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27 de octubre de 2023

A la sombra de sus hermanos: Segundo Olleros Mansilla (1ª Parte)

Dedicado a sus descendientes Tomás,

Juan Luis y José Ignacio Olleros Izard


 Autora: Carmen Cascón Matas

Los nombres de muchas personas que han puesto su granito de arena para que Béjar prosperara aún duermen en el olvido. Reposan esperando a que un investigador dé con ellos en la lectura del proceloso mar de los legajos. Folios y folios, cientos de ellos, miles, dormitan en los anaqueles de los archivos, crujientes folios que nadie lee desde hace décadas o incluso siglos. La tarea es ímproba, pero el número de interesados por la Historia va creciendo exponencialmente: unos porque es su oficio, otros porque son curiosos, y otros, al final, porque se precian de ser sus descendientes y quieren rescatar a sus antepasados de ese marasmo de indiferencia o del desconocimiento para llevar a gala la sangre de un bejarano ilustre aunque olvidado.

Segundo Olleros Mansilla. 

Fotografía propiedad de la familia, cedida por José Ignacio Olleros

 

            Este es el caso de Segundo Olleros Mansilla, una persona de la cual no se han olvidado sus descendientes, pero cuya figura ha acabado apagada por la inmensa sombra de su hermano, el marino Tomás Olleros Mansilla, descubridor de las Islas Tawi-Tawi, considerado el último conquistador español[1]. Pero comencemos conociendo a Segundo por sus padres.

26 de septiembre de 2020

Encuentros y desencuentros entre Prim y Béjar (3ª Parte): los preparativos de su visita

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Semanario "Béjar en Madrid" nº 4.815 (21/12/2018), p. 6.

Como comentamos en el artículo anterior, Olleros y Lozano, antes de concluir con su misión de representantes de los intereses de la Junta Revolucionaria en la capital, obtuvieron la promesa del general Prim y de Práxedes Mateo Sagasta de visitar Béjar, la ciudad que había dado tanto por los intereses de la Revolución de 1868. A tal fin Aniano Gómez Valle pidió para esta ocasión tan relevante nuevos uniformes para los 200 hombres que componían los Voluntarios de la Libertad o Milicia Ciudadana[1] y fueron nombrados el mismo Aniano y Primo Comendador Téllez para organizar el programa de festejos[2]

 

General Prim

Unos días más tarde, el 17 de octubre de 1868, la Junta de Gobierno dirige al presidente del Consejo de Ministros una carta que se transcribe punto por punto en La reseña al vapor de Juan Muñoz Peña. La redacción y envío de esta carta había sido el resultado de una sugerencia de Luis Olleros y Rafael Lozano. La reproducimos aquí en su totalidad para interés del lector:

18 de septiembre de 2020

Encuentros y desencuentros entre Prim y Béjar (2ª Parte): los primeros compases del Sexenio

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Semanario "Béjar en Madrid", nº 4.814 (7/12/2018), p. 4.

A partir del 8 de octubre, los representantes de la Junta Revolucionaria de Béjar en Madrid, Luis Olleros y Rafael Lozano, intentarán hacer valer el nombre de una ciudad que había vertido su sangre por los ideales triunfantes. Y lo hacían en una tambaleante capital aún inmersa en los vaivenes revolucionarios. En varias ocasiones son recibidos en el palacio de Buenavista para parlamentar con el entonces ministro de la Guerra, jefe del partido progresista e icono de la revolución, el general Juan Prim. Vara alta tenían los portavoces de la gloriosa Béjar que había demostrado coraje y valor en los días de la revolución. Quien después sería de facto presidente del Consejo de Ministros invitaba en su casa y departía con llaneza con los bejaranos, mostrándose cordial como veremos más adelante. Las descripciones minuciosas de éstas y otras entrevistas las podemos rastrear en la correspondencia que éstos remitían a Béjar[1].

Gobierno provisional de 1868

Ambos conversarían el día 12 de octubre con el marqués de los Castillejos, quien “nos ha recibido muy cordialmente y a quien hemos tenido el gusto de oir los mayores elogios del pueblo de Béjar”. Entre otras cosas prometía tanto indemnizar a las familias azotadas por el ataque del ejército isabelino, a las órdenes del brigadier Nanetti, como castigar a los culpables de los desafueros militares ocurridos el 28 de septiembre. Sin embargo, y a pesar de sus buenas palabras, no quiso oír hablar de que Béjar se convirtiera en la capital de la provincia, una propuesta que trasladó la Junta Revolucionaria a Prim aprovechando la fama que el nombre de nuestra ciudad había adquirido a nivel nacional. Quizá el peso obtenido a raíz de los últimos sucesos no desbancaba la importancia de Salamanca como capital provincial. El orden parecía trastocarse pero había demasiados frentes abiertos. En todo caso, las promesas del general catalán serían en parte cumplidas, pues el 4 de noviembre el Ministro de la Gobernación aprobó la concesión a Béjar de 8.000 duros para atender a la población, sobre todo fomentando las obras públicas, y el 18 de noviembre una indemnización para la ciudad de 18.000 escudos para calamidades públicas[2]. No así el castigo a los culpables[3].

30 de septiembre de 2019

Enarbolando la bandera de los bejaranos caídos por La Gloriosa en Madrid (4ª Parte y final)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio, 2017, pp. 52-57.

La última carta de Olleros y Lozano se fecha el 16 de octubre. Comentan que han vuelto a reunirse con los miembros de la Junta Superior Revolucionaria de Madrid para agradecerles el escrito de loa a Béjar publicado en La Gaceta de Madrid el día anterior[1]

Hemos sido acogidos por todos los individuos que la componen con gran entusiasmo y hemos tenido el placer de oir calurosos elogios en favor de Béjar. A ruego del señor Frasqui (se refieren a José Fronsky, una de las figuras revolucionarias bejaranas[2]), y creyendo que también debíamos hacerlo así, hemos dado al mismo tiempo las gracias a la Junta en su nombre por la parte del Acuerdo que a él toca, aunque haciendo constar que no es él solo el que se ha dirigido la defensa de Béjar, sino que hubo otros gefes que se distinguieron en ella”. 




 Grabado que representa la entrada de Prim en Madrid. 
Al lado de la fachada del Congreso de los Diputados se observa claramente la pancarta con el nombre de Béjar.

El escrito de la Junta demandaba que Béjar disfrutara de un diputado en Cortes propio denominado “de Béjar y que se recompensase a Fronsky por la defensa militar de la ciudad. 

21 de septiembre de 2019

Enarbolando la bandera de los bejaranos caídos por La Gloriosa en Madrid (3ª Parte)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio, 2017, pp. 52-57.

Después los enviados bejaranos se dirigieron al Ministerio de Gracia y Justicia para trasladar el informe sobre las indemnizaciones a las familias de los caídos en septiembre, presentar cargos contra los culpables y tratar un asunto de “escarcelación (es posible que se refirieran a los paisanos encarcelados por los hechos anteriores a los sucesos de septiembre de 1868, por ejemplo a los que seguían entre rejas tras el levantamiento del 29 de agosto de 1867). El motivo se centraba en la posibilidad de que con el triunfo de La Gloriosa se ofreciera el indulto a los implicados en los intentos fracasados de golpe de estado anteriores a la fecha. 





Al margen, Luis Olleros y Rafael Lozano aluden a una serie de asuntos que quieren presentar al Ministerio de Fomento y que no lo harán de momento hasta que “se organice aquello un poco más para ver de obtener lo que se pueda tanto sobre obras públicas como sobre Escuela Industrial”. Recordemos que, fundada el 20 de julio de 1854, la Escuela comenzó un lento declive al contar para su sustento sólo con el presupuesto exiguo concedido anualmente por el Ayuntamiento, para cerrar en 1868. Es posible que la Junta Revolucionaria pretendiera su reapertura como Escuela de Artes y Oficios, pretensión que no se conseguirá hasta 1879 durante la Restauración monárquica[1]

 Edificio donde se encontraba la Escuela 
Industrial de Béjar

12 de septiembre de 2019

Enarbolando la bandera de los bejaranos caídos por La Gloriosa en Madrid (2ª Parte)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio, 2017, pp. 52-57.


            La primera de las cartas enviadas por los bejaranos Luis Olleros y Rafael Lozano desde el Madrid[1] está fechada el 12 de octubre de 1868 y se dirige al presidente de la Junta Revolucionaria de Béjar, Domingo Guijo, al que definen como “muy estimado amigo y compañero”, y en ella describen su entrevista del día anterior en el Ministerio de la Guerra (palacio de Buenavista) con el general Juan Prim y Prats, el símbolo de La Gloriosa. 

 El general Prim en sus tiempos como secretario del Consejo de ministros en 1869

       Quien poco más tarde ostentaría el cargo de presidente del Consejo de Ministros lideraba entonces el partido progresista y había protagonizado distintos y fracasados golpes de estado contra el sistema decadente y corrupto de Isabel II desde 1864, al no existir otra senda para que la democracia pasara de ser de una idea a una realidad. El triunfo se consiguió con la participación, a su pesar y más allá de la insurrección meramente militar, tanto del partido de la Unión Liberal como del demócrata, sin los cuales hubiera sido imposible la marcha de la reina a Francia. 

10 de septiembre de 2019

Enarbolando la bandera de los bejaranos caídos por La Gloriosa en Madrid (1ª Parte)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2017, pp. 52-57.


       La euforia colectiva, mezclada con la impresión fijada para siempre en la retina de paisanos asesinados por las calles, continuaba desde septiembre de 1868. Béjar se había trocado en una suerte de símbolo de La Gloriosa mientras en España se vivía una situación de expectante incertidumbre. La revolución había resultado triunfante en la contienda militar de Alcolea, el pronunciamiento de la Armada en la bahía de Cádiz y la marcha a Francia de una Isabel II destronada por su propio pueblo. 

 Puerta del Sol de Madrid el 29 de septiembre de 1868. 
El Museo Universal

     Los engranajes de un nuevo sistema, desconocido hasta el momento en nuestro país y basado en la democracia y el sufragio universal, se ponían lentamente en marcha en los ámbitos políticos. Lejos permanecían, aunque no demasiado, los debates sobre la conveniencia de instaurar una monarquía o una república y las luchas enconadas entre los vencedores divididos en partidos (republicanos, unionistas, demócratas y progresistas) que no tardarían en estallar.