Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
Bajo el título El misterio de Rubens hallado en Salamanca, el blog libertaddigital.com informaba en abril de 2018 que
"Durante más de tres siglos la iglesia de la Purísima de Salamanca ha tenido un Rubens en el retablo que decora su altar, sin saberlo. Así lo afirma Matías Díaz Padrón, que fuera conservador jefe de pintura flamenca del Museo del Prado. Para probarlo acaba de publicar un artículo en la Revue Belge d'Archeologie et d'Histoire de l'Art, editada por la Real Academia de Arqueología e Historia del Arte de Bélgica, en el que demuestra que el “San Agustín meditando sobre el misterio de la Santísima Trinidad” que acompaña a la imponente Inmaculada Concepción, de José de Ribera, es obra del maestro del barroco flamenco."
El San Agustín salmantino de Rubens. Es.wilipedia.org
Lo sorprendente es que es la única pintura que no figura en el inventario de las obras con que Manuel de Zúñiga y Fonseca, VI conde de Monterrey, dotó generosamente al monasterio y a la iglesia a consecuencia de su actividad diplomática en Roma y virreinal en Nápoles, por lo que Díaz Padrón apunta a que fue incorporada posteriormente por Juan Domingo Méndez de Haro, gobernador de los Países Bajos, cuya esposa Inés Francisca de Zúñiga y Fonseca, VII condesa de Monterrey, se hizo cargo del inconcluso conjunto arquitectónico religioso, hoy Monumento Nacional, a la muerte de su tío.
Juan Domingo Méndez de Haro y Sotomayor, alias Juan Domingo de Zúñiga y Fonseca, conde consorte de Monterrey. Wikiwand.com
Otra pintura, que sí figura en el inventario de Manuel de Zúñiga, es la que representa a un personaje planeando literalmente sobre una nube por encima de un paisaje ensombrecido por la pluma de un volcán. Se trata ni más ni menos que de San Genaro, el mismo cuya sangre continúa licuándose anualmente hoy, a quien Zúñiga hizo pintar por Ribera para traerlo a Salamanca. La erupción del Vesubio durante su virreinato, hecho que curiosamente debe registrarse en la historia de España más que en la de Italia, le conmovió profundamente, y hay quien dice que fue la verdadera razón por la que decidió comenzar la construcción de su enterratorio salmantino, la actual Purísima pensada originalmente como panteón familiar.
San Genaro en gloria, por José Ribera, en la Purísima de Salamanca. Artehistoria.com
La catástrofe, acaecida el 15 de diciembre de 1631 cerca de las siete de la tarde, fue descrita como un terrible terremoto "cagionato dell´apertura d´un inmensa voragine che la violenza del fuoco face su la cima del Monte" (Vesubio); y la lluvia de cenizas que se extendió por todo il Regno y asoló los campos y la mayor parte de la ganadería, cambió el paisaje de modo que "tutto ´l paese sembrava un ´orrido cemeterio: bruciati glia alberi, abbattute le case, sparso di cadaveri il territorio, urli, pianti, sospiri e tuttoció che puó rendere spaventosa l´idea della distruzzione del mondo".
En una procesión en que se sacaron la reliquia de la sangre de San Genaro y de "la statua della testa" del santo bajo palio, comenzó a caer una lluvia incesante… se abrieron las nubes dejando un cielo extraordinariamente sereno y los rayos del sol comenzaron a brillar… Algunas personas, “degne de fede e di vita esemplare”, afirmaron haber visto al santo protector Genaro “con gli abiti pontificali in atto de benedire il suo popolo”.
Eruzione del Vesuvio del 1631, por Domenico Gargiulo. Colección particular. En.wikipedia.org
La escena fue
captada por el napolitano Domenico Gargiulo, maestro en el retrato de multitudes,
e incluye al virrey Manuel de Zúñiga y al nuncio apostólico cardenal Gerónimo
Buoncompagno en primer plano detrás del palio (Zúñiga porta un hacha encendida
en la mano izquierda y mira hacia el observador) .
Lecturas en la red:
Rivas Albaladejo, Ángel: Entre Madrid, Roma y Nápoles. El VI conde de Monterrey y el gobierno de la monarquía hispánica (162-1853) 2015
Simal, Mercedes: Antes y después de Nápoles. Iniciativas artísticas del VI conde de Monterrey durante el virreinato partenopeo, y fortuna de sus colecciones a su regreso a España. 2013
Buen trabajo de documentación e investigación. Son dos cuadros de mucho interés y muy valiosos.
ResponderEliminarBesos
Estuvimos en esa iglesia, que creo también es convento, cuando visitamos Salamanca hace un par de años.
ResponderEliminarBesos
Vaya dos obras espectaculares de arte e historia, en Salamanca.
ResponderEliminarY desde aquí, dos enhorabuenas. Por los cuadros y por la buena visa del autor al descubrirnos a los protagonistas.
Saludos.
En aquellos años solo personas como los Zúñiga podían obtener cuadros de esos autores.
ResponderEliminarEl ultimo cuadro con tal cantidad de personas muy difícil esas precisiones en los personajes.
Saludos.
Es casi como buscar a Willy, pero está detrás del palio (abajo derecha) ropaje y sombrero negro y un velón en la mano. A su derecha, un personaje con capa corta roja y túnica blanca, probablemente el nuncio. Se puede ampliar la imagen. Saludos, JZR.
EliminarNo entiendo mucho de lo que has puesto Pero me ha encnatdo aprender y leerte un abrazo
ResponderEliminarLa Inmaculada del altar mayor, que vi cuando estuve en esta iglesia, es una maravilla, pero estás otras, que no vi, no se quedan atrás; y encima con la sorpresa de ser el cuadro de San Agustín un Rubens. No se me escaparán cuando vuelva por Salamanca, si es posible verlas.
ResponderEliminarUn saludo.