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17 de julio de 2021

Cartaya y Béjar: seiscientos años de historia

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez  

 

         Cartaya -ciudadela en fenicio- es una localidad y municipio de la provincia de Huelva, Andalucía. Situada en el ámbito de la desembocadura del río Piedras, cuenta hoy con alrededor de 20.000 habitantes, dedicados principalmente a actividades económicas del sector primario (agricultura, ganadería, pesca), algunas del secundario (industria), otras del terciario (ocio, turismo) y también del cuaternario (cultura). Posee excelente clima, buenas playas, y dista por carretera 22 km de Huelva, 190 de Sevilla y 492 de Béjar.

 

Reconstrucción del castillo en 3D  aquí


        La heráldica municipal de Cartaya lleva en el centro un castillo de oro adjurado (aclarado) de sinople (verde) sobre un campo de gules (rojo) timbrado de corona de marqués, imagen estereotipada del edificio, o al menos de las murallas que de él quedan, enclavado en un alto en medio de la población.

18 de octubre de 2012

Semblanza de Francisco III de Zúñiga y Sotomayor, marqués de Gibraleón y duque de Béjar (2ª parte y final)



Autor: Antonio Mira Toscano, profesor de la universidad de Huelva. 
Conferencia pronunciada en Gibraleón en ocasión del traslado de los restos a esta ciudad del duque Francisco III.



Aunque el Marquesado de Gibraleón era para Francisco III Diego Zúñiga de Sotomayor algo más que el territorio del que obtenía sus rentas, su administración no desdeñó la necesidad económica de fomentar el asentamiento de población en sus tierras. Así, en marzo de 1589 publicaba una carta de franquicias para repoblar el lugar de San Bartolomé de la Torre, a cuyos vecinos ya había otorgado en 1575 el derecho de ser libres del pago de alcabala para cualquier venta de ganado, yeguas y potros realizada en la víspera del santo, así como otros mantenimientos que allí fuesen a vender. Del mismo modo, y preocupado por el continuo despoblamiento que sufría la costa de su señorío, azotado como el resto del litoral español por piratas y corsarios de toda clase, concedía en mayo de 1597 exenciones y libertades a los nuevos habitantes que quisieran venir a instalarse en la pequeña y hoy desaparecida villa de San Miguel de Arca de Buey, cercana a lo que es hoy El Rompido. Allí hubo de reformar, siguiendo órdenes de Felipe II y empleando grandes sumas de dinero, la fortaleza litoral existente para que sirviera a la defensa costera junto con las nuevas torres vigías construidas en su jurisdicción; las de Marijata y Punta de Umbría.

Torre vigía de Punta Umbría (Huelva). Foto extraída de aquí

11 de octubre de 2012

Semblanza de Francisco III de Zúñiga y Sotomayor, marqués de Gibraleón y duque de Béjar (1ª Parte)




 *Conferencia pronunciada por el profesor de la Universidad de Huelva, Antonio Mira Toscano, en ocasión del Enterramiento de los Restos del Duque de Béjar y Marqués de Gibraleón, Francisco III Diego López de Zúñiga Sotomayor y Mendoza el pasado día 29 de septiembre en la localidad de Gibraleón (Huelva). Durante los días 26, 27, 28 y 29 de septiembre se llevaron a cabo unas jornadas culturales de gran interés sobre este personaje tan ligado a Gibraléon a la vez que a Béjar y a otros pueblos vinculados a la Casa de Zúñiga organizadas por la Asociación "Gibraleón Cultural". Los restos del marqués y duque fueron trasladados desde el monasterio de dominicas de la Madre de Dios de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) hasta la iglesia de Santiago de Gibraleón. Podéis conocer más del acto pinchando aquí.

En la villa y corte de Madrid, como dicen los documentos, “estando enfermo en la cama de la enfermedad que Dios nuestro señor fue servido de le dar, pero en su buen juicio y entendimiento”, a las ocho de la mañana del día 9 de mayo de 1601, el V duque de Béjar expiraba a la edad de 45 años. Le acompañaban en su último trance algunos miembros de su Consejo de Cámara, su contador, tesorero y secretario. 

Gibraleón. Imagen extraída de aquí

             Francisco III Diego Zúñiga de Sotomayor y Mendoza, caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro y Grande de España, había llegado a ostentar, además del influyente título de duque de Béjar, los de duque de Plasencia, marqués de Gibraleón, conde de Belalcázar y de Bañares y vizconde de la Puebla de Alcocer; detentando también otros altos cargos en la Corte, como el de justicia mayor o el de alguacil mayor hereditario del Reino de Castilla.