecha se ve el arranque del arco que comentamos.
Ofrezcamos antes unas pinceladas de este templo. Como el resto de las iglesias bejaranas sufrió una serie de modificaciones en el siglo XVI en ocasión del proceso de reducción parroquial auspiciado por el obispo de Plasencia Pedro Ponce de León en 1568. El objetivo era dar cabida en las solemnidades religiosas a un mayor número de fieles, a los que estaba obligada su asistencia en fechas litúrgicas clave. Su fábrica sería por entonces románica en su totalidad como se desprende de su ábside y de una torre-campanario más propia de una fortaleza que de un espacio religioso. Si bien los historiadores han dado por cierta esta afirmación que acabamos de plasmar –el que fuera ampliada tras la reducción parroquial-, no es menos plausible que las obras hubieran podido iniciarse antes. San Juan Bautista era una de las parroquias más fértiles en cuanto a feligresía se refería, dado que, además de ser reducida a ella los templos de San Nicolás, Santo Domingo y San Miguel, se adscribía el floreciente barrio que se desplegaba desde la calle Balconcillo de la Médica hasta más allá de la Puerta de la Villa, un territorio en continua expansión y asentamiento poblacional.