Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2013, pp. 71-76.
Castillos en territorio leonés
Nuestro
recorrido por los castillos leoneses va a seguir un sentido inverso, ahora de
sur a norte, comenzando por el más próximo que tenía el alcázar placentino en
territorio del reino de León: el castillo de Galisteo. Esta villa era cabeza de un alfoz de una decena de
pueblos y su asentamiento es claramente castrense, en una ceja sobre la
confluencia de los ríos Alagón y Jerte. Posee muralla de guijarros almenada,
reduciéndose su castillo a un fuerte torreón de sillares con balcones volados
sobre matacanes en la parte superior y en el centro de cada cara. Una profunda
reforma palaciega del siglo XVI, de la que apenas queda sólo su portada de entrada
en arco carpanel, integró el torreón, que es lo más destacable del conjunto,
pues en un momento dado el conjunto se vendió a particulares que lo
desmantelaron. Cooper [1] ve en
un escudo una orla de escamas, divisa del monarca Juan II (1405-1454). No
obstante, Galisteo tendría castillo desde su repoblación, pues la villa es
citada por primera vez en un documento en 1217, y en 1229 ya se habla del
castillo [2].
Murallas de Galisteo (Cáceres). Foto de wikipedia
Ascendiendo
hacia Granadilla, estaba el enclave de Santa
María de Paniagua con su desaparecido castillo, y muy cerca de la misma
Granadilla el de Sotofermoso.
Granadilla, es un pueblo de la
provincia de Cáceres cuya historia reciente es bien conocida. De ser una villa
histórica cabeza de un territorio, pasó a ser abandonada a mediados del siglo
XX por la construcción de un embalse que la iba a anegar en buena parte. Hoy
sigue siendo un pueblo abandonado, pero rehabilitado y visitable por los
turistas de acuerdo a un horario. Además de disfrutar del paisaje y lo
pintoresco de sus casas y rincones, es posible visitar su castillo y recorrer
el adarve de su íntegra muralla.
Castillo de Granadilla (Cáceres)
Más
que un castillo, el de Granadilla es una torre fuerte, con un núcleo de torre
de planta cuadrada reforzada generosamente en cada uno de sus lados por
potentes cubos semicirculares, que trazan una planta tetralobulada no habitual
de las fortalezas de la zona. El castillo está completamente edificado con
buena sillería repleta de marcas de cantería, y todo él se remata con parapeto
volado sobre matacanes. Como en Miranda del Castañar o Béjar, custodia la
puerta de acceso a la villa rasgada sobre la muralla, la cual parece mucho más
antigua que el castillo. Raro es el hecho de que la barbacana está orientada
hacia el interior para protegerse más del resto de la villa que de un ataque
exterior. Por su unidad de ejecución y estilo se levantaría de una vez entre
1473 y 1478, tras haber pasado la villa a la casa de Alba en 1445, iniciándose
un programa arquitectónico militar en sus posesiones, que incluía la
reconstrucción de los castillos de Coria y San Felices de los Gallegos. En 1460
se intentó demoler las murallas, pero el monarca Enrique IV lo impidió.
Castillo de Montemayor del Río (Salamanca)
El
castillo de Montemayor del Río, o castillo de San Vicente, es uno de los ejemplares más portentosos de la
provincia de Salamanca, enclavado desafiante en lo más alto de cerro sobre el
que se asienta la villa, a escasa distancia de la vía de la Plata. Era el punto fuerte de
la pequeña muralla de la población, que sólo daba cabida en su interior el
castillo, la iglesia, la derribada casa del corregidor y unas pocas viviendas,
quedando la plaza mayor fuera del cinturón defensivo. Se conservan tres
fragmentos de muralla, el más amplio al sur de la villa con un torreón.
Construida en mampostería, a veces
se incluía entre medias alguna hilada de sillares por un cantero que los
“firmaba” con un signo semejante a la letra L.
Interior del castillo de Montemayor del Río
El
castillo en sí cuenta con una primera barrera defensiva, un antemuro o
barbacana, que vigilaba la entrada por el puente que salvaba el foso,
recuperado en la última restauración. Consta de dos cubos cilíndricos entre la
entrada en arco apuntado: el de la
derecha defensivo con su tronera, y el de la izquierda con la escalera para
acceder a la terraza del cubo contiguo. Incomprensiblemente se derribó hace
unas décadas su muralla, dejando tan solo la puerta con sus cubos. Una vez
dentro nos admiramos las seis torres que configuran el castillo, la mayoría de
planta rectangular, algo extraño en un castillo cristiano en el que son más numerosas
las cilíndricas. La puerta principal, también en arco apuntado, hay que
buscarla escondida en el esquinazo de una de las torres, y su acceso al
interior del castillo se hace en recodo. Al cruzar la puerta, lo primero que
nos encontramos a mano izquierda es la cocina con dos piezas magníficas: el
pozo y la chimenea. El primero da a una profunda estancia abovedada y la
segunda aprovecha toda la altura de la torre del Homenaje, adaptándose a un
rincón entre el grosor de sus muros. Hay dos chimeneas más en el castillo que
se construyeron en rincones de otras dos torres, pero no son tan altas al no
partir de la planta baja.
Paisaje desde la torre del Homenaje
El
patio de armas es el núcleo del castillo. En el siglo XVI, cuando se transformó
en palacio, se redujo de tamaño al colocar dos plantas de estancias palaciegas
en tres crujías, como se hizo en el de Béjar y en tantos otros. Todo esto ha
desaparecido, y tan sólo quedan los mechinales y las ranuras donde cargaban
vigas y tejados. De las seis torres, cuatro tienen estancias dividiéndose en
altura de una a tres plantas, que se cubren con techumbres planas, salvo la gran
sala de la torre del Homenaje que lo hace con bóveda de ladrillo. En esta estancia se ha abierto un
típico mirador en arco escarzano para los ratos de ocio, con dos bancos pétreos
colocados en el grosor de los muros. Uno de los atractivos de este castillo es
el adarve, que comunica las torres a la altura de las almenas pasando a través
de ellas.
Callejuelas de Montemayor del Río
La historia
del castillo es bastante oscura, aunque su origen puede fijarse en el momento
que tras la repoblación, Montemayor se desgaja del alfoz de Miranda del Castañar
y crea el suyo propio. Creemos que
el castillo actual ha de ser del siglo XIII o como mucho del XIV, si bien
estaría asentado sobre uno anterior. Así nos lo hace pensar aspectos como las
puertas apuntadas tan simples y el hecho de que no presente características
típicas de castillos del XV, como el coronamiento de matacanes en el remate de torres
y murallas y que no está pensado para defenderse con artillería. En cambio, de
este siglo sí sería la barbacana.
Continuará
[1]
COOPER, E.: Castillos señoriales en la Corona de Castilla,
vol. 1.2, Junta de Castilla y León,
1991, p. 531.
[2]
HURTADO, Publio: Castillos, torres y
casas fuertes de la provincia de Cáceres, Manuel Garrido Santiago y Antonio
Navarreño Mateos (eds.), Editora Regional de Extremadura, Mérida, 1989, pp.
58-60.
Granadilla, Montemayor, Galisteo... bellos lugares que tuve la suerte de recorrer. Bueno, la muralla de Galisteo andaba medio intransitable no sé si por tema de obras o por qué.
ResponderEliminarUn saludo.
Te doy la enhorabuena por ello. Ahora te quedan por visitar otros castillos, los de la zona castellana que comentamos en las anteriores entradas.
EliminarSaludos
Una maravilla estos castillos y sobre todo la Historia que encierran!
ResponderEliminarSeguimos leyendo...
Besos Carmen feliz Día del Libro.
Estuve en Cáceres pero no he visitado nada de sus alrededores. Es impresionante la muralla del castillo de Galisteo. Este verano pasaremos otra vez por Cáceres y me encantaría acercarme para verlo.
ResponderEliminarGracias por compartir tanta belleza y explicar tan bien su historia.
Abrazos y cariños.
Kasioles
Es interesante también el de Granadilla con su pueblo abandonado, aunque para verlo tendrás que aproximarte al norte de la provincia. También te recomiendo, aunque ya en el Valle de la Vera, el castillo de Jarandilla, hoy parador nacional.
EliminarAbrazos
Estuve en Galisteo. Me impresionó mucho esa muralla. De camino paré en Maqueda. No pude visitar su castillo, al que solo ví por fuera (paso con frecuencia por ese castillo, así como el de las ruinas de Escalona).
ResponderEliminarLa historia que encierran estas paredes...Me da curiosidad.
Besos Carmen
Ninguno de estos sitios los conozco, pero, después de tu Entrada, no me los pierdo.
ResponderEliminarSobre todo me ha encantado el Castillo de Montemayor...Es impresionante.
Me encantan tus Entradas sobre los Castillos del Reíno de León.
Abrazos y Besines.
El Castillo de Montemayor tiene un buen emplazamiento y está bien conservado me imagino que debe de ser un placer pasearse por allí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Precisamente hablo del Castillo de San Vicente en Montemayor en mi entrada de ayer, una historia oscuro y de forntera castellano/leonesa...el castillo fue también origen del Marquesado de Montemayor que dominó esa zona.
ResponderEliminarUn beso
Es interesante la historia del marquesado de Montemayor del Río durante la Edad Moderna y no lo es menos el de los condes de Miranda del Castañar, pertenecientes también al todopoderosa Casa de Zúñiga.
EliminarBesos
Aquí en tierras de Jaén tenemos muchos castillos, derruidos en su mayoría y testigos de los días de la Frontera. Espléndida entrada, además.
ResponderEliminarSaludos.
Si no me equivoco Jaén es la provincia de España que más castillos tiene en su haber. ¿Me equivoco?
EliminarSaludos
Interesante el ir descubriendo la historia de la zona a través de los restos que perduran de estos castillos. Me parece un trabajo muy interesante. Un abrazo,
ResponderEliminarResulta interesante descubrir los diferentes castillos y torreones; me ha gustado especialmente el de Montemayor del Río, parece conservarse en buen estado.
ResponderEliminarUn saludo.
Hace poco se instaló en él un Centro de Interpretación a través del cual puedes viajar hacia el medievo recorriendo los distintos torreones y en ocasión del cual se restauró el castillo. Por so lo ves tan cuidado.
EliminarUn saludo
De nuevo por tu casa, disfrutando de las cosas que nos dejas. Siempre un placer.
ResponderEliminarSaludos.
Y qué maravilla esa vista desde la torre del homenaje. No se podría haber elegido un emplazamiento mejor para dominar desde allí toda la comarca.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Bisous
Montemayor se alza sobre un pequeño montículo rodeado de colinas más altas, de modo que, según te vas acercando con el coche desde la Autovía, te adentras en un monte poblado de castaños y, entre ellos, se va vislumbrando poco a poco el castillo en un altozano. Ese moemento en que se ve por primera vez el castillo es verdaderamente mágico.
EliminarUn beso
Tu entrada me ha hecho buscar fotos de hace tres años que tenía guardadas;)
ResponderEliminarVisitar ese castillo fue un acierto;)
Buen domingo.
Un beso
Me alegro de haberte animado a desempolvar un reportaje fotográfico no olvidado, pero sí celosamente guardado.
EliminarBesos
Vaya entrada interesante y cuánta es mi ignorancia. Ese castillo de las cuatro torres semicirculares es de veras original y el de Montemayor del Río, qué fortaleza. En las murallas de Galisteo, las casas que han ido adosándose dan tanto que pensar...
ResponderEliminarBesos.
Sería una buena excursión si os acercárais algún día por aquí. Merece la pena visitar Montemayor del Río.
EliminarUn beso
Ese castillo-torre de Granadilla, curiosa su forma; y su pueblo abandonado debe ser interesantísimo de visitar. Un abrazo.
ResponderEliminarQué gusto me ha dado entrar a tu blog y encontrarme con una de mis asignaturas pendientes. Conocer Cáceres.
ResponderEliminarLas imágenes son magníficas y el texto de lo más seductor. Un estímulo para darme un toque de atención y visitar a fondo esa maravilla de provincia.
Saludos y feliz semana
Me alegro de que te haya gustado. En el caso de estas entradas recorremos las zonas rurales de Cáceres, en concreto de su lado norte, para encontrar las defensas leonesas del lado oeste de la Vía de la Plata,
EliminarUn saludo e igualmente
pretty nice blog, following :)
ResponderEliminarMuy buenas imagenes..muy chulas...un saludo desde Murcia....
ResponderEliminar
ResponderEliminarCuando estuve en Granadilla llegué después de la hora de cierre. Tendré que volver, a ser posible, este verano.
Documentación y fotografía excelente... lo habitual en ti.
· un abrazo
· CR · & · LMA ·