Autor: Jesús González López
Publicado: Semanario Béjar en Madrid. Febrero de 2010
Montemayor del Río se encuentra ubicada al sur de la provincia de Salamanca, en las proximidades de la A-66 en la cordillera Central, entre los macizos de Gredos y la Sierra de Francia y del límite provincial y administrativo de Cáceres y Extremadura. En la actualidad, la Villa se incluye dentro de la Sierra de Béjar, entre las cuencas de los ríos Tormes (al este) y Alagón (al oeste). Hoy sabemos que la formación de esta sierra es contemporánea a la formación de los Alpes (Italia), hace aproximadamente 110 o 115 millones de años. Al estar protegido por la montañas, en el valle del río Cuerpo de Hombre se da un microclima mediterráneo, distinto al continental atlántico que tiene el resto de la provincia, que influye de manera positiva en las temperaturas siendo más suaves, al igual que más abundantes son los niveles de humedad durante todo el año. Por su morfología Montemayor es una de las localidades salmantinas en las que más precipitaciones se recogen, estando centradas principalmente en otoño y primavera. En relación con el clima están las especies vegetales, siendo las más habituales, alisos, avellanos, robles, chopos y por supuesto castaños.
Iglesia de Montemayor del Río
Desde tiempos prehistóricos, la zona se ha visto marcada por su carácter de espacio de transito, pues siempre ha sido un lugar de unión entre las diversas zonas peninsulares. Ya en la prehistoria era el paso natural de la sierra para la fauna. Posteriormente formo parte de la ruta Tartesia, de la Vía de la Plata romana, espacio de penetración de los musulmanes hacia el norte y de reconquista de los cristianos hacia el sur y, posteriormente el camino mozárabe del sur (camino de Santiago) y la trashumancia mantuvieron el carácter de espacio de nexo o unión entre las dos mesetas y por lo tanto entre la zona sur, con la cornisa cantábrica por el oeste peninsular.
Otra característica constante de la ubicación de Montemayor, es el carácter fronterizo o bisagra que hasta hace pocos siglos ha mantenido la localidad, sobre todo durante la etapa medieval en relación con los enfrentamientos mantenidos entre musulmanes y cristianos por el control de la península, puesto que desde el punto de visto defensivo como desde el ofensivo, el control del territorio constituyo un eje de control de las actividades militares de las distintas fronteras cristiano-musulmanas medievales.
En el mundo medieval el castillo en general, pero sobre todo las fortificaciones amuralladas, eran el centro de una tupida red de relaciones institucionales, fiscales, económicas, políticas y militares de diverso tipo, con respecto a su entorno geográfico inmediato de tal forma que, cuando hablamos de control del territorio nos referimos al dominio de estos centros neurálgicos.
Por todo ello, las distintas tramas de comunicación y caminos creadas durante el devenir histórico, fueron condicionando el surgimiento de las nuevas localidades de la zona y su defensa o fortificación con murallas, debido a la necesidad de control de los espacios de transito o unión, como las defensas de nuestra localidad.
Desde el comienzo de la ocupación musulmana de la Península , en el año 711, el Sistema Central se convirtió en un espacio de ocupación y asentamiento para poblaciones de origen Bereber, puesto que los cristianos que habitaban esta zona a su llegada huyeron hacia el norte y el centro Peninsular.
Según el texto de las capitulaciones de Mérida, muchos de los que habitaban la zona que nos ocupa huyeron en los primeros momentos a Galicia o Toledo, buscando refugio entre Vacceos, Cántabros y Astures[2].
Iglesia vista desde la Torre del Homenaje
Durante los siglos IX y X Montemayor estuvo bajo la jurisdicción de la Taifa de Badajoz, a cuyo mando estaba la dinastía de los Aftasies que la dirigían. Su debilidad política y militar supuso que esta taifa estuvo casi siempre sometida al pago de parias al reino leones. En el año 1074, la Villa fue reconquistada para los cristianos gracias a la campaña emprendida por Alfonso VI en relación con la fase de reconquista que se extendería hasta mediados del siglo XIII. Las plazas de Montemayor y Coria eran fundamentales para la consecución del principal objetivo de esta campaña, la recuperación de la antigua capital visigoda, Toledo, que se logró en el año 1085. Numerosos son los datos que nos han legado los cronistas del monarca relativos a este objetivo y su consecución, resaltando entre los mismos la importancia que tenían Montemayor y Coria para el control de los pasos de la transierra, con la finalidad de consolidar las futuras conquistas venideras, al igual que importantes eran también, para lanzar desde ellas las continuas razias hacia las actuales zonas manchegas, con la intención de desgastar y reducir las mesnadas musulmanas que protegían aquel espacio.
El propio Alfonso VI, en el expositivo de la dote fundacional de la iglesia toledana, describe como afligió a los habitantes de la ciudad durante siete años, mediante muchas y frecuentes guerras, unas veces tendiendo trampas ocultas, otras devastando la tierra mediante invasiones[3] .
La frontera de Espanna es de natura caliente e las cosas que nascen en ella son mas gruesas e de mas fuerte complision que las de la tierra vieja [4] .
Pero el especial aspecto fronterizo de Montemayor no siempre tuvo connotaciones negativas de carácter bélico. Las sociedades de frontera lo son particulares, es decir, tienen ciertas diferencias con respecto a las sociedades del interior, que precisamente vienen marcadas por estas situaciones espaciales de “contacto” entre distintas culturas, que se producen en los territorios fronterizos y, que suelen tender a enriquecer o aculturizar a las sociedades de ambos lados de la misma. Hay muchos momentos a lo largo de la Plena Edad Media Castellana en que las fronteras no están caracterizadas por el enfrentamiento;
… por la actividad guerrera imperante, sino por la preponderancia de paces y treguas que facilitarían y fomentarían las relaciones pacificas entre comunidades vecinas [5] .
(Continuará)
[1] Maravall, Casesnoves, J.A; Estado moderno y mentalidad social. S. XV-XVIII. Madrid, Revista de Occidente, 1972, Tomo I, pp. 121-132.
[2] Gutiérrez, Millán, Mª E; Montemayor y su tierra, su historia y su herencia. Salamanca. Diputación Provincial de Salamanca, 2004, pp. 40.
[3] Ayala, Martínez, C; Identidad y representación de la frontera en la España Medieval , s. XI a XIV. Madrid. Casa de Velázquez. 2001.
[4] Alfonso X; Las siete partidas. Salamanca, 1555, Segunda partida, Tit; XXII, Ley VII.
[5] Rodríguez, Molina, J; Libre determinación religiosa de la frontera de Granada. En “Estudios de frontera, actividad y vida en la frontera”. Alcalá la Real , 1998, pp. 698.
Madame, con lo que a mi me gustan los castillos y que no conozco aun el de Montemayor del Rio! Imperdonable. Ademas escenario de luchas entre moros y cristianos en una epoca interesantisima. Ni que decir tiene que aguardo ansiosa la continuación.
ResponderEliminarBuenas noches, madame
Bisous
Carmen, me están encantando estas entradas en las que das a conocer los alrededores de mi pueblo, Lagunilla.
ResponderEliminarEs como verlos con mis propios ojos ya que son lugares extremadamente familiares para mi.
Un saludo.
Me podría sentir como en casa entre alisos, avellanos, robles, chopos y por supuesto castaños!
ResponderEliminarMuy bien apuntadas las características de las marcas de la época, más que fronteras.
Un abrazo, Carmen
Una entrada impecable y bella. Me encanta, pero eso tu ya lo sabes jiji!!!
ResponderEliminarBesitos!!!
Muy interesante entrada. Desde luego que el sur de Salamanca es un territorio privilegiado por su clima y su paisaje. Ni es de extrañar que muchos pueblos y culturas s elo disputasen a lo largo de la historia. desconocía ese rincón del sur de Salamanca. No es de extrañar, pues entre tantas maravillas cercanas como La Alberca, Miranda del Castañar, Mogarraz, Candelario o Las Batuecas, entre tanta maravilla, es imposible conoce todas.
ResponderEliminar...simplemente maravillado estoy por todo el cumulo de informacion ue he leido. las fotos son maravillosas. Besos y gracias por aceptarme para contemplar estas zonas tan bellas. kuidate.
ResponderEliminarSi la suerte me lo permite y voy a España seguiré tus historias, voy a ir a concerlas en vivo, me encantó...
ResponderEliminarPrecioso castillo y fascinantes rincones los que nos traes aquí hoy de la mano de Jesús.
ResponderEliminarCurioso saber que la Taifa de Badajoz llegara hasta las calles de Montemayor.
Un saludo.
Qué bonito recorrido un día más por el paisaje de la comarca de Béjar y por su historia, en este caso medieval... Sin duda este lugar del que nos hablas hoy debió ser todo un hervidero de idas y venidas, durante los períodos guerra, pero también durante los de paz, claro que sí...
ResponderEliminarEl paisaje, marcado por esa isla climática que la orografía fomenta, debe ser delicioso..., sobre todo teniendo en cuenta que está presidido por esas magníficas construcciones...
Feliz jornada, Carmen.
Un abrazo.
Realmente el enclave de Montemayor del Rio es una maravilla, la vista desde lo alto del castillo,sobre todo en primavera,es como para no moverse en todo el día.
ResponderEliminarTodo el pueblo,su iglesia,el castillo,paisajes,el rio;visita más que recomendable.
Conocer su historia a través de ti nos hará la próxima visita aún más interesante.
Besitos.
Estupendo el artículo de Jesús y gracias de nuevo a Carmen por disponer el medio para poder difundirlos.
ResponderEliminarA aquéllos que no conozcan Montemayor del Río, sean de Béjar o de fuera, les animo a que se acerquen porque es una pequeña maravilla. Tiene castillo, iglesia medieval, museo de interpretación del castaño, arquitectura serrana de entramado, y un paisaje de ensueño.
Saludos.
Pedazo de castillo...e increíblemente bien conservado
ResponderEliminar¡Qué pasada de castillo! No había oído nunca hablar de él. Es increible la de patrimonio desconocido que tenemos en España (y la falta que hacemos las historiadoras ;))
ResponderEliminarUn besito guapa!
Esa región no tengo el gusto de conocerla… Espero que en el futuro lo pueda hacer.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Un fuerte abrazo.
La Dame Masquee: pues ya sabe, Montemayor del Río está cerca ya de Extramdura en un mar precioso de castaños. Su castillo es imponente porque se recorta enmedio del caserío como un gran buque. En verano fue restaurado y abierto para los visitantes, de ahí que colguemos aquí estos artículos.
ResponderEliminarUn besito
Carolus II: efectivamente. A ver si un día de estos aparece por aquí algún artículo sobre Lagunilla. Sería toda una sorpresa, ¿verdad?
ResponderEliminarUn saludo
Xibelius: por eso también tu blog me recuerda también a esta zona. Dos oasis en Castilla y, como ves, también es prolífica la comarca de Béjar en castillos, como el magnífico de Puebla de Sanabria.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por comentar
Silvia: tus felicitaciones irán a parar al utor de este texto, Jesús, cuya vida transcurre en parte dentro de los muros de este castillo. No me extraña que nos explique tan bien su Historia, ¿verdad?
ResponderEliminarUn besazo
Juan: la verdad es que de maravillas paisajísticas, naturales y de patrimonio no nos podemos quejar. Aquí al ladito contamos con Candelario, pueblecito de tradición chacinera colgado de los lomos de la sierra. Cerca Montemayor del Río, con su castillo recién restaurado y su caserío de ensueño. Próximos también a la Sierra de Francia y al Valle del Jerte y de la Vera. Por eso este blog no quiere contar sólo historias de Béjar, sino también de los pueblos cercanos, sin los cuales nunca se podría entender correctamente los acontecimientos de Béjar.
ResponderEliminarUn besito
Paco: ya sabes que el blog está abierto las 24 horas del día para todo aquel que quiera pasearse a disfrutar de su lectura e ilustrase con las fotos, siempre en relación con el texto que presentamos. Es una manera de acercar más los lugares a lo que no los hayan visitado nunca o a los que los conozcan y nos los recuerden bien del todo. Las fotos, como ves, no son tan buenas como las tuyas, pero sólo pretenden eso: ilustrar, acercar, situar al visitante.
ResponderEliminarUn beso
Otra vez viajar al olvido: muchas gracias por pasarte a conocer este blog sobre las historias e Historia de Béjar y su comarca. Estamos aquí para cuando quieras.
ResponderEliminarGracias por comentar
Cayetano: no sé si te pasará a tí, pero desconocemos tanto acerca del mundo musulmán... Y al fin y al cabo forma parte de nosotros, parte de nuestros propios genes. La historiografía parece que se ha centrado menos en este asunto por considear esta parte de la Historia como algo ajeno, pasado. Había que apartar lo no cristiano de la conciencia colectiva.
ResponderEliminarUn beso
Jose: como ves, lugar de frontera, lugar de paso, de idas y venidas, de intercambios culturales, de riqueza patrimonial y naturaleza exuberante. De su importancia nos debe de llamar primero la atención su castillo. Allá donde haya algo que defender habrá una fortaleza. Su presencia llama a gritos a nuestra conciencia para decirnos: fuí importante, como realemente lo fue la villa de Montemayor.
ResponderEliminarEn espera de lo que te conteste Jesús, el autor de este artículo, te invito a que visites la localidad y el castillo, recién remodelado.
Un saludo y gracias por comentar
Juana María: no me atribuyas todo el mérito a mí, sino a Jesús, artífice este texto, colega historiador y por avatares del destino, guia del maravilloso castillo que admiras. Te recomiendo que bajes a visitar la localidad y, si no has ido al castillo, que pases a verlo, porque Jesús te explicará a las mil maravillas la vida en él, la sociedad medieval y la Historia general de Montemayor.
ResponderEliminarUn besito
Roberto: te apoyo en todo lo que apuntas. No es necesario añadir mas a tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo
Jose lUis de la Mata: a pesar de los avatares del tiempo, el castillo se ha mentenido en pie, exceptuando, claro, sus estancias interiores que al tener suelos y techos de madera se perdieron, dejando sólo la carcasa pétrea. Ahora se ha rehabilitado para poder ser visitado y dentro de poco se instalará además una cafetería. Imagínate sentarte una tarde de verano en él tomando un refresquito...
ResponderEliminarUn saludo y gracias por comentar
La sonrisa de hiperión: qué lujo poder leer tus versos y más si los dejas aquí reflejados.
ResponderEliminarMuchas gracias y un beso
Ana Trigo: bueno, Ana, que aquí el artífice es chico y se llama Jesús que está clarito al principio del texto. Pero, aún con todo, te doy la razón: vivan las historiadoras.
ResponderEliminarUn besito
Salvadorpleigo: este blog intenta enseñar los secretos de la zona, su historia y su naturaleza para que todos podáis disfrutar de ella.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por comentar
Ya sabemos un poco más de ese impresionante castillo casi perdido entre montes de castaños. Esperando la segunda parte...
ResponderEliminarUn abrazo.
P. S.: Te mandé un correo y no he recibido contestación...
Juan Carlos: acabo de contestarte.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu paciencia
No conocía este blog y, a través de otro blog, he llegado a él y me parece superinteresante, bien documentado y excelente que se hagan páginas tan buenas sobre una comarca concreta. Como licenciado en historia, defiendo la historia local como base de la historia general.Este puente de Andalucía he estado por ahí, norte de Cáceres y sur de Salamanca; son todos pueblos que fascinan: Hervás, Candelario, Béjar...
ResponderEliminarYo he empezado hace poco a publicar un blog sobre historia del arte para mis alumnos de bachillerato. Si te apetece conocerlo es http://artetorreherberos.blogspot.com/. Tienes un nuevo amigo y seguidor en el sur de España. Saludos.
Paco Hidalgo: este blog pensé en hacerlo cuando observé lo pcoco conocida que era la Historia de Béjar para los propios bejaranos. Suelo publicar artículos de difusión sobre este tema en revistas de divulgación y especializadas, por lo que pensé que los primeros eran los adecuados para reflejarlos en estas páginas virtuales de internet.
ResponderEliminarPcoco a poco me dí cuenta de que, en realidad, más que los bejaranos, eran los visitantes externos quienes más se interesaban sobre el tema, lo cual me sorprendió y agradó a un tiempo.
Si me permites, pasaré habitualmente a leer tus líneas y a empaparme de arte hasta el tuétano.
Un abrazo