Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid nº 4.847 (15/05/2020), p. 4.
Hace diez años escribí
en el especial de Navidad de Béjar en
Madrid un trabajo versado en la fiesta de los Arcos de San Juanito. Lo
titulé “Un ejercicio de recuperación de la memoria: la fiesta de San Juan y los
arcos de San Juanito”. El texto me sirvió de base para otro texto sobre idéntico
tema que publiqué en la Revista de Folclore
nº 350 de la Fundación Joaquín Díaz Caneja de Valladolid, “Los Arcos de San Juanito de Béjar: una tradición ligada a los ritos vegetales. Explicación y evolución histórica”. A raíz de ambas investigaciones la familia Molina,
mecenas de esta entrañable fiesta desde 1969, se puso en contacto conmigo para
tratarme con gran amabilidad e invitarme a participar como miembro del jurado
en la edición de ese año. Vaya desde estas líneas mi recuerdo a Evelio
Rodríguez, tristemente fallecido, gran entusiasta de esta fiesta y de muchos
otros temas bejaranos.
Arco de San Juan en Sigüenza
Como sabrán, y si lo desconocen lo revelaré aquí, fundé
hace la friolera de once años un blog en internet, Pinceladas de Historia
Bejarana, con la intención de ir compartiendo poco a poco, semanalmente,
algunos trabajos de investigación relacionados con Béjar. En este espacio
virtual colgué los trabajos mencionados con tan buena fortuna que recibí al
poco un correo electrónico de Amparo Donderis Guastavino, archivera del Ayuntamiento
Sigüenza. En un breve texto me ponía al corriente de que en esta ciudad se
festejaba a San Juan Bautista en su versión infantil de una manera muy similar
a la bejarana. El intercambio de información nos demostró que las concurrencias
eran más numerosas que las diferencias en una celebración mantenida a lo largo
del tiempo en Sigüenza y con altibajos en Béjar.
Arco de San Juanito en Béjar
Únicamente
en estas dos ciudades, una en Guadalajara y otra en Salamanca, con 309
kilómetros entre ellas, tiene lugar esta especial celebración con tintes
infantiles. El día 23 de junio por la tarde o pronto por la mañana del 24 grupos
de vecinos, principalmente niños, construyen arcos de follaje en distintos
puntos del casco urbano sobre estructuras fijas de maderas o elementos
metálicos, camuflándolos con hiedras, flores y otros elementos vegetales, y
adornándolos con farolillos, cadenetas y demás aditamentos surgidos de la
imaginación, como alfombras de flores o de sal. La presencia de una estampa o
imagen de San Juanito es imprescindible porque, en realidad, esos arcos son trasuntos
de pequeños altares dedicados a esta advocación infantil. Durante la jornada
los pequeños asaltan al viandante con platillos pidiendo un eurito. En el caso
de los seguntinos la cantinela reza: “una perrilla p´al arco” “San Juan no
come” “pero comemos las sanjuaneras”. El mensaje bejarano no difiere demasiado
con ese “Un eurito para San Juanito”, “San Juanito no come”, “pero gasta
calzones”. El
dinero recaudado se reparte con equidad entre sus integrantes y se suele gastar
en golosinas. En ambos casos se organiza un concurso para premiar el mejor
altar-arco con reparto de premios en especie tras el veredicto del jurado.
Arco de San Juanito en Béjar
Existen,
empero, algunas diferencias entre el modo de proceder en Béjar y en Sigüenza.
En esta última los niños se engalanan con trajes populares, la fiesta dura toda
la jornada, el organizador principal es el barrio, participan niños y
mayores en la fabricación de los arcos y concluye el festejo con la degustación
de un chocolate con churros. En Béjar, como sabemos, el alma de la fiesta es la
familia Molina que la rescató del olvido junto a la parroquia de San Juan
Bautista en 1969, se procura que los adultos participen lo menos posible (a
poder ser), se realiza un concurso auspiciado por esta familia de mecenas con
visita del jurado a los arcos en horario de mañana y se entregan los premios
por la tarde, con los arcos ya desmontados.
Arco de San Juan en Sigüenza. Foto sacada de GuadaPress
Indagando
en las hemerotecas bejaranas he podido comprobar que en tiempos pretéritos,
antes de la infausta guerra civil, grupos de padres, madres, abuelos y niños levantaban
los arcos en agradable camaradería. La fiesta comenzaba el día anterior con la
recogida de elementos vegetales (en una amena “tonda” por jardines públicos y
privados), la colocación de la estructura en madera y su aderezo con farolillos,
cadenetas y adornos variados. Los arcos, en un primer momento, se localizaban
sólo en el barrio de San Juan, para, andando el tiempo, extenderse por toda la
ciudad. Su existencia se prolongaba durante el día previo a la festividad, de
tal manera que grandes y pequeños disfrutaban de las hogueras nocturnas,
tomando chocolate y bailando al son de orquestas y charangas. El arco de la
Puerta de la Villa concentraba la atención de los bejaranos al quemarse frente
a él una pequeña hoguera, dispararse tracas y fuegos artificiales, y tocar a su
vera la banda municipal de música.
Arco de San Juanito en Béjar (años 80/90).
Fotografía Archivo Fotográfico y documental de Béjar
En
resumen: Sigüenza y Béjar festejaban San Juanito de manera muy similar a
principios del siglo XX con 309 kilómetros de distancia entre ellas. Porque,
aunque indagué más allá de esa fecha en hemerotecas, no pude encontrar rastro
alguno en periodos anteriores, ni en otros lugares. Ni en la regla del Cabildo
Eclesiástico, ni en los archivos parroquiales bejaranos, ni el Archivo Histórico
Nacional o en el Municipal existía referencia en los documentos en ellos atesorados. Pero, ¿por
qué en Sigüenza y en Béjar? ¿por qué la fiesta, con sus características
infantiles, no se rastrea más allá de principios del siglo XX?
Han
pasado diez años y hoy estoy segura de responder a esas preguntas.
Continuará
Admiro tu dedicación a tu ciudad, tu saber indagar en la historia y tus divulgaciones. ¡Felicidades, Carmen!
ResponderEliminarEn mi tierra malagueña se celebran los Juanillos, pero tiene muy poco en común y yo muy poco dotado para bucear en la historia.
Un abrazo.
Lo que diferencia las celebraciones actuales, sean del tipo que sean, de las anteriores es que ahora siempre existe el típico concurso. Antes cualquier celebración se hacía para que la gente disfrutara, ahora se piensa mucho en el "concurso". Interesante relato y, como siempre, muy bien contado.
ResponderEliminarSaludos
Misterio: más de 300 kilómetros de separación y una fiesta en común. Conozco Sigüenza y se parece poco a Béjar. Ya nos contarás.
ResponderEliminarUn saludo.
Recuerdo siendo niño que en Vallejera de Riofrío en ocasiones especiales (no recuerdo ya los motivos) se hacía un arco vegetal a la entrada del pueblo a la altura de la iglesia. Ignoro si tenía o no que ver con San Juan.
ResponderEliminarUn abrazo
La construcción de arcos en distintas celebraciones religiosas es muy común. No olvidemos los que se hacían y se hacen en ocasión del Corpus Christi, por ejemplo. El de Vallejera quizá se confeccionara en ocasión del patrono del pueblo.
EliminarUn saludo
Seguro que algo tienen en común pero se perdió el recuerdo por no tener documentación.
ResponderEliminarEn Palencia ciudad existe un barrio que se conoce como San Juanillo que en las fiestas tienen un concurso de altarcillos. Este barrio nació en los años 50 con el nombre de Francisco Franco pero popularmente se le conoció y sigue conociendo como Corea.
Saludos.
Pues la tradición bejarana es similar. Al fin y al cabo lo que se confeccionana son pequeños altares con elementos vegetales, tan fáciles de encontrar por esta zona de monte y sierra en primavera.
EliminarSaludos
Hola Carmen:
ResponderEliminarLa tradición debe estar relacionada en las dos ciudades... Incluso en Venezuela, hay una tradición muy similar en Pueblos de la costa del Estado Miranda: Mamporal y San José de Río Chico. No están distante un del otro (algo menos de 20 km), pero parece que viene desde tu Béjar.
Besos
¡Qué curioso" Indagaré en internet.
EliminarGracias
·.
ResponderEliminarEs muy interesante, y más lo es la conservación de esas tradiciones.
Me sonaba que en Galicia también había algo similar. He buscado y he encontrado, por su fuera de tu interés investigador, esto:
https://galiciangarden.com/mayo-el-mes-de-las-flores/
Un abrazo
.·
LaMiradaAusente · & · CristalRasgado
Ojalá que nunca se pierdan estas tradiciones. En cuanto a la forma de pedir de los niños de Bejar, creo que siempre han sido más avispados que los de Sigüenza, ya que imagino que han cambiado el durito (5 pesetas) por el eurito (166,386 de las antiguas pesetas); y los de Sigüenza (que por cierto me gusta más su forma de pedir) continúan con la perrilla, que bien podía ser la perra chica (5 céntimos) o la perra gorda (10 céntimos de peseta).
ResponderEliminarUn saludo, amiga Carmen.
Debe de haber algún lazo de unión, entre estas dos localidades. Probablemente en sus inicios, pudo haber personajes procedentes de una población y que se instalarán en la otra. Ellos pudieron ser los que llevaron esas costumbres. Ya nos lo aclararás en la continuación de la historia.
ResponderEliminarBesos
Las tradiciones no deberían perderse nunca. Los críos este año lo tienen mal. No sé si se celebrará Carmen no está la cosa muy segura. Han sido ya tantas las suspensiones.
ResponderEliminarCuídate.
Un abrazo.