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11 de octubre de 2010

Piedrahíta: la villa de las caras y los ojos (4ª Parte y final)



Autoras: Luisa y Vega Gómez González


Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.612. 6 de agosto de 2010.

Sin embargo, aún se pueden realizar otros paseos por las afueras del pueblo.

Si se escoge uno largo, habremos de caminar por el paseo moderno a lo largo de la N-110. Veremos entonces las casas de entrada a la Huerta del Duque que llegaba hasta Mesegar de Corneja. Hoy una parte se ha urbanizado. Al llegar al cuartel de la Guardia Civil continuaremos por la carretera que conduce hasta Navaescurial y El Barrio, dejando a la derecha la Monumental de Castilla, que es como se llama la plaza de toros, obra del arquitecto Clemente Oria.

Casas de la Huerta del Duque


2 de octubre de 2010

Piedrahíta: la villa de las caras y los ojos (3ª Parte)

Autoras: Luisa y Vega Gómez González
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.612. 6 de agosto de 2010.

Pero salgamos de nuevo a recorrer las calles piedrahitenses. Es visita obligada el Palacio de los Duques de Alba, sito en la parte alta del pueblo, en un lugar llamado “el parapeto” en el siglo XVIII. Podemos llegar por la calle Camargo donde veremos otras dos casonas de interés: la antigua cárcel (hoy juzgados) y la casa de Gabriel y Galán, llamada así porque fue casa del insigne poeta durante los años que ejerció la docencia en Piedrahíta. Sin embargo, era originariamente la casa del administrador ducal. Actualmente una parte se destina a Centro de Salud y la otra se rehabilita para diversos servicios municipales. Enfrente se eleva “la torre del reloj” a la que el citado escritor dedicó su poesía Los dos nidos.

Torre del reloj


25 de septiembre de 2010

Piedrahíta: la villa de las caras y los ojos (2ª Parte)


Autoras: Luisa y Vega Gómez González

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.611. 30 de julio de 2010.

Descubramos ahora la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (también llamada de Santa María la Mayor) que alberga el Museo de Arte Sacro.
Orientada de este a oeste, abre pórtico al lado sur, que da a la plaza. Tanto dicho atrio como el claustro son de estilo renacentista. La puerta principal está a caballo entre el XV y el XVI. La iglesia fue edificada sobre los restos de un castillo que perteneció a Doña Berenguela, madre de Fernando III el Santo.

Foto del pórtico de la iglesia

20 de septiembre de 2010

Piedrahíta: la villa de las caras y los ojos (1ª Parte)


Autoras: Luisa y Vega Gómez González

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.611. 30 de julio de 2010.



          Son 46 los kilómetros que distan de Béjar a la villa abulense de Piedrahíta. Saliendo por la N-630, atravesaremos o pasaremos cerca de localidades como El Puente Congosto, Santibáñez de Béjar, El Tejado o Villar de Corneja, que también pueden ser objeto de ésta u otra visita. Todo dependerá del tiempo que deseemos invertir.

Otro camino puede ser el de Becedas y Barco de Ávila, también de gran interés.

Pero centrémonos en Piedrahíta, que fue declarada Conjunto Histórico por el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León en enero de 2008. A la entrada encontraremos el Hospital de Superunda, de principios del siglo XX, pero hoy en desuso y esperando fondos para una reforma del edificio que permita su aprovechamiento.

Accederemos al pueblo a través de lo que antaño fue la puerta de El Mirón, hoy desaparecida, al igual que la mayor parte de la muralla que envolvía el entramado urbano de origen medieval. Sólo queda de ella un trozo de los lienzos Norte (muro del Convento de MM. Carmelitas) y Oeste, parte de los torreones de las puertas de Ávila y El Barco (a los extremos de las calles del mismo nombre), así como el postigo de la fortaleza (hoy iglesia).

Postigo de la antigua fortaleza en el lienzo oeste de la muralla

Dejando los extramuros nos adentraremos en el plano radial de la localidad por la calle Alcacerías, donde aún existen soportales de techo bajo sobre pilares de madera y casas protegidas por teja en la pared del hostigo como en la Sierra de Béjar. Lástima del mal estado de algún tramo de la columnata porticada y de la pérdida de la sección final hace unos años al realizar un edificio moderno.