Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.442. Mayo de 2007.
Desde la Ronda de Viriato accedo a la carretera de Aldeacipreste. Antes paso por las casas de Llopis a la altura del lugar donde estaba la tienda de comestibles de Saturnino García “El Chino”, entrañable personaje que llevaba en la sangre su afición al noble arte del toreo.
La carretera de Aldeacipreste siempre se utilizó como lugar de paseo y para tomar el sol en la primavera y el otoño. Hoy día es más complicado, pues sigue siendo igual de estrecha y su tráfico se ha incrementado significativamente, debido a la cantidad de viviendas que se han edificado por esa zona. En efecto, antes de llegar a la fábrica de don Paco se han construido a un lado y otro de la carretera varias urbanizaciones de chalés adosados en las que ya habitan bastantes personas.
Nave de la fábrica de Navamuño o de Gómez- Rodulfo
Llego a la fábrica de Gómez Rodulfo, donde no puedo por menos que mirar con nostalgia el conglomerado de edificios que, desde 1787 en que se fundó como industria textil, fueron poco a poco construyéndose hasta configurar un complejo industrial de primera magnitud que sobrevivió a muchos avatares durante los más de doscientos años que estuvo en marcha. El edificio que más me gusta es la hermosa nave modernista de una sola planta y tres cuerpos, con cubierta acristalada en los tres dientes de sierra, que fue construida allá por 1914 y ampliada, según el diseño original, en 1974. En la parte de arriba de su puerta principal se lee "Navamuño", "Fábrica de paños de Francisco Gómez-Rodulfo López”. Hoy día éstas y las otras naves pertenecen a diferentes propietarios.
Estación del ferrocarril con la sierra al fondo
Continúo por la carretera privada y de firme desconchado que me acerca hasta la Fuente del Cántaro. Desde allí subo hasta la estación de Ferrocarril, desde la que se disfruta de una hermosa vista del Castañar, de la Peña de la Cruz , de la mole de la Sierra y, como no, de la parte suroeste de la ciudad. Béjar parece dormir encaramada a lomos de un cerro; arriba, el cielo muy azul con algunas nubes deshilachadas que parecen pintadas a finos brochazos por una mano delicada, como si lo hubiera hecho con miedo a rasgar el lienzo del cuadro vivo que se representa ante mis ojos. Me agrada buscar las referencias, mis referencias, las que me sitúan mentalmente sin esfuerzo en las distintas zonas de mi pueblo: allá las murallas, más arriba la torre de la iglesia de Santiago, la de Santa María, los Salesianos, el Palacio Ducal, la torre de El Salvador, la de San Gil, la de San Juan, la de la iglesia de Los Pinos,…
Vista de Béjar desde la estación del ferrocarril
Cuántos esfuerzos, incluso económicos, hicieron los bejaranos para que el tren llegara hasta aquí desde el sur, desde Plasencia, en 1894; se trataba de una locomotora de las denominadas balasteras, de nombre “Zamora”. Pero no sería hasta 1896 cuando Béjar quedaría unida, por fin, con Salamanca. La inauguración fue a bombo y platillo, con la llegada el domingo 21 de junio de 1896, sobre las seis de la mañana, de un tren de lujo en el que viajaba el ministro de Fomento, que presidía los actos en las distintas estaciones en que paraba, y al que acompañaban numerosos periodistas. No se detuvo mucho en Béjar, pues dicen las crónicas de la época que a las nueve de la mañana ya estaba el tren en Salamanca, pero el verdadero hecho importante es que ya teníamos tren y eso auguraba una etapa de prosperidad. Un momento en la historia del tiempo, de nuestro tiempo bejarano, bastante distinto al vivido el lunes 31 de diciembre de 1984, día en el que pasó por aquí el último tren. Mientras tanto, casi noventa años de ferrocarril dieron para mucho; Béjar y su comarca progresaron a su ritmo, sólo empañado por el abandono y la deficiente gestión que caracterizó la última etapa y que condujo a su final.
Según paseo por las vías me voy acercando al túnel, ese corredor que perfora transversalmente las entrañas de la loma alargada sobre la que se encuentra encaramado una parte sustancial de Béjar. Lo he pasado dos veces en el último año, una de ellas con la sociedad montañera “Sierra de Béjar” y otra con unos amigos, pero hoy no toca. Hoy ni siquiera llego hasta la boca del túnel, sino que subo por un sendero que lleva a las cocheras de las viviendas sociales construidas en el gran solar que ocupó la Fabril Militar , las cuales bordeo, dejándolas a mi izquierda, hasta salir a la carretera de circunvalación, cerca de la Fuente de Doña Elisa. Esta fuente fue erigida en 1922 en memoria de doña Elisa García, madre de cuatro ilustres bejaranos: Francisco, Julio, Emilio y Juan Muñoz García. Pero esta vez no me acerco a la Fuente de Doña Elisa sino que voy hacia el lugar que ocupó la Fabril Militar. Esta fábrica fue construida hacia 1897 por D. José Rodríguez Yagüe en el lugar que entonces se denominaba “Prado del Francés”. Además, Don Pepito (como era popularmente conocido) edificó allí su casa, Villa Ana, donde vivió con su mujer, Ana Manzanares Yagüe, y sus hijos Alfonso y Lola. A la muerte de D. José, en 1922, tomó las riendas de la empresa su hijo Alfonso, que falleció en 1926, a los 49 años, cerrándose la fábrica al poco de su muerte. A comienzos de la Guerr a Civil sería reabierta por Rocamora, que permanecería a su frente hasta los años cincuenta, en que se cerró definitivamente. Hoy día, y después de que sus imponentes naves industriales fueran derribadas en los años sesenta, se han construido en su solar varios bloques de viviendas sociales, como ya he apuntado.
Extraída del Blog Archivo Fotográfico y documental de Béjar
Bordeo la boca del túnel por arriba y paso por lo que fue la fábrica de tejidos “Palma Morón Hermanos”, fundada en 1960 en Ronda de Navarra y trasladada al inmueble de Circunvalación en 1965. A principios de los años noventa se integró en el grupo de empresas “Hispano Textil”, complejo cuya vida fue efímera, pues cerró en 1993.
Desde allí cruzo la carretera y tomo la calleja que me sube a Barrioneila. Asciendo por ella hasta el cruce con la calle del Pino y sigo subiendo hasta llegar a lo que fue la casa-palacio del capitán Juan Bolaños. La puerta de acceso al patio de la casa es de sillería y, en la parte de arriba, tiene un escudo rematado por el yelmo de una armadura y sus correspondientes lambrequines (ornamento que sale de la parte de atrás del yelmo, constituido por cintas, plumas, etc). Coronamos unas empinadas escaleras que nos sitúan justo en un lateral del Ayuntamiento y al comienzo de la calle de Las Armas, cuyo nombre puede deberse a que allí vivieron nobles y caballeros al servicio de la casa ducal, aunque otras versiones lo relacionan con los hechos acaecidos en Béjar durante la revolución de 1868, conocida como La Gloriosa. En la parte de arriba de la corta calle se encuentra otra casa emblemática, la mansión de los Clavijo, sobre la que se hizo una casa nueva hace unos años manteniendo los escudos, los arcos de la balconada y una curiosa ventana en ángulo única en Béjar, aunque frecuente en Plasencia y otros lugares.
Ventana en esquina de la Casa de Clavijo
Y por hoy ya es suficiente.
Es verdad, madame: ese tipo de ventana es frecuente en Plasencia, y tambien la he visto en Trujillo, si mal no recuerdo. No sabia que tambien Bejar ofreciera una muestra.
ResponderEliminarQue lastima lo del ferrocarril, y curiosas las fechas, ese baile de numeros entre la fecha del primer tren y el del ultimo.
Feliz tarde de domingo, madame
Bisous
Bellos paseos, Carmen. Me ha encantado la tipografía modernista de la nave Navamuño y la ventana en ángulo del final, no había visto similares.
ResponderEliminarUn abrazo.
Precioso paseo Javier, lo he recorrido muchas veces pero desconocía todas esas reseñas que haces de nombres, datos historicos ,estilos arquitectónicos de los edificios.Muy instructivo.
ResponderEliminarCarmen,Javier un abrazo.
Carmen...
ResponderEliminarComo siempre,excelente post, en el que nos narras el ayer y hoy de tu localidad. Es curioso observar como conviven esas viejas carreteras, esas naves de paños que han aguntado al tiempo, junto con los edificios modernos que se abren paso. Lo que realmente me extraña es que estos terrenos no hayan sido ya objeto de especulación.
Un beso
Me encanta conocer lugares de los que desconozca todo. Con tu informacion y tus fotos llegaré a conocer perfectamente esta zona hasta ahora desconocida para mi. Eres un encanto en mostrarla. Besos.
ResponderEliminarCarmen como siempre acercándonos a Béjar y haciéndonos oír esos nombres tan conocidos para los que somos originarios de la zona. Comparto también con el autor la preferencia por el edificio fabril, sin duda, historia hecha con ladrillos.
ResponderEliminarY que decir de la historia de la llegada del ferrocarril, debió ser la comidilla de la época.
Un saludo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPreciosas imágenes de Béjar con la sierra nevada al fondo. Es muy lamentable la desaparición de un medio de transporte tan entrañable como el ferrocarril siempre lo he preferido al autobús y al coche.
ResponderEliminarfeliz semana
Un fuerte abrzo
Hola Carmen, muy interesante la entrada de hoy. Me interesa mucho el senderismo urbano, calle por calle, casi tanto como el senderismo por la sierra que es una de mis pasiones.
ResponderEliminarEn otro orden de cosas me interesa también mucho esa nueva disciplina que los británicos ya iniciaron hace unos años y que se llama la arquología industrial, esa de edificios de hierro, cristal y ladrillo, edificios que ya son parte del patrimonio histórico-artístico, tanto como las piedras romanas o griegas.
El ferrocarril que comunicaba con Plasencia debió de ser muy estratégico en su tiempo, pues era como hoy la tan ansiada autovía de la Plata. Una Ruta de la Plata pero sobre raíles de hierro. Mi difunto padre, en sus años de Hervás, ya me contó que en la guerra ese tren fue vital para los franquistas y por ahí pasó el Patas Cortas cuando iba a su primera capital antes de Burgos: Salamanca.
Un beso.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarComo siempre es un palcer pasar por tu espacio. Hasta un lunes por la mañana. jajaja
ResponderEliminarSaludos y un abrazo enorme.
Ilustrativo e instructivo paseo de la mano de Javier por los recovecos de la ciudad y sus alrededores.
ResponderEliminarUn placer pasar por aquí.
Saludos.
Creo, Javier y Carmen, que tenéis la capacidad poco común de convertir los paseos físicos en paseos casi literarios cuando escribís sobre ellos. La amenidad y lo coloquial de los textos de Javier hacen de sus escritos una invitación a echarse a las calles y patearlas.
ResponderEliminarSaludo para él y besito para ella.
Óscar.
como oriundo de ciudad serrana me encanta este tipo de paisaje...
ResponderEliminarmuy buena serie de entradas estas de los paseos ...
Un magnífico paseo para disfrutar de esos alrededores de Béjar que son tan, lamentablemente, desconocidos.
ResponderEliminarBuen trabajo el de Javier y buena esta idea tuya de traernos sus paseos a tu blog.
Un abrazo.
Madame Minuet: es que , aunque no spese a veces decirlo, porque nos consideramos más salmantinos y castellano leoneses que cacereños o extremeños, Béjar siempre mantuvo estrechas relaciones con el sur, en esta caso artísticas, hasta más o menos el siglo XIX. Esto se nota sobre todo en el siglo XVIII. momento en que se van diluyendo. Se aprecia una mayor presencia de artistas salamantinos y madrileños en la villa, en detrimento de los extremeños, quizás porque con el desarrollo textil, las élites enriquecidas buscaban más su preponderancia en la corte y capital y en la universitaria Salamanca, que en la episcopal Plasencia.
ResponderEliminarLa desaparición del ferrocarril, madame, es todavía un trauma no superado en Béjar, como muchos otros que no vienen al caso.
Un beso
Xibeliuss: hay una parte importante de naves industriales construídas en estilos propios de finales del siglo XIX y principios del XX. Este es uno de estos ejemplos, aunque yo no diría propiamente modernista, sino más bien regionalista, aunque hay opniones en esto d elos estilos del siglo XIX muhcas opiniones. Así tenemos el historicismo, el academicismo, el modernismo, el regionalismo, los neos, la arquitectura del hierro y del cristal, el eclecticismo. Y todo parece resumirse en la palabra modernismo, auqnue impropiamente, si me dejas hacerte esta pequeña corrección.
ResponderEliminarEn cuanto a la ventana te diré que es típicamente extremeña y se ven muchos ejemplos en Plasencia, Cáceres o Trujillo, por resumir.
Un besito
Juana María: eso es lo bueno de pasear con Javier, que te relata sucesos y acontecimientos ocurridos en otras épocas en las calles por las que pisamos. Sobre todo si estamos cerca de una fábrica,jejej
ResponderEliminarUn besazo
Félix Casanova: demasiado es lo que se ha perdido a lo largo del tiempo, me temo. Y la especulación inmobiliaria rapiña y corroe poco a poco lo que nos va quedando como una enfermedad incurable, una lepra que se extiende sin posibilidad de curación.
ResponderEliminarUn besito y gracias por tu comentario
Paco: intento que podais apreciar la belleza del arte y de la historia de Béjar, el pintoresquismo de sus calles y sus gentes, sus tradiciones y su pasado como si todavía lo estuviésemos viviendo, tanto a los propios bejaranos como a los que estais lejos.
ResponderEliminarUn saludo y muchas gracias
Carolus II: sí, la verdad es que hay personajes y apelliods que mantienen su historia a pesar del paso del tiempo y que sueanan todavía en Béjar y alrededores.
ResponderEliminarLa nave de la fábrica de Navamuño, en concreto ésta que aparece aquí, para mí es una de las más hermosas que se conservan.
Un abrazo
Magnolia: los bejaranos también lo preferiríamos, pero estas decisiones me temo que no están tomadas por las necesidades de la sociedad, sino por la rentabilidad o no de los servicios por parte de la administración. El ferrocarril bejarano dejó de ser rentable a raíz de la crisis del textil y fue clausurada su línea por esta sy otras razones. No olvidemos que al fin y al cabo se cerró toda la Vía de la Plata.
ResponderEliminarUn besito
Me ha parecido delicioso este paseo por Béjar que nos has brindado..., por sus alrededores, pos sus viejas fábricas, por sus calles y su historia, por la historia de su anhelado ferrocarril... Conforme lo leía se me venían a la cabeza muy queridas imágenes de mi infancia. Me encantaba el campo y explorar. Ambas aficiones las podía cumplir en una localidad cercana a Sevilla a la que mi familia estaba vinculada de algún modo desde mucho antes de venir yo al mundo, pues en la construcción de una de su fábricas azucareras intevino mi abuelo materno. Las viejas y enormes instalaciones en desuso nacidas como consecuencia de la pérdida de Cuba, junto al trazado ferroviario Madrid-Sevilla, fueron escenarios de mis juegos infantiles... ¡Qué tiempos...! Y qué pena que haya desaparecido casi todo... Tan sólo que da en pie una parte de la fábrica, muy poco, y su esbelta y teutónica chimenea, eso sí...
ResponderEliminarMuy interesante asímismo, la anterior entrada..., toda una lección de arte y estructuras, jeje... No quiero abusar y extenderme mucho más pero el caso de esta iglesia me recuerda al de la sevillana gótico-mudéjar de Santa Catalina, que también posee un artesonado fantástico, pues amenaza ruína desde hace décadas. Y es que tenemos un patrimonio tan extenso, unos recursos públicos tan escasos, no digamos ya los de la Iglesia, y una sociedad civil tan indolente, no así en lo que se refiere al bolsillo, que...
En fin, perdona mi desconexión de los últimos tiempos... He estado apartado de estos mundos por una cuestión de salud no resuelta del todo, pero que va, va mejor... Te agradezco enormemente que, a pesar de ello, tú si hayas estado presente en mi espacio...
Feliz velada, Carmen.
Un abrazo.
Juan: un apasionado de la arqueología industrial tiene en Béjar un buen filón. Creo que nos harían mucha falta que expertos en la materia se pasearan por nuestro Béjar para que pusieran en valor las tan codiciadas para los especuladores inmobiliarios naves abandonadas del pasado textil.
ResponderEliminarLa desaparición del ferrocarril es un caso no cerrado para los bejaranos. Aún se ansían y se movilizan colectivos, aunque sin plan totalmente claro, para que vuelva, pero la adminsitración no está po la labor. De moemento ya hemos conseguido la autovía de la Plata, que ya es algo. También es de puntualizar que los colectivos bejaranos a veces se mueven solos, sin buscar planes de acción conjunta con pueblos, provincia so comunidades a fectadas por los mismos problemas. A veces nos consideramos autosuficientes y es hora de que acabemos con este mal concepto.
Un abrazo y gracias por pasearte poe mi blog
La sonrisa de Hiperión: veo que estás alegre y contento y espero que eso haya sido consecuencia de adentrarte en este blog de pintoresquismo bejarano, jejej
ResponderEliminarUn besazo
Cayetano: pienso como tú, y declaro mi ferviente admiración por los escritos de Javier.
ResponderEliminarA ambos, visitante y colaborador, muchas gracias
Óscar Rivadeneyra: tenemos que plantearnos un paseo literario y artísitco por Béjar, con textos de Javier y pinturas tuyas ilustrando. Éso sí que sería un lujo para leeer y admirar.
ResponderEliminarUn beso
Jose luis de la Mata Sacristán: y eso que no hemos empezado con los paseos por la sierra, jejej
ResponderEliminarUn saludo y gracias por tu comentario
Juan Carlos: los paseos sugeridos por Javier son una maravilla, pero te digo como a Óscar Rivadeneyra, si lo islutrásemos con tus magníficas fotografías sería aún mejor... Ahí queda el reto.
ResponderEliminarUn besito
Jose: pues por aquí, si deseas saberlo, existen muy buenas y plenamente conservadas chimeneas que todavía desafían, aún hoy, al invasor, jejej. Algunas han sido derribadas, pero otras se mantienen en pie, altaneras, recortándose sobre el cielo azul. Y la estación de ferrocarril también ha logrado ser recuperada, para que no sucumbiese bajo el duro proceso destructor del paso del tiempo.
ResponderEliminarNo te preocupes. Siempre digo que el blog es una distracción, no un trabajo y en el momento en que resulte una carga, mala señal, es el inicio de que hay que echar el freno y parar un rato.
Un besito y ya sabes dónde está tu casa virtual, jejej
He encontrado tu blog por casualidad y he decidido entrar a echar un vistazo. Me encanta la foto de la cabecera de tu blog. Éste fin de semana iré por Bejar a visitar a mi familia, no sé si los conocerás Carlos Martín Olleros y Chelo su mujer. Un saludo
ResponderEliminar¡Ayyy, mi Béjar querida! gracias, gracias de verdad. Besazos!!!
ResponderEliminarPrecioso y enriquecedor paseo por Béjar, saboreando los recodos del camino, con olores, colores y arte del pasado que todavía queda y se intensifica con vuestros fantásticos aportes.
ResponderEliminarMe gustan las fotografías mucho.
Besos enormes a los dos.
Que lindas fotos y que lindo como lo relatas. Espero algún día poder ver todo eso con mis ojos.
ResponderEliminarPilole: pues no tengo el gusto de conocerlos, pero veo que eres de Béjar de pura cepa (o por lo menos vienes por aquí a menudo). Espero que el blog te haya gustado y que pueda aportarte algun relato curioso o datos desconocidos a tus conocimientos sobre la zona (es lo que humildemente intento hacer con esta página a todo aquél que se adentre en ella)
ResponderEliminarUn besazo
Silvia: ¿Qué tal todo por Bilbao?
ResponderEliminarUn besito
Carmensabes: muchas gracias por pasearte por el blog. Espero que hayas disfrutado.
ResponderEliminarUn beso enorme
Dubois: pues ya sabes dónde nos encontramos. Anímate a darte una vuelta por aquí.
ResponderEliminarUn saludo
me parece muy bonito bejar y como esta cerca intentaré visitarlo.
ResponderEliminarLeonor: ya sabes donde estamos.
ResponderEliminarUn saludo