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8 de marzo de 2024

Zúñiga – Pimentel. La desaparición de un panteón (2ª Parte y final)

 Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero

Publicado en su blog Los Abdones

Todo son especulaciones sobre el sepulcro de los primeros duques de Béjar y nadie ofrece pruebas documentadas de que lo que afirman sea cierto. Como ocurre en muchas poblaciones, hay cronistas que, con su mejor voluntad y cuando no encuentran explicación a sus investigaciones, escriben su crónica diciendo «es posible», «se supone» o «pudiera ser» y lanzan su hipótesis que luego perdura por los tiempos, porque algunos cronistas que vienen detrás lo dan por cierto y no andan molestándose en confirmarlo.

Pero hay dos publicaciones muy claras de dos personas, testigos directos de lo sucedido en este caso.

La primera es de fray Alonso Fernández que en su Historia y anales de la ciudad y obispado de Plasencia dice que cien años después de la muerte de los duques, con motivo de una remodelación, levantaron los sepulcros y solo encontraron el de su hijo don Juan de Zúñiga y que él fue testigo de ello. La siguiente es la crónica sobre el administrador de los duques y posteriormente albacea de sus testamentos, el deán don Diego de Jerez, que estuvo con ellos en vida y administró sus bienes después de su muerte. Esta crónica está magníficamente escrita por el investigador Domingo Sánchez Loro.

 Interior del Parador de Plasencia, en el convento de San Vicente Ferrer

Estos dos testigos directos aseguran que duque y duquesa fueron enterrados en la capilla mayor de la Catedral de Plasencia (la antigua). Como los Reyes Católicos en 1488 despojaron a don Álvaro II de Zúñiga, nieto y heredero del fallecido duque de Plasencia, de la ciudad y su tierra, y la incorporan a la corona real, terminan con la presencia en Plasencia de los Zúñiga que la habían gobernado durante los últimos 46 años y con su influencia. La situación se agrava además por las pendencias entre los pretendientes al Ducado que se desentienden de los enterramientos, del traslado de los restos a San Vicente Ferrer y, sobre todo, de las costas de estas tareas y los responsos necesarios para ellas. (Domingo Sánchez Loro. El parecer de un Deán).

15 de julio de 2023

El exvoto encargado por la duquesa de Plasencia Leonor de Pimentel y la conexión sumeria

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

 

Nuestra actualidad está llena de constructos que vienen del pasado, a los que reasignamos nuevas funciones o nuevos significados. Se podría hablar de un reciclaje de recursos de la memoria colectiva (¿economía de la razón?), o tal vez de una falta de apertura a nuevos horizontes en el campo de las ideas. Especialmente en el terreno religioso, son innegables los lazos que la cultura europea mantiene con sus precedentes, que equivocadamente consideramos extintas.     

 

 Exvotos sumerios. Pinterest.com

 

Los sumerios -que nos legaron los primeros avances de la civilización, pero también el miedo y la sumisión a dioses y reyes- agradecían los favores de las divinidades dedicándoles estatuillas, las que podían tener la forma de la deidad misma, la del beneficiado o de ambos a la vez. Originalmente confeccionadas en arcilla, más tarde fueron fabricadas en metal y son la base de lo que hoy conocemos como exvotos.

27 de marzo de 2023

De la estancia de Nebrija en Béjar en abril de 1488

El año pasado se festejó con gran aceptación en los ámbitos académicos la muerte de Antonio de Nebrija (m. 1522), insigne gramático, humanista y profesor al que se conoce a nivel general por haber emprendido la redacción de la primera Gramática castellana. Sin embargo, no fue su única ni su más famosa obra entre sus contemporáneos. También abordó la compilación de un Diccionario latino-español y un Vocabulario español-latino


Habiendo nacido en Lebrija, Sevilla, en 1444, estudió en las universidades de Salamanca, Córdoba (Teología) y Bolonia, y después impartió clases como catedrático en la propia universidad de Salamanca de Gramática y Retórica.  Su prestigio era inmenso para cuando se casó con Isabel Solís de Maldonado, pero la Iglesia le retiró su asignación económica, cada vez más escasa además a medida que la pareja iba teniendo descendencia. 

3 de diciembre de 2022

La relación entre Isabel I de Castilla y los Zúñiga: más recompensas que castigos

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

En 1471 se cruzaban por los caminos de Europa los mensajeros que llevaban a Roma la solicitud de dispensa de consanguinidad para el matrimonio de la princesa Isabel de Castilla con el príncipe Fernando de Aragón; y la de asignación del maestrazgo de la Orden de Alcántara para el niño de doce años Juan de Zúñiga y Pimentel, hijo de Álvaro de Zúñiga, señor de Béjar y Gibraleón, conde de Plasencia y duque de Arévalo, y de su sobrina y esposa Leonor Pimentel y Zúñiga.

 

Isabel la Católica

 

A la muerte de Enrique IV, Álvaro de Zúñiga fue uno de los dos integrantes de la Liga Nobiliaria que reconocieron a la princesa Juana (la Beltraneja) como sucesora, por la palabra dada al monarca y por temor de perder la villa de Arévalo que había pertenecido a la madre de la princesa Isabel, en caso de Álvaro. Sobrevino la guerra de sucesión castellana, y tres de los hijos de este: Pedro, el primogénito, señor de Ayamonte, Lepe y la Redondela; Álvaro, prior de la Orden de San Juan de Jerusalén; y Elvira, condesa consorte de Belalcázar, apoyaron a Isabel.

7 de agosto de 2020

La Puerta del Cosmos está en Plasencia

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        Es el título de la noticia publicada hace un tiempo en hoy.es, rescatada por el ingeniero Jerónimo Gómez-Rodulfo, bejarano residente en Plasencia. Dice: Hasta ahora sólo era la olvidada y enigmática puerta “de la mota” que Fadrique de Zúñiga, I marqués de Mirabel, salvó de la antigua fortaleza medieval de su antecesor Álvaro de Zúñiga al convertirla en el palacio renacentista que conocemos. Hoy, sin embargo, sabemos que es mucho más. Encierra arcanos secretos desvelados ahora por el investigador placentino Francisco Sayáns, que demuestran que la Puerta del Cosmos está en Plasencia. En sus dovelas está simbólicamente representado el mapa celeste de los planetas con la Tierra como centro del Universo, que solo él ha identificado, investigado y descifrado.

La Puerta del Cosmos en Plasencia, con el escudo de los Zúñiga, duques de Béjar, sobre el dintel Hoy.es

 

3 de abril de 2020

Leonor de Pimentel y Zúñiga, primera duquesa consorte de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

     Sorprende el interés que, en diversas épocas y ámbitos, han despertado la vida y el círculo familiar de esta mujer, como aquel que relata el autor anónimo de la Crónica del rey Enrique IV, 1454-1474, contemporáneo suyo, implicando al papa Pío II:  



      "Y entre otras cosas que hizo exorbitantes otorgó dispensación a don Álvaro de Estúñiga, conde de Plasencia, para que casase con doña Leonor Pimentel, fija de su hermana, su comadre, e su ahijada de pila; la cual dispensación al conde había sido denegada por Nicolao e después por Calisto... Las cuales cosas todas parecieron livianas al Santo Padre Pío, en respecto de recibir doce mil ducados que recibió por esta dispensación."

Pío II

     De ello se hace eco Luis Salazar y Castro, que en Advertencias históricas sobre las obras de algunos doctos escritores modernos, expresa que "cuando don Álvaro de Zúñiga, primer duque de Béjar, casó el año 1459 con doña Leonor Pimentel, hija de su hermana doña Elvira de Zúñiga, y de don Juan Pimentel, conde de Mayorga, se escandalizó Castilla porque semejante vínculo de parentesco nunca se había visto dispensado". 

25 de mayo de 2019

Sobre la leyenda del martirio del obispo Gonzalo de Zúñiga y la resurrección milagrosa de Juan de Zúñiga


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez       

       La mayoría de los historiadores concuerda en que la entrada del cristianismo en Navarra fue tardía, debido a la persistencia del sincretismo entre el paganismo ancestral de los vascones y el panteón introducido por los romanos (García Moreno, Luis A.: Algunas cuestiones de historia navarra en la antigüedad tardía, siglos V-VIII, 1987). Por eso resulta al menos sospechoso el término christicolae princeps (príncipe cristiano), que el obispo Eulogio de Córdoba aplica en alguno de sus escritos a Íñigo Arista (Ennek Aritza), primer rey de Pamplona considerado el tronco del linaje de los duques de Béjar. Eulogio le habría conocido en un frustrado viaje a Francia, que le hizo recalar en la capital vascona de esos tiempos.   




San Eulogio, Mezquita-Catedral de Córdoba. Commons.wikimedia.org



        En torno a este supuesto, el fervor y la imaginación medievales fueron añadiendo visiones e intervenciones divinas con carácter de históricas, hasta que siglos más tarde el cronista Jerónimo Zurita acuñó la expresión Cruz de Íñigo Arista para designar una figura heráldica (cruz patada) que incluyó en sus Anales de la corona de Aragón, 1562-1580, con el fin de probar que desde Ramiro I, hijo del rey de Navarra Sancho III, los monarcas aragoneses descendían del rey pamplonés.

  

14 de enero de 2019

El libro de horas negro de la duquesa de Plasencia Leonor Manrique de Lara


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      Con motivo de la Semana Santa 2016, en la biblioteca del castillo de los Templarios de Ponferrada (León), se organizó una exposición de libros, pinturas y grabados del Ciclo de la Pasión de la colección Templum Libri, realizados en Europa entre los siglos X al XIX. Entre los primeros se encontraba el Libro de Horas Negro, uno de los ocho de este color que hay en todo el mundo, joya de papel de belleza indiscutible, informaba la edición digital del Diario de León del 23 de marzo.    





Libro de Horas Negro de la Colección Templum Libri de la Biblioteca del Castillo de los Templarios de Ponferrada. Foto I. de la Mata, diariodeleon.es



      Los Libros de Horas eran devocionarios manuscritos en pergamino o papiro, elaborados con técnicas especiales por artesanos gráficos para el uso de monarcas y nobles, que contenían oraciones para el orden de las fiestas del año litúrgico cristiano (lo de horas, por los momentos del día en que se realizaban las oraciones). Uno de estos ejemplares se conserva en la Biblioteca del Escorial con el nombre de Libro de Horas de los Zúñiga, realizado por miniaturistas e iluminadores que trabajaban en la corte literaria del maestre de Alcántara Juan de Zúñiga y Pimentel, en Zalamea de la Serena (Badajoz). Tiene el escudo de los Zúñiga en la primera lámina, que representa la Anunciación. Existen otros ejemplares de la misma naturaleza que llevan el nombre de reyes y nobles españoles, pero que fueron confeccionados fuera de la península (Domínguez Rodríguez, Ana: Libros de Horas de la Corona de Castilla. Hacia un Estado de la Cuestión, 2000).


15 de octubre de 2018

La rendición de Granada y el II Duque de Béjar Álvaro de Zúñiga y Pérez de Guzmán

*Para no saturar demasiado a nuestros lectores con el tema estrella de este año 2018, por conmemorarse el aniversario de los 150 años de la revolución Gloriosa que tanto significó para Béjar, intercalaremos trabajos de otras temáticas. 

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

       Veintidós años tenía Álvaro de Zúñiga y Pérez de Guzmán, futuro II duque de Béjar, cuando empezó a tomar parte en la Guerra de Granada con pendón y hueste de su abuelo, Álvaro de Zúñiga, I duque de Béjar y I duque de Plasencia (fallecido en 1488) y de su padre Pedro de Zúñiga, II conde de Bañares, según relata el hispanista estadounidense William H. Prescott (1796-1820) en The Art of War in Spain.  

 
The Conquest of Granada 1481-1492, obra reeditada en Londres en 1995. The Art of War in Spain. William H. Prescott 

       El mismo autor señala que, habiendo establecido campamento cerca de Loja, su pariente el II conde de Tendilla Íñigo López de Mendoza recibió en batalla fuertes golpes con maza y casi cayó en manos enemigas, si no lo hubiese salvado a tiempo el joven Álvaro de Zúñiga; y es curioso constatar que otro extranjero, el hispanista alemán Ludwig Pfandl (1881-1942) esta vez, se haya preocupado de rescatar en su obra Felipe II, 1938, el hecho de que el II duque de Béjar Álvaro de Zúñiga cojeaba (en sus últimos años) a razón de una herida en la pierna ganada en la guerra de Granada

27 de agosto de 2018

El pragmatismo religioso de los Duques de Béjar y la resurrección de Juan de Zúñiga y Pimentel

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez 

       De un paganismo vernáculo, el ancestral linaje vascón de los duques de Béjar evolucionó primero hacia un sincretismo religioso romano y luego hacia un islamismo igualmente más político que religioso, para instalarse finalmente en la cúspide de la tardía introducción del cristianismo en Navarra (ss. VIII-IX). Este último paso se dio sólo al final de la dinastía Íñiga fundada por Íñigo Arista y tuvo también motivaciones políticas, sin perjuicio de que padres de la iglesia española, como Eulogio de Córdoba, se empeñaran en adelantar el trance calificando al inadvertido Arista (sobrenombre, no apellido) de christicolae princeps, y urdiendo en torno a él un manto de leyendas piadosas y fantásticas potenciadas hasta hoy. 


       Afincado en Castilla (s. XIII), el linaje navarro siguió los pasos de la nobleza local que lo había acogido como par, y se integró al régimen social que utilizaba la religión como instrumento de poder, avalado por la corona y la propia Iglesia. 

29 de mayo de 2018

La biblioteca del Duque de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

A Isaura Zúñiga Mercado, bibliófila y librera 

        En el largo capítulo que Joaquín González Manzanares dedica a Juan de Zúñiga y Pimentel en La pasión libresca extremeña, 2009, se lee que: Hablar de Renacimiento en Extremadura es hablar de la familia Zúñiga. Este linaje, proveniente de Navarra pero vinculado a Plasencia por entronques diversos, forma la nueva nobleza extremeña con inquietudes intelectuales Y más adelante, aludiendo a los padres del maestre, dice: Don Álvaro de Zúñiga, conde de Plasencia (post duque de Béjar), poseyó una buena biblioteca de la que conservamos un inventario... Se casó con doña Leonor Pimentel (y Zúñiga), hija del conde de Benavente, uno de los principales bibliófilos de la época. La propia doña Leonor fue amante de los libros y protectora de las letras. 

 

     Más crítico es el fallecido académico vallisoletano Anastasio Rojo Vega, que en Documentos sobre los seis primeros duques de Béjar, 2008, apunta: No solamente los de Béjar (los Zúñiga), toda la nobleza española mostró un gran interés por los libros a lo largo del llamado Siglo de Oro, por lo que lejos de intentar ver en los duques una excepción, debemos contemplar un uso, una costumbre que llevó a los privilegiados por nacimiento al trato íntimo con poetas y escritores

15 de mayo de 2017

La "placa de las tres mentiras"

*Hace un par de semanas colgamos en el blog una entrada de Jorge Zúñiga titulada "De cómo los duques de Béjar perdieron Plasencia" y en ella se hacía mención y transcribía una placa de granito promovida por el Centro de Iniciativas Turísticas de Plasencia en 2006 justo en la entrada del palacio de Mirabel, la antigua residencia de los duques de Béjar y Plasencia. No haré mención al texto ahora porque de ello se encargará Jerónimo Gómez-Rodulfo en el siguiente artículo, que no es ni más ni menos que una carta enviada por este bejarano, placentino de adopción, en aquel año al marqués de Griñón, propietario del inmueble, y a los medios de comunicación para que se hiceran eco de los errores que contiene dicha placa. 

Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero. Autor del blog Los Abdones

 16 Agosto 2.006

Muy Sr. mío:

      Con motivo de la invitación que, en su día, me hizo D. Sixto Luceño, Presidente del Centro de Iniciativas y Turismo de la Comarca de Plasencia, de participar, al menos en calidad de amigo, en las actividades para la colocación de una placa conmemorativa a D. Juan de Zúñiga, me he enterado de la propuesta definitiva para la redacción de la placa y, como no estoy de acuerdo con la forma en que se están desarrollando las actuaciones y, aunque no tengo ningún cometido ni cargo, me he permitido redactar un escrito expresando mi opinión sobre el asunto.


Le adjunto el escrito, que he enviado al CIT de Plasencia y al periódico HOY, para su conocimiento.


 Atte.


PLACA A D. JUAN DE ZÚÑIGA

       Hace unos meses, mi amigo y compañero de afición sobre la historia local, Sixto Luceño, que es Presidente del Centro de Iniciativas y Turismo de la Comarca de Plasencia, me informó de que estaba promoviendo la colocación de una Placa conmemorativa de la figura de D. Juan de Zúñiga y Pimentel, en la zona comprendida entre el Parador de Turismo y el Palacio de los Marqueses de Mirabel, ambos edificios muy ligados a la vida de D. Juan.


2 de mayo de 2017

De cómo los duques de Béjar perdieron Plasencia



 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

*A Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero, bejarano-placentino (autor del blog Los Abdones)

      En 1442 d. Juan II hizo merced de la ciudad a d. Pedro de Zúñiga, conde de Ledesma, a cuyo título añadió el de Plasencia. Poco después revocó la donación por ser excesiva y contra su voluntad; pero la revocación no se llevó a efecto, y continuaron gozando del señorío de la ciudad el duque d. Álvaro, hijo del conde d. Pedro, y el duque d. Álvaro su nieto. En 1488, informada Isabel la Católica de que la merced había sido hecha por importunidad y revocada con justa razón, acordó restituir la ciudad al señorío real, dice el historiador y economista compostelano Manuel Colmeiro Penido, en Cortes de los Antiguos Reinos de León y de Castilla, 1883. En realidad fue la nobleza placentina, encabezada por los Carvajal, la que se levantó en armas contra los Zúñiga, ya duques de Béjar, para recuperar el poder que detentaban anteriormente sobre la ciudad y las rentas de las tierras que dependían de las mismas, según el catedrático de la Universidad de Extremadura Antonio Miguel Linares Luján, en El Mercado Franco de Plasencia, 1991. El movimiento habría sido ratificado en las puertas de la catedral por Fernando el Católico, que juró defender siempre los fueros y la libertad de Plasencia, tomando posesión de ella.   




Homenaje a Fernando de Aragón en la fiesta del Martes Mayor de Plasencia. Radiointerior.es



      En la Universidad Complutense de Madrid se encuentra un memorial que alrededor de 1728 envió el XI duque de Béjar, Juan Manuel de Zúñiga, al rey Felipe V, y que en la presentación dice lo siguiente:  Señor: el duque de Béjar, desposeído duque de Plasencia en sus abuelos, persuadido de la benigna justificación de V. Majestad e impelido de la obligación que le impone su conciencia como administrador de su Casa y mayorazgos, legítimamente fundados sobre las sólidas basas de facultades reales, repite hoy, con el mayor rendimiento a los pies de V. Majestad, la súplica que del hecho que propone resultará atendida, como espera la justicia de su causa.