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7/11/2025

Semblanza política de Nicolás Rodríguez Vidal (1ª Parte)

 Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto

Publicado: Béjar en Madrid,  

        El complejo entramado político e ideológico que se despliega a lo largo del siglo XIX en España, fundamentalmente a partir de las Cortes de Cádiz, tiene en algunos de los políticos bejaranos del momento ejemplos muy representativos. La figura de Nicolás Rodríguez Vidal a la que dedicaremos este artículo, como patriarca de uno de los linajes familiares más importes de la época, nos parece singular para entender la evolución social del Béjar de aquel siglo enlazándola con la del resto de la nación. Su carrera como jurista primero y su acceso a la representación política nacional después, al tiempo que se desarrolla como fabricante en su ciudad natal, nos servirá para intentar definir la ideología en la que se movieron los hombres destacados del selecto grupo industrial de Béjar en aquellos años, algo que terminaría por influir en los vaivenes de la actividad textil y por extensión a todos los sectores que en nuestra ciudad estaban implicados en ella.    


 Foto de Nicolás Rodríguez Vidal. Web del Senado. 

        Nicolás Rodríguez Vidal nació en Béjar en 1809, era hijo de Alfonso Antonio Rodríguez,[1] regidor del Ayuntamiento de Béjar en los tiempos de la Guerra de Independencia, y de Josefa Vidal. Por parte paterna sus bisabuelos eran oriundos de Casatejada, pequeña población cacereña cercana a Navalmoral de la Mata, y por parte materna estaba enraizado en los más rancios abolengos de Béjar remontables hasta el siglo XVI

          Estudió la carrera de leyes y desde 1835 a 1840 parece entregado plenamente a la actividad jurídica como promotor fiscal del juzgado de Béjar, y ajeno aún a las que serían sus futuras vocaciones política e industrial, esto último a pesar de la raigambre textil de su familia. Aunque su trabajo como jurista, desde distintos puestos y siempre en la circunscripción bejarana, lo habría de desarrollar toda la vida, es a partir de la década de los cuarenta de aquel siglo cuando comenzaría a figurar en puestos de responsabilidad política, algo a lo que se lanza de lleno toda una generación de industriales bejaranos del momento entre los que, además de nuestro protagonista, figuraron José Díaz-Agero,[2] Cipriano Rodríguez-Arias Corón, Jerónimo Gómez-Rodulfo Hernández, el filósofo Nicomedes Martín Mateos, así como, más tarde, los hijos de don Nicolás, Jerónimo y José Rodríguez Yagüe.   

 

 Cipriano Rodríguez-Arias Corón

            La defensa de los intereses de la industria textil nacional frente al programa de baja de aranceles para los productos extranjeros pudo ser uno de los detonantes de la vocación de aquellos hombres que se afanaron durante años en el empeño proteccionista de su comercio, primero haciendo uso de sus influencias en los distintos gobiernos y más tarde formando parte de ellos. Conocemos los desvelos de alguno de aquellos políticos en los años cincuenta de ese siglo por la correspondencia que tuvieron con el Ministro de Fomento Claudio Moyano que se comprometió ante los industriales bejaranos a “conciliar los intereses de nuestra paciente industria con la de los consumidores”. El propio Nicolás Rodríguez Vidal formó parte de la Junta de la Comisión Arancelaria de Madrid en 1856. Es posible que la reacción que el regente Espartero había tenido frente al tema  bombardeando Barcelona catorce años antes, determinara a nuestro hombre a decantarse por la facción política que por aquellos años se denominó “progresista antiesparterista” que nos puede dar las primeras pistas de cómo fue su evolución ideológica en función no solo de los intereses de la burguesía sino también de los acontecimientos. 

 


 Claudio Moyano y Samaniego

      Rodríguez Vidal, como apuntan algunos autores,[3] debió pertenecer, dentro de los progresistas, al grupo denominado de los “Trinitarios”, es decir los que abogaban por una regencia triple mientras la futura Isabel II alcanzaba la mayoría de edad. Ello sitúa a nuestro político entre los que deseaban la neutralidad de la monarquía con respecto a las decisiones de las Cortes, germen sin duda de la monarquía parlamentaria de hoy.

        En 1854 don Nicolás era alcalde Béjar, puesto que había ocupado también diez años antes, y tuvo que hacer frente a diversos intentos de levantamiento en la ciudad, especialmente el que tuvo lugar a finales del año 1855 con asaltos a distintas fábricas y que se seguirían sucediendo en los meses posteriores. El propio presidente O’Donnell se preocupó personalmente por la seguridad de la familia de Rodríguez Vidal y de Jerónimo Gómez Rodulfo que temieron por sus vidas y sus haciendas. Estas asonadas (en terminología de la época) obviamente matizarían el liberalismo ideológico de origen de los industriales bejaranos que había tenido su génesis en el entusiasmo con que la generación anterior recibió la Constitución de 1812.[4]  

       De este modo ciertos conceptos políticos que hoy nos parecen casi irreconciliables convivían sin problema en hombres como don Nicolás: progresismo para acabar con los reductos absolutistas, reducción paulatina del poder de la corona y, al mismo tiempo, lucha contra los focos revolucionarios más radicales y defensa a ultranza de la propiedad privada, algo que nos parece lógico teniendo en cuenta que la burguesía había alcanzado en Béjar un poder terrateniente  que crecía sin parar y que era ya una de las señas de identidad de sus hombres más destacados. Del patrimonio industrial, urbano y rústico que acaparó Rodríguez Vidal durante aquellos años hablaremos en la continuación de este artículo.   

 

Continuará 



[1] Diario de discusiones y actas de las Cortes españolas. Tomo 17/ 15 de enero de 1813: El padre de Rodríguez Vidal había firmado el 12 de noviembre de 1812 un texto del consistorio bejarano elevado a la Cámara Alta en el que los regidores se quejaban de los desafueros cometidos por miembros del ejército en Béjar unos días antes, en concreto por los oficiales de guardias walonas Eduardo Bret, Eduardo Silva y el barón de la Barre.

[2] RIVADENEYRA, Óscar: “Breve historia del Conde de Malladas José Díaz Agero” Béjar en Madrid, 5/2/2016

[3] Nos referimos entre otros al catedrático de la Universidad Pontificia de Madrid Gregorio de la Fuente, de cuya investigación sobre la vida de nuestro protagonista (que nos ha sido facilitada por el periodista Ignacio Coll) hemos hecho uso para este artículo.

[4] AVILÉS AMAT, Antonio y CASCÓN MATAS, Carmen: “La Constitución de 1812 en Béjar” en Estudios Bejaranos, nº 16” CEB, Béjar, 2012. Frente al liberalismo de los fabricantes bejaranos ante la llegada de la Constitución destacaron como defensores del poder ducal y del absolutismo personajes tan relevantes como Manuel López de Hontiveros y Andrés Sánchez Ocaña.  

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