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17 de septiembre de 2022

Béjar, 1868: el año en que vivimos peligrosamente (1ª Parte)

 Autor: Javier R. Sánchez Martín

Discurso  pronunciado por el 28 de septiembre de 2021 en la Puerta de la Villa de Béjar. 


Me siento honrado por haber sido invitado a hablar en el histórico lugar en el que en 1868 sucedieron hechos trascendentales. Muchas gracias por haber venido a escuchar a este bejarano sin filiación política, pero preocupado por su país y por su pueblo.

Quiero también agradecer la labor realizada por la asociación “Béjar 68”, a la que he pertenecido y de la que es heredera el Centro de Estudios Bejaranos, por la labor que ha realizado para conocer mejor la realidad de los hechos y darlos a conocer mediante un buen número de actividades, que culminaron en las Jornadas Universitarias de 2018.

Hagamos ahora volar la imaginación y trasladémonos aquí mismo, pero el 28 de septiembre de 1868. Podemos revivirlo gracias a la magnífica foto del francés Juan Cambón, establecido en Béjar y que en este caso actuó como uno de los primeros reporteros de guerra de este país. Por favor, recuerden la foto y sitúense en ella. La calle estaba enrollada, con bordillos alargados de granito para delimitar la calzada y separarla de lo que era una rudimentaria acera y con travesaños también de granito para que los rollos no se movieran, ya que el tramo de la calle de la Feria está en pendiente. Al final, un poco más arriba, se ve la Puerta de Ávila o Puerta de la Villa, una de las puertas de la muralla, de notable factura, pero que ya estaba reformada con respecto a la medieval original.

Esta puerta estaba construida con piedras de sillería y rematada por un arco de medio punto. Justo encima tiene el escudo de Béjar flanqueado por dos figuras que parecen de niños. Arriba el adarve para moverse los centinelas y, a ambos lados de la puerta, dos columnas sostienen dos torres circulares almenadas, cada una de ellas con una tronera de pequeño tamaño en forma de cruz sobre lo que parece un círculo o quizá un triángulo. A la izquierda se ve la muralla y sobresalir una casa grande con gente asomada a sus ventanas. A la derecha solo se ve una vivienda con balcón ubicada extramuros, delimitando la calle.

2 de octubre de 2021

Un encuentro insperado (2ª Parte y final)

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2017. 

La primera parte la puedes encontrar aquí.

             -De cárcel en cárcel, siempre huyendo, preparando sublevaciones, ahora trabajando de batanero, luego en la construcción del ferrocarril, más tarde en las cortes. De Béjar a Ciudad Rodrigo, pasando por Alcoy, Madrid en los sucesos del Cuartel de San Gil, Portugal e Italia. Y siempre por delante de los acontecimientos o dejando atrás levantamientos civiles. ¿Sabe que su vida es carne de cañón para esos escritores que publican sus novelas por entregas en los periódicos?-preguntó Primo Comendador Téllez a Aniano Gómez, un héroe de la Revolución de 1868.

            -No me venga con chanzas, don Primo, que si arriesgué el pellejo fue por el advenimiento de un mundo, basado en la libertad, el sufragio universal y el pan para todos. Cada uno intenta poner su grano de arena, unos con la pluma y la voz, como usted; otros, como yo, con las armas al pie de las barricadas. 

 

Grabado con el retrato de Primo Comendador Téllez

            -Dios escribe recto con renglones torcidos y aun con todo los dos presumimos de haber alzado la voz desde las bancadas del Congreso de los Diputados. Ambos utilizamos la palabra, aunque con ideologías dispares.

17 de septiembre de 2021

Un encuentro inesperado (1ª Parte)

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018, pp.  

 *Lector, lo que vas a leer a continuación es un relato inventado cuyos dos protagonistas tuvieron un papel relevante en los sucesos de La Gloriosa en Béjar cada uno a su manera, uno de forma pasiva esos días pero con presencia posterior en el Congreso, el otro de forma activa en Béjar  y en Alcoy, y después en Madrid. En todo caso, aunque es ficción, sus vivencias están basadas en hechos reales.

          La campana de la puerta emitió un sonido agudo, quizá un tanto húmedo, tintineante a la vez que opaco como las monedas al caer sobre un velador de mármol mojado por la lluvia. Mientras la tarde se presentaba desapacible y pasada por agua, un viento racheado bajaba ululante desde la sierra, inmisericorde con los transeúntes y con los hostigos de adobe, levantando por los aires, sin distinciones de condición, los sombreros burgueses y las gorras obreras. 

 Foto antigua de la botica de Primo Comendador, después de Enrique Brochín, más tarde de José Agero, posteriormente de Mª Flor Agero y hoy de Salvador Pérez. Archivo Fotográfico y Documental de Béjar.

 

Quizá por el ruido de la ventisca, acaso porque los años no perdonan y la capacidad auditiva no es equivalente en la mocedad o en la madurez, o posiblemente porque el estado de concentración semi inconsciente no le permitía ver más allá de un remedio para la tos que preparaba a la luz de un quinqué, el caso es que don Primo no la oyó desde la rebotica. La campana, insistente y machacona, resonó y volvió a hacerlo, renovando su convocatoria. Ante la ausencia de respuesta, una atronadora voz le sacó de golpe de su ensimismamiento:

10 de octubre de 2020

Encuentros y desencuentros entre Prim y Béjar (5ª Parte): de ciudad amiga a población insurrecta

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid nº 4818 (18/01/2019), p. 4.

Un grupo de vecinos liderados por Juan Muñoz Peña, Serapio Gómez, Cristóbal Anaya y Gregorio Ortín presentaron un escrito con el fin de que no se enviara la carta de don Nicomedes Martín Mateos al ministro de la Guerra. Aducían que representaría “un desaire para el Gobierno Provisional que le ha creado en honor a esta heroica Ciudad [1]”. Las discrepancias entre los líderes de la revolución, Muñoz Peña y Aniano Gómez, provocó que este último dimitiese de su cargo de comandante de los Voluntarios de la Libertad.

 Monumento a los Mártires de la Libertad. Reproducción de los Cañones de Víctor Gorzo, del artista Ricardo Martín Vázquez. Béjar

A Prim no le faltaba razón a la hora de desconfiar en las fuerzas del Ayuntamiento si se terciaba un levantamiento popular contra el Gobierno. Los republicanos habían adquirido una relevancia importante en nuestra ciudad y un año después se produjo una insurrección republicana que obligó, al ya Presidente del Consejo de Ministros, a enviar a un batallón completo de 340 hombres para sofocarla [2]. Este levantamiento no sería el último[3].

3 de octubre de 2020

Encuentros y desencuentros entre Prim y Béjar (4ª Parte): una de cal y una de arena

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Semanario "Béjar en Madrid" , nº 4.816 (04/01/2019), p. 4.

      El general catalán, como venimos recordando en este trabajo, mantenía en su cabeza, plagada de asuntos de gobierno, dos compromisos: visitar Béjar e indemnizar a las familias azotadas por la muerte. Como ya hemos desarrollado la primera, veamos la segunda. Pronunciada ante Olleros y Lozano el 12 de octubre, la confirmación de la indemnización se recibe desde la Capitanía General de Castilla la Vieja (sección 2ª). José Martínez, el Capitán General, reproduce una carta enviada por Prim desde Madrid el día 3 de noviembre de 1868 y recibida en Valladolid en la que manifiesta [1]


            En vista de su escrito que me ha dirigido la extinguida Junta de la Ciudad de Béjar haciendo una estensa reseña de los sucesos ocurridos en la misma con motivo del pronunciamiento y defensa de aquella población y manifestando que por todos los hechos allí acaecidos espera que el Gobierno acordará medios para proporcionar auxilios de tantos desgraciados e indemnizarles de los perjuicios que han sufrido, disponiendo que la Ciudad añada a sus timbres los de Liberal y Heroica y que se cree una distinción que el propio tiempo que perpetúe tanta abnegación y heroísmo, sirva de recompensa a todos los habitantes que tomaron parte en la defensa, el Gobierno ha tenido por conveniente resolver lo que sigue =

26 de septiembre de 2020

Encuentros y desencuentros entre Prim y Béjar (3ª Parte): los preparativos de su visita

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Semanario "Béjar en Madrid" nº 4.815 (21/12/2018), p. 6.

Como comentamos en el artículo anterior, Olleros y Lozano, antes de concluir con su misión de representantes de los intereses de la Junta Revolucionaria en la capital, obtuvieron la promesa del general Prim y de Práxedes Mateo Sagasta de visitar Béjar, la ciudad que había dado tanto por los intereses de la Revolución de 1868. A tal fin Aniano Gómez Valle pidió para esta ocasión tan relevante nuevos uniformes para los 200 hombres que componían los Voluntarios de la Libertad o Milicia Ciudadana[1] y fueron nombrados el mismo Aniano y Primo Comendador Téllez para organizar el programa de festejos[2]

 

General Prim

Unos días más tarde, el 17 de octubre de 1868, la Junta de Gobierno dirige al presidente del Consejo de Ministros una carta que se transcribe punto por punto en La reseña al vapor de Juan Muñoz Peña. La redacción y envío de esta carta había sido el resultado de una sugerencia de Luis Olleros y Rafael Lozano. La reproducimos aquí en su totalidad para interés del lector:

28 de marzo de 2018

Aquel verano de 1867 en Béjar (2ª Parte y final)


Autor: Ignacio Coll Tellechea
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2017, pp. 58-61; y http://collcenter.es/aquel-verano-de-1867-en-bejar/

       El 29 de agosto de 1867, los militares decidieron seguir el rastro de los fugados, saliendo el grueso de la tropa en su búsqueda y quedando 70 guardias y tres oficiales como retén en la ciudad. Cuando esto ocurrió, los revolucionarios bejaranos que permanecían en el municipio tocaron las campanas de las iglesias. La llamada surtió efecto, y mientras en las calles se montaban barricadas, la partida de Valle, Guijo y Aniano regresó a la llamada convenida y puso cerco a los militares. Tres horas duró el enfrentamiento, en el que perdieron la vida tres guardias y varios resultaron heridos. Especialmente dificultosa fue la toma de la Iglesia de El Salvador, en cuya torre los uniformados se hicieron fuertes. Para conseguir que se rindieran, los sublevados quemaron pimientos en su base, de forma que la humareda resultante motivó su intoxicación y el abandono de las armas.

        Tras la euforia de aquel mínimo triunfo, los rebeldes se hicieron con el control de la ciudad y se aprestaron a organizar la defensa, sabedores de que un contingente importante de tropas se acercaba para acabar con la insurrección y tomar de nuevo el mando.

      Tenían razones para preocuparse, porque una columna compuesta por más de 1.500 efectivos de los cuerpos de infantería, caballería y artillería estaba a punto de llegar a Béjar, alertada por los sucesos de los días anteriores. Al conocerlo, los rebeldes acumularon armas, en número de unas 400, fortificaron las zonas clave con barricadas y se llegaron a desenrollar varias calles para utilizar las piedras como improvisados proyectiles.

 Tropas Infantería 1863
Imagen sacada de aquí

21 de marzo de 2018

Aquel verano de 1867 en Béjar (1ª Parte)


Autor: Ignacio Coll Tellechea
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio, 2017, pp. 58-61; y http://collcenter.es/aquel-verano-de-1867-en-bejar/

       Las efemérides se suman al calendario bejarano con tozuda exactitud. Algunas con más brillo que otras. Las más, de forma casi clandestina, sin dejar rastro. Puede que por desconocimiento, o todo lo contrario.


      El verano de 2017 trajo ecos revolucionarios a Béjar que anuncian el aniversario del año que viene. Los sucesos del 28 de septiembre de 1868 no pueden entenderse sin tener en cuenta lo que pasó antes, el caldo de cultivo en el que se fue fraguando el levantamiento por el que la ciudad se abrió paso en la historia de las libertades, y que estamos a punto de celebrar, ahora sí, a través de la iniciativa de la Asociación Béjar 68.

 Plano de Béjar en 1868


       Los finales de las historias largas suelen ser casi siempre tristes, decadentes, incluso trágicos. Así ocurrió con el reinado de Isabel II, que se prolongó más de 30 años en un descenso inversamente proporcional al deseo de los españoles por modernizar su país, y reducir la brecha del atraso y el aislamiento internacional en el que había caído.


       La década de los 60 del siglo XIX encadenó movimientos populares de descontento que apuntaban en una única dirección: el cambio de rumbo de la nación, empezando por la organización de un poder que seguía en muy pocas manos (sin ir más lejos, en Béjar solo tenía derecho a voto y a ser elegidos menos del 1% de la población). Por su parte, la oposición política se unió en un inaudito acuerdo para derrocar a la reina a través del Pacto de Ostende, firmado en agosto de 1866.

5 de enero de 2018

En Béjar se buscan héroes

Autor: Ignacio Coll Tellechea, presidente de la Asociación 
"Béjar 68".

     La historia nos alcanza cada 28 se septiembre, aunque nos hagamos los remolones o miremos para otro lado. Ese día, en Béjar, los fantasmas de los revolucionarios que lucharon en las barricadas de la Puerta de la Villa, San Nicolás y Campopardo recorren las calles buscando entre sus paisanos alguien que les cuente cómo terminó aquella historia. La de la ciudad que amaron y defendieron enfrentándose a un enemigo que les quintuplicaba. La misma en la que Domingo Guijo tenía una taberna en la que siempre sonaba música, y en la que José Fronsky dirigía una imponente fábrica textil. Quizás busquen la farmacia de Primo Comendador y el estanco de la Plaza Mayor, y seguramente pasen por el lugar donde Víctor Gorzo y otros valientes fundieron los cañones, para terminar bajando por la calle de la Libertad siguiendo el rastro de los infelices fusilados al final del día junto al Puente Viejo. Pero no creo que lleguen a encontrar lo que buscan, y menos aún que nadie les reconozca.