12 de noviembre de 2022

Breve historia del primer conde de Malladas, el bejarano José Díaz-Agero (2ª Parte y final)

        Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto

        Publicado: Béjar en Madrid.

        La calle de las Armas, como ya hemos recalcado en otras ocasiones, era desde la Edad Media la calle hidalga por excelencia; en su manzana meridional parece que se forjaron algunas de las características más particulares de la arquitectura civil bejarana con su apertura diáfana hacia el paisaje y la presencia contigua junto a cada edificio de generosos huertos y jardines. Hacia mediados del siglo XIX la calle conservaba todavía parte de ese pedigrí noble. 

 Calle de las Armas de Béjar engalanada para el Corpus. Foto i Béjar

        En su zona central vivía la familia de nuestro protagonista, el Conde de Malladas, y, pared con pared, tenía una de sus casas el conde de las Navas[1]. Desde esta calle histórica, hoy apartada del mundo, a la representación política nacional y a la adquisición de la nobleza median en José Díaz-Agero unos años de ejercicio apasionante del oportunismo comprador y de la estrategia política. Es la época del afianzamiento de una nueva clase social, la burguesía terrateniente y agraria, en la que el oficio que constaba tenían muchos de los mayores hacendados era simplemente el de “propietarios”, un grupo social pasivo y absentista que se afanaba en la búsqueda de los mayores beneficios. La política vendría luego por inercia.

       Díaz-Agero se estrenó como diputado el 8 de noviembre de 1850, siendo Ramón María Narváez Presidente del Consejo de Ministros (equivalente al actual Presidente del Gobierno), en plena época de gabinetes de tinte moderado. Narváez intentaba en esos años la neutralización de los focos revolucionarios que habían surgido en 1848 y de los que, en los sucesivos años, Béjar no estaría exento[2]

 General Narváez

          Hasta finales de 1853 Díaz-Agero representó en el Congreso de los Diputados al distrito de Ciudad Rodrigo, lugar donde tenía algún interés propietario. No olvidemos, en todo caso, que en aquellos años la representación de una u otra ciudad no implicaba residir en ella ni a veces incluso tener más relación que la meramente representativa. Es de destacar la pasión electoral que en los primeros comicios manifestaron los mirobrigenses hacia su diputado, ni más ni menos que el 100% de los sufragios le votaron, siendo más moderada su elección en los sucesivos de 1851 y 1853.  El cargo más relevante que nuestro protagonista alcanzó fue el de auxiliar y asesor del Ministerio de Hacienda, durante la presidencia de Bravo Murillo, en cuya subsecretaría regía su pariente JoséSánchez Ocaña, que años después llegaría a ser ministro. Resulta llamativo que, junto con Díaz-Agero, Sánchez Ocaña tuviera durante esa legislatura hasta a diecisiete familiares trabajando en puestos relevantes dentro de la subsecretaría, la mayor parte de ellos bejaranos, y todos unidos por algún lazo de parentesco. La excepción, por no ser de Béjar, la marcaba Cristóbal Bordiú, cuñado del futuro ministro, y patriarca del posterior marquesado de Villaverde.

        El periódico liberal-progresista El genio de la Libertad se hacía eco de esta circunstancia publicando la relación de los 17 familiares de Sánchez Ocaña, su grado de parentesco, el cargo que ocupaban y los sueldos que percibían por él. José Díaz-Agero ganaba al año como asesor del ministerio 16.000 reales de vellón. Transcribimos el comentario irónico que, relativo a  esta circunstancia, redactaba el editorial de citado periódico: 

 José Sánchez Ocaña. Sala de Concejales del Ayuntamiento de Béjar

         “Diecisiete individuos que perciben la bagatela de 430.000 reales. Queda en la escuela otra tanda de hijos, primos y sobrinos que favorecerán los presupuestos sucesivos para honra de los contribuyentes. Aconsejamos al señor Bravo Murillo  que se procure media docena de Sánchez Ocañas con cuyas familias se puede proveer el personal de la Hacienda pública[3].

      José Díaz-Agero concluye su aventura política a finales del año 1853 siendo presidente Luis José Sartorius. Los gobiernos moderados iban tocando a su fin y las continuas amenazas de levantamientos preconizaban la evolución de la política hacia el liberalismo y el progresismo. Para cuando sucediera, y para cuando las soflamas antimonárquicas terminaran por mandar a Isabel II camino del exilio, el futuro conde de Malladas ya estaría ajeno a los asuntos políticos, dedicado a las relaciones públicas y entregado en cuerpo y alma a la gestión de sus propiedades agrarias[4]

 Bravo Murillo

        Como ya dijimos, en 1868 en sus fincas de la Moraleja trabajaban 238 jornaleros, y sus productos —mayormente corcho y vino tinto— eran premiados en las mejores ferias de España y Europa. En 1858 recibe la medalla de bronce en la Exposición Nacional de Agricultura, y en 1873 el galardón al mejor corcho en la Exposición de Viena[5]. Durante esos años formaba parte del selecto grupo de los 30 mayores contribuyentes de la propiedad rural y pecuaria en la provincia de Cáceres donde su nombre era precedido por el de los más ínclitos miembros de la aristocracia del momento, Mirabel, Osuna, Torreorgaz, etc.  

           El alcanzar un verdadero título de nobleza parecía una obsesión personal para la que probablemente movió influencias en la Corte y fue haciendo méritos. Así, en 1850 fue ordenado caballero de la Orden de Montesa y después Procurador General de Órdenes Militares. Para conseguir estas distinciones Díaz-Agero tuvo que someterse a concienzudas pruebas de alcurnia y pureza de sangre, anacrónicas para la época, en el que los “inspectores de la nobleza” visitaron Béjar, investigaron archivos y partidas de nacimiento, preguntaron a testigos y analizaron con detenimiento los escudos que aun campeaban en la fachada de su casa familiar, en la calle de las Armas. Todo quedó reflejado en un vasto expediente de casi 300 páginas[6].

 Agustín Díaz-Agero Ojesto, II conde de Malladas

Foto Senado de España

        Fue al final de su vida, en 1885, con 66 años, cuando recibe de manos del rey Alfonso XII el título de Primer Conde de Malladas, fundiéndose ya en sus descendientes con el marquesado de Rifes. El nombre del nuevo título hacía referencia a la propiedad más importante del bejarano. Casado con Sergia Gutiérrez del Moral, de la que enviudó, tuvo tres hijos, siendo Agustín (casado a su vez con su prima hermana Feliciana Ojesto) el heredero del condado y también de la vocación política pues tanto este como su hijo José Pedro fueron diputados a Cortes en el último tercio del siglo XIX[7].

     José Díaz-Agero y González-Correas murió en Madrid el último día del año 1887.



[1] El Conde las Navas, Luis Antonio Pizarro Ramírez, era heredero de la estirpe y las propiedades de los Pizarro, oriundos de Béjar y Gibraleón, a quienes pertenecían otras casas como la que da nombre a los cercanos “portales de Pizarro”.

[2] En 1855 en Béjar se produce un pronunciamiento con ataques a distintas fábricas.

[3] El Genio de la Libertad. Periódico de la tarde. Nº 178, 24/07/1851; p.2.

[4] Correspondencia personal.

[5] Crónica de Badajoz. Nº 700, 10/10/1873; p.2.

[6] Archivo Histórico Nacional: ES.28079.AHN/1.1.13.8.3/ Caballeros de Montesa. Mod.113/ Díaz y Agero, José.

[7] El actual titular del condado es Ramón María de Pineda Díaz-Agero y Algorta.

 

6 comentarios:

  1. Una decoración preciosa. A ver si coincido por Corpus y la visito.
    En cuanto al periódico "El genio de la libertad", vaya párrafo el nº 3.
    Y yo que diría, que cambiando los dos nombres citados podríamos
    aprovecharlo entero...
    Saludos.

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  2. Una historia curiosa esta y la de estar viviendo bien a costa de los presupuestos públicos es algo que sigue siendo habitual.

    Saludos.

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  3. La importancia de indagar y refrescar la historia es traer a primer plano los acontecimientos de pasado, y situar a la ciudad en su enclave histórico. Es mucho lo que esta página hace por situar la ciudad de Béjar en el lugar que le corresponde.
    Saludos.

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  4. ¿Sabéis que Luis Roso en su libro del crimen de Malladas dice que D. Agustín Díaz Agero y Gutiérrez 2º Conde de Malladas y asegura que este hombre es el asesino de ese crimen y de las niñas de Hilarión Eslava además de muchos otros supuestos crímenes de niños?

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    Respuestas
    1. Qué fácil es soltar infundios sobre personas que no pueden defenderse, basándose en especulaciones absurdas.

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    2. Totalmente injusto juzgar sin poder defenderse. Me parece inaudito y no me creo para nada ese chisme

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.