Mostrando entradas con la etiqueta Becedas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Becedas. Mostrar todas las entradas

15 de septiembre de 2023

Hacia tierras ignotas: emigrantes bejaranos a América en el siglo XVI (3ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2021, pp. 22-26.

 

            Varias familias viajaron al completo. Es el caso de Francisco, apellidado Muñoz, que partió hacia lugar desconocido en 1539 con su hijo soltero Francisco. Alonso Hernández puso rumbo a Santo Domingo en 1563, acompañado tanto por su mujer, Marcela Rodríguez, como por sus hijos, naturales de otra localidad. Corría el año 1590 y Diego de Herrera tenía in mente asentarse en Nueva España a sus 44 años con su mujer, Catalina de Herrera, e hijos, Juan y Antonio, nacidos fuera de Béjar. Por su parte, Francisco de Laínez tomó una nao hacia Chile en 1580 acompañado por su esposa, María de Rivera, e hijos. Diego González Cañedo partió a Nueva España en 1637 junto a su mujer, María de Vergara, y sus hijos Diego y Pedro. El hidalgo Jerónimo de Oviedo y Tórtoles estuvo en Indias en 1615, regresó y en 1625 vuelve a partir hacia Perú. A pesar de sus 23 años estaba casado con Agustina Arias, que le acompaña en la aventura.


            La mayoría de los bejaranos que decidían emprender una nueva vida lucen en su informe su soltería. Sin ataduras familiares que les anclasen a sus tierras de origen, en las Indias pretenden medrar y, si acaso, matrimoniar con un buen partido o una bella princesa indígena. Es el caso de Fabiano de Soria (Indias, 1511), los hermanos Francisco García y Francisco Hernández (Indias, 1514), Diego de Nogales (Indias, 1514), Francisco Pérez (Indias, 1516), Diego de Valencia (Indias, 1517), Antonio de Montalvo (Indias, 1526), Alonso Martín (Indias, 1527), Pedro Hernández (1528), Pedro Romero (Perú, 1535), Francisco Martín (Indias, 1536), Bartolomé Sánchez (Santo Domingo, 1536), Toribio Sánchez (La Florida, 1538), Diego Rodríguez (Santo Domingo, 1538), Diego López (Santo Domingo, 1539), Juan de León (Nueva España, 1540), Melchor López y su criado (Nueva España, 1545), Juan de la Peña (Nueva España, 1552), Hernando del Campo (Nueva Granada, 1555), Francisco de Herrera (Chile, 1555), Juan de Herrera, mercader (Tierra Firme, 1555); Alonso Blázquez, Arnao/Francisco Segarra, Juan Nieto, Pedro González de Barrientos, Diego de Bolaños y Toribio de Bolaños (todos ellos a Nueva España, 1557); Pedro Flores (Nueva España, 1563), Martín Hernández de Herrera, mercader (Nueva España, 1564), Manuel Gómez (Nueva Granada, 1569), Diego López (Santo Domingo, 1569), Antonio Herrera (Nueva España, 1573), Pedro Rodríguez, labrador (Santo Domingo, 1574), Pedro Lorenzo (Nueva España, 1582), Martín de Herrera (Nueva España, 1590), Francisco de Olivares y Juan Rodríguez Francés (Nueva España), Ignacio González de Espinosa, vecino de Puebla de Montalbán (Indias, 1629). 

17 de diciembre de 2021

Dispendios del consistorio bejarano en la boda entre el conde de Belalcázar y la duquesa de Mandas en Becedas (Ávila) (1616)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.856 (02/10/2020).

         Las noticias familiares de los Duques –partos, bodas y cumpleaños-, constituían un motivo de regocijo para los bejaranos, habida cuenta de que el consistorio los celebraba con mayor o menor fasto y alharaca, de lo cual dan buena cuenta las actas consistoriales. Así se rompía durante un día de la calma chicha de la rutina, de la losa impávida del trabajo de sol a sol, de las preocupaciones por la subsistencia. Consultarlas nos incita a viajar en el tiempo, a pasear por esa villa, entonces ducal, marcada por las estrechas callejuelas embarradas y malolientes, de caserones palaciegos y míseras casuchas habitadas por hidalgos, damas de alcurnia, burgueses y artesanos, vagabundos y buscavidas, niños harapientos y ladrones de bolsas. 

Iglesia parroquial de Becedas (Ávila), donde tuvo lugar el enlace

 

            El 12 de enero de 1604[1] arriba, a uña de caballo, un correo desde la corte. Descabalga a la puerta de las casas consistoriales, se desprende del sombrero y, mientras exhala un aliento blanquecino por culpa del frío, saca del tubo metálico que porta en la mano un rollo con el sello ducal y entra con paso decidido, clamando por el corregidor.

29 de mayo de 2020

Béjar y la gripe de 1918


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

       Rastreando en la red antiguas notas sobre el tema, aparecen también algunas recientes que rememoran el suceso y entregan puntos de comparación. Lo primero son los síntomas, similares a los actuales del coronavirus: fiebre alta, tos, dolor de cabeza, dificultad para respirar, cansancio y dolor corporal. Y el mismo vehículo de contagio: la tos.


 


Bolsamania.com



       Después de referirse a la situación general de la provincia, Carlos Javier Salgado Fuentes, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Salamanca, dice lo siguiente sobre Béjar en su artículo La epidemia de gripe de 1918, publicado en Salamancartvaldia.es el 20 de marzo pasado:  

7 de marzo de 2018

Becedas: entre los duques de Béjar y Teresa de Ávila





A Carmen Cascón, inductora del tema

     Poco de los duques, sus propietarios hasta el siglo XIX, y mucho del paso de la santa queda en esta localidad de Alto Tormes, cuyo nombre proviene de biezo (del galo bettios) que significa abedul, y lleva en su escudo, con corona real cerrada al timbre, tres de ellos de sinople puestos en faja y una iglesia de plata, en la que Francisco de Zúñiga y Mendoza, VII duque de Béjar y Plasencia, casó con su prima hermana Ana de Mendoza, III duquesa de Mandas y Villanueva y III marquesa de Terranova, el 13 de noviembre de 1616 (*)

 
Iglesia parroquial de Becedas, y su portada con los posibles retratos de los duques contrayentes a ambos lados debajo de la imagen central. Verpueblos.com y asturnatura.com

26 de diciembre de 2016

La revista número XX de Estudios Bejaranos fue presentada en el Casino Obrero con la inclusión de cinco desplegables y doce trabajos de investigación



 Autora: Carmen Cascón Matas

            Un año más el Centro de Estudios Bejaranos ha tenido el privilegio de presentar su revista anual de Estudios Bejaranos en su edición número XX. El acto transcurrió en el Casino Obrero de Béjar el miércoles 21 de diciembre a las 8 de la tarde y se inició con unas palabras de bienvenida pronunciadas por el presidente esta  institución cultural más que centenaria, Ramón Hernández Garrido. 



Tras su intervención, tomó la palabra Josefa Montero García, presidenta del Centro de Estudios Bejaranos, quien desglosó brevemente el contenido de la revista. Sin demorarse dio paso a distintos colaboradores de este año, entre los cuales se encontraba la autora de la portada de la publicación y artista, Charo Jiménez (Mundo Sirasul), quien fundamentó  a los asistentes el motivo principal de ésta: una vista del castillo de Montemayor del Río, su localidad natal, para ella siempre una inspiración, una de las tres propuestas que envió ante la amable invitación del CEB de participar en este número y en las que estaba trabajando en ese instante para ilustrar un libro de cuentos que verá pronto la luz. 

7 de diciembre de 2015

Una historia particular desde un enfoque bejarano


      Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

       El linaje Zúñiga se originó en Navarra en el siglo VIII, y desde que pasó a Castilla su historia comenzó a estar muy ligada a Béjar. En 1396 Diego López de Estúñiga (López era un complemento del nombre y Estúñiga la primera forma castellanizada del apellido) intercambió con el rey Enrique III la villa de Frías (Burgos) por Béjar. Ese mismo año el Consejo de la villa le rindió pleito homenaje como primer señor.




 Zúñiga en Navarra, Frías en Burgos y Béjar en Salamanca

 

      El conjunto de títulos nobiliarios de sus descendientes constituyó la Casa de Zúñiga, cuya rama principal fue la de los duques de Béjar. En su calidad de Pariente Mayor, Álvaro de Zúñiga y Guzmán (Álvaro I), I duque de Béjar, determinó la castellanización definitiva del apellido en 1476, a raíz del pacto de avenencia con los Reyes Católicos después de la guerra de sucesión (los Zúñiga habían apoyado a Juana la Beltraneja) 





Emblema de los duques de Béjar, los Reyes Católicos y Juana la Beltraneja 



        Doce fueron los duques de Béjar de apellido Zúñiga, hasta que en 1777 este desapareció del título al morir Joaquín Diego López de Zúñiga Sotomayor y Castro (Joaquín I), XII duque de Béjar, sin descendencia (se había casado tres veces. El título pasó a su sobrina, Josefa Pimentel, de la Casa de Osuna). 


6 de abril de 2013

El "duque fabricante" don Juan Manuel II: breve biografía (3ª Parte)




Autores: Alberto Bravo Martín y Carmen Cascón Matas


          No nos debe parecer extraño que el Duque de Béjar apoyara desde el inicio del conflicto sucesorio a Felipe V (salvo con su breve desafección tras la toma aliada de Madrid en 1706), pues la monarquía borbónica apoyaba un modelo de economía intervencionista mercantilista basada en la potenciación de las fábricas reales y el incentivo de las privadas a través de exenciones y privilegios, como ya había sucedido en Francia durante el reinado de su abuelo Luis XIV[1]. Don Juan Manuel II aprovechará esta situación promoviendo el proceso manufacturero en sus numerosos estados como ya vimos, aunque siempre como un señor paternalista intentando buscar la mejora de sus estados. Siguió contratando a maestros extranjeros para que se asentaran en Béjar con el fin de enseñar a los naturales tanto en la fabricación de paño fino y tintado de las piezas de lana como al cultivo y manufactura del lino al estilo flamenco[2]




            El objetivo primordial se acabó cumpliendo pues a partir del primer tercio del siglo XVIII numerosos bejaranos se lanzaron a la aventura de la fabricación de paños, al principio tímidamente, dedicándose solamente a una fase del proceso productivo para luego crear obradores de mediano tamaño que fueron la base de la industria pañera del siglo XIX. Además numerosas familias naturales de la Villa acabaron matrimoniando con los propios maestros extranjeros, produciéndose una mezcla de sangres que se puede rastrear en algunos apellidos perdurables hasta la actualidad[3]. Por otro lado, el Duque era el principal suministrador de lana para los obradores, así como la persona que establecía los precios de venta de los tejidos y las medidas standard de las piezas[4]