Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4853 ( 21/08/2020), p. 6.
Después de la magnífica restauración acometida por el taller de Simancas, la talla de la Virgen de las Angustias se ha podido definitivamente datar a mediados del siglo XVIII, una fecha que se correspondería con la historia de María La Morala narrada por don Juan Muñoz [1], ya que sigue los patrones que se van introduciendo de corte neoclasicista a la vez que continúan en cierta forma ciertos signos que la entroncan con el barroco. No olvidemos que durante el siglo XVIII se desarrollan dos estilos distintos en España: una tendencia barroca más vinculada a lo español y castellano, que continúa estilísticamente, y otra rococó y neoclásica que proviene de influencia francesa y de la nueva dinastía borbónica. La Virgen de las Angustias de Béjar está a caballo entre una y otra.
Así esta pieza se asemeja estilísticamente con la Piedad que realiza Luis Salvador Carmona, de escuela vallisoletana, para la catedral de Salamanca hacia 1755 [2], pero es un tanto más avanzada en cuanto que se nota en ella la impronta neoclásica, tanto en la aplicación de los colores como en los rasgos serenos y contenidos de la talla. No es neoclásica en el término literal de la palabra, pues todavía se aplican en ella tonos rosáceos para la túnica y el cristo aún muestra los signos de la pasión, por ejemplo la sangre. Sin embargo tampoco es rococó estricto senso porque la policromía es más oscura en el manto y no se utilizan brillos sobre la policromía.