Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
El 11 de enero de 1601 se formalizó el traslado de la corte de Felipe III de Madrid a Valladolid, y sólo cinco años después, el 4 de marzo de 1606, se realizó el proceso a la inversa, provocando en ambas villas, en cada ocasión, un feroz desequilibrio en el valor de las propiedades inmuebles, fenómeno que hoy se describe como boom inmobiliario, golpe inmobiliario, pelotazo inmobiliario, etc. El inductor y gran beneficiario de la gestión fue Francisco de Sandoval y Rojas, V marqués de Denia y I duque de Lerma, valido real con poder ilimitado, que logró llevar a su máxima expresión la regla de oro de la especulación: comprar barato y vender caro.
El duque de Lerma, por Rubens, en el Museo del Prado. Es.wikipedia.org
Hijo de Francisco Gómez de Sandoval y Zúñiga, IV marqués de Denia, y de Isabel de Borja, hija del santo jesuita Francisco de Borja cuando era duque de Gandía, a través de su abuela paterna Catalina de Zúñiga, hija mayor de Francisco de Zúñiga, III conde de Miranda del Castañar, entroncaba directamente con Pedro de Estúñiga, II señor de Béjar y padre de Álvaro de Zúñiga, I duque de Béjar, y por demás está decirlo con Diego López de Estúñiga, I señor de Béjar y genearca de la Casa de Zúñiga, que incluía principalmente los títulos de Béjar, Miranda del Castañar y Monterrey. Fue contemporáneo de Alonso de Zúñiga, VI duque de Béjar, y de Pedro Fernández de Castro, VII conde de Lemos, familiares suyos a quienes dedicó Cervantes la primera y segunda parte del Quijote.