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11 de junio de 2022

La dedicatoria de la segunda parte del Quijote, los condes de Lemos y los duques de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

Mucho se ha escrito sobre la dedicatoria de la primera parte del Quijote a Alonso de Zúñiga, VI duque de Béjar, y poco de la dedicatoria de la segunda a Pedro Fernández de Castro, VII conde de Lemos. Poco se sabe también de la relación familiar entre ambos destinatarios, unidos por el Príncipe de los Ingenios en la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal, además de ser el libro más editado y traducido de la historia, sólo superado por la Biblia (Francisco Pérez de Antón, Academia Guatemalteca de la Lengua).

Lasdoscastillas.es

 

De partida, la madre del Gran Conde de Lemos -sucedido por su hermano Francisco, ver ilustración- se llamaba Catalina de Zúñiga, segundo apellido de su padre Francisco de Sandoval, IV marqués de Denia y III marqués de Lerma, del círculo familiar de los Zúñiga condes de Miranda del Castañar, duques de Peñaranda de Duero y duques de Béjar.

4 de marzo de 2022

Sobre los tejidos de la duquesa Teresa de Zúñiga

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

Así titula el académico Gumersindo Bravo González, doctor en Historia y miembro del grupo de Estudios sobre Patrimonio, Cultura y Ciencia Medievales de la Junta de Andalucía y la Universidad de Granada, su trabajo publicado en 2017 en la revista de la asociación, que puede encontrarse completo en internet.

 

Armas de Zúñiga y Guzmán bordadas en hilo de oro sobre raso. Todocoleccion.net

El trabajo de investigación se centra en las piezas de tejido inventariadas en las disposiciones testamentarias del III duque consorte de Béjar, Alonso Francisco de Sotomayor y Portugal, V conde de Belalcázar y V vizconde de Puebla de Alcocer, que asumió el apellido y el título de su prima y consorte Teresa de Zúñiga, III duquesa de Béjar. A su muerte, su esposa tuvo que pleitear ante las deudas póstumas dejadas por su esposo. 

12 de febrero de 2022

Avance del catálogo de pozos de nieve de Salamanca y Cáceres (2ª Parte)

 Autor: Juan Antonio Frías Corsino

Publicado: El Comercio del Frío.  Actas del II Congreso Internacional sobre la utilización tradicional del hielo y de la nieve natural. Museo Valenciano de Etnología. Diputación de Valencia, 2009pp. 237-244.   

Nieves perpetuas en la Sierra de Béjar

La sierra de Béjar, dentro del Sistema Central, forma parte del macizo occidental de Gredos. Esta masa montañosa propiamente dicha no ocupa más que una parte de la unidad morfológica y estructural intercalada entre las dos mesetas castellanas. Entre ella y la Sierra de Francia-Hurdes y Gata, con su prolongación en Portugal con la Sierra de la Estrella, se localiza el corredor de Béjar. Este conjunto tiene un glaciarismo cuaternario bastante acusado[1]. Según Hernández Pacheco se localizan 15 glaciares en el macizo bejarano. Hablamos de un desarrollo morfológico que se inicia con una altitud en el valle de Béjar de 936 m. y que culmina a 2.430 m. en el paraje de La Ceja. 

Vista de Béjar con la sierra

22 de enero de 2022

San Antón: una antigua devoción de los duques de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

          En "Pasado y presente de la fiesta de San Antón" y "La festividad de San Antón, conocida por estos lares como la Fiesta del Chorizo", publicadas en Pinceladas de Historia Bejarana el 16/01/2011 y el 16/01/2012 respectivamente, la creadora  de este blog, Carmen Cascón Matas, da a conocer aspectos modernos de esta devoción en Béjar.

 

San Antón en las murallas, cerca de la desaparecida iglesia de San Pedro, templo donde se le daba culto desde época medieval

 

         En "Historia de una traducción", publicada en Cualia.es con reserva de derechos, la doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid, Mar Rey Bueno, da a conocer un episodio temprano de esta devoción bejarana. Dice así:  

8 de mayo de 2021

¿Fue Cervantes quien plagió una dedicatoria de Fernando de Herrera para El Quijote o acaso fueron las prisas de sus impresores?

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


Sorprende que algunos estudiosos duden de la atribución de la dedicatoria de Cervantes al duque de Béjar, asunto que sólo comenzó a cobrar relevancia con la publicación de Las 1633 Notas a la Primera Edición del Quijote de Juan Eugenio Hartzenbusch en 1874.


Fernando de Herrera. Cervantesvirtual.com

Entre las inculpaciones está la de ser un plagio, ni más ni menos, de la que el sevillano Fernando de Herrera dirigió al III marqués de Ayamonte cuando  publicó sus Obras de Garcilaso de la Vega en 1580. 

6 de febrero de 2021

El primer tratado de psicología moderna fue dedicado por Vives al duque de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


     En Tratado del Alma de Luis Vives, publicado por la Biblioteca Virtual Universal en 2003, el doctor en filosofía por la Universidad de Sevilla y II Premio Nacional de Poesía "Jorge Manrique", Alejandro Martín Navarro, dice que si en la historia de la filosofía española quisiéramos buscar un nombre que representara en ella un valor semejante al de Descartes, Bacon o Kant en la de Francia, Inglaterra o Alemania, seguramente habríamos de acordarnos de Luis Vives    

 


       Apologista católico de familia conversa -su padre fue quemado por la Inquisición-, Juan Luis Vives nació en Valencia en 1492. Se educó en París, en la Universidad de la Sorbona, y fue invitado por Catalina de Aragón a la corte londinense para dar lecciones a su hija María Tudor, futura reina de Inglaterra. Allí coincidió con Tomás Moro y con el cardenal Íñigo de Zúñiga, enviado como embajador por Carlos V para defender a su tía en la causa de divorcio entablada por Enrique VIII. Después volvió a Brujas y a la universidad de Lovaina, en donde ya había trabado con anterioridad relación epistolar con Erasmo de Rotterdam.

21 de noviembre de 2020

Sobre el mecenazgo musical de la Casa de Zúñiga

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

          No ha sido este un linaje de ejecutantes del arte musical, sino más bien de admiradores y mecenas. Los hay, sí, como el joven pianista Edwin Zúñiga Flores, que triunfa hoy en Plasencia, conocido en este extremo del mundo por el bejarano-placentino Jerónimo Gómez-Rodulfo y traído a colación en el postulado de que, en este caso, linaje y apellido son sinónimos por tener un único origen (Menéndez Pidal de Navascués, Faustino: El linaje y sus signos de identidad, 2006). 

 


 
         Pasando a los duques, la licenciada en Historia y Ciencias de la Música, María Dolores González Canalejo, dice lo siguiente en su conferencia La música en la villa y tierra de Béjar hasta el siglo XXI, presentada en febrero de 2015 en el Espacio Cultural Bizarte: Otro de los elementos que singularizan la historia de Béjar es la presencia en la ciudad de la familia noble que rigió sus destinos a lo largo de varios siglos, los Zúñiga o Stúñiga. Pues bien, esta familia se distinguió, entre otras cosas, por sus aficiones artísticas, entre las cuales se encontraba la música.

 

28 de febrero de 2020

El duque consorte de Béjar en el primer Sitio de Viena (1532)


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez     

     Por lo que en rigor debiera llamarse el Segundo Sitio de Viena y el Décimo Duque de Béjar, remítase el lector al libro La participación del X duque de Béjar, D. Manuel de Zúñiga, en el sitio de Buda (1686), de Emiliano Zarza Sánchez, publicado por el Centro de Estudios bejaranos.






        La épica de los hechos recogidos por Zarza –el duque Manuel de Zúñiga murió heroicamente en batalla-, opacó a los que, con otros resultados, protagonizó un ascendiente del noble poco más de siglo y medio antes, en el escenario del primer asalto de los turcos a Viena, o más bien en sus postrimerías.




Fronteras del imperio otomano en 1395, 1520 y 1683.  
Grandes batallas.es

21 de febrero de 2020

De dragones, duques, lagartos y otras especies de saurios en Béjar


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

A Jerónimo Gómez-Rodulfo, por su ayuda



Documentos para una aristocracia: Miniaturas españolas en los siglos XVI y XVII es el nombre de una exposición virtual de la Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional, subida a la red en 2002 por el Ministerio de Cultura. El quinto de veinticinco documentos seleccionados para la muestra lleva el título en francés Sans de pâtir, frase atribuida a "uno de los lemas de los Zúñiga" que aparecería en el texto (ilegible), con "las armas de los Estúñiga (o Zúñiga), duques de Béjar, en la inicial iluminada". Se trata de la "escritura de concordia y avenencia entre Diego de Estúñiga, abad de Parraces, y Teresa de Estúñiga, duquesa de Béjar, por la que el primero renuncia a sus posibles derechos sobre el Estado de Béjar", informa la glosa, y está fechada el 4 de febrero de 1547 en Valladolid (36 folios en pergamino).





Culturaydeportes.gob.es



A los costados de la primera página hay "elementos heráldicos con figuras fantásticas como la hidra de siete cabezas", y al pie, flanqueados por dos supuestos retratos de los fundadores del linaje -¿doña Teresa y Diego López de Estúñiga, primer señor de Béjar y creador del mayorazgo?- que "recalcan la mentalidad sucesoria nobiliaria, un león -posible referencia a la rama materna, los Guzmán- venciendo al dragón".

11 de febrero de 2019

Las Siete Partidas y Diego López de Estúñiga, primer señor de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

       Sin remitir a referencias, el artículo que dedica wikipedia a Diego López de Estúñiga, I señor de Béjar, afirma que como Justicia Mayor de Castilla y León hizo por el 1410 finalizar la redacción del Código de las Siete Partidas, cuya página principal iluminada lleva su escudo de armas (en campo de plata, una banda de sable y puesta brochante sobre el todo, la cadena de Navarra de ocho eslabones en oro) (consulta de 14 de febrero de 2016).

        A la búsqueda de mayor información, accedí por casualidad a la página blason.es del heraldista madrileño Antonio Salmerón Cabañas, que en la mención a Alfonso X de Castilla da cuenta de la existencia de un manuscrito depositado en la vitrina 4/6 de la Biblioteca Nacional, accesible en la Biblioteca Digital Hispánica. El dato condujo al título Siete Partidas, ilustrado con dos imágenes, de las que la primera corresponde a la página principal iluminada con el escudo ducal de Béjar y de la Casa de Zúñiga en la esquina superior derecha, emblema que se repite en la franja inferior que cierra la cuartilla (no pude obtener la página completa) .

 Página principal iluminada de las Siete Partidas. BDH 

         El texto que la acompaña no hace mención a Diego López de Estúñiga, pero dice que el pergamino perteneció a su nieto Álvaro de Zúñiga, I duque de Béjar, y que pasó después a poder de los Reyes Católicos. Esto pudo haber sucedido por el pacto de avenencia firmado en 1476 entre el noble y los monarcas durante la guerra de sucesión, pacto del que también resultó la castellanización definitiva del apellido, antes Stúñiga y Estúñiga. 

14 de enero de 2019

El libro de horas negro de la duquesa de Plasencia Leonor Manrique de Lara


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      Con motivo de la Semana Santa 2016, en la biblioteca del castillo de los Templarios de Ponferrada (León), se organizó una exposición de libros, pinturas y grabados del Ciclo de la Pasión de la colección Templum Libri, realizados en Europa entre los siglos X al XIX. Entre los primeros se encontraba el Libro de Horas Negro, uno de los ocho de este color que hay en todo el mundo, joya de papel de belleza indiscutible, informaba la edición digital del Diario de León del 23 de marzo.    





Libro de Horas Negro de la Colección Templum Libri de la Biblioteca del Castillo de los Templarios de Ponferrada. Foto I. de la Mata, diariodeleon.es



      Los Libros de Horas eran devocionarios manuscritos en pergamino o papiro, elaborados con técnicas especiales por artesanos gráficos para el uso de monarcas y nobles, que contenían oraciones para el orden de las fiestas del año litúrgico cristiano (lo de horas, por los momentos del día en que se realizaban las oraciones). Uno de estos ejemplares se conserva en la Biblioteca del Escorial con el nombre de Libro de Horas de los Zúñiga, realizado por miniaturistas e iluminadores que trabajaban en la corte literaria del maestre de Alcántara Juan de Zúñiga y Pimentel, en Zalamea de la Serena (Badajoz). Tiene el escudo de los Zúñiga en la primera lámina, que representa la Anunciación. Existen otros ejemplares de la misma naturaleza que llevan el nombre de reyes y nobles españoles, pero que fueron confeccionados fuera de la península (Domínguez Rodríguez, Ana: Libros de Horas de la Corona de Castilla. Hacia un Estado de la Cuestión, 2000).


5 de noviembre de 2018

La Segunda Celestina y el duque de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        No fue la duda sobre la identidad de su autor lo que retrasó en un siglo el éxito editorial de La Celestina, ni tampoco la censura inquisitorial de que fue objeto más adelante (“Celestina lena, nequitiarum parens”. De institutione feminae christianae, Juan Luis Vives) lo que frenó su difusión. 

       Lo cierto es que hubo una Segunda Celestina (en realidad hubo varias, alguna atribuida a sor Juana Inés de la Cruz, y hasta una tercera y una cuarta), escrita y publicada en 1543 en Medina del Campo por Feliciano de Silva, natural de Ciudad Rodrigo, Salamanca. 

 Todocoleccion.net, editorialgradiente.com y mercadolibre.com.ar 

26 de junio de 2017

Entre Goya y Carnicero



Autora: Berta Baz
Publicado: La Gaceta de Salamanca (4/06/2017)

  La biblioteca histórica de la Universidad de Salamanca guarda libros que pertenecieron a los duques de Béjar y Osuna



      Como gran mecenas y amante del arte, la decimotercera duquesa de Béjar y Osuna Mª Josefa Pimentel y su marido Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco reunieron una importante colección pictórica. Amigos de Francisco de Goya, tenían 23 cuadros del pintor zaragozano, entre los que destaca el retrato en el que el matrimonio está acompañado de sus cuatro hijos nacidos hasta el año 1788. Los duques se cuentan entre los primeros mecenas de Goya, para los que trabajó en estos años pintando retratos y cuadros de gabinete para sus distintas propiedades. El retrato familiar, el segundo que había pintado el artista hasta entonces después del monumental retrato del infante Luis de Borbón y su familia, no era frecuente en España. Por ello, los duques ponían así de manifiesto su elevada alcurnia, casi al nivel de la realeza, y se mostraban al mismo tiempo conocedores de las modas de otros países avanzados.

Duquesa de Osuna, Francisco de Goya


    También es de Goya el retrato la marquesa de Santa Cruz, Joaquina Téllez-Girón y Pimentel, hija del matrimonio, que reposa ‘tranquila’ desde 1986 en el museo del Prado ya que se dice que salió de España bajo la orden del general Francisco Franco para ser regalada a Hitler en la conferencia de Hendaya por la esvástica que lleva grabada en un instrumento musical. 

21 de noviembre de 2016

Santos Neira, el Quijote y el Duque de Béjar




Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

     Algunos de los que celebramos (y seguimos celebrando) el fantástico relato Don Quixote en Béjar de José Francisco Fabián García, ganador del XLVII Concurso Literario del Casino Obrero de Béjar publicado en cuatro capítulos en Pinceladas de Historia Bejarana en abril pasado (2016), nos preguntamos si no habría en la trama del Quijote cervantino alguna alusión velada al duque de Béjar, aparte de la evidente dedicatoria y los versos de cabo roto.


Retrato de Miguel de Cervantes Saavedra , Barcelona, Espasa Hermanos Editores, 1879


      Santos Neira Gutiérrez vive en Valdepeñas (Ciudad Real), Castilla-La Mancha. Con estudios de máster en otras disciplinas en la Universidad de Salamanca, estudia actualmente Geografía e Historia en la UNED. Durante la preparación del 400° aniversario de la muerte de Cervantes, la Agencia Efe dio a conocer una novedosa propuesta suya: El Quijote es un libro de acertijos en el que Cervantes oculta desde sus primeras líneas que la ciudad es Toledo, la única con permiso de culto de las tres religiones en el siglo XVI, con lo que los musulmanes comían lentejas el viernes, los judíos ayunaban el sábado y los cristianos comulgaban el domingo. Es lo que defiende Santos Neira, que no es "un lector empedernido" ni un experto en literatura o lengua, sino un diseñador de interiores manchego, amante de la historia y del siglo XVI, que el año pasado se topó con el Quijote oculto "por auténtica casualidad", buscando la indumentaria que utilizaba el hidalgo. Se percató, según ha explicado a Efe, de que Miguel de Cervantes escribió "un libro de jeroglíficos" en el que cada capítulo lleva por título el enunciado de una adivinanza.

16 de mayo de 2016

La duquesa de Béjar María de Zúñiga y Pimentel, y su legado a la Universidad de Salamanca



*Durante unos días permaneceré alejada de Internet, así que os dejo un par de entradas programdas para que disfrutéis con las historias de la Casa Ducal narradas por mi buen amigo en la distancia Jorge Zúñiga Rodríguez. 

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      María de Zúñiga y Pimentel, hija y esposa respectivamente de los dos primeros duques (y tía además del que fue su esposo), gobernó sola durante el breve período de dos años entre la muerte de su marido y su propio fallecimiento, dejando como legado una generosa provisión para edificar un hospital para los pobres que sean de esta mi villa de Béjar y lugares de su tierra, excepto si no pasare alguno y enfermare yendo de camino (testamento de doña María en Documentos sobre los seis primeros duques de Béjar, Anastasio Rojo Vega, 2008)




Fachada del Hospital de San Gil, hoy Museo Mateo Hernández, Béjar



      Otro de sus legados fue la provisión de seiscientos mil maravedís de renta, más cien mil eventuales, para la edificación de un colegio en la ciudad de Salamanca dedicado a San Guillermo, en el cual perpetuamente recibirían instrucción teológica y mantenimiento cincuenta frailes franciscanos, o en su defecto agustinos. De hecho era una facultad de teología, por lo que el colegio debía construirse en la Universidad de Salamanca (El convento de San Agustín y el colegio de San Guillermo, Teófilo Viñas Román, 2002) y albergar una iglesia y capilla donde se haga mi entierro humilde y sin curiosidad…

4 de enero de 2016

Cinco referencias rimadas a la heráldica de los duques de Béjar



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


La primera alusión versificada al emblema que más adelante identificará a los duques de Béjar aparecería en el manuscrito titulado Becerro de las Behetrías de Castilla, mandado a redactar entre 1350 y 1366 por el rey Pedro I (el Cruel) a solicitud de las Cortes de Valladolid. El códice tenía por finalidad inventariar a la nobleza castellana y delimitar sus derechos frente a los del rey y los del pueblo.




Primera página del manuscrito Behetrías de Castilla y edición de 1891



El texto, impugnado por algunos por no corresponder al lenguaje de la época, describe la enseña de los miembros del linaje que participaron en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212): Vi en campo de limpieza –cerca del muy alto carro – la banda de fortaleza –con cadena de nobleza –y sangre del rey navarro. Y que con la cruz preciosa –en las Navas de Tolosa –se ganaron en un día –cuando Zúñiga vencía –con su lanza victoriosa. El campo de limpieza se refiere al fondo plateado del escudo, que en versión de bandera se reemplazaba por el blanco. 


1 de mayo de 2011

Góngora y el duque de Béjar

Con su incomparable modo de escribir versos, Luis de Góngora y Argote dedico sus Soledades al mismo duque de Béjar que mostró tan poca compasión con Migue de Cervantes al dedicarle la primera parte del Ingeniosos Hidalgo: Alonso I. ¿Qué tenía don Luis que no tuviera don Miguel? No lo sabemos, pero los versos que inician su libro vuelven a resaltar el tema del interés que mostraban los literatos de la época por encontrar un mecenas entre los miembros de la nobleza y de éstos hacia aquéllos para que sus obras ensalzaran su nombre y el de sus antepasados.

En estos versos don Luis parece demostrar su conocimiento de Béjar y de su naturaleza. Así se nombra al oso, fiera que habitaba en el paraje llamado "Garganta del Oso" o la famosa nieve de la Sierra, la proximidad de la Vía de la Plata también utilizado como camino de peregrinación hacia Santiago y las peñas de la sierra, así como lo adecuado de los montes bejaranos para cazar. También, cuando ensalza al duque, parecemos verle en su finca de El Bosque, descansando ocioso, mientras en su escudo (el de los Zúñiga) campea la cadena. Incluso nos hace un desglose de los árboles habituales de la zona: pinos, encinas o robles.


27 de abril de 2011

De nuevo Cervantes y el duque de Béjar


Autor: Manuel-Antonio Marcos Casquero

Publicado: Béjar en Madrid 16 diciembre 1972, nº 2648


            La circunstancia de haber sido designado 1972 “Año internacional del libro” ha sido pretexto para que, en torno a Cervantes y a su Quijote, se hayan celebrado innumerables conferencias, exposiciones, seminarios y estudios mongráficos. La siempre actualidad de la obra cervantina ha pasado, una vez más, a primerísimo plano durante este año en curso. Es éste, y no otro alguno, el motivo que me ha movido a escribir estas acotaciones acerca de un tema numerosas veces tratado -muchas de ellas por bejaranos-, aunque la mayoría de estos trabajos redundan más en patriotismo local que en otra cosa. Me refiero a la dedicatoria hecha por Cervantes de su primera parte de El Quijote al duque de Béjar.

Don Miguel de Cervantes
 
  

7 de julio de 2010

La sierra y Lope de Vega



El famoso duque de Béjar Alonso I, al que Cervantes dedicó su primera parte del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, ejerció de mecenas de los mejores artistas y literatos del Siglo de Oro.

Como no podía ser menos, Lope de Vega no fue una excepción. En varias de sus obras hace mención a Béjar, destacando líricamente su naturaleza. Dejo de ello dos ejemplos cortos, que nos hacen pensar en si Lope pudo pasear por nuestras calles en alguna ocasión.



Mira cómo del sol la calma estiva
hiere de Béjar la montaña y nieve.
Mira que blandamente se derriba
destas pizarras Tormes murmurando
por sólo acompañar tu pena esquiva.
Las fuentes desta selva están callando
y olvidadas del agua y de la hierba
las satisfechas vacas descansando.

(La Arcadia, libro III)



Sierras de Béjar frías
..........
no me mostreis las frentes
con la nieve que el sol convierte en fuentes

(Liras poéticas)

18 de abril de 2010

Cervantes y el duque de Béjar



Como buen ejemplo de la nobleza de su tiempo, la Casa Ducal de Béjar ejerció mecenazgo para mayor gloria de su linaje a lo largo del tiempo, destacándose sus miembros como protectores de artistas y literatos. Cuestión sabida es por todos los bejaranos que Miguel de Cervantes Saavedra dedicó su primera parte de “Las aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” a Alonso I, duque de Béjar. A algún asombrado lector foráneo asombrará este dato, más hay que tener en cuenta que por aquel entonces nuestro don Miguel andaba escaso de fortuna y debía arrimar su ascua a todo potentado que pudiese financiar sus proyectos literarios y recompensarle pecuniariamente. Bajo el amparo de un Grande de España, como en este caso, evitaba ataques tales como el plagio en una época en que el copyright y los derechos de autor aún no existían.

De esta forma Cervantes llegaría a conocer en la corte vallisoletana, suponemos, a Alonso de Zúñiga, duque de Béjar, como se desprende del preliminar y dedicatoria del Quijote:




“Al duque de Béjar,
Marqués de Gibraleón, conde de Belalcázar y Bañares,
Vizconde de la Puebla de Alcocer,
Señor de las villas de Capilla, Curiel y Burguillos.