Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.624. 29/10/2010
En 1762 se baja la imagen del Castañar a Béjar por motivos relacionados con la Casa Ducal. Parece ser que en esa fecha es nombrado Comandante General de Ejército Real el marqués de Sarria, textualmente “hermano del duque de Bexar, muy querido en Bexar”. ¿Quién es este personaje? Por los datos que poseemos de la genealogía ducal, el duque don Juan Manuel II sólo tuvo dos hijos de sus cuatro matrimonios: el heredero de sus dominios, Joaquín I, del que hemos hablado anteriormente, y Mª Josefa, casada con el conde de Lemus en primeras nupcias y con Nicolás de Carvajal y Lancaster en segundas. Quizás se pueda tratar de un hermano político, más que de un hermano de sangre, pues ya sabemos que tras la muerte de Joaquín I sin descendientes, la corona ducal pasaría a manos de su sobrina Mª Josefa, hija de Francisco Alonso Pimentel, conde-duque de Benavente y primo del citado.
Foto extraída de aquí
Despejemos este dilema. Parece ser que en 1762 el título de conde de Lemus o Lemos, cuyo solar se encontraba en la localidad gallega de Monforte de Lemos, se encontraba en manos de una mujer: Rosa María de Castro y Centurión, tía del duque de Béjar don Joaquín, pues la madre de éste y mujer de Juan Manuel II se llamaba Rafaela de Castro y Centurión (o Portugal). Es comprensible entonces el casamiento de Mª Josefa, la hermana de don Joaquín, con el futuro conde de Lemos, Luis de Castro, que vendría ser primo suyo. Sin embargo, por las genealogías que manejamos, deducimos que Luis moriría pronto y sin hijos. Mª Josefa siguió ostentando el título de marquesa de Sarria, aparejado al de Lemus, en su nuevo matrimonio con Nicolás de Carvajal y Lancaster en 1749. El marquesado de Sarria había sido creado en 1542 para los herederos del condado de Lemos y, dado que Rosa María no tenía herederos directos, era lógico que el título recayese en el duque de Béjar o en su hermana, sus sobrinos.
El nuevo marido de Mª Josefa poseía por entonces una posición política muy importante en la corte de Fernando VI. Hijo de los condes de Linares, Bernardo de Carvajal y Vivero y de Mª Josefa de Lancaster y Noroña, había nacido en Cáceres de noble familia aristocrática descendiente de un hijo natural del rey Juan II de Portugal. Para que nos hagamos idea de la importancia de esta familia sólo añadiremos que era hermano de José de Carvajal y Lancaster (ministro de Estado y decano del Consejo de estado.) y de Juan de Carvajal y Lancaster, marqués de Abrantes. En 1755 Nicolás sería nombrado Grande de España por Fernando VI.
El hermano de don Nicolás, don José de Carvajal y Lancaster empezó su carrera como oidor en la Chancillería de Valladolid, pasando en 1742 a ser nombrado gobernador del Consejo de Indias, así como presidente de la Real Junta de Comercio y Moneda. En 1746 se le elevó al cargo de primer ministro. Promovió la fundación de la Academia de Bellas Artes de San Fernando y fue quinto director de la Real Academia española de la Lengua desde 1751. También era Gentilhombre de Cámara de Fernando VI y caballero del Toisón de Oro.
José de Carvajal y Lancaster
Pero, prosigamos con la vida de don Nicolás. En 1762, recayó sobre él la Comandancia General del Ejército español, como vemos, y el día 11 de abril se baja solemnemente en procesión a la Virgen del Castañar, llevándose a cabo un novenario en la iglesia de El Salvador. El motivo: para que el marqués de Sarriá “tenga exito en el empleo”.
En 1762 Inglaterra había declarado la guerra a España en enero, perdiendo Carlos III la isla de la Martinica y La Habana y siendo saqueada Manila. Para contrarrestar el avance inglés, el monarca español ideó una invasión pacífica a Portugal, principal aliado del enemigo, quizás para frenar el avance de la guerra. La misión fue encargada al cuñado del duque de Béjar, Nicolás de Carvajal, marqués de Sarria. La ocupación, sin embargo, quedó paralizada ante los rumores de paz. A don Nicolás se le achacó la tardanza en comenzar las hostilidades y en reunir las tropas, lo cual provocó un gran disgusto en Carlos III. El rey decidió apartarle de su misión y cargo militar y sustituirle por el conde de Aranda. No obstante, recibió el collar del Toisón de Oro como compensación a sus servicios anteriores. Y, ¿cuáles fueron estos servicios? Por ejemplo, en 1754, y por orden real, don Nicolás fue el encargado de prender al todopoderoso marqués de la Ensenada.
La marquesa de Sarria y hermana del duque de Béjar, Mª Josefa de Zúñiga destacó por ser una de las mujeres ilustradas de su tiempo. Como luego haría su sobrina y duquesa de Osuna, Mª Josefa Pimentel y Téllez Girón, fundó en 1749 una Academia en su Palacio de Madrid de la calle del Turco, llamada Academia del Buen Gusto. Especializada en la literatura en ella participaron grandes nobles como el duque de Arcos, el duque de Medinasidonia, el marqués de la Victoria o el mismo duque de Béjar, e intelectuales de la época como Diego de Torres Villarroel. Además de la pluma, las sesiones se solían amenizar con bailes, representaciones dramáticas o refrigerios. Un testigo dejó escrito su asombro ante la rica colección de pinturas y la magnífica biblioteca que atesoraba en su casa.
Ambos murieron sin sucesión, don Nicolás el 4 de marzo de 1770 y Mª Josefa pocos años más tarde, como le ocurrió al propio duque de Béjar después de sus dos matrimonios, y el título de conde de Lemos y marqueses de Sarria recayó en los duques de Alba.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES:
MAESTRO CASTAÑEDA, J.C.: “Don Juan José Navarro, marqués de la Victoria: entre reformista y resentido”. BROCAR, 26 (2002), pp. 177- 190.
Nota de los editores a la Vida de Carlos III, escrita por el conde de Fernán- Núñez. Internet.
PALACIOS FERNÁNDEZ, E.: “El Parnaso poético femenino en el siglo XVIII: escritoras neoclásicas”. Internet.
El condado de Lemos. Wikipedia.
FERNÁNDEZ DÍAZ, R. Y GARCÍA CÁRCEL, R.: Historia de España. Los Borbón. Vol. 8. Ed. Espasa Calpe, 2004. ´
Archivo Municipal de Béjar: Libro de Actas de sesiones de 1762.
Me alegra haber descubierto este nuevo blog sobre temas históricos :-) Es un blog elegante y muy trabajado. Felicidades. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí que Carlos III premió a don Nicolás por sus servicios prestados, con carácter retroactivo, en la época breve de su hermanastro Fernando VI, al arrestar al Marqués de la Ensenada, acusado de alta traición por preparar planes de guerra contra Inglaterra sin consentimiento real.
ResponderEliminarY luego fue la Casa de Alba la que se llevó al final el mayor trozo del pastel. Muy curioso.
Muy ameno, y entretenido, ademàs de instructivo.
ResponderEliminarEso sì, que FEO que era Carlos III !!
Era mas feo que Carlos II, el "Hechizado"!!
Dios mìo.
Un abrazo.
A este paso hasta la monarquía puede caer en manos de los Alba. ¡Válgame Dios!, que repartan algún título.
ResponderEliminarOtro título más que va a parar a los Alba, qué barbaridad. Al final parece que no hay más nobles en España, madame, qué acaparadores.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Qué poca productividad la de estos últimos Zúñiga.
ResponderEliminarJuan Manuel, 4 esposas.
Joaquín, dos y María Josefa, dos maridos, y al final se acaba la familia y tiene que pasar el título de Duque de Béjar a una sobrina que ni lo ostentó ni vino por aquí.
Tienes un bonito artículo sobre esta última, María Josefa Alonso y Pimentel y Téllez Girón en Béjar en Madrid.
Jero
Los Alba, grandes coleccionistas de títulos a doquier, y Carlos III sigue teniendo su calle en La Habana, ya que fue rey de España y Cuba. Menos mal que nos queda Portugal, como diría la canción, XD. Curioso y entretenido este post, Carmen
ResponderEliminarSaludos¡
Y dices que entonces decían… a son me primo, me arrimo!!!! Juas, juas… Bss..
ResponderEliminarMenos mal que don Nicolás no fue en exceso diligente a la hora de invadir Portugal, porque no sé, aunque no tuviera ayuda de Inglaterra, si Portugal hubiera aceptado sin rechistar una invasión pacífica; y que elegante el rey tan disgustado y tan generoso premiando al marqués. Un abrazo Carmen.
ResponderEliminarTe felicito Carmen por lo estupendamente que has narrado los hechos y lo ameno que me ha resultado leerlo. Llamativo en verdad que los Duques de Alba se hacen con todo. Por algo es la Grande de España:)
ResponderEliminarUn beso
Otro título que cae en las manos de los Alba, y porqué no se los dan todos y ya? jajaja
ResponderEliminarNo sabes nada de cuando prendieron al Marqués de la Ensenada? no estaría mal dedicarle un articulo.
Un beso Carmen
Muy típico del barroco llamar hermano al marido de tu hermana, osea, tu cuñado...eran las normas de cortesía habituales de la época.
ResponderEliminarMe encantan estos líos familiares nobiliarios y reales. Una pena que ni tanto Joaquín ni Mª JOsefa dejasen herederos y los títulos fuesen a parar a la Casa de Osuna (extraño por cierto que no acabasen en el seno de la Casa de Alba).
Un beso.
No hace mucho estuve buceando también en estas genealogías, persiguiendo el rastro de los Pimentel. Mª Josefa Pimentel fue la celebre duquesa de Osuna que retrató Goya, una auténtica mecenas de la época. Y sí, como dice Madame, parece que todos los títulos acaban confluyendo.
ResponderEliminarSaludos
¿Has pensado escribir un libro?
ResponderEliminarbesos mil!!!
Aunque lo intento no consigo aclararme con la genealogías de las casas nobiliarias... aunque son una fuente inagotable para la historia de nuestros pueblos, y bien seguida una buena cronología de los acontecimientos.
ResponderEliminarAdmiro tu capacidad de documentación y la elegancia con que expones los hechos relevantes de la historia, no sólo de Béjar, sino de España.
ResponderEliminarEs una delicia leer tus entradas, Carmen.
Saludos.
Ana Márquez: gracias a ti por pasearte por este blog y dejarme tus impresiones.
ResponderEliminarAbrazos
Cayetano: la Casa de Alba siempre gana, sin dudarlo.
ResponderEliminarBesos
El Gaucho Santillán: pues sí, jejej Creo que es un de los monarcas al que reconoceríamos sin lugar a dudas si le viéramos por la calle...
ResponderEliminarSaludos
Jose Eduardo: títulos y dinero, porque a veces los títulos van aparejados con deudas. Si es así y me ofrecen uno de estos que se lo queden, jejej
ResponderEliminarSaludos
Madame Minuet: lo que le decía a Eduardo. Muchos títulos y ¿muchas dedudas? Creo que no...
ResponderEliminarBesos
Jero: parece que no eran muy fértiles que digamos. Muchas mujeres y poca productividad como tú dices, jejej Y al final todos los títulos para la Casa de Alba y Osuna, los acaparadores.
ResponderEliminarBesos
Javier Peralta: ¿Portugal? ¿Quieres que volvamos a la carga con Portugal? No creo que los portugueses estén por la labor de unirse a nosotros como en otros tiempos, jejeje
ResponderEliminarSaludos
MariCari: primos casados entre si. Luego pasaba lo que pasaba...
ResponderEliminarSaludos
Desde la terraza: es curioso sí. El que le diera el título de Caballero del Toisón de Oro después de la pifia y del berrinche del rey da muestras del poderío que podría haber adquirido si la invasión pacífica de Portugal se hubiese llevado a efecto.
ResponderEliminarSaludos
Katy: por entonces los duques de Bejar eran también Grandes de España y concentraban muchos títulos en su persona, pero la descendencia no perdona. Poco fértiles fueron los últimos miembros del ducado y al final los títulos recayeron en otras casas nobiliarias.
ResponderEliminarBesos
Don Matu: ¡Pues tiene s razón! Habría que ponerse a investigar ahora mismo. Me imagino la escena...sí... Déjame tiempo.
ResponderEliminarBesos
Carolus: sí, es curioso que todos los títulos de la Casa de los Zúñiga acabasen en manos de los duques de Osuna menos el de Marqués de Sarria. Quizás fuese por alguna claúsula testamentaria o que los últimos miembros del marquesado se enlazaran con la Casa de Alba. Lo investigaré.
ResponderEliminarBesos
Xibeliuss: si al final Mª Josefa también acabaría adueñándose de todos los títulos de la Casa de Zúñiga, menos el del marquesado de Sarria, por cierto, que como hemos dicho quedó en manos de la Casa de Alba. Ya comentamos un día que Béjar y Benavente no están tan lejos; nos une un periodo histórico y varios duques.
ResponderEliminarBesos
Silvia: me lo han planteado un poco a tontas y a locas y yo he respondido... que no. Ya habrá tiempo un día... a lo mejor.
ResponderEliminarBesos mil
Jose Luis de la Mata: realmente es complicado aclararse, pero en cuestiones nobiliarias no queda otra. Paciencia, papel y lápiz, y adesglosar personajes y a hacer rayas y enlaces.
ResponderEliminarBesos
Jota Ele: muchas gracias, Jota. Me abrumas con tus alagos. Por cietto, lo mismo digo en cuestiones fotográficas de la Villa y Corte.
ResponderEliminarBesos
Nos vas enseñando historia poco a poco.
ResponderEliminarEstos duques cada poco estarian de boda. Con cuatro matrimonios Juan Manuel II que poquita descendencia tuvo.
Debería seguir bajando la Virgen a Béjar.
En Cáceres la Virgen de la Montaña baja todos los años, se le hace la novena y vuelve a subir. La procesión es increible.
Los Alba no tendrán pared para colgar tantos títulos.
Un beso.
Hola Carmen, me doy cuenta de que los bejarianos contaís con una nobleza muy ilustrada tal es el caso de María Josefa y de su hermano el Duque de Bejar, que pena que no tuviesen descendencia para continuar su labor, pero ahí quedó el patrimonio.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
He leído atentísimamemte esta entrada -para no perderme entre tanta nobleza-, y he procesado recibido toda esa información con mucho gusto porque la geneología es una de las ciencias auxiliares de la historia, al igual que la heráldica, que me interesan particularmente.
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades por el artículo.
Don Nicolás comenzó, además, su carrera militar con unos 18 años, en 1715, y estuvo en buena parte de las campañas de Felipe V. Llegaría teniente general, entre otros grados y honores qus usted menciona.
ResponderEliminarSaludos.
Que barbaridad lo de los Alba...parecen la tía de Gila "Quiere a este hombre por esposo? Si no lo quiere, pa´mi". Lo aprovechan todo, oye, que avaricia.
ResponderEliminarUn beso, guapa
Estos ilustrados... Sugerente el nombre de la "Academia del Buen Gusto". Porque para entonces ya estaba muerto, si no, me imagino que hubieran nombrado miembro de honor al arquitecto Pedro de Ribera, jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Carmen, con razón tenéis la orden de la santa sapiencia, hay que ver: Manila saqueada, la Martinica, Puerto Rico perdidos, el toisón, la falta de descendencia, el cuñáá del señor Duqué, bonita lección de historia y muy bien escrita. Leí Manila saqueada y sólo por el contraste entre la belleza del nombre y la violencia de la acción se me quedó ya la saliva atragantada. Hoy puse yo un poema en lo mío d´amore, para adelantarme al corte inglés. Saludos bloggeros, Carmen.
ResponderEliminarLaura M.: precisamente este año para el Escpecial dl Béjar en Madrid he escrito un artículo sobre el número de veces que bajó la Virgen del Castañar en el siglo XVIII. Se sabía que había bajado en romería en 1936 y que había estado alojada en la iglesia de San Juan hasta 1939, otra vez en la Guerra de Independencia y en ocación de la epidemia de gripe de la década de los 80 del siglo XIX.
ResponderEliminarBesos
La sonrisa de Hieprión: paso cuando puedo, querido amigo. A veces el tiempo es oro.
ResponderEliminarSaludos
Wendy: unos duques intelectuales, ilustrados y mecenas, sí. No nos podemos quejar, aunque, la verdad, como todo señor que se precie vivía de las rentas y del trabajo de sus súbditos.
ResponderEliminarBesos
Dissortat: sabía que esta entrada te iiba a gustar especialmente, dado tu amor por la heráldica y la genealogía. Muchas gracias por pararte por el blog y por comentar, porque sé que tienes poco tiempo para ello.
ResponderEliminarBesos
Retablo de la Vida Antigua: de nicolás poco sabía hasta que topé con él de la manera que he narrado. Conocía más a su hermano, don José, aunque no he tomado el té con él, jejeje
ResponderEliminarSaludos
Almalaire: así son los nobles que más títulos han concentrado en su propia Casa. Normal...
ResponderEliminarBesos
Roberto: ¡qué graciosos! A Pedro de Ribera precisamente, el arquitecto más barroco del siglo XVIII español... Seguro que a los señores de la Academia no le sgustaba su estilo nada de nada, pero nada nada. Tentaciones les darían de demoler su obra, sobre todo el Hospicio de San Fernando de Madrid.
ResponderEliminarSaludos
José Antonio del Pozo: un artículo y unas historias muy propios de otros tiempos, tiempos de defensa del honor, de guerras, limpieza de sangre, de "golillas", de la obsesión por la descendencia... Menos mal que todo ha quedado ya lejos.
ResponderEliminarSaludos
Hola Carmen:
ResponderEliminarDespués de leer todos tus artículos sobre la villa de Béjar, a una le entran ganas de irse a vivir allí. Estoy asombrada con la rica e importante historia que tiene. En cuanto a los Alba, en mi provincia tenemos a otro de sus ducados, el de Híjar :-)
Un abrazo querida amiga
Interesante la entrada sobre este marquesado que, al final, recae en la Casa de Alba, como no. Un abrazo, Carmen.
ResponderEliminarPues sí, para la acaparadora casa de Alba que luego también se quedó sin descendencia cuando murió la Duquesa Cayetana (la que pintó Goya) en 1802.
ResponderEliminarEstá claro que entre cuatro se repartían el pastel. Lo mismo que ahora, aunque en vez de nobles sean multinacionales y políticos.
Muy buena la entrada Carmen.
Gran entrada Carmen.
ResponderEliminarMuchos títulos acumulados por la Casa de Alba...Incluso la actual duquesa de Alba también es señora de mi pueblo de la sagra...
Saludos
Me sigue maravillando como por una u otras razones, la Duquesa de Alba sigue acaparando títulos...en lugar de decir que algo cae "en saco roto" acabaremos diciendo en casa de "Los Alba"
ResponderEliminarMuy ameno éste post.
Saludos
Magnolia: es que ya sabes que la sombra de los Alba es alargada, jejeje
ResponderEliminarBesos y gracias
Paco Hidalgo: pues sí, contra los Alba y su poderío no se podía hacer gran cosa más allá de tener descendencia.
ResponderEliminarbesos
Agev: bueno, hubo un tiempo en que los títulos se vendían al mejor postor, aunque posteriormente esto se prohibió tajantemente. Ahora, como hemos visto con del Bosque o Vargas Llosa, también se siguen concediendo tíulos como entonces, aunque son meramente honoríficos (¡menos mal que ya no hay privilegios!)
ResponderEliminarBesos y gracias
Manuel: como digo ahí arriba "la sombra de los Alba es alargada", pero que muy mucho.
ResponderEliminarBesos
Len0re: y a i muchas gracias por comentar. Me agrada que la gente se anime a comentar.
ResponderEliminarBesos y bienvenida
No es atrevimiento, Carmen. Basta llegar, como lo hice yo, para dar las gracias, y quedar prendado de estas páginas bejaranas. Desde hoy soy un seguidor más de este blog.
ResponderEliminarGracias, y un cordial saludo.
Francisco Doña: gracias por tu amabilidad y por comentar este blog al que has llegado por casualidad. Ahora mismo me paso por el tuyo para hacer lo propio.
ResponderEliminarSaludos
Hola Carmen, muy buena tu investigación histórica, muy rica y excelentemente narrada. Quería preguntarte si podrías comentar algo sobre Sarria como apellido, personajes históricos, de donde proviene o año aproximado que comenzó a utilizarse.O si podrias informarme de alguna página donde investigar. Desde ya muchas gracias. Saludos
ResponderEliminarPues al margen de la bibliografía que aparece en la bibliografía de la entrada, encontrada en internet, poco más te puedo decir en estos momentos. Béjar y Sarria no tienen relación en estos momentos al margen de la histórica comentada.
EliminarUn saludo y suerte con la investigación