Amigos de Béjar y sus historias

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9/06/2024

Las fiestas de la Virgen del Castañar hace cien años

 Autor: Iván Parro Fernández

Mañana celebraremos las fiestas en honor a nuestra Patrona, la Virgen del Castañar. Serán momentos para vivir y compartir muchos encuentros, sensaciones, sentimientos… Aunque han pasado ya muchos siglos, las bejaranas y bejaranos seguimos reuniéndonos en torno a nuestra virgen estos días tan especiales, pero ¿era igual hace un siglo? ¿Cómo vivían y celebraban estos días festivos nuestras paisanas y paisanos de hace cien años? Seguro que algunos lectores podrían evocar lo que sus padres o sus abuelos les contaban. Seguro que muchos tendrán en la memoria recuerdos de aquellos días por haber leído algo sobre ello o visto alguna imagen de la época. Lo que queremos compartir en estas líneas es el relato (algunos relatos más concretamente) de cómo eran las fiestas de antaño extraídos de la prensa de la época, y más concretamente del semanario La Victoria, el cual es un recurso y elemento muy interesante para acercarnos al Béjar de aquellos años ya almacenados en la eterna memoria del tiempo.

 Foto de la prensa de la época

Llaman la atención muchas de las crónicas de los ejemplares consultados. En ellas se hace referencia a distintos aspectos de la fiesta, como por ejemplo la invitación/interpelación a participar, la misa, la procesión como tal después de esta, el regreso de la virgen a la ermita tras la bendición desde el balcón, la propia imagen de la virgen, la concurrencia que acude a la fiesta o las invocaciones y peticiones que se dirigen a la Patrona de Béjar. En esta primera parte quisiéramos centrarnos en dos aspectos como tal: la invitación que se dirige desde el semanario citado para participar en las fiestas patronales y la misa y posterior procesión hasta el lugar donde la virgen bendice a toda la ciudad y el regreso a la ermita.

8/30/2024

Calendario festivo bejarano anterior a 1950 según el libro "Cuentos Bejaranos" de Ángel Calles (2ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2023, pp. 10-15.

      El Corpus y su Octava no pasan desapercibidos para Ángel Calles Cerrudo a la hora de usarlos como telón de fondo de sus narraciones. La Plaza Mayor era el punto de reunión porque, ayer como hoy, los actos religiosos tenían su epicentro en El Salvador. Pero es curioso: entonces era tradición intercambiar regalos –quizá por aquello de estrenar una prenda en el día del Corpus-, por lo que el trajín por la calle Mayor era continuo. Los pequeños esperaban con ansia sus juguetes y los novios se rompían la cabeza para encontrar un presente para sus novias. El cotilleo estaba al orden del día, porque la Casa Caridad instalaba (imaginamos que por un donativo) sillas en la Plaza, donde los bejaranos descansaban y oteaban el paso de los transeúntes. A toda esa algarabía se sumaban las barracas y los chozos de feria, así los llama Calles, de madera que se instalaban en la Plaza Mayor y en ellas ofertaban «juguetes, platería, sedas, telas, puntillas». Había puestos «de buñuelos y churros, tiro al blanco, exposición de figuras de cera y diversas mesitas con rueda giratoria para hacer tiradas a la suerte y poder elegir caramelos retorcidos o figuras acarameladas». 

Procesión del Corpus pasando. Foto Documentos Béjar.

El Jueves de Corpus se iniciaba cuando el cortejo oficial salía del edificio consistorial en el Palacio Ducal al son del clarín y enfilaba el parque desplegado en la tercera terraza, sobre elevada del nivel de la calle. Abría la comitiva el concejal que llevaba la bandera, escoltado por los maceros municipales, los alguaciles y los dos hombres de musgo. Les seguían las autoridades civiles y militares, los empleados municipales, los soldados de la guarnición y la banda municipal. Detrás de las mangas parroquiales y los estandartes, iban en filas los niños y niñas de comunión. 

8/23/2024

Calendario festivo bejarano anterior a 1950 según el libro "Cuentos Bejaranos" de Ángel Calles (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2023, pp. 10-15.

 

            El día a día de cualquier ser humano está trazado de rutinas. La vida es un edificio de rutinas, un edificio cuyos ladrillos no dejan de ser las más de las veces iguales unos a otros. O eso nos parece. En realidad, cada uno de ellos está amasado con un adobe de momentos inigualables, aunque no seamos conscientes de ello las más de las veces. Aun con todo, el calendario se impone a la par que el peso de la sociedad sobre nuestras vidas, siendo casi imposible huir de fiestas y celebraciones, bien colectivas o familiares, bien religiosas o civiles, espolvoreadas sobre el pastel de nuestros días.

 Fotografía de Ángel Calles Cerrudo aparecida en el libro de la Ofrenda a la Santísima Virgen del Castañar, vol. I, 1954, p. 817.

 Libro Cuentos Bejaranos, de Ángel Calles Cerrudo

            Muchas de estas fiestas colectivas bejaranas han sido recogidas por escritores locales dentro de la investigación de la etnografía o como condimento sazonador de sus creaciones literarias. En este artículo divulgativo vamos a huir de lo histórico para caer en brazos de lo cotidiano, acercándonos a la forma en que nuestros antepasados celebraban distintas citas del calendario en la primera mitad del siglo XX. Para ello seguiremos las descripciones de Cuentos Bejaranos, escrito por el bejarano afincado en San Sebastián, el farmacéutico Ángel Calles Cerrudo (que merece una biografía). La publicación es una compilación de relatos que vieron la luz en Béjar en Madrid con anterioridad a 1950. De hecho, un análisis más exhaustivo nos daría pie a datar cada uno de ellos en distintas décadas atendiendo a detalles aparentemente anecdóticos. Me van a permitir la licencia de no rastrear las celebraciones siguiendo la paginación del libro, sino colocándolas cronológicamente y obviando, claro está, la narrativa interna del relato, donde dan calor y cercanía, incluso contextualizan y emplazan, a los personajes. 

6/14/2024

El alférez mayor de Béjar y la procesión del Corpus Christi (3ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid,  4.918 (2/06/2023), p. 4.

No se nos escapa la fuerte presencia militar en una procesión del Corpus en la que nada se improvisaba y el simbolismo en todos sus aspectos era tan relevante. Llama la atención que en ningún momento el alférez estuviera acompañado por los hombres de musgo, una situación que muy bien explicaría la mítica unión entre la conquista de la villa y el ámbito militar representado por el alférez, sino que los hombres de musgo escoltaban al regidor que portaba el estandarte de Béjar

 

 Fotografía antigua, principios del s.XX, del concejal que lleva la bandera de Béjar. Está flanqueado por los hombres de musgo. Foto de aquí

 

El capellán del convento de la Anunciación, Tomás de Lemos en su relación sobre la entrada de la duquesa Mª Alberta de Castro en Béjar en 1679 nos cuenta:

«Al primero [arco] que es al entrar en la plaza al primero que es al entrar en la plaza sale el Alferez maior que nombran los Duques con el Pendon de Bejar delante dél y dos salvajes vestidos al natural de mohós de las peñas en remembranza de los christianos que vivian entre ellas, y de celebrarse este dia la restauracion de la libertad desta tierra; y hecha la adoracion de la Tria, pone la insignia de su oficio a los pies del Sacerdote, y despues dél el Abanderado el Pendon en la misma forma. El Alferez Mayor es Don Pedro de Ledesma y Zuñiga, y llevó el Pendon Andres Sanchez de Herrera Regidor a quien toco: Acompañanle cinqta y dos Alcaldes con sus varas, el Batallon armado con mosquetes y picas y hecha por todos esta zeremonia se incorporan en la procesion guarneciendola[1]». En otro documento Fray Liciniano Sáez afirma que los hombres de musgo escoltaban solo al regidor que llevaba el estandarte, pues eran pagados por el consistorio y nada tenían que ver con la Casa Ducal en cuanto a su vestimenta y selección[2]

6/07/2024

El alférez mayor de Béjar y la procesión del Corpus Christi (2ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.917 (19/05/2023)

Volvamos al Corpus, porque al fin y al cabo el papel del alférez en la Villa quedó reducido a nivel representativo a esta cita religiosa de tanta relevancia para Béjar y su Tierra y para la Casa Ducal en particular. Incluso, y según lo expuesto por Fray Liciniano Sáez en su portadilla del documento citado en el artículo anterior[1], la aparición de este cargo en Béjar podría estar vinculada al hecho que narraremos a continuación. Dice: «el ofizio de Alférez mayor en esta Vª es mui antiguo. Se ignora si el Señor Diego Lopez de Çuñiga obtuvo Privilegio para este ofizio desde el año de 1396 en que principio a poseer este Estado. Antes lo había quando los señores Reyes, Ynfantes, Reyna Doña Beatriz y otros señores le posehian». Y cita a Juan Manuel Ramírez y su padre Joseph Ramírez, Pedro de Tortoles Dorantes (de quien hablamos en el artículo anterior), Andrés de San Vicente, Francisco Dorantes, Geronimo Ramírez, Diego de Lerma, Francisco Botello Nieto, Alonso Gil de Arellano, Antonio de Zúñiga, Alonso Gil de la Torre, Juan de Salinas, Juan Muñoz de Aguilar y Francisco Muñoz.

 Un edil rindiendo la bandera de Béjar en la Plaza Mayor. Foto sacada de aquí

Para dilucidarlo tenemos que retrotraernos a la llegada de los Zúñiga como señores de Béjar, el carácter militar de la procesión y el inicio del patronato ducal sobre ella, es decir al siglo XIV y a un hecho concreto. Diego López de Zúñiga, primer señor de Béjar, impuso que a la procesión debían asistir hombres armados de la Villa y Tierra en conmemoración del ataque que tuvo lugar en 1397[2], es decir, al momento del advenimiento de los Zúñiga como dueños y señores de estas tierras al trocar Béjar por Frías con el rey Enrique II. Convocada la procesión, «judios y Africanos» según cuenta Fray Liciniano[3], conspiraron para desbaratar aquella manifestación religiosa, habiéndoselas «cinco mil y treszientos» sublevados contra «dos mil y doszientos hombres de armas» convocados por el señor de Béjar que se enfrentaron en La Corredera. Y es entonces, en memoria de aquellos hechos, por lo que los Zúñiga defendieron el patronazgo sobre el Corpus Christi y por lo que se fundó una cofradía o congregantes del Santísimo Sacramento en la iglesia de Santa María la Mayor. La sombra de los Zúñiga es alargada, como lo son las historias que narra Fray Liciniano en las portadillas que colocaba delante de cada legajo con jugosas referencias del pasado que los historiadores debemos coger con pinzas. 

5/24/2024

La representatividad municipal en la procesión del Corpus Christi de Béjar. Cuando no salió la bandera de Béjar en 1911

 Autora: Carmen Cascón Matas.

Publicado: Béjar en Madrid, nº (17/05/2024)

             La procesión del Corpus Christi es uno de los acontecimientos fundamentales del año en Béjar por motivos religiosos, folclóricos y tradicionales e incluso turísticos. Pero hubo un tiempo, otro tiempo, en que la política, el patronazgo y la jerarquía primaban en una fiesta que significaba (y significa) una demostración de poder social. Su apropiación por parte de la Casa ducal de Béjar en la Edad Moderna[1] es una buena prueba de esta afirmación al igual que los altercados que se han sucedido a lo largo de los siglos en torno a ella[2].

 

 La procesión del Corpus de Béjar en 1912. Foto de Requena aparecida en la revista Nuevo Mundo



            Cuando el poder ducal desaparece con la abolición de los señoríos, la fiesta se reconfigura y en el siglo XIX el Corpus barroco va desapareciendo paulatinamente hasta desvestirse de cualquier elemento superfluo, adaptándose a la mentalidad y a la escenografía burguesas. Todas las figuras alegóricas, a excepción hecha de los hombres de musgo, desaparecen, al igual que el desfile de los santos patronos de los gremios. El papel de patronazgo que en otro momento habían ejercido los duques es retomado por la burguesía al igual que la representatividad política, económica y social de la primero villa y luego ciudad. La Abadía del Santísimo Sacramento, que aglutina a los caballeros de la alta y media sociedad, y el clero protagonizan la organización de una procesión sobria en la que desfilan los abades, los niños y niñas de primera comunión, el sacerdote que porta la custodia cobijado bajo el palio que llevan cuatro miembros de la burguesía y el gobierno municipal de la ciudad flanqueado por los hombres de musgo.

            La fiesta no es ajena a los vaivenes políticos que ocurren en el consistorio y en España, y en determinados momentos se producen alteraciones en cuanto a la representatividad municipal. Y esto se nota sobre todo con La Gloriosa. Por vez primera, el gobierno del consistorio se niega a desfilar en la procesión de 1872 porque la nueva constitución proclama la libertad de cultos. La decisión provoca polémica, claro está, por la novedad. Pero esta línea rupturista continúa a lo largo de la Restauración en ocasión del advenimiento del partido liberal o de opciones políticas socialistas o republicanas en el poder municipal. Siguiendo los distintos idearios se considera apropiado o no que la municipalidad asista a los actos religiosos. 

5/17/2024

Análisis de la fiesta del Corpus de Béjar siguiendo un documento de 1763

Autor: Anselmo Rosales Montero

Con relación a Notas sobre el Corpus Christi y el poder señorial, de Jorge Zúñiga Rodríguez, que figura en su estupendo blog, me gustaría aportar algún dato más.

El 29 de abril de 1763, desde Aranjuez, el duque envía una carta a sus archiveros de Béjar indignado por

“La repugnancia que de algunos años a esta parte se experimenta en esos vecinos (de Béjar) en cuanto a la Abadía del Santísimo Sacramento me hace ver su poca devoción a este inefable misterio y me tienen justamente desazonado y mucho más la indiferencia con que se mira este asunto en esa villa (Béjar), como sino tuviera obligación de dar a SM. El debido culto que en todos los pueblos de la cristiandad se acostumbran en el Octavario”.

 

Cartel del Corpus de Béjar 2024. Foto Francisco Hernán.

 

En esa carta solicita que den respuesta a tres cuestiones:

    -Cómo fue el origen de estas fiestas del Corpus.

    -Cuál es su posición en el patronazgo y su derecho a nombrar cofrades.

    -Qué obligación tiene el ayuntamiento de costear las fiestas con animales.

    El duque desea conocerlo para saber si puede obligar a los abades y cofrades nombrados ya que presentan excusas por ser pobres o porque no quieren.

3/29/2024

De cuando la Virgen de las Angustias y otras tallas bejaranas procesionaban junto a los pasos de la Vera Cruz en Viernes Santo

 Autora: Carmen Cascón Matas

La Semana Santa bejarana y sus raíces históricas, además de su trayectoria, siguen permaneciendo en el misterio. Si bien han surgido algunos estudios sobre el Corpus Christi, fiesta sin parangón por el mecenazgo que ejercieron los duques de Béjar y por su declaración reciente como Fiesta de Interés Turístico Internacional, las procesiones y actos religiosos penitenciales están todavía por investigar de manera académica y en su totalidad. Cada año por estas fechas, intentamos ofrecer una pincelada de luz sobre el particular por si esto fuera de ayuda a alguien en algún momento o por lo menos retirar una veladura del lienzo general de la Semana Santa. 

 Calvario (Francisco González Macías, 1947)


Así hemos intentado escribir un estado de la cuestión sobre la Virgen de las Angustias[1], el Nazareno de las Monjas de la Piedad[2] o los bustos de origen napolitano de la iglesia de San Juan Bautista[3]. También descubrimos la ceremonia penitencial de Vía Crucis del claustro del convento de San Francisco, que después se ha rescatado después de varios siglos por la Seráfica Hermandad de Béjar, o desentrañamos que en el atrio de San Juan en el siglo XVIII tenía lugar el Viernes Santo una ceremonia del Descendimiento[4] similar a la que se lleva a cabo en el Patio Chico de la catedral de Salamanca. O nos adentramos en un conflicto por la jerarquía entre autoridades civiles y eclesiásticas en 1675[5].

4/01/2023

Bancos dentro, bancos fuera: conflictos entre el poder civil y religioso en las procesiones de Semana Santa de 1675

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.910 (20/I/2023), p. 4.

        Las celebraciones religiosas de la Edad Moderna se convertían a veces en escenario de escándalo y enfrentamiento entre los estamentos civil y eclesiástico, pues no en vano se erigían en espectáculo público y mostraban la preeminencia de los poderosos sobre las clases populares y la estricta jerarquización social[1]. Las numerosas fiestas que salpicaban el calendario litúrgico se organizaban de manera escrupulosa, siguiendo un orden que era imposible de fracturar. Aun con todo no faltaban ocasiones en las que, o bien los clérigos, o bien los ediles del consistorio, intentaban enseñorearse en ellas en un tira y afloja sin fin[2]. Los conflictos eran tan habituales y provocaban tal falta de decoro en acontecimientos que debían per se realizarse con toda solemnidad que se intentaron regular para atajar los insultos, empujones y altercados que unos y otros perpetraban en mitad de misas y procesiones. 

            El motivo fundamental pivotaba en torno a la idea de que los miembros del Cabildo y los eclesiásticos de la villa debían mantener el privilegio de encabezar las procesiones y las ceremonias religiosas, dejando de lado a los representantes civiles. La costumbre inmemorial dictaba que estos últimos se colocaran en las naves centrales de las iglesias, con sus bancos privativos en un lugar preferente en las fiestas así dispuestas por la Regla del Cabildo, privilegio desconocido -el de oír misa cómodamente sentados- para el resto de la población, que había de postrarse de rodillas durante las ceremonias. Tal disposición había sido aprobada por escrito en una ejecutoria de 1601 por los continuos dimes y diretes.

1/22/2022

San Antón: una antigua devoción de los duques de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

          En "Pasado y presente de la fiesta de San Antón" y "La festividad de San Antón, conocida por estos lares como la Fiesta del Chorizo", publicadas en Pinceladas de Historia Bejarana el 16/01/2011 y el 16/01/2012 respectivamente, la creadora  de este blog, Carmen Cascón Matas, da a conocer aspectos modernos de esta devoción en Béjar.

 

San Antón en las murallas, cerca de la desaparecida iglesia de San Pedro, templo donde se le daba culto desde época medieval

 

         En "Historia de una traducción", publicada en Cualia.es con reserva de derechos, la doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid, Mar Rey Bueno, da a conocer un episodio temprano de esta devoción bejarana. Dice así:  

12/03/2021

Una historia épica: la colocación del monumento a María Auxiliadora en el Pico Alaíz en 1990

      Autor: Francisco Tejeda Blázquez

      Fotos: del autor y del escultor Ricardo Martín Vázquez

      En 1990 siendo sor María Paula Domínguez directora del colegio María Auxiliadora de Béjar, el miembro del consejo escolar Víctor del Río propuso la colocación de un monumento a María Auxiliadora. La propuesta se aceptó con ilusión y unanimidad por parte de todos los presentes.

             El lugar elegido fue el Pico Alaíz junto a la estación de esquí de La Covatilla, a 1.922 metros de altura, lugar donde puede ser divisada desde cualquier parte de nuestra ciudad y desde donde se pueden contemplar grandes extensiones de terrenos. Se notificó al ayuntamiento y se pidieron los permisos correspondientes al propietario de los terrenos, Pedro Sánchez García, el cual amablemente dió su autorización. Además, se abrió una cuenta popular para sufragar los gastos.

6/05/2021

Sangre y leyenda en los orígenes de la procesión del Corpus de Béjar

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.849 (19/VI/2020), p. 4

 

        Los orígenes de la procesión del Corpus Christi en Béjar son oscuros. Alejandro López Álvarez, que ganó el Premio “Ciudad de Béjar” 1994 con su espléndido trabajo Ideología, control social y conflicto en el Antiguo Régimen: el derecho de patronato de la Casa Ducal sobre la procesión del Corpus Christi de Béjar [1], intentó desentrañar esta maraña de confusión para ofrecernos un acercamiento a sus posibles raíces



            Celebrada por vez primera en 1246 en la diócesis de Lieja, no alcanzaría popularidad hasta 1263 cuando en la localidad italiana de Bolsena ocurrió un hecho milagroso: mientras el sacerdote oficiaba la misa brotó sangre de la hostia consagrada. El papa Urbano IV la instituyó como fiesta de la Iglesia en 1268 y en 1311 Clemente V dará las directrices definitivas para la organización de la procesión dentro de los muros de los templos. Hasta el siglo XV los cortejos no saldrán del recinto de las iglesias. La primera procesión exterior documentada se celebró en tiempos de Nicolás V por las calles de Roma.

6/19/2020

El origen seguntino de los Arcos de San Juanito de Béjar (2ª Parte y final)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.848 (5/06/2020), p. 4.

       Para responder a la pregunta del origen de la fiesta de los Arcos de San Juanito de Béjar debemos remontarnos a 1871 y viajar con la imaginación hasta Sigüenza (Guadalajara). El 28 de mayo de ese año nace un infante del matrimonio formado por Raimundo Santamera y Petra Tejedor, a quien bautizaron con el nombre de José María. La familia podía considerarse de mediana posición para la época por regentar una carpintería y muy devota. No en vano el primo de Raimundo era don Eladio Mozas Santamera[1], sacerdote al que el papa Francisco ha declarado no hace mucho “venerable”. La educación cristiana recibida de sus padres y el contacto con otros sacerdotes de la familia hicieron que la vocación religiosa surgiera pronto en José María

 Eladio Mozas Santamera

           Conocida su inclinación sacerdotal por don Eladio, canónigo entonces de la catedral de Plasencia, no esperó a que su sobrino se echara atrás en sus sanas intenciones y le invitó a viajar a la ciudad extremeña para que cursase sus estudios en el seminario. 

6/12/2020

El origen seguntino de los Arcos de San Juanito de Béjar (1ª Parte)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid nº 4.847 (15/05/2020), p. 4.


         Hace diez años escribí en el especial de Navidad de Béjar en Madrid un trabajo versado en la fiesta de los Arcos de San Juanito. Lo titulé “Un ejercicio de recuperación de la memoria: la fiesta de San Juan y los arcos de San Juanito”. El texto me sirvió de base para otro texto sobre idéntico tema que publiqué en la Revista de Folclore nº 350 de la Fundación Joaquín Díaz Caneja de Valladolid, “Los Arcos de San Juanito de Béjar: una tradición ligada a los ritos vegetales. Explicación y evolución histórica”. A raíz de ambas investigaciones la familia Molina, mecenas de esta entrañable fiesta desde 1969, se puso en contacto conmigo para tratarme con gran amabilidad e invitarme a participar como miembro del jurado en la edición de ese año. Vaya desde estas líneas mi recuerdo a Evelio Rodríguez, tristemente fallecido, gran entusiasta de esta fiesta y de muchos otros temas bejaranos.

 Arco de San Juan en Sigüenza

            Como sabrán, y si lo desconocen lo revelaré aquí, fundé hace la friolera de once años un blog en internet, Pinceladas de Historia Bejarana, con la intención de ir compartiendo poco a poco, semanalmente, algunos trabajos de investigación relacionados con Béjar. En este espacio virtual colgué los trabajos mencionados con tan buena fortuna que recibí al poco un correo electrónico de Amparo Donderis Guastavino, archivera del Ayuntamiento Sigüenza. En un breve texto me ponía al corriente de que en esta ciudad se festejaba a San Juan Bautista en su versión infantil de una manera muy similar a la bejarana. El intercambio de información nos demostró que las concurrencias eran más numerosas que las diferencias en una celebración mantenida a lo largo del tiempo en Sigüenza y con altibajos en Béjar. 

2/14/2018

De cómo dos mozalbetes provocaron un conflicto entre la Iglesia y el Consistorio un Miércoles de Ceniza



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Semanario Béjar en Madrid, nº 4.746 (5/02/2016), p. 4.

               De altercados graves, con ofensa hacia la autoridad pública o hacia la eclesiástica, se consideraban en épocas pretéritas asuntos que hoy calificaríamos de jocosos, dignos de risa. Cualquier acontecimiento podía suscitar la controversia entre las autoridades y no existía procesión, romería o misa solemne que no se saldara con una trifulca entre los miembros del clero y del Consistorio, dos estamentos enfrentados durante siglos que no veían la hora de manifestar sus diferencias públicamente. El Corpus[1] era el escaparate en que los bejaranos se miraban, en el que mostraban su poder el duque, el Cabildo y el Consistorio, por lo que año tras año se sucedían en él altercados por la colocación de sus integrantes o la precedencia de las crucesparroquiales de la Villa y Tierra[2]. Quizá fuese esta la ocasión más habitual para mostrar las diferencias en cuanto a poderío se refería, pero menudeaban otras como los Te Deums en acción de gracias por el nacimiento de un nuevo vástago en la familia ducal, la muerte de un rey[3] o la Semana Santa[4]. Las disputas se generaban por cualquier motivo, por trivial que fuese, por ejemplo a cuenta de la colocación en un acto público, bien sea en una columna en movimiento o en la distribución de asientos, para lo cual se seguía una estricta jerarquía que no era del agrado de todos, como se desprende de las continuas discusiones provocadas por una mala praxis en cuanto a este particular se refería. Poder y posición debían manifestarse claramente ante los ojos de los plebeyos, sin dudas ni rompimientos unilaterales

 Julian Fałat, Miércoles de Ceniza (1881)

6/12/2017

Sangre y fervor en el Corpus de otro tiempo



Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid , nº 4.750 (5/06/2015), p. 4.


       Que la celebración del Corpus Christi es vivida en Béjar desde hace siglos con devoción de fiesta mayor y con multitudes como testigos de la procesión no se le escapa a nadie, incluso en este laicizado presente donde los afanes de promoción turística van sustituyendo a los orígenes ortodoxamente religiosos de esta fiesta. Ese impulso y deseo por mostrar al visitante una ciudad entregada a su celebración más emblemática está haciendo regresar poco a poco el viejo esplendor del Corpus bejarano, aún lejos, no obstante, de la pasión y entrega con que en otros siglos se vivía. 

 Hombre de musgo

        Quizá fuera en la centuria de 1600 cuando la fiesta del Santísimo y de los Hombres de Musgo alcanzara su cenit de inusitada magnificencia implicando a todos los estamentos de la villa, incluyendo a todos los gremios, y congregando multitudes. Las rivalidades entre las jerarquías eclesiales y consistoriales por ocupar lugares de privilegio en la procesión y en las iglesias, o las fuertes multas con que se penaba a quienes no asistieran con el debido decoro dan muestra de la trascendencia de tan señalado día. 

 Procesión Corpus Béjar

      Fue en ese siglo XVII cuando, además, fruto del descontrol de la muchedumbre, la procesión pareció irse de las manos sucediéndose una serie de altercados que en algunos casos concluyeron  con resultados fatales. De esta manera queda descrito en los numerosos documentos que sobre el Corpus bejarano se custodian en el Archivo Histórico Nacional. 

6/05/2017

Dos representaciones teatrales modernas sobre los Duques de Béjar



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez 

    Con el objetivo de recuperar para el presente, mezclando rigor histórico y ficción literaria, un hecho revolucionario de notable trascendencia para nuestro país el Ayuntamiento de Ávila y el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua impulsan anualmente desde 2012 la representación teatral de La Farsa de Ávila, episodio histórico que en junio del año 1465 protagonizó un grupo de nobles levantiscos para deponer en efigie al rey Enrique IV y poner en su lugar al infante Alfonso el Inocente, según informa en su edición del 30 de noviembre 2015 el diariodeavila.es
 
 


“Atentado de Ávila contra Enrique IV”. Litografía de Marcelino de Unceta, 1880, en la Biblioteca Nacional de España



       Como se sabe, el grupo de nobles levantiscos estaba formado por Juan Fernández Pacheco, marqués de Villena (antepasado del fundador de la RAE Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga); Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo; Álvaro de Zúñiga, conde de Plasencia (más tarde I duque de Béjar); Rodrigo Alonso Pimentel, conde de Benavente (tío de Leonor Pimentel y Zúñiga, segunda esposa de Álvaro de Zúñiga); Diego López de Zúñiga, conde de Miranda del Castañar (hermano menor de Álvaro de Zúñiga) y otros. 

5/23/2016

Notas sobre la festividad de Corpus Christi y el poder señorial en Béjar



 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

    La cultura, propiedad de todos y de nadie en particular, es una construcción formado a través del tiempo por diversos factores, por lo que siempre es posible obtener otra mirada de sus manifestaciones. Es el caso de la fiesta de Corpus Christi instituida en 1264 por el papa Urbano IV (el que excomulgó a Pedro III de Aragón), que dejó de ser día festivo en España en 1989 (siempre caía en jueves), pero conserva aún  el carácter de fiesta local de interés turístico nacional en varios lugares. En Béjar, donde c. 1413 su I señor Diego López de Estúñiga habría recibido del papa Benedicto XIII (el de los huevos benedictinos) el derecho de patronato sobre la celebración, es relevante la procesión por las calles de la ciudad en la que participan los singulares Hombres de Musgo (hasta aquí una mirada, digamos, general).



Procesión de Corpus Christi por las calles de Béjar



       En calidad de duques de Béjar, los sucesores de Diego López de Estúñiga ejercieron este derecho de patronato y lo extendieron a sus posesiones ampliándolo también a otras festividades, como se desprende del documento de la tercera titular doña Teresa de Zúñiga sobre fiestas de guardar en su villa de Burguillos del Cerro (Badajoz); del pleito del cuarto, Francisco de Zúñiga, contra el concejo de Béjar por no cumplir sus instrucciones respecto a la procesión del Corpus Cristi; y de la carta del alcalde mayor de Gibraleón (Huelva), informando al octavo titular, Alonso de Zúñiga, de disturbios ocurridos en la procesión y la necesidad de aplicar una justicia más eficaz en la villa.

12/14/2015

La fiesta del obispillo de San Nicolás en Béjar: de celebración inocente a gamberrismo paródico



  

Autora: Carmen Cascón Matas.

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.718 (5/12/ 2014), p. 6.



Se escucha el eco sordo de los cascos de un burrillo por la calle Mayor. Un griterío de muchachos acompaña los pasos del rucio en su trote cansino y cabizbajo. Hoy su carga es mucho más liviana. Un niño, sí, transporta a un niño engalanado con mitra, báculo y sobrepelliz. Por unos días es él quien manda en la villa. Un obispillo dirige los destinos de la población y su palabra es ley. Desde la altura ridícula del pollino bendice a la gente en su recorrido, acompañado de pequeños sacerdotes como cortejo. 

 
Fiesta del obispillo en Burgos. Foto tomada del Diario de Burgos


En Béjar la tradición de elegir en el día de san Nicolás de Bari a un niño como pequeño obispo se perdió en la noche de los tiempos para no quedar de ella ni el leve rastro de una pequeña columna de humo. Hoy día Palencia, León, Montserrat o Burgos –al margen de varias localidades obispales de Inglaterra-, lo celebran anualmente con gran éxito. La leyenda cuenta que tal festividad surgió en la Edad Media en poblaciones y villas con sede obispal o monacal, continuando el culto pagano de las Saturnales romanas o fiesta del invierno. Los miembros del cabildo eclesiástico o los frailes de un monasterio se reunían el día de san Nicolás, patrón de los niños, 6 de diciembre, para elegir al infante más joven de los que conformaban la escolanía y le investían con el ritual preceptivo de un obispo de verdad por la máxima autoridad religiosa –incluyendo los símbolos propios de su rango-. Su mandato perduraba hasta el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Durante este periodo el chiquillo y el resto de su corte, formada por niños- canónigos, ejercían todas las potestades religiosas en la iglesia- madre, a excepción hecha de la misa. Incluso en muchos pueblos del Pirineo catalán el niño, investido con mitra de papel y báculo de madera, un trasunto del propio san Nicolás, recorría a pie con su corte las casas pidiendo regalos y cantando canciones navideñas[1]

 Grabado antiguo de la fiesta del obispillo

9/12/2013

La subida de la Virgen a Piedrahíta (Ávila)



            Autora: Vega Gómez González


*Es fácil desde la añoranza recordar lo vivido durante años. Es más difícil imaginar las mismas costumbres si no estás. Pero es imposible verlo y fotografiarlo a centenares de kilómetros. Esta entrada no hubiera sido posible sin la ayuda y generosidad de unos estupendos reporteros que, desde Piedrahíta, fueron captando con su objetivo diferentes puntos de vista de las fiestas, bien para compartirlas conmigo en el móvil, bien para colgarlas en las redes sociales de dónde he obtenido alguna. Ellos son, por orden alfabético: Marcos Barbero, Miguel Fauró, Maribel de la Fuente, Laura Gómez, Luisa Gómez, Sixto Gómez, Victor M. Gómez, Marisa Hernández Cabo y Adrián Hernández. 

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Las fiestas patronales de Piedrahíta duran cuatro días. Comienzan el sábado víspera del segundo domingo de septiembre, por lo que algunos años coinciden con la Romería de la Virgen del Castañar o con el día de la Virgen de la Vega de Salamanca, como ha sucedido este año. Sin embargo, hasta principios del siglo XX se celebraban en la segunda quincena del citado mes y era la Junta de la Mayordomía, quien, reunida en agosto, decidía qué días se celebrarían.


 Los gigantones dan comienzo a la fiestas