Mostrando entradas con la etiqueta Guijo de Ávila. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Guijo de Ávila. Mostrar todas las entradas

12 de enero de 2015

El retablo de Guijo de Ávila, obra del retablista Miguel Martínez de la Quintana


 Autor: Roberto Domínguez Blanca

 Guijo de Ávila es uno de esos pueblos que por azares del destino y por caprichos de la administración decimonónica ha visto cómo el apellido de su toponímico entra en contradicción con su situación administrativa actual, pues permanece dentro de la provincia de Salamanca. Un caso similar pero en sentido contario a los de San Bartolomé de Béjar y La Solana de Béjar, que hoy forman parte de la provincia de Ávila, si bien el último pueblo cambió su “apellido” rompiendo amarras con la historia, pasando a denominarse La Solana de Ávila. El caso es que Guijo pertenece a la actual comarca de Béjar desde 1833, aunque su vinculación secular con Ávila y con otros pueblos salmantinos (Guijuelo, Cespedosa de Tormes, Santibáñez de Béjar…) es más fuerte que con la ciudad textil. Sin embargo, en cuestiones de historia del arte, como vamos a ver, hay mayores afinidades. 

 Retablo mayor de la iglesia de Guijo de Ávila


El pueblo, o parte del mismo, se encuentra en un lugar elevado como corresponde a una población que contó con castillo (desaparecido durante el reinado de los Reyes Católicos, si bien su emplazamiento es recordado en el callejero del pueblo). Las vistas de Guijo son espectacularmente bellas desde Guijuelo y sobretodo en primavera, rodeado de praderas, colinas con el telón de fondo de la sierra nevada. Destacando entre el caserío su iglesia gótica del siglo XVI, de la que emerge poderosa su capilla mayor. Fue para esta capilla para la que se ideó el retablo mayor objeto de este texto, un retablo que Casaseca Casaseca[1] lo calificó como barroco y de mediados del siglo XVIII. Hoy podemos refrendar esa cronología y que además fue construido por uno de los arquitectos de retablos más importantes de la Salamanca barroca, Miguel Martínez de la Quintana, artista prolífico y de notable calidad, necesitado de una monografía que pondere su aportación al arte en Salamanca y otras provincias cercanas.

10 de abril de 2014

El castillo de Béjar y otras fortificaciones de su entorno: origen y arquitectura (2ª Parte)



Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2013,  pp. 71-76.


Castillos del territorio castellano (II)      

     En una elevación al pie del río Tormes, el castillo de El Barco de Ávila o de Valdecorneja responde al modelo característico de castillo del siglo XIII. Contaba con recinto amurallado del que quedan algunos vestigios, destacando la puerta del Ahorcado. Su estructura es sencilla y diáfana: planta cuadrada con cubos cilíndricos guarneciendo las esquinas y una gran torre del homenaje en el medio de uno de los lienzos. Asimismo, tendría foso y contrafoso, y una vez atravesados, disponía de dos puertas en arco apuntado para su acceso, una que daba a la villa y otra al río. Repite modelos de la llamada escuela de Valladolid, como el de Villalonso (Zamora), adoptado a lo abulense, pues el referente más inmediato es el castillo de Arenas de San Pedro. Cooper advierte que las marcas de cantero de la torre del Homenaje son las mismas que las de la monumental iglesia gótica de Bonilla de la Sierra, por lo que tuvieron que trabajar los mismos constructores.

 Castillo de El Barco de Ávila (Ávila)