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26 de diciembre de 2016

La revista número XX de Estudios Bejaranos fue presentada en el Casino Obrero con la inclusión de cinco desplegables y doce trabajos de investigación



 Autora: Carmen Cascón Matas

            Un año más el Centro de Estudios Bejaranos ha tenido el privilegio de presentar su revista anual de Estudios Bejaranos en su edición número XX. El acto transcurrió en el Casino Obrero de Béjar el miércoles 21 de diciembre a las 8 de la tarde y se inició con unas palabras de bienvenida pronunciadas por el presidente esta  institución cultural más que centenaria, Ramón Hernández Garrido. 



Tras su intervención, tomó la palabra Josefa Montero García, presidenta del Centro de Estudios Bejaranos, quien desglosó brevemente el contenido de la revista. Sin demorarse dio paso a distintos colaboradores de este año, entre los cuales se encontraba la autora de la portada de la publicación y artista, Charo Jiménez (Mundo Sirasul), quien fundamentó  a los asistentes el motivo principal de ésta: una vista del castillo de Montemayor del Río, su localidad natal, para ella siempre una inspiración, una de las tres propuestas que envió ante la amable invitación del CEB de participar en este número y en las que estaba trabajando en ese instante para ilustrar un libro de cuentos que verá pronto la luz. 

31 de octubre de 2016

Nuestros castaños

Autor: José Muñoz Domínguez

        En pleno otoño bejarano vale la pena volver la vista al monte y disfrutar del color cambiante de sus árboles: ¿cuántas veces en la vida podremos contemplar este espectáculo de la Naturaleza?, ¿cuántas calvotadas nos quedan todavía? Más allá de la estética o de los placeres del gusto, también merece este monte nuestro algunas reflexiones que me apetece compartir.

 Dibujo del autor

      En el siglo XVI nuestra ciudad era conocida como «Béjar del Castañar», el mismo apelativo que todavía conservan dos localidades serranas nada distantes: Miranda del Castañar y San Martín del Castañar. Varios testimonios históricos nos dan idea del vigor de aquellos montes a finales del siglo XV o ya en el siglo siguiente. Antes de 1496, el humanista italiano Lucio Marineo Sículo tuvo ocasión de pasearse por los montes de Béjar y Montemayor del Río durante su etapa como profesor en la Universidad de Salamanca, cuando publicó su obra De Hispaniae laudibus (Burgos, Fadrique de Basilea, 1496). Esa obra tuvo su edición ampliada en De rebus Hispaniae memorabilibus, con traducción al castellano como De las cosas memorables de España (ambas ediciones en Alcalá de Henares, Miguel de Eguía, 1530), entre las que no faltaban referencias a los montes de Béjar y alrededores:

29 de diciembre de 2014

Sobre los subterráneos secretos de Béjar

Autor: Gabriel Cusac Sánchez
Publicado en su web aquí
 
      El término bosquero, como cuidador de la villa ducal de El Bosque, ya aparece documentado en el  XVI. Algunos siglos más tarde, yo también tuve la obligación y el privilegio de ocupar este puesto, y pude comprobar entonces el profundo arraigo, en el imaginario popular bejarano, de dos ficciones undergrounds. Porque fueron muchos paisanos quienes, sin asomo de duda, me certificaban la existencia de sendos subterráneos con punto de partida en la misma pieza arquitectónica: el Cubo del Desaguadero. Uno conduciría a la isla central, la pequeña Citera del estanque, y, a modo de estribillo, siempre escuchaba el mismo argumento: los músicos que tocaban en el templete de la isla entraban y salían por aquí. El otro subterráneo, de más envergadura, comunicaría con la residencia urbana, el Palacio Ducal cuyos muros acogen hoy el Instituto Ramón Olleros y  la Cámara Oscura.
 
 Plano de El Bosque en un folleto informativo del Grupo Cultural San Gil
 
    Preciosas invenciones -pero invenciones, al fin y al cabo- superadas por aquélla que pretende un túnel secreto entre el propio Palacio Ducal y el Castillo de San Vicente, en Montemayor del Río, a 16 kilómetros de Béjar. Un castillo que, por meros intereses de explotación comercial, fue rebautizado como del Paraíso -nombre bastardo, artificial patraña de marketing que en ningún caso debemos aceptar- y un túnel quimérico que, como ya escribí en otro lugar, fue gótico soporte literario  de “El castillo de Montemayor”, folletín que Fernando Aguilar y Álvarez publicó capítulo a capítulo en su periódico La locomotora entre los años 1881 y 82, y que recientemente ha sido reeditado a cargo de Miguel Sánchez González. Es posible, también, que muchos lectores bejaranos hayan oído hablar de otra abracadabrante galería con salida en las proximidades de la ermita de Santa Ana. Ya vemos con qué ligereza, por los atajos de la fantasía, se sortean las vaguadas, la distancia, los cursos fluviales y la morfología granítica de estas tierras. No obstante, el río suena demasiado para que todo sea incierto. Porque tanto florilegio legendario debe tener su origen en un poso de verdad.

23 de abril de 2014

El castillo de Béjar y otras fortificaciones de su entorno: origen y arquitectura (4ª Parte)


Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2013, pp. 71-76.

Castillos en territorio leonés



            Nuestro recorrido por los castillos leoneses va a seguir un sentido inverso, ahora de sur a norte, comenzando por el más próximo que tenía el alcázar placentino en territorio del reino de León: el castillo de Galisteo. Esta villa era cabeza de un alfoz de una decena de pueblos y su asentamiento es claramente castrense, en una ceja sobre la confluencia de los ríos Alagón y Jerte. Posee muralla de guijarros almenada, reduciéndose su castillo a un fuerte torreón de sillares con balcones volados sobre matacanes en la parte superior y en el centro de cada cara. Una profunda reforma palaciega del siglo XVI, de la que apenas queda sólo su portada de entrada en arco carpanel, integró el torreón, que es lo más destacable del conjunto, pues en un momento dado el conjunto se vendió a particulares que lo desmantelaron. Cooper [1] ve en un escudo una orla de escamas, divisa del monarca Juan II (1405-1454). No obstante, Galisteo tendría castillo desde su repoblación, pues la villa es citada por primera vez en un documento en 1217, y en 1229 ya se habla del castillo [2].

 Murallas de Galisteo (Cáceres). Foto de wikipedia

1 de septiembre de 2013

La crisis no afecta a la Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio 2013


Autora: Carmen Cascón Matas

El miércoles se presentó de manera oficial la Revista de Ferias y Fiestas que edita la Cámara de Comercio y el Ayuntamiento de Béjar. La publicación no es un mero contenedor del programa de actos de la semana y media que tenemos por delante de diversión y devoción en honor de nuestra patrona, la Virgen del Castañar, sino unas páginas plagadas de artículos que bien merecen ser leídos, meditados y guardados. Los colaboradores de este año son 15 y han aportado sus conocimientos de manera desinteresada, con el fin de que los ciudadanos conozcan un poco mejor su pasado y su presente a coste cero, pues la revista carece de precio. Por este motivo hay personas que no valoran su contenido, que la recojen sin más, por cogerla, porque las fotos son bonitas o para hacer recortables. Ya va siendo hora de que se cobre un precio simbólico, por ejemplo 1 euro, con el fin de que llegue al mayor número de personas (no creo que una moneda suponga un gran sacrificio) y que el valor de sus páginas sea reconocido. Aún con todo la crisis no ha hecho mella apenas en ella,  si acaso se ha visto reducido un tanto su número de páginas. Tener hoy día una publicación así de manera gratuita es un verdadero lujo.



16 de agosto de 2011

La iglesia de Montemayor del Río: arquitectura y legado artístico (5ª Parte y final)


Autor: Roberto Domínguez Blanca

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2009.


Una vez que hemos detallado los pasos constructivos seguidos hasta llegar a la iglesia que hoy admiramos, es obligado detenerse en las obras de arte que la han ido equipando durante siglos. Comenzaremos por la capilla mayor, donde se concentran las piezas más interesantes, y entre las que sobresale su valioso retablo mayor. Conocemos bastante bien sus orígenes gracias a que se conserva su contrato, pero antes es necesario señalar que estamos ante uno de los retablos más antiguos de nuestra comarca, junto con el de la iglesia de San Gil de Béjar y el retablo de San Sebastián de la de Candelario. La pintura del retablo la contrata en 1552 el salmantino Antonio González, encargándose de la parte escultórica Francisco Joli, si bien en el siglo XX llega en muy mal estado y con las pinturas seriamente dañadas. En los años 90 se decide ocultarlas con pinturas modernas y que reproducen célebres cuadros de artistas como Murillo o Velázquez.


 Retablo mayor

10 de agosto de 2011

La iglesia de Montemayor del Río: arquitectura y legado artístico (4ª Parte)

Autor: Roberto Domínguez Blanca

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2009.

Otro mérito artístico que sumar a los que van comentados, es que esta iglesia conserva al completo la decoración pictórica mural original de su interior, que ya es decir; si bien gran parte de la misma se halla oculta bajo una fina capa de encalado, que aún así permite percibir las líneas generales de la decoración. Por un lado, tenemos decoración pictórica tal cual, y por otro, decoración esgrafiada. De pintura mural destaca sobremanera el gigantesco San Cristóbal con el Niño Jesús, representado de forma similar a como lo encontramos en algunas catedrales (Salamanca, Zamora, León…). Como patrón de los caminantes no es de extrañar que se tuviera un lugar preeminente en la iglesia de Montemayor, pues de sobra es sabido que la Calzada de la Plata era una vía de comunicación importante y uno de los caminos que conducía a los peregrinos a Santiago de Compostela. Sobre el gran tamaño con el que se le suele pintar, se aduce que se hacía para hacerlo bien visible a todo el mundo, pues se le invocaba contra la peste y contra la muerte súbita, al tenerse la certeza que su sola contemplación por parte del feligrés le aseguraba no morir en las veinticuatro horas siguientes (1). El San Cristóbal se encuentra en el muro norte junto a la portada, y en ella vemos la frecuente escena del santo con el niño sobre sus hombros cruzando el río ayudado de una vara. Desgraciadamente la pintura está ya muy perdida. Lo que mejor se conserva es el rostro del santo y las carnaciones. El Niño Jesús apenas se intuye y del paisaje apreciamos un árbol, los patos del río y poco más. Se puede fechar en la segunda mitad del siglo XVI.

Fresco de San Cristóbal


31 de julio de 2011

La iglesia de Montemayor del Río: arquitectura y legado artístico (3ª Parte)

Autor: Roberto Domínguez Blanca 

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2009.

La portada principal se ubica en el muro meridional y es bien sencilla. Alcanzada por una escalinata que salva el desnivel del terreno, se resuelve con dos arquivoltas de sección rectangular que continúan su forma por las jambas. Tres simples listeles hacen la vez de capitel. Pegada a la arquivolta superior, una moldura apuntada repite la molduración de los listeles y del alfiz, elemento tomado de lo musulmán y que recuadra la portada. La norte se reduce a un arco apuntado guarnecido con un baquetón, que también se prolonga por las jambas. Unas impostas muy marcadas repiten el triple listel de la portada principal. En una vivienda cercana a la iglesia se reproduce este esquema de portada (aunque su arco no es tan agudo) y en el interior de la iglesia de El Cerro, en la entrada que comunica su nave con una capilla. Respecto a los canecillos, todos son figurativos, y en ellos predominan cabezas humanas y animales de grotescas facciones. También hay alguno de temática vegetal que parece estar en sintonía el estilo del artista que talló los capiteles de la capilla mayor. De nuevo cuño es la única ventana abierta en lo alto del muro sur con forma de arco trilobulado, siendo el central conopial, pese a que este es un tipo de arco eminentemente tardogótico (1). Al exterior de la misma fachada, unas ménsulas y unas hendiduras en el paramento delatan la presencia de un amplio pórtico, que al parecer fue desmontado en 1761 pese al descontento del concejo y de los feligreses (2).





Portada oeste


23 de julio de 2011

La iglesia de Montemayor del Río: arquitectura y legado artístico (2ª Parte)



Autor: Roberto Domínguez Blanca

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2009.



De la primitiva construcción son los tres arcosolios de la cabecera, uno en el lado de la Epístola de la capilla mayor, y los otros dos a ambos lados del arco triunfal empleados como capillas de altar a falta de retablos. Son apuntados y muy sencillos, como los que se pueden encontrar en las iglesias de Béjar. De este momento también ha de ser el estrecho vano de acceso a la torre campanario, en el lado del Evangelio de la capilla mayor. Aunque el campanario es obra fundamentalmente del siglo XVI, su cuerpo inferior es anterior, seguramente del siglo XIII. Su curiosa ubicación, al norte de la iglesia entre la nave y la cabecera, se repite en otras iglesias cercanas de la citada centuria, como en las bejaranas de Santa María y Santiago.

Capiteles

17 de julio de 2011

La iglesia de Montemayor del Río: arquitectura y legado artístico (1ª Parte)




Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2009.


La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Montemayor del Río, enclavada en la parte más alta de la villa y próxima al castillo, tiene la singularidad de ser un templo que mantiene su impronta medieval más que ningún otro de la comarca, al no mostrar hoy en día signos de la renovación artística del barroco que se produjo en la mayoría de las iglesias. Algunas de nuestra comarca, como la parroquial de Puente del Congosto o la de Santa María de Béjar, son buena muestra de cómo en los siglos XVII y XVIII el arte se pone al servicio de una imagen triunfante de la Iglesia, que tiene su origen en la Contrarreforma. De este modo, los desnudos muros de los interiores de las iglesias medievales se ocultan con gran cantidad de retablos de tamaño considerable, pero también de pinturas murales, lienzos, imágenes devocionales, cajas de órgano, rejas artísticas, ricas yeserías en las bóvedas, esmerados trabajos de carpintería en canceles y tribunas, etc. De todo este despliegue de medios carecemos en la iglesia de Montemayor, bien porque no se ha conservado, bien porque nunca lo llegó a tener con tanta profusión. Esta limpieza mural permite que en el interior la arquitectura cobre mayor protagonismo, aparentando ser más medieval que otras iglesias medievales barroquizadas.


 
    A grandes rasgos es una iglesia gótica y, como señaló el profesor Antonio Casaseca (1), del gótico más antiguo de la provincia , al menos podemos distinguir tres etapas en su construcción. De este momento es la cabecera, de un gótico muy temprano por lo que la podemos fechar en el siglo XIII, casi coetánea a otras iglesias medievales de la comarca y de época de la repoblación, como son las bejaranas de Santa María, El Salvador y San Juan; si bien el ábside de la primera es mudéjar y los de las otras dos tardorrománicos.

10 de abril de 2011

Con los cinco sentidos puestos en el castillo de Montemayor del Río



Autores: Vega Gómez  González y Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Béjar en Madrid, 



Sabíamos que habían restaurado el castillo de Montemayor del Río y nos habíamos enterado también que se había puesto en funcionamiento un restaurante dentro del mismo. Como realizan visitas guiadas, decidimos ir a comer y quedarnos a la que se ofrece los domingos a las 16.30. 

     La muestra del castillo musealizado (de la que hablaremos más adelante) pretende girar en torno a los cinco sentidos. Decidimos detenernos primero en el del gusto. El restaurante es acogedor y con mucha luz, pues es una estructura de madera acristalada que se ha incorporado al patio de armas. Sin romper la armonía ni las vistas, invita al recorrido posterior. Por ello su decoración es limitada: únicamente algunas armas medievales en la pared.

Estructura acristalada
       

11 de noviembre de 2010

Noticia del primer mapa de la provincia



Autor: Manuel Antonio Marcos Casquero
Publicado: Béjar en Madrid, 13 de marzo de 1971, nº 2.556.

Existe en un despacho de la Diputación provincial de Salamanca un mapa de la provincia, cuyo autor fue, según se nos notifica en el ángulo superior izquierdo del mismo, “Don Tomás López, geógrafo de S.M., de las Reales Academias de la Historia, de San Fernando, de la de Buenas Letras de Sevilla y de la Sociedad Bascongada (sic)”. Para la confección cartográfica, el autor contó, como consta en otro epígrafe, con la ayuda de una larga lista de personas, a la cabeza de las cuales figura “el excelentísimo señor don Felipe Beltrán, Inquisidor General, obispo de Salamanca”, quien “franqueó una lista de las Villas lugares de su Diócesis, con sus anexos, la distancia a la Matriz, a qué ayre existen...”. Se cita a continuación al Intendente don Joseph Firmat, a su secretario don Antonio Calvo Pérez... y sigue una relación de hasta cincuenta y cuatro personas (treinta y siete de las cuales son clérigos) que facilitaron a don Tomás López planos, descripciones, notas y comentarios sobre diferentes comarcas y lugares salmantinos. Es curiosa la nota que corona la larga lista y que dice que “se omiten los nombres de otras personas que comunicaron noticias, porque su modestia se negó a ello”.

Lo más interesante estriba en que, a juicio del propio autor, “es este mapa particular el primero que se ha estampado de la provincia”. Está fechado en Madrid, el año de 1783. En él se recoge la estructuración provincial “en partidos, quartos, sexmos, Rodas, Campos, Concejos y las Villas sueltas”, y debió componerse a instancias de “don Joseph Álvarez de Toledo y Gonzaga, Duque de Alba, de Medinaceli”, etc., etc. (sigue una larga relación de títulos y honores). A él está dedicada la obra.


Patio de Escuelas Mayores de Salamanca


7 de marzo de 2010

De castillo de San Vicente a castillo del Paraíso. Breve evolución histórica del castillo de Montemayor del Río (2ª Parte)



Autor: Jesús González López 
Publicado: Béjar en Madrid, febrero de 2010.



El castillo de San Vicente, tenía en origen un carácter militar-defensivo. Con una planta rectangular, cuatro torreones rectangulares en las esquinas y dos torreones redondos en el centro. Los materiales empleados para la construcción de esta edificación fueron; sillares de piedra, mezclados con mampostería y todo ello unido con argamasa. Parece ser que el edificio, tal y como lo vemos en la actualidad, se levanto sobre la estructura de una antigua muralla anterior. Según señalan Cobos Guerra y Castro Fernández en su obra Castilla y León, Castillos y fortalezas, el grueso del castillo podría ser obra de inicios del siglo XIV.

Por tanto, podríamos afirmar que el origen del castillo de San Vicente ha estado ligado a la importancia de este espacio en tiempos pretéritos y a su control territorial, entre otras muchas funciones.

Al igual que en tiempos anteriores, se trata de un punto estratégico, una fortaleza fundamental para el equilibrio de fuerzas entre los combatientes, ya que aquel que controlara el castillo de Montemayor, tendría una posición privilegiada en la calzada de la Plata, una de las cañadas ganaderas por excelencia [1].


Castillo de San Vicente de noche

3 de marzo de 2010

De castillo de San Vicente a castillo del Paraíso. Breve evolución histórica del castillo de Montemayor del Río (1ª Parte)




Autor: Jesús González López

Publicado: Semanario Béjar en Madrid. Febrero de 2010


Montemayor del Río se encuentra ubicada al sur de la provincia de Salamanca, en las proximidades de la A-66 en la cordillera Central, entre los macizos de Gredos y la Sierra de Francia y del límite provincial y administrativo de Cáceres y Extremadura. En la actualidad, la Villa se incluye dentro de la Sierra de Béjar, entre las cuencas de los ríos Tormes (al este) y Alagón (al oeste). Hoy sabemos que la formación de esta sierra es contemporánea a la formación de los Alpes (Italia), hace aproximadamente 110 o 115 millones de años. Al estar protegido por la montañas, en el valle del río Cuerpo de Hombre se da un microclima mediterráneo, distinto al continental atlántico que tiene el resto de la provincia, que influye de manera positiva en las temperaturas siendo más suaves, al igual que más abundantes son los niveles de humedad durante todo el año. Por su morfología Montemayor es una de las localidades salmantinas en las que más precipitaciones se recogen, estando centradas principalmente en otoño y primavera. En relación con el clima están las especies vegetales, siendo las más habituales, alisos, avellanos, robles, chopos y por supuesto castaños.


Iglesia de Montemayor del Río

Desde tiempos prehistóricos, la zona se ha visto marcada por su carácter de espacio de transito, pues siempre ha sido un lugar de unión entre las diversas zonas peninsulares. Ya en la prehistoria era el paso natural de la sierra para la fauna. Posteriormente formo parte de la ruta Tartesia, de la Vía de la Plata romana, espacio de penetración de los musulmanes hacia el norte y de reconquista de los cristianos hacia el sur y, posteriormente el camino mozárabe del sur (camino de Santiago) y la trashumancia mantuvieron el carácter de espacio de nexo o unión entre las dos mesetas y por lo tanto entre la zona sur, con la cornisa cantábrica por el oeste peninsular.

1 de agosto de 2009

Abrimos en verano (2ª Parte)



Autor: Roberto Domínguez Blanca

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.512. 5 de Septiembre de 2008

La iglesia de Candelario es un templo de tres naves de finales del siglo XV, en cuyo exterior se abrió un soberbio rosetón de piedra calada sobre la portada occidental, y en cuyo interior los arcos se decoran con bolas, al igual que ocurre en obras abulenses del gótico final. El retablo mayor se ensamblo en la segunda mitad del siglo XVIII, y lo preside la talla de la Asunción. En la costanera meridional de la nave, destaca un retablo pictórico restaurado no hace mucho, cuya calle central acoge la imagen de San Sebastián, y que tiene la particularidad de ser un retablo renacentista de los más antiguos de la comarca. En el ático campean las armas del que fuera obispo de Plasencia Gutiérrez de Carvajal. Otro atractivo es la luminosa y polícroma armadura mudéjar de lazo ataujerado que cubre la capilla mayor.

Retablo mayor de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
Candelario (imagen sacada de Candelario.info)