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26 de noviembre de 2017

Diego López de Zúñiga, la Biblia Políglota Complutense y la disputa con Erasmo de Rotterdam



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

     Injusto es Henk Jan de Jonge, profesor de Nuevo Testamento en la Universidad de Leiden, Holanda, cuando dice que Zúñiga debe su fama casi exclusivamente a su polémica con Erasmo (Opera Omnia Desiderii Erasmi Roterodami, 1983). De hecho Diego López de Zúñiga fue un reconocido teólogo, experto en lenguas orientales, elegido por el cardenal Cisneros para encabezar el grupo de eruditos encargados de redactar la Biblia Políglota Complutense, labor a la que estuvo dedicado quince años. Enseñaba en la Universidad de Alcalá y luego lo hizo en Roma, donde fue nombrado embajador pontificio por el papa Clemente VII, y acompañó al emperador Carlos V en su visita a Italia.



      Era, además, del linaje de los duques de Béjar, y hacía ostentación del escudo ducal en la portada de sus publicaciones. Numerosos miembros de su familia eran personajes importantes de la corte imperial y funcionarios reales en Europa y América, y se pueden recoger interesantes datos de su carácter en la correspondencia del cardenal Cisneros y de otros dignatarios de la época. Su nombre de pila era Diego López en honor a su antepasado Diego López de Estúñiga, que también lo llevaba en esa condición.         

 


Exposición V Centenario de la Biblia Políglota Complutense en la Universidad Complutense de Madrid, 2014


19 de diciembre de 2016

El Brujo Torralba y el Duque de Béjar



 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

       Eugenio de Torralba nació en Cuenca en 1485 y se le recuerda como el mago más célebre de todo el Renacimiento español (Joaquín Moreno Pedrosa, Universidad de Sevilla). De sus andanzas por Europa y de los hechos extraordinarios que realizó, dan cuenta varios autores (Luis Zapata de Chaves en Carlo Famoso, 1566; Ramón de Campoamor en El Licenciado Torralba, poema, 1887; Julio Caro Baroja en Vidas Mágicas e Inquisición, 1992) fundamentándose en lo que él mismo declaró al Santo Oficio en el proceso que se le siguió entre 1527 y 1531 en su ciudad natal.  




Cuenca (foto hotelexecuenca.com)



       A Torralba lo evoca Miguel de Cervantes en el capítulo 41 de la segunda parte de El Quijote, con motivo de la aventura del caballero y su escudero sobre Clavileño, el fantástico caballo de madera: -No hagas tal, respondió don Quijote, y acuérdate del verdadero cuento del licenciado Torralba, a quien llevaron los diablos en volandas por el aire caballero en una caña, cerrados los ojos, y en doce horas (la mayoría de los relatos fija el trayecto en una hora) llegó a Roma, y se apeó en Torre de Nona, que es una calle de la ciudad, y vio todo el fracaso y asalto y muerte de Borbón, y por la mañana ya estaba de vuelta en Madrid, donde dio cuenta de todo lo que había visto; el cual asimismo dijo que cuando iba por el aire le mandó el diablo que abriese los ojos, y los abrió y se vio tan cerca, a su parecer, del cuerno de la luna, que la pudiera asir con la mano, y que no osó mirar a la tierra por no desvanecerse (ed. Silvia Iriso y Gonzalo Pontón, 1998.