Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, 4.849 (19/VI/2020), p. 4.
Los orígenes de la procesión del Corpus Christi en Béjar son oscuros. Alejandro López Álvarez, que ganó el Premio “Ciudad de Béjar” 1994 con su espléndido trabajo Ideología, control social y conflicto en el Antiguo Régimen: el derecho de patronato de la Casa Ducal sobre la procesión del Corpus Christi de Béjar [1], intentó desentrañar esta maraña de confusión para ofrecernos un acercamiento a sus posibles raíces.
Celebrada por vez primera en 1246 en la diócesis de Lieja, no alcanzaría popularidad hasta 1263 cuando en la localidad italiana de Bolsena ocurrió un hecho milagroso: mientras el sacerdote oficiaba la misa brotó sangre de la hostia consagrada. El papa Urbano IV la instituyó como fiesta de la Iglesia en 1268 y en 1311 Clemente V dará las directrices definitivas para la organización de la procesión dentro de los muros de los templos. Hasta el siglo XV los cortejos no saldrán del recinto de las iglesias. La primera procesión exterior documentada se celebró en tiempos de Nicolás V por las calles de Roma.
En Béjar el primer testimonio que conocemos acerca del Corpus se recoge en la Regla del Cabildo Eclesiástico de 1476 [2]. En 1413 Diego López de Zúñiga, señor de Béjar, pide al papa Benedicto XIII el patronato sobre la procesión, solicitud que le fue concedida para él y sus descendientes. Tal privilegio obligaba a la asistencia a los actos a los eclesiásticos de Villa y Tierra, a las autoridades civiles y a los gremios, a los representantes ducales y al Cabildo Eclesiástico bajo pena pecuniarias. La procesión y sus actos festivos fueron perfilándose a lo largo del siglo XV y sobre todo del siglo XVI. Por ejemplo, se exigió a las parroquias acudir con sus cruces procesionales y sus cruces de guion, además de que cada sacerdote participante debería vestir dignamente con los ternos más ricos. En 1584 Gregorio XIII confirmó el patronato de la Casa Ducal.
En 1763 el duque don Joaquín, según se infiere de una carta enviada desde Aranjuez, moviliza a sus funcionarios para recoger los testimonios documentales que de sus raíces se encontrasen[3]. Parece ser que el titular del señorío estaba desazonado de la indiferencia que mostraba la villa a la hora de realizar la procesión. Quizá se habían perdido los oropeles barrocos originarios. De esa búsqueda se infiere la teoría, recogida por el padre Yagüe[4], de que don Diego López de Zúñiga, estando en el sitio de Antequera (Málaga) en 1410, hizo un voto de celebración y amparo del Corpus, convirtiéndose así en su patrono y fundador. El origen se imbrica con la Casa Ducal de tal manera que tales lazos no se romperán hasta finales del siglo XVIII e incluso principios del XIX.
Quiero incidir con este artículo en otro testimonio relacionado con los orígenes del Corpus y su relación con la Casa Ducal[5]. Es curioso que tanto la narración del padre Yagüe como la que hoy vamos a tratar, daten de finales del siglo XVIII. Esta vez es Fray Liciniano Sáez[6], archivero de la duquesa de Osuna, quien actúa como cronista. El padre benedictino fue contratado por la titular del ducado con el fin de que organizara sus maltrechos archivos.
Siguiendo la predicación del padre fray Alonso Fernández Sánchez en 1683, que Fray Liciniano copia por entero en el documento titulado «Informaciones relativas a ciertos pleitos mantenidos por los duques de Béjar sobre la celebración de la procesión del Corpus Christi en Béjar (Salamanca)[7], el origen de la fiesta en Béjar dataría de la fecha remota de 1397.
«El señor don Diego López de Zuñiga, fundador de la Ilustrisima Casa de Béjar, abrasado en Amor Divino en el año de 1397, segundo año que poseheia Béjar, intentó dar culto al Señor Sacramentado, en desagravio de las grabísimas ofensas que los sarracenos e infieles habían cometido contra el Señor con varios desacatos y sacrilegios hasta aquel tiempo».
Volvemos así a enraizar la fiesta con la persona del fundador del señorío, como también recogió el padre Yagüe con enlaces relacionados con la toma de Antequera. Así dispuso que se sacase en solemne procesión por las calles de Béjar
«para dar asombrosa embidia a los Judios y Africanos que, pèrmitidos y tolerados moraban en la expresada Villa. Quienes no pudiendo soportar ni tener a bien veneraciones tan sagradas y magestuosas, convocándose unos a otros con diabólicos furores se conspiraron para estorbarlo por medio de las Armas; pero el valeroso don Diego Lopez de Estuñiga, deseoso de que tuviese cumplido efecto su ferviente devoción junto cuantos caballeros y gentes de armas le servían para que el dia señalado sirviesen de escolta, defensa y guardia al Santisimo Sacramento paseando por las calles con su Gente Armada hasta la hora de la Procesión por dar pavor, terror y miedo a los enemigos de Dios , los que sublevados hasta en numero de cinco mil y trezientos pelearon contra los dos mil y dozientos del señor don Diego Lopez, quedando aquellos desvaratados, muertos muchos y rendidos los demás […] en el sitio que llaman La Corredera».
De esta forma se consiguió celebrar el Corpus el jueves 7 de junio de 1397 a las 9 de la mañana. «En cuya memoria se fundo en la Parroquial de Santa María una cofradia o congregantes de la Milicia del Santisimo que anualmente acompañaban armados a Su Magestad en la festividad del Corpus […] y juntamente cuando quando salía por viatico a los enfermos, que después se reformó recudiendo a luces las armas de los cofrades o congregantes que en este año de 1683 permanece aunque trasladada a la parroquial de El Salvador».
Con este relato recogido por Fray Liciniano se vinculaba el origen de la procesión, como decimos, al patronato de los Zúñiga, además de justificar la presencia de hombres armados de la Casa Ducal en el cortejo, hasta que en 1590 Francisco II ordenó que se sustituyesen por soldados de la milicia provenientes de Villa y Tierra. El archivero transcribía un sermón completo existente en el Archivo Ducal, aunque, como nosotros, dudaba, como él mismo anotó en el documento, del origen de tal testimonio así como de las cifras de soldados y revoltosos que se enfrentaron en aquella jornada de 1397. Presumimos que Fray Alonso Fernández, pagado por la Casa Ducal, pudo inventar aquella historia para unir las raíces procesionales con los Zúñiga con tintes de defensa de los valores cristianos.
Si unimos esta historia con la leyenda de los hombres de musgo, obtendremos unos orígenes míticos, enraizados en el imaginario colectivo y vinculados con la unión de los bejaranos frente al enemigo. Una macedonia que no hacía otra cosa que crear un pasado común, esta vez bajo la sombra alargada de los Zúñiga.
[1] Alejandro López Álvarez. Ideología, control social y conflicto en el Antiguo Régimen: El derecho de patronato de la Casa ducal sobre la procesión del Corpus Christi de Béjar. Centro de Estudios Bejaranos y Ayuntamiento de Béjar, 1996, pp. 94 y ss.
[2] Antonio Martín Lázaro. «Regla del Cabildo Eclesiástico de Béjar» en Ofrenda a la Santísima Virgen del Castañar (II volumen), Madrid, Editorial Prensa Española, 1963, pp. 115-192.
[3] Archivo Histórico de la Nobleza (AHN). OSUNA, C.243, D. 53-54. «Documentos referentes a la celebración de las fiestas del Corpus Christi en la villa de Béjar y otras cuestiones».
[4] Padre Fray Francisco Yagüe. Historia de la Imagen del Castañar que se venera en la villa de Béjar. Salamanca, Librería de Toxar, 1795. Editado en facsímil por AGH Impresores en 2012.
[5] Historia ya recogida por Alejandro López Álvarez, pero a la que quiero dar mayor protagonismo en este artículo. Ob. cit., pp. 96 y 97.
[6] Carmen Cascón Matas y Óscar Rivadeneyra Prieto. «Vicisitudes en la documentación medieval del Archivo Histórico de Béjar», en Fuero de Béjar (c. 1250). Estudios, edición y facsímil. RUIZ ASENCIO, José María, RUIZ ALBI, Irene, y HERRERO JIMÉNEZ, Mauricio (coords.). Diputación de Salamanca, Instituto Castellano leonés de la Lengua, Universidad de Salamanca. Salamanca, 2019, p. 414.
[7] Archivo Histórico de la Nobleza, OSUNA, C.228, D.12-13. «Informaciones relativas a ciertos pleitos mantenidos por los duques de Béjar sobre la celebración de la procesión del Corpus Christi en Béjar (Salamanca)», ff. 17 y 18.
Nunca me lo había planteado, pero es una forma convincente de explicar el origen de la presencia de personal uniformado y armado en las procesiones: la defensa del ritual propio frente a los que no tienen mejor manera de protestar que boicoteando o atacando el cortejo religioso. Con el devenir de los años, la gente uniformada -incluyendo centuriones romanos en algunas procesiones de Semana Santa- tan solo presenta un perfil simbólico para mantener la tradición. Tiempos duros aquellos.
ResponderEliminarUn saludo, Carmen.
Gracias por tu buen trabajo, nunca me había planteado los orígenes de la procesión del Corpus.
ResponderEliminarHoy he aprendido cantidad de detalles que desconocía por completo.
Me quedo con que el primer testimonio que tiene Béjar del Corpus se remonta al siglo XV y fue gracias al Señor de Béjar que pidió al Papa el patronato sobre la procesión.
Cariños y buen fin de semana.
Kasioles
¡Qué delicia leer tus documentos históricos, Carmen! Espero que un día los bejaranos te ofrezcan el reconocimiento que mereces por la divulgación histórica tan fantástica que haces de tu ciudad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ayudaría una entrada con la historia del blog, y otra con la trayectoria fotográfica de Carmen, que tiene fotografías de Béjar muy bien tomadas por ella. Saludos desde Chile, JZR.
Eliminar-Ya se sabe, con archivos que seguramente no estaban en sitios adecuados:volver a hilar la historia: requiere un trabajo de investigación.Me llama mucho la atención la palabra terno, que en las islas se usa aun: para el traje de caballero y en este caso para las vestimenta de ceremonias religiosas.
ResponderEliminarLos hombres de musgo, gracias a otro aporte en tu entrada que explicaste el motivo de esta forma de celebrarse el Corpus Christi.
Un abrazo feliz finde
Siempre hay quién quiere imponer por la fuerza...lo que es contrario a us ideas.
ResponderEliminarBuen trabajo de investigación.
Besos
Otro gran trabajo, Carmen, por la interesante información que aportas siempre, y que te hace merecedora de un reconocimiento oficial por parte de las autoridades de Béjar, como cronista o embajadora del mismo.
ResponderEliminarA ver si tenemos suerte, y lee esto alguna autoridad, y se animan, aunque en este país ya se sabes: nadie es profeta en su tierra.
Un fuerte abrazo.
Hola Carmen.
ResponderEliminarMuy interesante artículo. En Venezuela no se produce procesión, pero hay una leyenda sobre el bien venciendo al mal, representado por el "diablo". En Corpus, se danza en las calles, vestidos de diablo, para alabar al cuerpo de Cristo, vencedor final de la lucha. Los más conocidos son los diablos de Yare, pero existen muchos más
Besos
Quizás historias como esta que nos narras pueden dar origen a la presencia de personas uniformadas con armas en las procesiones y no solo en esta. También de la presencia de las autoridades civiles y militares en lugar destacados en las mismas.
ResponderEliminarSaludos.
Agradecida por tus letras en mi espacio.
ResponderEliminarHe creído que habías publicado de nuevo, pero como aquí ya te he comentado, solo me queda desearte una estupenda semana de Junio.
Cariños.
Kasioles
Tiene gracia que el padre Yagüe invoque uno de los pecados capitales como razón de la procesión. Pero, aparte de lo que no pasa de ser algo retórico, si no mal asunto, lo cierto es que las procesiones del Corpus, en todo lugar tienen una tradición muy importante y un aspecto cultural que no lo es menos. Magníficos los hombres de musgo.
ResponderEliminarUn saludo.