Piedrahíta: la villa de las caras y los ojos (4ª Parte y final)

Autoras: Luisa y Vega Gómez González

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.612. 6 de agosto de 2010.

Sin embargo, aún se pueden realizar otros paseos por las afueras del pueblo.

Si se escoge uno largo, habremos de caminar por el paseo moderno a lo largo de la N-110. Veremos entonces las casas de entrada a la Huerta del Duque que llegaba hasta Mesegar de Corneja. Hoy una parte se ha urbanizado. Al llegar al cuartel de la Guardia Civil continuaremos por la carretera que conduce hasta Navaescurial y El Barrio, dejando a la derecha la Monumental de Castilla, que es como se llama la plaza de toros, obra del arquitecto Clemente Oria.

Casas de la Huerta del Duque

Si se desea seguir el más transitado por las gentes de esta tierra, tanto por devoción como por deporte, entonces elegiremos el “camino viejo de la ermita de la Vega”. Allí se encuentra la patrona del valle del Corneja y de Piedrahíta. Por el camino, separándose un poco de la ruta, la fuente de “los huevos hueros”, con olor a azufre, pero con aguas medicinales. También se accede al santuario por la carretera de Salamanca (4 km desde el cruce con la de Béjar).

El templo es de nave única con un atrio y una torre añadidos hace menos de cien años. De su interior son reseñables el precioso artesonado y el retablo camarín que aloja a la imagen de la Virgen.

Ermita de la Vega

Tras la ermita perduran los restos de una original y antigua plaza de toros cuadrada con burladeros de piedra. La explanada que la rodea dispone de mesas y bancos graníticos donde lugareños y forasteros descansan dando cuenta de buenas meriendas. Hay una fecha señalada en que se llena de bullicio, algarabía, casetas de fiesta, que vale la pena vivir: la Romería que se celebra el lunes de Pentecostés. Los habitantes del valle acuden a la misa, la procesión y a la comida campestre que termina en baile. Antiguamente había toros en el coso citado. Las gentes de Mesegar de Corneja celebran allí su fiesta el 15 de mayo.

Otras ocasión importante para la ermita es el sábado víspera del segundo domingo de septiembre cuando los piedrahitenses recogen a la Virgen y la llevan al pueblo. Allí es recibida en el crepúsculo del día de forma emotiva y multitudinaria. Muchas personas se atavían con el traje típico para bailar en su honor dos piezas propias de la localidad tocadas por dulzainas: la Subida de la Virgen y la Charrada de Piedrahíta. Al día siguiente se vuelven a ofrecer bailes y flores a la patrona.

Virgen de la Vega

La última vez del año que la gente se congrega entorno a la ermita es el último domingo de octubre para acompañar a la imagen de vuelta a su templo.

Y ya metidos en fiestas y celebraciones citaremos otras en las que el pueblo se llena de forasteros.

La feria de San Bartolomé tiene su origen en la Edad Media. Se celebra el 25 y 26 de agosto, aunque antiguamente empezaba el 24, día del santo. Era la más importante del año. Le seguían en categoría las de abril (dias 14, 15 y 16) y las de octubre (1, 2 y 3). Las más secundarias eran las de febrero y diciembre.

La Feria del Caballo va ya por su XXII edición. Se realiza en torno al 15 de agosto. Acuden a la misma importantes ganaderías equinas de toda la Península.

Feria del caballo

De más reciente creación es la Feria agroalimentaria “Piedrahíta Goyesca” que este año ha cumplido su VII convocatoria. Es muy vistosa, pues tanto las gentes del pueblo, como sus calles se visten a la manera de los tiempos de Goya. Nos consta que este año fue del agrado de algunos bejaranos que por allí fueron.

Fiestas más familiares se celebran comiendo hornazo al aire libre por el Lunes de Aguas (siguiente al lunes de Pascua Florida), turrillos entre los disfraces de Carnaval y huesitos de santo junto con el calvote, que, si el tiempo lo permite, se hace en el campo.

Hace años se quiso recuperar la fiesta de San Quintín (31 de octubre), de gran importancia hasta mediados del siglo XX. Conmemoraba un ataque sufrido en 1838, durante la Primera Guerra Carlista, que los piedrahitenses salvaron con honor defendiendo a Isabel II. Para conmemorarlo en 1841 el Consistorio decidió celebrarlo cada año y sortear “dos vacas maromadas” (atadas con una maroma) que previamente corrían con bolas en los cuernos para que no hiciera daño al personal.

A estas alturas se preguntarán dónde están los ojos: óculos hay en los tres templos (en la nave de la iglesia, en los pies de la ermita, en la cabecera de las carmelitas), tres ojos de buey se ven en una casa de la plaza, ocho en las casas de la Huerta del Duque y dos en el Hospital de Superunda, pero los mas reales y misteriosos son unos ojos de segmento de arco con función desconocida de una casa de la carretera de La Herguijuela, frente a la calle Postiguillo.

Sin embargo, los mejores ojos son los de ustedes cuando se animen a visitar Piedrahíta.