Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2013, pp. 71-76.
Castillos del territorio castellano (II)
En una elevación al pie del río
Tormes, el castillo de El Barco de Ávila o de Valdecorneja responde al modelo característico de castillo del siglo XIII. Contaba
con recinto amurallado del que quedan algunos vestigios, destacando la puerta
del Ahorcado. Su estructura es
sencilla y diáfana: planta cuadrada con cubos cilíndricos guarneciendo las
esquinas y una gran torre del homenaje en el medio de uno de los lienzos. Asimismo,
tendría foso y contrafoso, y una vez atravesados, disponía de dos puertas en
arco apuntado para su acceso, una que daba a la villa y otra al río. Repite
modelos de la llamada escuela de Valladolid, como el de Villalonso (Zamora),
adoptado a lo abulense, pues el referente más inmediato es el castillo de
Arenas de San Pedro. Cooper advierte que las marcas de cantero de la torre del
Homenaje son las mismas que las de la monumental iglesia gótica de Bonilla de la Sierra, por lo que tuvieron
que trabajar los mismos constructores.
Castillo de El Barco de Ávila (Ávila)
Observando
los muros se constata que en su mitad inferior tienen una textura distinta que
delata mayor antigüedad, mientras que la parte superior, la tonalidad más clara
sería reforma del siglo XV. Se le dotó así de un nuevo adarve con coronamiento
continuo de matacanes y almenado al gusto del momento, con garitas voladas en
el centro de los lienzos, salvo en el que se reservó para la torre del Homenaje.
Actualmente el parapeto con el almenado se ha perdido. Estas obras estarían
acabadas en 1476, pues entonces se documenta el encargo de la decoración
pictórica a García del Barco y de Juan Rodríguez, pintor vecino de Béjar, el
pintor bejarano más antiguo del que tenemos constancia. También de esta reforma
serían los grandes ventanales palaciegos con poyos acomodados en el grosor de
los muros. Las ventanas ajimezadas con alfiz y la portada en arco apuntado en
la mitad de uno de los muros son típicas del siglo XIII. Tristemente, el patio de armas se halla vaciado y eso que sus
corredores se hicieron en piedra, pues una parte de una crujía gótica se reaprovechó
para una de las casas de la plaza Mayor. Como en Montemayor, una bóveda
subterránea en sillería servía de aljibe.
Toda la
ribera del Tormes y sus inmediaciones fue un espacio de alta concentración de
fortificaciones desde la Alta Edad
Media. La fisonomía de Guijo de Ávila, con el pueblo a los
pies de un alcor sobre el que se edificó la iglesia, es evidente su pasado
castrense. Grande del Brío [1]
localiza aquí la fortaleza de Alpalio, desaparecida
pero que se mantuvo hasta la Baja Edad
Media y que se dotó de murallas para proteger la población.
Castillo de Cespedosa de Tormes (Salamanca)
Cerca de allí, en Cespedosa
de Tormes se yergue una torre que probablemente se levantó a
comienzos del siglo XV, cuando los Dávila reciben de Enrique III Trastámara
esta villa y la de Puente del Congosto; si bien en Cespedosa existía en el alto
medievo una fortaleza denominada Cerro
Cubo [2], no
sabemos en qué medida heredera de la actual torre. Ésta se sitúa en una ladera
elevada al este de la población a partir de una planta rectangular,
utilizándose mampostería con sillar de refuerzo en las esquinas. Varios vanos
se abren en los muros, algunos exhibiendo los escudos de los Dávila y los
Castro, y otros como el de la puerta, arrancados por completo. Tiene el
almenado completo, con merlones en los que se han abierto saeteras y en el
centro cada uno de los frentes del parapeto se adelantan garitones sobre
matacanes.
El
señorial castillo de Puente del Congosto, conocido como castillo de Monte Palacio, con el puente
que a sus pies se extiende sobre el río Tormes, es la estampa más noble de esta
histórica villa. El castillo que podemos admirar es básicamente obra de la
segunda mitad del siglo XV, aunque aprovechando otro anterior, al menos de
época de repoblación. Esta reforma la originó la nobleza propietaria, a cuenta
de la disputas con otros linajes por el control de la rutas y pasos de la
trashumancia. El derecho de pontazgo generaría pingües beneficios a los
moradores del castillo, a partir de 1539 los Alba, tras haber pertenecido hasta
ese momento a la Orden
de Calatrava. En la tasación del castillo intervinieron arquitectos
renacentistas tan celebrados como Alonso de Covarrubias, Pedro de Ybarra y Juan
Negrete; y para el peritaje del armamento acudieron Benito Martín, de
Piedrahíta, y Maestre Martín, artillero de Béjar.
Castillo de Puente del Congosto
Una
maciza torre rectangular palaciega a la que se adosa un gran cubo semicilíndrico
es el núcleo de la construcción, protegida por un anillo de muralla externo con
planta de hexágono irregular y de bastante menor altura. A este recinto se
accede por una puerta adintelada, ingreso vigilado por un cubo semicircular. La
fábrica es de mampostería y sillares en las esquinas. Es la zona más cerrada,
al orientarse al norte, con mínimas aspilleras en la muralla y saeteras de
cerradura en el cubo, seguramente por ser obra ya del XVI. Al traspasar la
puerta, ingresamos en el patio de armas, alzándose ante nosotros la alta mole
palaciega. Primitivamente sería más baja, casi a la altura de las murallas, pues
el cubo semicircular tiene una línea de matacanes inservibles a media altura, y
la torre rectangular está retranqueada a esa altura. En lo alto del cubo hay un
precioso vano gótico, conopial y con alféizar, bajo el cual se abre una saetera
de cruz y orbe, que se repite en su muro sur. Los vanos de la torre cuadrada
son más sencillos, semicirculares, alguno con el escudo de los Guzmán sobre su
clave, protegidos desde lo alto por un balcón con matacanes.
Patio de armas del castillo de Puente del Congosto
Lo
más interesante desde el punto de vista estratégico es que la torre rectangular
suponía el último reducto de defensa, pues desde el patio de armas sólo podemos
acceder a la planta baja del cubo semicircular, sin poder alcanzar desde aquí
las superiores, a las que se puede llegar sólo estando dentro de la torre. Esta
planta baja del cubo es uno de los espacios más espectaculares del castillo: una sala circular con su cúpula de ladrillo es atravesada por un estrechísimo
pasillo abovedado en medio cañón por el que nos hacemos una idea del imponente
grosor de los muros. Al otro extremo del pasillo se encuentra la cara sur del
núcleo palaciego, que se alcanza tras dejar atrás el quicio de dos puertas. En esta
fachada se contempla el punto de unión de la torre y el cubo, rompiendo el
segundo el balcón amensulado en la cornisa de la primera, y la diferencia en el
tipo de vanos: simples saeteras en la torre frente a arcos conopiales más
modernos del cubo. En éstos quedan huellas en el paramento de las rejas que
tuvieron. En este patio trasero que forman la fachada sur y la muralla,
habilitada aquí con troneras de buzón para artillería pesada dirigidas hacia el
puente, está el aljibe subterráneo. En esta parte, la torre muestra algunos
elementos singulares como sillares con marcas de cantero, el escudo de los
Dávila y una preciosa ventana geminada gótica.
Salón principal del castillo
En
la planta baja, a través de una puerta en arco apuntado, se accede al salón
principal del castillo, de gran empaque, resultando una habitación rectangular
con alta bóveda de cañón apuntado de ladrillo, reforzada con fajones que
descansan sobre unas potentes ménsulas de piedra. De gran plasticidad es la
solución de colocar el husillo que contiene la escalera de caracol para acceder
al resto de plantas en una esquina del salón, así como su entrada en arco
trilobulado. Para subir a la planta superior podemos utilizar la más desahogada
escalera del adarve, llegando a la terraza de la cara norte de la torre. De su
cronología, parece ser que el recinto exterior de muralla sería lo más antiguo,
de época de Gil González Dávila (finales del siglo XIV o primera mitad de siglo
XV), al igual que la torre; mientras que el cubo semicircular podría ser reforma
del siglo XVI.
Iglesia del pueblo vista desde el castillo de Puente del Congosto
Hacia el sur, en
la población de Santibáñez de Béjar existe una torre fechable en el siglo XIII que, alejada unos cien metros del
pueblo, se construyó sobre una elevación. Su nombre en el medievo debió ser La atalayuela, haciendo referencia a una
función de control y vigilancia, más que defensiva. Parece ser que a mediados
del siglo XVIII era propiedad del marqués de Fuente el Sol, que además tenía en
el pueblo una casa fuerte inhabitable ya por entonces. Tiene planta cuadrada,
midiendo 6,60 metros
de lado. Su fábrica es de mampostería salvo en las esquinas, trabajadas con
sillarejo. Apenas hay aberturas en sus muros, reducidas a simples saeteras
rasgadas y a la puerta de acceso, un tosco arco apuntado sin clave. La
coronación está muy perdida. Probablemente tuvo almenado, y el hecho de que en
cada cara la parte central de los muros sea la más hundida, parece indicar que
pudo equiparse con algún tipo de voladizo con matacanes. El interior estaría
organizado en tres pisos con cubiertas de madera.
Castillo de Santibáñez de Béjar (Salamanca)
(Continuará)
[1]
GRANDE DEL BRÍO, R.: Salamanca en la Alta Edad
Media, Salamanca, 2011, pp.
135-137.
[2] Ibidem, p. 135.
La arquitectura de los castillos de Béjar, guardan mucha similitud con los de mi Casarrubios del Monte. La llamada "torre mocha", el campanario de la antigua iglesia, me la recordó esa foto de Santibáñez.
ResponderEliminarBesos
Quizá sea la forma constructiva más simple: planta cuadrada o rectangular con muros de mampuesto y piedra. Por eso te recuerda al campanario de tu pueblo.
EliminarUn beso
Carmen me parece siempre que tienes un gran puchero del que nunca se vacía pues bien hoy con los castillos nos dejas una gran información y bonitas fotos de ellos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Voy a tener que visitar este maravilloso castillo de Puente del Congosto. Seguramente está muy restaurado pero es la única manera de conservar este hermoso patrimonio. Así que me lo apunto. Gracias por estos maravillosos reportajes en dónde unes historia y belleza.
ResponderEliminarBss
Existe una página web donde puedes consultar más información sobre el castillo. http://castillodelosdavila.blogspot.com.es/. Se puede visitar los fines de semana del verano llamando a un número de teléfono.
EliminarUn beso
Jo, yo que no conozco ninguno, y he vivido en Salamanca... El de Cespedosa de Tormes me parece chulísimo, si algún día paso por allí lo visitaré seguro. Un saludo! Alberto
ResponderEliminaracabo de leer la primera parte también. Me han dado ganas de ir a visitarlo.
ResponderEliminarExcelente documentación.
Un abrazo
La arquitectura militar siempre tiene eso tan épico para aquellos que nos gusta, claro.
ResponderEliminarSaludos
Cuánto tiempo llevaba sin pasar por tu casa! ya me tienes de nuevo por aquí disfrutando de tus cosillas.
ResponderEliminarSaludos.
Pues mire, no conocía yo ese castillo de Puente de Congosto. Una maravilla poder encontrarlo así de conservado. Habrá que ir a verlo.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Bisous
Qué estampa la del castillo de Puente Congosto junto a los peñascos del río Tormes. Buen ejercicio imaginativo nos brinda seguir el punteo de estas construcciones y sus canteros, llevando consigo los útiles de la profesión y en muchos casos la familia.
ResponderEliminarY al atractivo del Puente y del castillo ay que sumar el de las callejuelas del pueblo, su magnífica iglesia y sus buenos baños en las pozas del Tormes en verano.
EliminarBesos
Y qué magia acompañada de su especial estética tienen los castillos castellanos, valga la redundancia.
ResponderEliminarAcabo de regresar y lo primero es saludar a los amigos.
Bienvenido, Cayetano. Por aquí hemos seguido compartiendo los castillos de las proximidades, como ves.
EliminarUn saludo
Ese castillo del Congosto está bien conservado. Me parece recordar que le dedicaste una entrada hace tiempo, sobre una visita que hiciste durante una excursión. Da gusto ver que alguno de nuestros castillos en lugar de caerse a pedazos son aprovechados. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Buena memoria, desde la terrraza! Hace un tiempo dediqué una entrada. Y, ¿sabes qué estoy pensando? Voy a hacer un enlace por si quiere alguien refrescar la memoria.
EliminarUn abrazo y gracias
Me ha gustado mucho el Castillo de Puente Congosto, no,lo conozco.
ResponderEliminarEsta en una situación envidiable con ese puente cruzando el Río.
Magnífico paseo por la Historia de Béjar y los Castillos de Castilla-León.
El aire que sopla entre los árboles, entre los picurutos de la sierra, surgiendo ese quejido inquietante debe de ser muy particular y original.
Esas Lagunas que anuncian lluvias y se quejan son premonición de lluvias, aunque, parece ser, que el Tiempo va a ser bueno este Semana hasta el Fin de Semana.
Abrazos y Besines.
Esta tarde, asñí por depronto, hace tormenta. Los aires tan primaverles no casan con la nieve de la sierra. ¿Se habrán quejado las lagunas allá arriba? Seguro que los bejaranos de pro lo habrán notado. Yo... soy despistada y algo dura de oido...
EliminarAbrazos grandes
Me ha gustado la fotografía que publicas con la iglesia del Puente del Congosto vista desde las almenas del castillo. Así, de poder a poder. Un abrazo,
ResponderEliminar
ResponderEliminar¡Vaya! Solo conozco el de Cespedosa de Tormes (buenos jamones y embutidos lo de ese pueblo... mejor que Guijuelo...)
A ver si la próxima vez que vaya a Béjar, que espero sea pronto, me acerco a ves esas maravillas que nos enseñas.
· un saludo.
· CR · & · LMA ·
Con la de veces que pasamos por el Puente del Congosto y nunca hemos parado;( Lo haré . Me ha encantado el castillo!!
ResponderEliminarGracias Carmen.Ya estamos en casa. Paco va bien.
Besos para los dos.
Laura, echa un vistazo al comentario que he dejado a Katy. En esa web podrás concertar las visitas en horario de verano.
EliminarUn beso
Una pormenorizada y gran documentación sobre estos castillos de una España que, posiblemente, posea más que los existentes en cualquier otro país europeo. Claro, que muchos de ellos, por haber sido lugares de luchas reales se encuentran en un estado irrecuperable. En cualquier caso, este reportaje tan meticuloso como el anterior pone puntos sobre íes que, para muchos, son desconocidos. Excelente labor histórica.
ResponderEliminarCarmen, he tenido un conato de no coment otra vez. Ya se ha ido.
Un cariñoso abrazo, querida amiga carmen.