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8 de marzo de 2024

Zúñiga – Pimentel. La desaparición de un panteón (2ª Parte y final)

 Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero

Publicado en su blog Los Abdones

Todo son especulaciones sobre el sepulcro de los primeros duques de Béjar y nadie ofrece pruebas documentadas de que lo que afirman sea cierto. Como ocurre en muchas poblaciones, hay cronistas que, con su mejor voluntad y cuando no encuentran explicación a sus investigaciones, escriben su crónica diciendo «es posible», «se supone» o «pudiera ser» y lanzan su hipótesis que luego perdura por los tiempos, porque algunos cronistas que vienen detrás lo dan por cierto y no andan molestándose en confirmarlo.

Pero hay dos publicaciones muy claras de dos personas, testigos directos de lo sucedido en este caso.

La primera es de fray Alonso Fernández que en su Historia y anales de la ciudad y obispado de Plasencia dice que cien años después de la muerte de los duques, con motivo de una remodelación, levantaron los sepulcros y solo encontraron el de su hijo don Juan de Zúñiga y que él fue testigo de ello. La siguiente es la crónica sobre el administrador de los duques y posteriormente albacea de sus testamentos, el deán don Diego de Jerez, que estuvo con ellos en vida y administró sus bienes después de su muerte. Esta crónica está magníficamente escrita por el investigador Domingo Sánchez Loro.

 Interior del Parador de Plasencia, en el convento de San Vicente Ferrer

Estos dos testigos directos aseguran que duque y duquesa fueron enterrados en la capilla mayor de la Catedral de Plasencia (la antigua). Como los Reyes Católicos en 1488 despojaron a don Álvaro II de Zúñiga, nieto y heredero del fallecido duque de Plasencia, de la ciudad y su tierra, y la incorporan a la corona real, terminan con la presencia en Plasencia de los Zúñiga que la habían gobernado durante los últimos 46 años y con su influencia. La situación se agrava además por las pendencias entre los pretendientes al Ducado que se desentienden de los enterramientos, del traslado de los restos a San Vicente Ferrer y, sobre todo, de las costas de estas tareas y los responsos necesarios para ellas. (Domingo Sánchez Loro. El parecer de un Deán).

1 de marzo de 2024

Zúñiga-Pimentel. La desaparición de un panteón (1ª Parte)

Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero.

Publicado en su blog Los Abdones (26/12/2023).

Hace unos meses recibí la llamada de un familiar que sabía mi interés por el apellido Zúñiga y me preguntaba que dónde estaba enterrada Leonor de Pimentel y Zúñiga. Los que nos hemos preocupado por saber algo de esta familia sabemos que fue la segunda esposa de Álvaro de Zúñiga y Guzmán, duque de Plasencia y primer duque de Béjar, entre otros muchos títulos, además de ser sobrina carnal suya, ya que era hija de su hermana Elvira.


Los investigadores piensan que la donante es Leonor de Pimentel.

 

 

Estos son los escudos nobiliarios de la familia Zúñiga y Pimente

 

La cuestión es que, a pesar de que  llevaron una vida típica de la nobleza de la época, plagada de apropiaciones dudosas, traiciones a reyes, nobles y Órdenes Militares y posterior reconciliación interesada, hacían profesión de muy religiosos y obedientes a la Iglesia, cuidando mucho de que ésta estuviera siempre a su favor. Es por ello que  dejan dispuesto en sus testamentos que los entierren en la capilla mayor, en el lado del evangelio, del convento de San Vicente Ferrer de Plasencia, que ellos estaban fundando junto a su casa palacio y que ahora es conocido como convento de Santo Domingo. Pero que hasta que estuviera terminado el monasterio fueran enterrados en la capilla mayor de la catedral de Plasencia (la antigua). En su carta del 22 de agosto de 1484, la duquesa de Plasencia manifiesta su deseo de ser sepultada, al igual que su marido, en la capilla mayor de la iglesia catedral mientras se termina la de San Vicente. Falleció el año 1486.

12 de enero de 2024

Los validos y el linaje de los duques de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        La época de los validos -nobles que ejercían el poder político real por amistad con el monarca, sin nombramiento formal- se adscribe a la de los Austrias menores, pero hubo dos antecedentes en el reino de Castilla en los cuales el linaje de los duques de Béjar estuvo muy involucrado, incluso con cargo de asesinato en el primero. Se trata este del condestable Álvaro de Luna, noble que llegó a tener ascendencia sobre el rey Juan II hasta extremos de dependencia y sumisión que requerirían algún tipo de explicación psicoanalítica.

 

El condestable Álvaro de Luna en su tumba en la catedral de Toledo. Es.wikipedia.org

 

        El rey tomó tanto amor con Álvaro de Luna que non podía estar nin folgar sin él, nin quería que durmiese otro con él en su cámara, en tal manera que la reina Catalina (madre de Juan II) veyendo aquesto, que de grand amor no podía nascer sinon gran daño…, mandó echar del reino al dicho Álvaro de Luna.

18 de abril de 2023

El Castillo de Íscar (Valladolid) y el linaje de los duques de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

         Diego López de Zúñiga era nieto de Diego López de Estúñiga, I señor de Béjar; hijo del II, Pedro de Zúñiga, y hermano menor de Álvaro de Zúñiga, I duque de Béjar. En la Farsa de Ávila derribó de una patada al muñeco que representaba al rey Enrique IV, al grito de: ¡Abajo, puto! (Cuando el duque de Béjar quitaba y ponía rey, Pinceladas de Historia Bejarana, 04/04/2018). 

La Farsa de Ávila, óleo sobre lienzo de Antonio Pérez Rubio, 1881. 

Museodelprado.es

 

        De 24 años casó con Aldonza de Avellaneda, de 12, heredera de su padre, entre otras posesiones, del señorío de Íscar. Poco después recibió el título de conde de Miranda del Castañar, al que integró el patrimonio de su esposa.  

3 de diciembre de 2022

La relación entre Isabel I de Castilla y los Zúñiga: más recompensas que castigos

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

En 1471 se cruzaban por los caminos de Europa los mensajeros que llevaban a Roma la solicitud de dispensa de consanguinidad para el matrimonio de la princesa Isabel de Castilla con el príncipe Fernando de Aragón; y la de asignación del maestrazgo de la Orden de Alcántara para el niño de doce años Juan de Zúñiga y Pimentel, hijo de Álvaro de Zúñiga, señor de Béjar y Gibraleón, conde de Plasencia y duque de Arévalo, y de su sobrina y esposa Leonor Pimentel y Zúñiga.

 

Isabel la Católica

 

A la muerte de Enrique IV, Álvaro de Zúñiga fue uno de los dos integrantes de la Liga Nobiliaria que reconocieron a la princesa Juana (la Beltraneja) como sucesora, por la palabra dada al monarca y por temor de perder la villa de Arévalo que había pertenecido a la madre de la princesa Isabel, en caso de Álvaro. Sobrevino la guerra de sucesión castellana, y tres de los hijos de este: Pedro, el primogénito, señor de Ayamonte, Lepe y la Redondela; Álvaro, prior de la Orden de San Juan de Jerusalén; y Elvira, condesa consorte de Belalcázar, apoyaron a Isabel.

17 de julio de 2021

Cartaya y Béjar: seiscientos años de historia

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez  

 

         Cartaya -ciudadela en fenicio- es una localidad y municipio de la provincia de Huelva, Andalucía. Situada en el ámbito de la desembocadura del río Piedras, cuenta hoy con alrededor de 20.000 habitantes, dedicados principalmente a actividades económicas del sector primario (agricultura, ganadería, pesca), algunas del secundario (industria), otras del terciario (ocio, turismo) y también del cuaternario (cultura). Posee excelente clima, buenas playas, y dista por carretera 22 km de Huelva, 190 de Sevilla y 492 de Béjar.

 

Reconstrucción del castillo en 3D  aquí


        La heráldica municipal de Cartaya lleva en el centro un castillo de oro adjurado (aclarado) de sinople (verde) sobre un campo de gules (rojo) timbrado de corona de marqués, imagen estereotipada del edificio, o al menos de las murallas que de él quedan, enclavado en un alto en medio de la población.

21 de agosto de 2020

Porqué el escudo de Peumo (Chile) lleva el escudo de los Duques de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

           Descendientes de los primeros reyes de Navarra, los antepasados de Íñigo de Stúñiga habían sido por casi cuatro siglos duques y señores de la villa y valle de Stúñiga, de los que en 1080 tomaron el apellido. Junto con el apellido adoptaron un escudo, que en su última forma resultó una banda enlutada sobre campo de plata, rodeado el conjunto por una cadena de ocho eslabones de oro. 

 

 Escudo del linaje Stúñiga

 

En 1274 la corona navarra adoptó una política francófila, por lo que Íñigo de Stúñiga renunció al cargo de mariscal del ejército, abandonó sus posesiones y se trasladó con toda su familia a Castilla. Allí prosperaron sus descendientes, que dieron origen a la Casa de Zúñiga, de la que los duques de Béjar eran los parientes mayores y a cuyo primer titular, Álvaro de Zúñiga, se debe la castellanización definitiva del apellido en 1476.

 

3 de abril de 2020

Leonor de Pimentel y Zúñiga, primera duquesa consorte de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

     Sorprende el interés que, en diversas épocas y ámbitos, han despertado la vida y el círculo familiar de esta mujer, como aquel que relata el autor anónimo de la Crónica del rey Enrique IV, 1454-1474, contemporáneo suyo, implicando al papa Pío II:  



      "Y entre otras cosas que hizo exorbitantes otorgó dispensación a don Álvaro de Estúñiga, conde de Plasencia, para que casase con doña Leonor Pimentel, fija de su hermana, su comadre, e su ahijada de pila; la cual dispensación al conde había sido denegada por Nicolao e después por Calisto... Las cuales cosas todas parecieron livianas al Santo Padre Pío, en respecto de recibir doce mil ducados que recibió por esta dispensación."

Pío II

     De ello se hace eco Luis Salazar y Castro, que en Advertencias históricas sobre las obras de algunos doctos escritores modernos, expresa que "cuando don Álvaro de Zúñiga, primer duque de Béjar, casó el año 1459 con doña Leonor Pimentel, hija de su hermana doña Elvira de Zúñiga, y de don Juan Pimentel, conde de Mayorga, se escandalizó Castilla porque semejante vínculo de parentesco nunca se había visto dispensado". 

25 de mayo de 2019

Sobre la leyenda del martirio del obispo Gonzalo de Zúñiga y la resurrección milagrosa de Juan de Zúñiga


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez       

       La mayoría de los historiadores concuerda en que la entrada del cristianismo en Navarra fue tardía, debido a la persistencia del sincretismo entre el paganismo ancestral de los vascones y el panteón introducido por los romanos (García Moreno, Luis A.: Algunas cuestiones de historia navarra en la antigüedad tardía, siglos V-VIII, 1987). Por eso resulta al menos sospechoso el término christicolae princeps (príncipe cristiano), que el obispo Eulogio de Córdoba aplica en alguno de sus escritos a Íñigo Arista (Ennek Aritza), primer rey de Pamplona considerado el tronco del linaje de los duques de Béjar. Eulogio le habría conocido en un frustrado viaje a Francia, que le hizo recalar en la capital vascona de esos tiempos.   




San Eulogio, Mezquita-Catedral de Córdoba. Commons.wikimedia.org



        En torno a este supuesto, el fervor y la imaginación medievales fueron añadiendo visiones e intervenciones divinas con carácter de históricas, hasta que siglos más tarde el cronista Jerónimo Zurita acuñó la expresión Cruz de Íñigo Arista para designar una figura heráldica (cruz patada) que incluyó en sus Anales de la corona de Aragón, 1562-1580, con el fin de probar que desde Ramiro I, hijo del rey de Navarra Sancho III, los monarcas aragoneses descendían del rey pamplonés.

  

25 de febrero de 2019

Curiel de Duero, o de los Ajos, y los Duques de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        A 255 kilómetros al noreste de Béjar, por carretera moderna, se encuentra esta antigua villa que hoy cuenta con poco más de un centenar de habitantes y es famosa por la calidad de los ajos que produce, aunque su patrimonio arquitectónico sea tal vez más importante. 

 Curiel de Duero, Valladolid, en la actualidad. Escapadarural.com 

        Junto con otras villas, en 1386 el rey Juan I hizo merced de esta a Diego López de Estúñiga, con quien se había educado y luego fue su consejero. En el punto más alto había un castillo construido por los romanos que más tarde pasó a propiedad de varios reyes castellanos y leoneses, y entre 2003 y 2006 fue convertido en posada de lujo con el nombre de Hotel Residencia Real. A este castillo se refería el antiguo decir: Buen castillo tendría Peñafiel, si no tuviera a la vista el de Curiel (ambos están sobre un cerro y a poca distancia) 


Suite del hotel Residencia Real con escudos de Castilla y León. Hotelesconencanto.com 

14 de enero de 2019

El libro de horas negro de la duquesa de Plasencia Leonor Manrique de Lara


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      Con motivo de la Semana Santa 2016, en la biblioteca del castillo de los Templarios de Ponferrada (León), se organizó una exposición de libros, pinturas y grabados del Ciclo de la Pasión de la colección Templum Libri, realizados en Europa entre los siglos X al XIX. Entre los primeros se encontraba el Libro de Horas Negro, uno de los ocho de este color que hay en todo el mundo, joya de papel de belleza indiscutible, informaba la edición digital del Diario de León del 23 de marzo.    





Libro de Horas Negro de la Colección Templum Libri de la Biblioteca del Castillo de los Templarios de Ponferrada. Foto I. de la Mata, diariodeleon.es



      Los Libros de Horas eran devocionarios manuscritos en pergamino o papiro, elaborados con técnicas especiales por artesanos gráficos para el uso de monarcas y nobles, que contenían oraciones para el orden de las fiestas del año litúrgico cristiano (lo de horas, por los momentos del día en que se realizaban las oraciones). Uno de estos ejemplares se conserva en la Biblioteca del Escorial con el nombre de Libro de Horas de los Zúñiga, realizado por miniaturistas e iluminadores que trabajaban en la corte literaria del maestre de Alcántara Juan de Zúñiga y Pimentel, en Zalamea de la Serena (Badajoz). Tiene el escudo de los Zúñiga en la primera lámina, que representa la Anunciación. Existen otros ejemplares de la misma naturaleza que llevan el nombre de reyes y nobles españoles, pero que fueron confeccionados fuera de la península (Domínguez Rodríguez, Ana: Libros de Horas de la Corona de Castilla. Hacia un Estado de la Cuestión, 2000).


12 de noviembre de 2018

Sobre el Abuelo Mayorga, un autómata en el Ayuntamiento de Plasencia (Cáceres)

 Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero

*A Jorge Zúñiga, en contestación a su email sobre el Abuelo Mayorga de Plasencia.

        El Abuelo Mayorga es un muñeco “autómata” que se instaló en la torre del reloj del Ayuntamiento de Plasencia en el año 1743. El relojero era natural de Mayorga (Valladolid) y por eso la población le puso este nombre. 

       En 1811, en una de las muchas incursiones de los franceses en Plasencia durante la Guerra de la Independencia, los soldados franceses lo tiraron al suelo y lo destruyeron en venganza a unos acuchillamientos a afrancesados. “Episodios menos festivos como el horrendo crimen que bajo mis pies cometieron Manuela Rangel y otros vecinos airados acuchillando a los “afrancesados” que estaban prisioneros, en aquél aciago verano del año 1808.  En esos años nos invadieron en más de diez ocasiones las tropas francesas y se vengaron en mí haciéndome añicos y quemando mis restos.” Parece ser que lo repusieron en 1936, pero, por lo visto el peso que tenía paraba el reloj y lo eliminaron

 Abuelo Mayorga
Foto extraída de aquí

           El actual Abuelo Mayorga lo mandó reponer el alcalde Juan Francisco Serrano Pino en 1973. Fue un buen alcalde y el primero, en mucho tiempo, que se dedicó profesionalmente a la alcaldía. Fue el último alcalde no constitucional. Dio un cambio radical a Plasencia, que pasó de ser un Pueblo, a una pequeña Capital. Reformó el Ayuntamiento recuperando la fachada primitiva y la figura del Abuelo Mayorga. Cuando se presentó a las primeras elecciones constitucionales, yo formé parte del grupo que encabezaba: el GIP (Grupo Independiente Placentino) con la condición de no salir de concejal. Yo tenía una empresa y no podía dedicarme a enredos políticos. Le di mi apoyo porque vi la transformación de Plasencia desde que llegué hasta esas fechas. Y de su siembra vivieron algunos alcaldes posteriores. Salió como Concejal con un pequeño grupo de compañeros con los que sigo teniendo buena relación. Serrano Pino murió hace unos años, un poco olvidado, aunque los placentinos lo recuerdan con agrado. 

15 de octubre de 2018

La rendición de Granada y el II Duque de Béjar Álvaro de Zúñiga y Pérez de Guzmán

*Para no saturar demasiado a nuestros lectores con el tema estrella de este año 2018, por conmemorarse el aniversario de los 150 años de la revolución Gloriosa que tanto significó para Béjar, intercalaremos trabajos de otras temáticas. 

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

       Veintidós años tenía Álvaro de Zúñiga y Pérez de Guzmán, futuro II duque de Béjar, cuando empezó a tomar parte en la Guerra de Granada con pendón y hueste de su abuelo, Álvaro de Zúñiga, I duque de Béjar y I duque de Plasencia (fallecido en 1488) y de su padre Pedro de Zúñiga, II conde de Bañares, según relata el hispanista estadounidense William H. Prescott (1796-1820) en The Art of War in Spain.  

 
The Conquest of Granada 1481-1492, obra reeditada en Londres en 1995. The Art of War in Spain. William H. Prescott 

       El mismo autor señala que, habiendo establecido campamento cerca de Loja, su pariente el II conde de Tendilla Íñigo López de Mendoza recibió en batalla fuertes golpes con maza y casi cayó en manos enemigas, si no lo hubiese salvado a tiempo el joven Álvaro de Zúñiga; y es curioso constatar que otro extranjero, el hispanista alemán Ludwig Pfandl (1881-1942) esta vez, se haya preocupado de rescatar en su obra Felipe II, 1938, el hecho de que el II duque de Béjar Álvaro de Zúñiga cojeaba (en sus últimos años) a razón de una herida en la pierna ganada en la guerra de Granada

13 de junio de 2018

No todos los días ocurre un milagro (cárcel de Béjar, 1481)

Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.791 (15/12/2017), p. 4.


       Hace un par de años Alberto Bravo Martín me envió la referencia de un curioso hallazgo encontrado por casualidad, quizá consultando bibliografía para alguna de sus publicaciones por internet (es el fundador y autor de un blog dedicado al reinado de Carlos II). El documento narraba la curiosa historia de un milagro ocurrido en la prisión de Béjar por medio de la intercesión de la Virgen de la Peña de Francia (término municipal de El Cabaco, Sierra de Francia, Salamanca) en 1481 y estaba recogido en un libro escrito por el padre Alberto Colunga O.P. y editado en Salamanca en 1968[1]

 Virgen de la Peña de Francia. Siglo XVII. Autor desconocido
Colección Museo de la Historia Mexicana
Imagen sacada de aquí

29 de mayo de 2018

La biblioteca del Duque de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

A Isaura Zúñiga Mercado, bibliófila y librera 

        En el largo capítulo que Joaquín González Manzanares dedica a Juan de Zúñiga y Pimentel en La pasión libresca extremeña, 2009, se lee que: Hablar de Renacimiento en Extremadura es hablar de la familia Zúñiga. Este linaje, proveniente de Navarra pero vinculado a Plasencia por entronques diversos, forma la nueva nobleza extremeña con inquietudes intelectuales Y más adelante, aludiendo a los padres del maestre, dice: Don Álvaro de Zúñiga, conde de Plasencia (post duque de Béjar), poseyó una buena biblioteca de la que conservamos un inventario... Se casó con doña Leonor Pimentel (y Zúñiga), hija del conde de Benavente, uno de los principales bibliófilos de la época. La propia doña Leonor fue amante de los libros y protectora de las letras. 

 

     Más crítico es el fallecido académico vallisoletano Anastasio Rojo Vega, que en Documentos sobre los seis primeros duques de Béjar, 2008, apunta: No solamente los de Béjar (los Zúñiga), toda la nobleza española mostró un gran interés por los libros a lo largo del llamado Siglo de Oro, por lo que lejos de intentar ver en los duques una excepción, debemos contemplar un uso, una costumbre que llevó a los privilegiados por nacimiento al trato íntimo con poetas y escritores

4 de abril de 2018

Cuando el Duque de Béjar quitaba y ponía rey


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
 
Eran otros tiempos, y la verdad es que Álvaro de Estúñiga y Guzmán, como se llamaba entonces, no era aún duque de Béjar sino sólo conde de Plasencia y Justicia Mayor del reino, pero de esos polvos salieron estos lodos. Era de la clase de nobleza levantisca, como muy bien apunta el escritor placentino Jesús Vicente Cano Montero en su novela histórica La Duquesa y el Deán, 2011, y no aguantaba pelos en el lomo. También es cierto que los hechos no se volvieron a repetir hasta mucho después, pero con otros resultados, cuando a dos de su linaje se les acusó de querer levantar Andalucía para convertirla enreino independiente... con uno de ellos como rey. El otro perdió la cabeza.  




 Detalle del retrato de Álvaro de Luna
 en la catedral de Toledo, 1488 



La serie comenzó con el condestable Álvaro de Luna, valido de Juan II, a quien Álvaro y su padre -en realidad toda la familia- llevaron a su eclipse total para librar al rey de su influencia, lo que debe entenderse como librarse ellos mismos de un obstáculo para manejar al rey. De nada le valió a Luna -eso sí post mortem- que un hijo suyo se casara con una hija de Álvaro. Del valido escribió Jorge Manrique, sobrino de Álvaro, en sus Coplas por la muerte de su padre: Pues aquel gran condestable, -maestre que conocimos –tan privado, -no cumple que dél se fable, -sino sólo que lo vimos –degollado.

1 de marzo de 2018

El linaje y el escudo de los Duques de Béjar en el nacionalismo andaluz



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        De manos de Teresa Pérez de Guzmán y Guzmán, hija del III conde de Niebla y I duque de Medina Sidonia Juan Alonso Pérez de Guzmán, el señorío compuesto por las villas de Ayamonte, Lepe y La Redondela en la costa occidental de Huelva, pasó como dote en 1454 a su esposo Pedro de Zúñiga y Manrique de Lara, primogénito del I duque de Béjar Álvaro de Zúñiga y Guzmán. Incrementado con otros territorios, fue elevado a condado por la reina Isabel I, y más tarde a marquesado por el emperador Carlos V, en favor de Francisco de Zúñiga y Pérez de Guzmán, hijo de Pedro de Zúñiga y padre de Teresa de Zúñiga y Guzmán, III duquesa de Béjar. Esta rama nobiliaria constituyó la Casa de Ayamonte, vigente hasta hoy.

 
Escudo de la Casa de Ayamonte con las armas 
de Guzmán y Zúñiga

      Francisco Manuel Silvestre de Guzmán y Zúñiga (n. 1606), VI marqués de Ayamonte, fue asesinado en Segovia el 12 de diciembre de 1648 por orden del Rey de España, acusado de traición al apoyar la sublevación de Gaspar Alonso Pérez de Guzmán con finalidad de establecer la primera REPÚBLICA ANDALUZA, según un inserto de prensa publicado en 2009 por el Bloque Nacionalista Andaluz, que agrega: Los andaluces de conciencia no olvidamos su sacrificio. VIVA ANDALUCÍA LIBRE (universoandalucista.blogspot.com). Se trata de la llamada Conspiración de Andalucía, que tuvo lugar en 1641 [1].  

18 de diciembre de 2017

Sobre don Luis de Ávila y Zúñiga, marqués de Mirabel, y algo más...



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

La noticia de lasubasta del busto de sí mismo regalado por el emperador Carlos V a su amigo ycronista Luis de Ávila y Zúñiga, que ha dado nombre a un salón del Palacio del Marqués de Mirabel en Plasencia, merece algunas precisiones, y la primera es que don Luis no fue el primer detentor del título, sino su tío y suegro Fadrique de Zúñiga y Sotomayor, que lo recibió del mismo emperador.  




Sala Carlos V del Palacio del Marqués de Mirabel, Plasencia.  
Foto Alberto Bravo



      El título nobiliario hace referencia al actual municipio de Mirabel, 30 km al sur de Plasencia, que por haber sido señorío anterior de Francisco de Zúñiga y Manrique de Lara, hijo de Álvaro de Zúñiga y Guzmán, I duque de Béjar, y padre de don Fadrique, lleva en su escudo hasta hoy el campo de plata y la banda de sable del escudo de la Casa de Zúñiga y de los duques de Béjar.

10 de diciembre de 2017

A poca distancia de Béjar... Miranda del Castañar



     Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez 

        Son 36.6 kilómetros al NO por la carretera SA-220 para ser exactos, trayecto que se recorre en 44 minutos en automóvil según las páginas dedicadas a informar distancias en la red (por la SA-225 son 47.7 km y 57 m)


Google.com

       La localidad pasó en 1457 a poder de los Zúñiga cuando Enrique IV creó el condado de Miranda del Castañar para Diego López de de Zúñiga (nombre de pila igual que su abuelo), hermano menor de Álvaro de Zúñiga, futuro I duque de Béjar. Tiene un castillo que conserva la inscripción Esta obra mandó facer el conde don Pedro Estunyga en anyo de MCCCLI, por lo que podría deducirse que el constructor fue el padre de Diego y de Álvaro, o que la inscripción es apócrifa. Debajo hay un ángel que sostiene el escudo de los Estúñiga/Zúñiga, el mismo de los duques de Béjar.

Inscripción y ángel con el escudo en el castillo de Miranda del Castañar. Galeon.com

5 de noviembre de 2017

Apuntes para una feria en decadencia (1ª Parte)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2016.



            Típico sol de septiembre. Pica. Solanera en la calle Mayor. ¿A cuánto?, pregunta una mujer. Cincuenta céntimos la libra na más. Voces. Tráigame aquí una. Lleno el saco. Unos críos piojosos corren entre los puestos. Un anciano renquea con su bastón ante el de la Manuela. ¡Fuera, chucho!. El chucho sale despavorido. Oigan, oigan, los mejores garbanzos aquí. Más voces. Una moza se acerca, cesta al cuadril. Mira y remira. Mira y vuelve a remirar. Se va sin decir ni ay. ¡El barquillerooooo, el barquillerooooo! Un prójimo bigotudo y con blusón, pipa torcida en los labios, chasquea la lengua. ¡Estos no son garbanzos, ni son na! ¿Qué no? ¿Quién lo ha dicho?, respondo airado, chulesco. El otro: El Canillas y a mucha honra. A ver, ¿qué es lo que pasa aquí? Se acercan los Civiles. El del palillo: ¡na!, ¿pos que ha de pasar? Recula. El sol sigue picando. Me restan diez libras, doce tirando p’arriba. ¡Miren a ver lo que hay aquí! Sombra, se agradece. Un paisano apunta con el dedo. Solo tres en su mano derecha. Las putas máquinas, resopla. ¡Oigan, dos libras se me quieren ir! ¿Quién las quiere? El ocaso que llega. Las sombras se alargan. No hay voces. Los chiquillos siguen corriendo. Piojos y chinches. Los guardas urbanos. ¡A recogerse tocan! Mañana más. Quedan dos días de feria. 


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 Comerciantes en Béjar. Finales del XIX. Cromolitografía. Colección JAM-BÉJAR. Foto sacada de Archivo Fotográfico y documental de Béjar