Apuntes sobre la escultura religiosa del bejarano Francisco González Macías

Autora: Carmen Cascón Matas

                Uno de los pasos procesionales más valiosos y hermosos de la Semana Santa bejarana es “El Calvario”. Propiedad de la Cofradía de la Santa Vera Cruz de Béjar, que según dicen celebra este mismo año su VI Centenario, salió de la gubia del maestro bejarano Francisco González Macías (1901- 1982). Esta cofradía había perdido en el siglo XX la mayoría de los pasos que habían formado su legado artístico atesorado durante siglos. Sólo dos tallas resistieron y resisten a la carcoma, la humedad y la injuria de los tiempos: el “Amarrado a la columna”, también llamado “Los Azotes”, y el “Cristo yacente” articulado que reposa en una urna funeraria. 

            Ante la escasez, la Junta Directiva decidió renovarse comprando gracias a la generosidad popular pasos procesionales como “La oración en el huerto”, el “Nazareno” o “La caída”. En agosto de 1946 encarga a Francisco González Macías un “Calvario” compuesto por tres figuras: Cristo, San Juan y María Magdalena. El escultor bejarano era un reputado maestro por entonces, un arte que había heredado a través de los genes de sus padres, pues ambos, aunque dedicados al textil como solía ser habitual al ser la industria el motor de Béjar, poseían estudios pues su padre había sido becario en París y su madre alumna de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Béjar. 

Calvario. Cofradía de la Santa Vera Cruz. Béjar

            Francisco acabó estudiando también en la Escuela de Artes, destacando sobre todo en la escultura por su incipiente habilidad, lo que le llevó a Madrid a estudiar con el maestro de la gubia José Capuz, famoso por sus pasos procesionales, y a la vez en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Poco a poco se fue abriendo paso en el mundo del Arte con sus numerosos retratos realizados en yeso y madera, y figurillas de animales. A poco marchó a París para perfeccionarse con el apoyo de instituciones españolas. Participa en numerosas exposiciones de carácter nacional e internacional como el Salón de Otoño de Madrid o en la Exposición de Arte e Ibérico, entre otras. 

            A partir de 1939 Francisco González Macías regresó a España y se instaló en Salamanca, abriendo un taller dedicado a la imaginería. De allí salieron retratos, esculturas alegóricas, monumentos y pasos procesionales destinados a diversos lugares de la geografía española entre las que destacan sus clientes de Salamanca y provincia, Madrid y sobre todo Asturias. En Gijón sus muchos de sus parques están decorados con figuras de Francisco González Macías. 

Nuestro padre Jesús de las Victorias. Iglesia de El Salvador. Béjar

           
 Sin embargo, y como es lo su vertiente de imaginero religioso la que nos interesa en este momento, dejaremos de lado el resto de sus interesantes trabajo que abordaremos en otro momento. En este sentido destacan el famoso paso procesional del “Entierro de Cristo”, compuesto por 7 figuras, destinado a la iglesia de San Julián de Salamanca realizado entre 1942 y 1943, “El Santo Cristo de la Misericordia y de los Mártires” encargo realizado por la Cofradía del Santo Entierro de Gijón en 1943, el “Cristo yacente” de la parroquia de Ribadesella (Asturias), en 1943 la “Virgen de la Paz” de Vidiego (Asturias), en 1944 “Nuestra Señora de la Esperanza” de la iglesia de San Esteban (Salamanca), el “Cristo en la cruz” de la iglesia de Cuenya (Asturias), la “Inmaculada” para la Basílica de Santa Teresa de Alba de Tormes (Salamanca), el “Cristo” de Arriondas (Asturias), en 1948 el paso procesional de “Jesús ante Pilatos” o “La sentencia” del convento de los PP. Capuchinos (Salamanca) compuesto por 4 figuras, en 1952 el paso del “Descendimiento” de la iglesia de San Miguel de Medina del Campo (Valladolid), el paso de “Jesús Nazareno” de La Felguera (Asturias) y en 1963 el paso de “La última Cena” de Lugo.

Cristo amarrado a la columna. Ermita del Humilladero, Candelario

            Para Béjar realizó entre 1946 y 1947 el “Cristo amarrado a la columna” destinado a la ermita de Candelario, entre 1946 y 1948 el paso del “Calvario” para la Cofradía de la Santa Vera Cruz de la iglesia de San Juan Bautista , una “Virgen Dolorosa” perdida, el paso del “Jesús de las Victorias” para la Cofradía del mismo nombre radicada en la parroquia de El Salvador, encargada entre 1957 y 1958, y en 1966 un “Cristo” para la capilla de la residencia de Ancianos del Buen Pastor .

            El paso del “Calvario” desfila en Béjar todos los Viernes Santos en la procesión del Santo Entierro que protagoniza la Cofradía de la Santa Vera Cruz.Esperemos que esta ño pueda hacerlo si la climatología lo permite.

BIBLIOGRAFÍA:

BRASAS EGIDO, J. C.: Francisco González Macías. Vida y obra de un escultor bejarano. Ed. Centro Estudios Bejaranos, Diputación de Salamanca y autor, 2010