Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar 2023, pp. 34-37.
Las instituciones llamadas Gota de Leche nacieron de la necesidad de combatir la desnutrición y fomentar los cuidados higiénicos para evitar la alta tasa de mortalidad infantil que, en España a principios del siglo XX, era de un doscientos por mil. La primera de ellas se fundó en 1894 por el doctor León Dufour en Francia y fue consecuencia del desarrollo de los métodos para la esterilización de la leche y la maternalización de la misma propiciados por Pasteur y Gaetner, que permitieron su distribución entre aquellos lactantes que por diversas causas no podían tener una lactancia natural[1].
La institución en cualquier lugar de España. Foto sacada de aquí
Desde los primeros años del siglo XX voces autorizadas clamaron porque se instaurara la Gota de Leche en Béjar. El doctor Pinilla, que ostentaba la Cátedra de Enfermedades Infantiles de la Facultad de Medicina de Salamanca, ante la creación de una Junta de Damas de la Buena Prensa en esta ciudad, afirmaba que, aunque estaba muy bien evitar que maridos y hermanos leyeran cosas dañinas, mejor era salvar la vida de un niño y abogaba por constituir una asociación que se encargara de ello[2].
Pero fue desde 1917, a raíz de la gran crisis que atravesaba la industria textil de la ciudad, cuando se incrementaron las demandas en este sentido. El empresario Francisco Gómez-Rodulfo, en una conferencia en el Salón Variedades, como respuesta a la exposición que ante el Ayuntamiento habían hecho los obreros, propuso un proyecto social que en su punto 4º sugería establecer una escuela para los hijos de los obreros hasta los siete años en la que estuviera integrada la Gota de Leche[3].