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9 de julio de 2022

El derrotero levantino de los duques de Béjar. La presencia de los duques de Béjar en Elche (Alicante)

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

A la muerte sin descendencia directa del XII duque de Béjar, Joaquín de Zúñiga, el título derivó a parientes con otros apellidos, a pesar de las prevenciones del fundador del mayorazgo. Así, el XVII titular fue Jaime Roca de Togores y Téllez-Girón, que aparte de la importante solera bejarana heredada de su madre, recibió de su progenitor el marquesado de Asprillas, en Elche, y una honrosa membrecía en la Real Maestranza de Caballería de Valencia.      

 

Jaime Roca de Togores y Téllez-Girón, XVII duque de Béjar y II marqués de Asprillas. Elche.me

Del hoy desaparecido patrimonio tangible que resultó de esta saga, se ha encargado la cátedra Pedro Ibarra de la Universidad Miguel Hernández de Elche, rescatando la memoria histórica de algunos edificios relacionados con el linaje por medio de la recolección y publicación en la red de fotografías de la época.

17 de junio de 2022

"La máquina del tiempo. Relojes con vida". Los relojes de la familia Reig de Béjar (1ª Parte)

 Autor: Manuel Álvarez-Monteserín Izquierdo

      Desde los comienzos de la prehistoria, el hombre ha tratado de gestionar su vida y actividad controlando el transcurso de los días a través del ciclo del sol, las fases de la luna o fenómenos astronómicos, y para ello se valió de distintas observaciones en la naturaleza, teorías y artilugios. Una de las primeras referencias literarias que encontramos sobre relojes solares es el “Cuadrante de Achaz” del siglo VII a.C. y mencionado en la Biblia. Se trataba, dicho de una forma muy sencilla, de unos pequeños peldaños que, en función de la sombra que proyectaban, nos informaban del movimiento del sol y del transcurso del día.

 

            En el siglo XII aparecen algunos cuadrantes de sol con la división eclesial del día solar, y en el siglo XV comienzan a ponerse en iglesias y catedrales. Estos relojes solares se basan en la sombra que proyecta un gnomon o estilo sobre una superficie con una escala graduada que nos indica la posición del sol. Prácticamente hasta el siglo XIII el ser humano medía el tiempo con relojes e agua o clepsidra, y de arena, cuya construcción está ligada al soplado del vidrio. Los primeros relojes mecánicos aparecen pasado el año 1300. Es en el transcurso del siglo XV cuando el concepto hora tiene sentido como unidad del tiempo. El siglo XVI desmenuza aún más la hora, contemplándose las fracciones minuto y segundo. A lo largo del siglo XVII el reloj como pieza individual se incorpora al ser humano y siempre entre personas de nivel adquisitivo alto, pues también plasmaba la función de distinción entre los ciudadanos.