Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2013, pp. 71-76.
Castillos del territorio castellano (III)
Continuando hacia Béjar, en Sorihuela, el castillejo era una defensa altomedieval que cita Grande del Brío [1], tal
vez poco más compleja que una torre y de la que nada más sabemos. Desde luego
el emplazamiento actual de su iglesia parroquial parece el lugar idóneo para
una atalaya vigilante.
Ya en Béjar, el castillo, transformado en palacio por los duques desde el siglo XVI (del cual se hizo una amplia entrada en este blog),
se erigió en el punto que entonces era la entrada a la población, frente al
descampado de lo que hoy es la Plaza Mayor. Cuando una población amurallada se
eleva sobre un cerro escarpado, el castillo suele ubicarse o bien en el lugar
más elevado, para aprovecharlo como atalaya y como último reducto defensivo
(castillo de Montemayor del Río), o bien en el lugar más débil junto al acceso
a la población (castillo de Miranda del Castañar). Este último caso es el de
Béjar. Curiosamente, al ampliarse la muralla hacia poniente y el barrio de San
Juan hasta la nueva puerta de la
Villa, el castillo queda en una localización para nada
adecuada. Quizás esto fue lo que obligó construir el demolido castillo de
Campopardo, en la parte más alta de la villa como excepcional atalaya.
Castillo-palacio de Béjar
El edificio en
sí es una construcción multiforme que muestra una suma de elementos, a destacar
los castellanos de época de repoblación y los palaciegos del siglo XVI. Distintos
eruditos locales han querido ver castros vetones, cenobios visigodos o
alcazabas árabes antecediendo al palacio en la ocupación del mismo solar, pero
todo esto no son más que elucubraciones sin consistencia histórica ni
documental. Algunas excavaciones realizadas hace pocos años junto a la fachada norte
no han podido demostrar nada de estos supuestos ascendientes de nuestro
castillo-palacio [2].
Vista aérea antes de su transformación
En época del
castillo, su planta se formaba a partir de un doble recinto rectangular concéntrico
con cubos reforzando los ángulos, defendido por una barrera irregular adelantada
(desaparecida), a modo de antemuro, protegida con algunas torres cuadradas.
Dispondría de foso y otros elementos de los que no se han conservado vestigios [3],
estando en el medievo su entrada principal en la zona de poniente. El aspecto exterior
sería parecido al de castillos cercanos como el de El Barco de Ávila o el
demolido de Plasencia. La fachada de levante es en la que mejor se reconoce el
castillo primigenio. Reciamente construida en mampostería, consiste en una vetusta
ala entre dos torreones, circular uno y poligonal el otro. Ambos se rematan con
chapiteles cortos de época palaciega, elevados por un tambor en el que se
suceden las armas de Zúñiga y Sotomayor. En el lienzo, aún en la parte alta de
los mismos se aprecia el dibujo de las almenas y las saeteras que, difuminadas
por un recrecimiento, soportan la actual cornisa. La fábrica es de mampostería
irregular, extrañando, como advirtió Muñoz Domínguez [4], la
presencia de piezas de arenisca en una región monopolizada por el granito. Muchas
de estas piezas se aprovecharían de los restos de otras construcciones, siendo
la más llamativa un bajorrelieve que representa lo que parecen dos flores de
lis inscritas en dos marcos más o menos circulares. Más aristocrática es la fachada
meridional, sobria y altiva, enmarcada por dos torreones hoy perdidos y con
escudos y cartelas sobre algunos de los vanos. El resto de fachadas son viva
muestra de la desidia con la que fue tratado el noble palacio bejarano durante
el siglo XX, desapareciendo los alzados históricos, demolidos para levantar construcciones
modernas. Por tanto, el edificio actual es sólo una parte de un todo más rico y
complejo que fue perdiéndose durante las dos últimas centurias.
Patio del castillo-palacio de Béjar
El patio
interior es renacentista, con dos pisos de arquerías de arcos de medio punto
sobre columnas jónicas en las alas oeste y norte, una escalera embebida en la
crujía sur, y una fuente avenerada bajo dos enormes escudos de Zúñiga y
Sotomayor en la crujía de levante. Todo del XVI. En época del castillo, el
patio sería de madera con corredores altos y bajos, subsistiendo de época
medieval los muros norte y de poniente con algunos de sus vanos.
Castillo- palacio de Béjar. Fachada sur
En el exterior
del castillo se aprecian una serie de elementos constructivos interesantes como
la serie de contrafuertes semicilíndricos en la base de la fachada sur, de
comienzos del siglo XVI, ornados con los escudos de Zúñiga, Sotomayor y el
blasón con las iniciales F y G (Francisco y Guiomar, duque y duquesa). En el
ángulo noroeste un gran cubo desmochado guarnece esa esquina, en tanto que en
la parte inferior del muro norte, en lo único que queda de original de la
construcción, se aprecian en sus muros saeteras de orbe y cruz y troneras de
buzón, obedeciendo éstas a la aparición de la artillería en el siglo XV. La plataforma
que se eleva el castillo tiene unos muros ataludados en la fachada sur que
responderían, en opinión de Muñoz Domínguez [5], a
una reforma del primitivo muro de contención perpendicular, por las necesidades
de una defensa artillera que la hacía más efectiva a pie de tierra, como una
trinchera, y no desde lo alto de una torre. El desarrollo y perfeccionamiento
de la artillería supuso el final de los castillos y la aparición de los
fuertes. En la transición, se construirán castillos mucho más bajos que los
medievales.
Como
todo buen castillo, el de Béjar tiene su leyenda. La serie de pasadizos y
galerías subterráneas han dado pie a todo tipo de fantasías relacionadas con
supuestos tesoros, o con las longitudes increíbles de los mismos que le unirían
con el castillo de Montemayor, sin tener en cuenta las limitaciones insalvables
que suponen la accidentada orografía o el sustrato granítico de gran dureza.
Fortín de La Calzada de Béjar (Salamanca)
El
conocido como castillo de La Calzada de Béjar, al oeste de nuestra
ciudad, es la fortaleza más antigua
de nuestra comarca, y debió jugar algún papel clave durante el medievo. Como es
sabido, al pasar la vía de la
Plata por la mitad de la población, la parte oriental quedó
en poder castellano y la occidental bajo poder leonés. Esa frontera posteriormente
supuso también la que dividió el ducado de Béjar del marquesado de Montemayor.
El castillo quedó en territorio castellano, alejado del pueblo y en lo alto de
una ladera. Si uno no pone atención en los detalles del sencillo edificio de
planta rectangular, nos parecería que estamos ante una casa ganadera cualquiera
a la que se le ha desprovisto de su tejado a dos aguas, en lugar de una torre
de vigilancia estratégica de época romana. Su origen romano ha dado pie para
que se haya considerado Bien de Interés Cultural.
Arco de entrada al fortín de La Calzada de Béjar
Fabián
García [6]
recoge la opinión de Roldán de que se puede datar en el Bajo Imperio Romano. El
castillo está fabricado en
mampostería utilizando piezas de diversos orígenes, llamando la atención la
presencia de algunas de granito moteado, material frecuente en Candelario. Los
sillares se reservan como es habitual para las esquinas y la portada. Ésta se
abre en el lado este, alta y angosta, y cerrada con una breve bóveda de cañón
de sillería. Se pueden observar aún las quicialeras para la puerta, que hubo de
ser de dos hojas, y los agujeros para encajar la tranca que aseguraría el
cierre de la puerta. En el muro oeste se abre una hilera de saeteras a un metro
del suelo y orientada hacia la calzada. El suelo está sin allanar,
sobresaliendo los peñascos del terreno.
Torre- campanario de la parroquia de Hervás (Cáceres)
Al sur de Béjar y
ya en Extremadura, Hervás contaba
con su castillo en la parte más elevada de la villa, al parecer desde el siglo
IX y relacionado con la Orden
del Temple. Se derribaría tras la Repoblación para edificar en su lugar la iglesia
actual, en la que todavía se ven lo que serían sus restos en la parte baja de
la torre, y los de la muralla en el recinto que delimita el atrio de la
iglesia.
Fotografía del desaparecido alcázar de Plasencia (Cáceres)
Finalmente llegamos a la
ciudad de Plasencia, que
tenía su punto fuerte defensivo en el castillo erguido en la parte alta de la
ciudad, al noreste. Llegó hasta bien entrado el siglo XX y bien entero, pero incomprensiblemente
se terminó por dinamitar. Por las fotografías podemos advertir que respondía al
típico diseño castellano de repoblación, de planta cuadrada con cubos en las
esquinas y a la mitad de los lienzos, salvo en el que estaba la torre del
Homenaje rectangular. El interior era el característico de estos grandes
castillos: dos pisos de galerías en las cuatros crujías. Antes de la repoblación de Alfonso VIII, existía en Plasencia una
torre llamada del Ambroz, que
serviría de base de operaciones a los musulmanes.
Continuará
[1] Ibídem, p. 138.
[2] Sobre
estas excavaciones, ver JIMÉNEZ GONZÁLEZ, M. C. y RUPIDERA GIRALDO, A.: “La Huerta del Aire del Palacio
Ducal de Béjar (Salamanca). Aproximaciones Histórica y Arqueológica”, en Estudios Bejaranos, nº 7, 2003, pp.
41-74.
[3] MUÑOZ DOMÍNGUEZ, J.: La
Plaza Mayor de
Béjar. Aproximación morfológica e histórica a un espacio público generador de
la ciudad, Centro de Estudios Bejaranos y Excmo. Ayto. de Béjar, Béjar,
2003, p. 55.
[4]
Sobre su análisis de castillo bejarano, ver MUÑOZ DOMÍNGUEZ, J.: “Huellas
actuales de la historia medieval de Béjar” en José María Hernández Díaz y
Urbano Domínguez Garrido (coords.) Historia
de Béjar, vol. 1, Salamanca, 2012,
pp. 347-349.
[5] Ibidem, p. 348.
[6]
FABIÁN GARCÍA, J. F.: “El tiempo más antiguo (Del paleolítico al siglo XI)” en
José María Hernández Díaz y Urbano Domínguez Garrido (coords.) Historia de Béjar, vol. 1, Salamanca, 2012, pp. 177-178.
Vivir tranquilo en la península durante la Edad Media era realmente una quimera. No es de extrañar que proliferasen por todo el territorio fortificaciones o castillos. Esta entrada nos sirve de ejemplo. ¿Habéis pensado alguna vez cuántos castillos debe haber en España? ¿300? ¿Tal vez 500? ¿1000 quizás? Según los datos que podemos recoger en sitios como Wikipedia, la cifra alcanza los... ¡2500! Y Jaén es la provincia que se lleva la palma.
ResponderEliminarhttp://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Castillos_de_Espa%C3%B1a
Un saludo.
Hay una asociación que lleva mucho tiempo preocupándose por los castillos, la Sociedad de Amigos del os Castillos, uno de cuyos fundadores nació en Béjar, Valeriano Salas. Imagino que ellos los tendrán bien catalogados con fotos antiguas, situación actual, proyectos de restauración, etc.
EliminarCurioso lo de Jaén...
Un saludo
Recuerdo a una conocida de aquí que me dijo un día: pues yo tan solo tenía ganas de ir a España para ver sus castillos y lo que menos vi fueron castillos, su viaje organizado no era de castillos pues como dice Cayetano castillos hay.
ResponderEliminarQue tengas una feliz Pascua.
En esas fechas España; comienza un proceso de feudalización y de incremento de poder señorial.La Historia de la Edad Media en España : para muestra viendo estas entradas.Ha fascinado a numerosos historiadores no solo españoles, sino extranjeros por su complejidad y riqueza de matices.-Pero el problema es que hay poca gente interesada en conservar este Patrimonio Cultural( políticos).
ResponderEliminarUn abrazo feliz Pascua.
Y no hay dinero o si los hay no se emplea en estos menesteres. La papeleta también la tienen los propietarios privados que tienen que mantener esta riqueza patrimonial a veces sin ayudas estatales.
EliminarUn abrazo
Hola Carmen: La edad media española es muy rica, no solo en historia,sino además en monumentos. Como dice la comentarista anterior, comenzaba aumentar el poder del señor feudal.
ResponderEliminarLastima lo del castillo de Plasencia, que haya desaparecido.
Besos
Desapareció como muchos castilos españoles. Lo sangrante es que no ha sido por obra y gracia de una guerra, un conflicto, un accidente, sino por un hecho premeditado de no hace tanto tiempo. Quizá es por ello por lo que nos llama más la atención.
EliminarUn saludo
Es una suerte inmensa contemplar cómo se conserva el patrimonio de tu ciudad, pero también una suerte tener un notario como tú que da cuenta de su pasado como si fuera presente.
ResponderEliminarBesos.
Qué lástima lo del alcázar de Plasencia. Con lo difícil que es que un edificio que ha tenido que soportar guerras y ataques durante siglos llegue entero después de tanto tiempo, no es explicable que al final vaya y se dinamite sin más.
ResponderEliminarFelices pascuas!
Bisous
Esos dos torreones del castillo de Béjar, circular y poligonal, y los dos contrafuertes semicilíndricos, por su singularidad me recuerdan los campanarios de la Sagrada Familia de Barcelona, que aunque pasen desapercibidos a los observadores, se inician cuadrados hasta cumplir la cuarta parte de su altura total, a partir de ahí siguen cilíndricos, para transformarse en parabólicos más adelante y terminar su recorrido convertidos en poliedros cubistas de hormigón recubiertos de cristal de Murano.
ResponderEliminarPor cierto, qué mal regusto deja la idea de que un castillo acabe dinamitado.
Es un orgudllo para nosotros que hagas esa comparación, Ana. ¿El palacio de los duques de Béjar y la Sagrada Famiñlia? Si me hubieran preguntado la relación nunca habría caído en esto que nos comentas.
EliminarUn abrazo
Como hacía tiempo que no visitaba el blog he leído los tres capítulos. Me ha llamado la atención saber que la división de dos reinos la estableció la ruta de la Plata. Sabía que Plasencia perteneció al reino de Castilla por una novela de Sánchez Adalid titulada "el alma de la ciudad", pero no que Béjar también lo fuera, así que resulta ahora que los bejaranos son castellanos y no leoneses. No sorprende la abundancia de castillos, torres y atalayas porque en aquellas épocas era fundamental vigilar el entorno y dar una respuesta adecuada que en muchas ocasiones era refugiarse en el castillo y defenderse desde algún lugar elevado, lo que disuadía a los posibles atacantes.
ResponderEliminarUn saludo.
Buena novela esta que nos apuntas, Valverde, recomendable para todos aquellos que lean este comentario. Creo que no se menciona Béjar en ingún moemento aunque los personajes pululan en algún momento por los pasos de la sierra en la Vía de la Plata, entre el norte y el sur, lo cual nos induce a pensar que andaban cerquita de Béjar. Esa sensación también nos la transmite la novela de Frank Baer "El puente de Alcántara". No nos citan, pero los personajes hacen parada en una villa amurallada en el paso de la sierra.
EliminarUn saludo
Iba a decir algo del castillo-palacio de Béjar, pero cuando he llegado al párrafo final, el de la demolición del de Plasencia con dinamita, me he quedado sin palabras, al menos sin otras que las de la indignación.
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen.
Creo que estás sentando las bases documentales precisas para que algún joven emprendedor ponga en marcha la ruta turístico-fotográfica de los castillos; un recorrido por toda España siguiendo este tipo de construcciones defensivas. Un abrazo,
ResponderEliminarAl menos el de Béjar seguirá mucho tiempo ahí. Su transformación en Instituto ha servido para que no se deteriore.
ResponderEliminarBuen reportaje Roberto.
Besos para los dos
¡Muchas gracias, Laura! Lo paradójico es que su conversión en instituto en los años 60 sirvió realmente para destrozarlo en buena medida. Se vació por dentro y se tiraron buena parte del alzado de los muros norte y oeste, incluyendo una puerta como la de las murallas con su torrecilla cilíndrica para una escalera orientada a la calle de los curas, y una preciosa arquería renacentista de tres arcos que daba a la plaza de los aires. Como ves, poco más y nos quedamos como en Plasencia.
EliminarTe recomiendo, por textos y fotos antiguas, los recientes trabajos de Pepe Muñoz en la revista Estudios bejaranos nº 17 y en el libro del Cincuentenario del Instituto Ramón Olleros. Hay ejemplares de ambos en la biblioteca municipal.
Un saludo.
ResponderEliminarMe sigue pareciendo muy interesante la documentación que aportas. Para los bejaranos, será motivo de orgullo.
· Saludos
· CR · & · LMA ·
Hola Carmen, creo que España cuenta con algunos castillos mejores conservados del mundo, no obstante muchos han desaparecido, pues no se pueden mantener ni restaurar.
ResponderEliminarMe ha encantado el castillo-palacio con ese patio tan hermoso y esas columnas jónicas, que bien se parecen a las dóricas, me he quedado un buen rato contemplando.
Veo que Béjar es un gran puntal en nuestra historia.
Gracias
Un gran abrazo
Me encantan los castillos, y España tiene muchos y bien conservados, otros no tuvieron tanta suerte y ya lo que queda de ellos son ruinas.
ResponderEliminarEn Castilla es donde abundan más, ya que su nombre creo que quiere decir tierra de castillos.
En Andalucía hay algunos muy bien conservado como es el de Almódovar del Río en Córdoba del cual hice una publicación.
Besos
Carmen, te dejo aquí un enlace de un blog amigo que habla de Béjar y como casi ya es mío, te lo dejo para que lo disfrutes.
ResponderEliminarUn abrazo
http://amanecerenpriego.blogspot.com
Sor.Cecilia