Autora: Mª Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.510, 23/07/2010.
La Exposición Universal de Barcelona de 1888 se inauguró el 9 de abril y se clausuró el 9 de diciembre de ese mismo año. En plena industrialización toda ciudad que se considerase moderna y avanzada organizaba una exposición universal para mostrar al mundo lo más representativo de su producción industrial, artesanal y artística. A Barcelona, la cabeza de la industria española, sólo le faltaba un empujón para darse a conocer en el extranjero.
Durante todo el siglo XIX, la ciudad catalana había vivido huelgas, guerras y revoluciones. Los movimientos obreros estaban en plena efervescencia y el anarquismo sembraba el terror mediante bombas y atentados de toda clase. Sin embargo, Barcelona progresaba en todos los campos, sobre todo en el comercial e industrial. Los políticos y la burguesía en general se mostraban con fuerzas para mostrar al mundo las excelencias de su ciudad, intentando despegar del centralismo madrileño, con el que mantenían una pugna secular de carácter económico, lingüístico y político.
Extraída de la página Fotos de Barcelona
El proyecto faraónico fue tomado con entusiasmo por el ayuntamiento barcelonés, aunque la opinión pública no estuvo del todo de acuerdo por el excesivo coste, el escaso tiempo para su realización y los posibles resultados de la muestra internacional. A pesar de ello, y después de ver la efectividad de los 2.000 trabajadores alzando los imponentes edificios diseñados por Domenech i Montaner o Puch i Cadafalch, la opinión pública cambió su postura.
Mientras la Exposición variaba la estructura y el urbanismo de Barcelona, en una pequeña ciudad de Castilla, cuyo nombre también comenzaba por la letra B, los telares funcionaban a pleno rendimiento, los obreros se movilizaban en sindicatos y el textil era el eje económico de la villa. La Escuela de Artes y Oficios de Béjar, centro de enseñanza técnica elemental fundado de manera local en 1879, tras una primera fase fracasada que acabó en 1868, había tomado reconocimiento estatal por Real Decreto en 1886. Una de las asignaturas de mayor éxito era la de Diseño Geométrico Industrial, por ser de mayor aplicación en las fábricas existentes en la localidad.
Parece ser que en febrero de 1888 llegó a la Escuela una invitación de la Exposición Universal de Barcelona para que la primera participase enviando una serie de muestras de tejidos, ya que Béjar era un centro fabril de importancia y de prestigio reconocido en Cataluña. En la sesión de ese mismo mes, la junta de profesores declinó la oferta por no disponer de tiempo y porque la Escuela sólo llevaba un par de años abierta de manera oficial. Sin embargo, en abril de ese mismo año, y quizás por la relevancia que estaba adquiriendo la exposición, la junta se desdice y decide participar con las muestras que se puedan remitir, admitiéndose la proposición a pesar de estar fuera de plazo.
El envío constaba de tres muestrarios y varias colecciones de dibujos de tejidos realizados por los propios alumnos de la Escuela. La cuestión del transporte era un problema a tener en cuenta, ya que la carga debía de conducirse en carro hasta Ávila para tomar allí el ferrocarril (recordemos que Béjar aún no poseía línea de tren en esas fechas), coste que ascendía a 82 pesetas. Al final se logró reunir esa cantidad y enviar las muestras bejaranas a Barcelona.
La Escuela de Artes y Oficios logró obtener dos premios: la medalla de bronce y una mención honorífica de la Exposición Universal de Barcelona. El encargado de gestionar su reenvío fue el Diputado a Cortes por Béjar, Gerónimo Rodríguez Yagüe.
El éxito de la muestra fue tal que en carta de 26 de enero de 1889 escrita por el director de la Escuela, Primo Comendador en contestación a otra previa del Comisario Regio de la Exposición, éste aceptaba la petición de que los tres muestrarios de tejidos remitidos quedasen en Barcelona para formar parte de los modelos destinados a la Escuela de Artes y Oficios de la capital catalana. El 22 de febrero el director escribía al Director General de Instrucción Pública hablándole del asunto, puntualizando que la intención era “crear en Barcelona un Museo de Arte Industrial”.
Debido al éxito obtenido, la Escuela logró del ayuntamiento la creación de un Taller de Tejidos con el compromiso de costear el material docente y el profesor. La idea era “dotar a esta enseñanza del material necesario dado los adelantos modernos, manifestarles la necesidad de una subvención que le coloque a la altura que le corresponde dada su importancia”. Al final no sólo el consistorio se comprometió a ello, sino también a la instalación de un laboratorio químico en un desván del edificio que ocupaba la Escuela por entonces en la calle Mansilla, esquina calleja del Balazo.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES:
HERNÁNDEZ DÍAZ, J. M.: Educación y sociedad en Béjar durante el siglo XIX. Salamanca, Universidad de Salamanca, 1983, p. 217
V.V.A.A.: La Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Béjar (1852- 2002). Salamanca, 2002.
Archivo del I.E.S. “Río Cuerpo de Hombre”: Libro copiador de la correspondencia dirigida a la superioridad (1888-1890).
Un honor muy grande recayó en Bejar, pero casi estuvo a punto de perder esa fama, en las postrimerías de un siglo convulso,el XIX y al que le quedaban pocos años. Supongo que esta participación supondría una revitalización de las comunicaciones en Bejar, para no perder el tren de la modernidad, y promocionar las tejidos por España.
ResponderEliminar¡Menos mal que la Escuela recapacitó y decidió participar! Fue un gran reconocimiento que una potencia textil como era Cataluña en aquellos años alabase el trabajo bejarano.
ResponderEliminarSaludos, Carmen
Muy interesante conocer esta parcela de la historia de Béjar. He visto las fotos y es un pueblo muy bonito. Aunque no lo conozco, algún día iré por ahí.
ResponderEliminarSaludos
Es una documentada entrada. La modernidad está mucho más relacionada con la vida bejarana que lo que normalmente se cree. Todos nos imaginábamos algo casi artesanal y todo es bastante más avanzado.
ResponderEliminarSaludos.
Amiga Carmen:
ResponderEliminarQué bonitas son las historias de nuestros pueblos extremeños,
verdad.A mí me encanta conocer nuestro pasado, del que somos herederos y debemos divulgarlo para entender quienes somos y de dónde venimos...en fin que me encanta escudriñar nuestras raices...y por eso me gusta mucho tu blog.
Muy interesante esta historia textil bejarana, que no conocía.
Besos y gracias¡ Carmendy
Lo cual demuestra que hay que perseverar a pesar de las dificultades. El tiempo, el transporte, todo se ponía en contra, pero al final se consiguió y el esfuerzo obtuvo sus frutos.
ResponderEliminarBuenas noches, madame
Bisous
Interesante su artículo Carmen, me ha gustado sobre todo el dibujo del Diploma concedido a la Escuela Industrial de Béjar, al pinchar sobre el mismo se puede ver en detalle y es ciertamente magnífico. Ya no se hacen carteles asi, con esas alegorías y ese cuidado en el diseño.
ResponderEliminarMuchas gracias, como siempre por sus geniales entradas.
Fantástico artículo... Lo he saboreado con mucho gusto. Qué tiempos aquellos en que las grandes exposiciones internacionales servían, entre otras cosas y además de para promocionar a la ciudad anfitriona, para transformarlas desde el punto de vista urbano. Qué bien que Béjar fuera reconocida en las personas de sus industriosos representantes presentes en la muestra. Delicioso el diploma...
ResponderEliminarQue tengas una muy feliz velada, Carmen. Un abrazo.
Que gran historia tiene Bejar, siempre nos sorprendes con grandes momentos en la historia.
ResponderEliminarBesos
Los bejaranos hicieron muy bien en cambiar de opinión, rectificar es de sabios. Y todo un honor que Barcelona quisiera quedarse con los muestrarios enviados. Genial como siempre, Carmen, no dejas de asombrarme. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarInteresante historia que une Béjar con esa Barcelona incandescente de la Exposición Universal, tan bien retratada con sus problemas políticos en novelas y películas.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Lo que da muestras de la importancia que Béjar tenía en aquella época en lo que a industria textil se refiere. Cataluña aprendió de su modelo y al final acabó sustituyéndola, pues bien sabemos los lugareños que la industria textil bejarana se hundió entre otros motivos por el auge y la mayor potencia catalana, así como por el mal hacer de algunos...una pena que el tren durase tan poco en Béjar y que llegase, bajo mi punto de vista, tan tarde.
ResponderEliminarUn beso.
PD: por cierto siempre me he dicho que falta un estudio profundo sobre la industria bejarana similar al que el insigne académico de la historia Alcalá zamora y Queipo de Llanos (uno de nuestros mejores historiadores vivos) escribió sobre la industria siderúrgica de Liérganes y La Cavada en Cantabria.
ResponderEliminarUn post interesante. Me he quedado asombrada. Para mi Béjar era un hermosos pueblo, pintoresco del que guardo un bello recuerdo.Y dede que te leo estoy aprendiendo un montón,. Tendré que volver para mirarlo con nuevos ojos.
ResponderEliminarbesos Carmen
Post muy bueno, que me recuerda mi paso por esas comarcas recién llegado a España.
ResponderEliminarSaludos
Quizás, una de las causas de la lamentable perdida de la industria textil bejarana fuese la ausencia de buenas vías de comunicación. Si para llevar unas muestras había que usar de la tracción animal hasta Ávila, cuantas mayores dificultades habría para los grandes cargamentos. Y eso que doy por seguro la gran calidad del textil bejarano, con antigua tradición desde Manuel I, duque de Bejar, doscientos años antes, como bien contaste hacer unas semanas; y que fue razón de la llamada del los organizadores de la exposición. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarCoincido con dlt, Carmen, es dificil competir cuando otros disponen de puertos y ferrocarriles y uno no...Sin duda la valoración del jurado demuestra la calidad que se ofrecía. Y ¡Que bonitos son los diplomas!
ResponderEliminarUn beso, guapa
El dicho no te acostaras sin saber algo nuevo es cierto.
ResponderEliminarBéjar, una pena que no continue su industria textil. Menos mal decidieron ir. Los resultados fueron muy buenos.
El diploma es una maravilla de la imprenta. Si en 1888 no tenía ferrocarril, poco nos duró en 1984 desapareció.
Me ha gustado saber algo más de la cuidad donde vivo.
Un beso.
Qué interesante, Carmen, esta participación de Bejar en la Exposición universal de la Barcelona industrial de finales del XIX, precisamente la ciudad de la otra gran industira textil: la algodonera. Además, es bueno rectificar, ya que en un primer momento la Escuela declina la invitación y luego accede, obteniendo importantes distinciones. Un acierto esta entrada. Un abrazo.
ResponderEliminarJavier Peralta: los bejaranos demandaban la construcción del ferrocarril, sobre todo por cuestiones económicas, pero tardó mucho en llegar, por desgracia. A pesar de los esfuerzos de Jerónimo Gómez-Rodulfo, del ministro José Sánchez- Ocaña u otros el tren no llegó hasta 1896, aunque por las fechas de la Exposición la construcción marchaba a buen ritmo.
ResponderEliminarSaludos
Xibeliuss: en aquellos momentos Béjar y Cataluña competían en calidad pañera, que no en cantidad, pues Cataluña nos superaba con creces. Entre las dos regiones siempre hubo intercambios de maquinaria y sobre todo de personas. Muchos catalanes trabajaron en Béjar o pusieron fábricas por su uenta, sobre todo después de la guerra.
ResponderEliminarSaludos
Antorelo: puedes veir a ver Béjar cuando quieras. Tenemos un patrimonio natural sorprendente, al igual que artístico.
ResponderEliminarSaludos
Retablo de la vida antigua: sí, en Béjar se pasó de la manufactura a la industria más o menos hacia 1820, cuando llegó la primera maquinaria a lomos de carros tirados por bueyes. La concentración de mano de obra en las fábricas coincidiría en el tiempo, aunque como ya vimos que desde finales del siglo XVII existían talleres que fueron agrandándose con el paso del tiempo.
ResponderEliminarSaludos
Carmendy: bueno, nosotros extremeños no somos territorialmente hablando. Pertenecemos a la provincia de Salamanca y a la Comunidad Autónoma de Castilla y León, aunque sí formamos parte del obispado de Plasencia. De todos modos, da igual porque la línea que separa unas regiones de otras es un convencionalismo, ¿no te parece?
ResponderEliminarMe alegro de que te guste el blog. Intento hacerlo ameno y variado.
Besos
Madame Minuet: sí, se nos reconoció la calidad de nuestros paños, que no es poco hablando de la Exposición Universal de Barcelona de 1888. Y seguro que se establecieron mayores contactos comerciales.
ResponderEliminarBesos
Pedro de Mingo: me ha parecido muy importante colgar el diploma en esta entrada. Sin él, el texto quedaría huérfano. Este diploma fue recuperado por Juan Hernández, antiguo director del instituto de Formación Profesional que se encuentra en el edificio de la Escuela de Artes y Oficios. Se enmarcó y preside el despacho de la dirección.
ResponderEliminarSaludos
Jose: para la Escuela Industrial debió de representar el espaldarazo definitivo a la calidad de su enseñanza y para los industriales bejaranos el reconocimiento de su pañería, en competencia constante con la catalana. Por parte de los barceloneses hay que reconocer su gran deportividad, sin duda alguna.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Abrazos
Mª Ángeles y Jose: podemos estar orgullosos, sí.
ResponderEliminarUn abrazo
Isabel Romana: lo que no sé es qué pasaría con ese museo textil que los barceloneses tenían pensado montar y para el cual decidieron quedarse con los muestrarios bejaranos. No sé si llegaría a formarse en alguna ocasión. Sería divertidísimo que existiese hoy en día y los paños bejaranos se expusiesen en alguna vitrina. ¿Te imaginas?
ResponderEliminarBesos
Jose Eduardo: sí, recuerdo ahora mismo "La ciudad de los prodigios" de eduardo Mendoza. Ya sabes la pasión que tiene este autor por retratar su Barcelona natal, sobre todo la de los problemas derivados de la industralización.
ResponderEliminarSaludos
Carolus II: Cataluña y Béjar compitieron siempre, pero Cataluña tenía la suerte de poseer unas comunicaciones excelentes frente a Béjar, a donde el ferrocarril llegó muy tarde, en 1896. Por otro lado, la industria bejarana se centró en el estambre, mientras que la catalana hizo lo propio con el algodón, mucho más competitivo y de mejor exportación. Lo que ocurrió es que la guerra civil nos favoreció. Los nacionales destruyeron las industrias catalanas completamente por su afinidad a la República, mientras que la bejarana se vió favorecida por el régimen durante toda su andadura.
ResponderEliminarBesos
Carolus II: sí, tienes toda la razón del mundo. Tenemos el libro de Rosa Ros Massana, pero se centra sólo en los siglos XVII, XVIII y una pica del XIX. Nos falta lo más interesante. Animo a Javier, colaborador de este blog, a que un día termine y publique ese libro sobre fábricas que tan necesario es en la historigrafía bejarana.
ResponderEliminarSaludos
Katy: me alegro mucho de que empieces a ver Béjar con otros ojos, no sólo admirando su naturaleza, sino también absorviendo su densa e interesante historia.
ResponderEliminarBesos
Manuel: ese viaje se tiene que repetir, ¿eh?
ResponderEliminarSaludos
Desde la terraza: fíjate que había que transportar la maquinaria y los paños en carros. De ahí la importancia de la arriería en la historia de Béjar. Frente a esto Cataluña poseía el ferrocarril más antiguo de la península, además de su cercanía a Francia y su costa mediterránea. Si Béjar aguantó tanto fue por la calidad de sus paños, como bien apuntas, y porque con la guerra civil se castigó a Cataluña por su apoyo a la república.
ResponderEliminarAbrazos
Almalaire: las fábricas bejaranas poco tenían que hacer ante los vapores catalanes en cuestión de comunicaciones. En calidad ya era otra cosa. Podemos decir que estaban a la par.
ResponderEliminarBesos
Laura M.: la caída del régimen franquista, principal cliente de la pañería bejarana sumado a la crisis del petróleo de 1973 fueron las puntillas para que la industria textil bejarana se hundiera definitivamente. A ello hemos de sumar recientemente la competencia imposible con el sudeste asiático.
ResponderEliminarBesos
Paco Hidalgo: la Escuela no se veía preparada para participar en la Exposición, pero sacaron fuerza de flaqueza para asistir a este evento tan importante. No en vano representaban a la propia escuela, al ayuntamiento y a todos los fabricantes de Béjar.
ResponderEliminarAbrazos
Me puedes decir el título del libro de Rosa Ros Massana?
ResponderEliminarÁnimo yo también a Javier a publicar ese libro ;)
Si la buscas en google te llevarás una sorpresa poerque además del libro que comento, que creo que conoces porque hemos hablado de él antes, encontrarás varios artículos que puedes descargarte cómodamente en pdf.
ResponderEliminarROS MASSANA, R: La industria textil lanera de Béjar (1680- 1850) La formación de un enclave industrial. Junta de Castilla y León, 1999.
Besos
Un honor para Béjar y un éxito haber recibido un premio precisamente de un lugar caracterizado por el gran desarrollo de todo lo textil.
ResponderEliminarUn saludo.
Como siempre, un retazo de vida interesantísima. Al principio creí que en esta ocasión no hablabas de Béjar. ¡Qué grande es el pueblo que tiene un buen heraldo y narra para la posteridad! ¡Felicidades, Carmen!
ResponderEliminarUna entrada que hace patente la importancia de esas Exposiciones Universales. En este caso la de Barcelona dio un empuje a la industria textil bejarana.
ResponderEliminarUna entrada muy interesante.
Saludos, Carmen
Cayetano: un honor merecido a todas luces y un buen gesto de la industria catalana hacia la bejarana, competidoras entre sí en su búsqueda de clientela.
ResponderEliminarSaludos
Francisco Espada: me vas a sacar los colores. Sí, hablaba de Béjar, de esa villa que emepieza por "B", como Barcelona, a las que ambas unieron la industria textil.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias
Dissortat: me alegro que te haya gustado, valenciano.
ResponderEliminarBesos
jeje, pues está claro que en este caso fue un gran acierto que decidiesen dar marcha atrás y presentarse a la exposición!!! Si es que, estos trenes sólo pasan una vez en la vida y es conveniente no dejar escapar la oportunidad. Abrazos ;-)
ResponderEliminarUn blog lleno de ternura y pasión, me encanta.
ResponderEliminarMe quedé como deguidora pq no me gusta perderme las cosas buenas como tú blog.
Te felicito por todo lo que tienes publicado y te doy las gracias por compartirlo.
Yo tengo dos blog, uno es de cuentos si te apetece conocerlo, pincha la foto y te llevará en un plis plas jajaja.
Hasta pronto besos Nati.
Otra entrada genial, Carmen.
ResponderEliminarSólo añadir, para los que no conocen Béjar, que el edificio de la foto que albergaba la Escuela Industrial aún se conserva. Cuando la Escuela se trasladó, sé que al menos en algún momento de la primera mitad del S. XX llegó a ser colegio de monjas.
Saludos.
Carzum: sí, y en Béjar tenemos la extraña manía de dejarlos pasar todos...En fin, en este caso no desaprovechamos la oportunidad.
ResponderEliminarBesos
Nati: acabo de pasarme por tu blog y me he hecho seguidora además de incluirlo entre mis favoritos. Prometo pasarme de vez en cuando.
ResponderEliminarGracias por el comentario y besos grandes.
Roberto: efectivamente, el edificio se conserva todavía. Después de albergar a la Escuela Industrial, alojó el colegio de las Amantes de Jesús cuya fundadora, la madre Matilde Téllez, vivió parte de su vida precisamente en Béjar. Su primera fundación tuvo lugar en una casa situada junto a la iglesia de Santa María. Luego, se mudaron a este edificio de la calle Mansilla. Actualmente acoje un edificio de viviendas.
ResponderEliminarSaludos
Carmen: fascinante la historia de los paños y de su relación con la Universal y qué interesante esa rivalidad con Cataluña y esas muestras desaparecidas. ¿Podrías solicitar a la Generalitat su devolución como lo del archivo pero al revés.
ResponderEliminarTe iba a decir, Carmen, te invito yo a visitar Alcorcón, pero... claro, es que no hay color. Tenemos todos que pasar por Béjar, sí o sí. Un cordial saludo
Que importante historia, tiene tu pueblo, Carmen!
ResponderEliminarPara quien lo ve de fuera, deberìa ser mas conocido.
Un abrazo.
Jose Antonio del Pozo: la verdad es que no sé dónde fueron a parar esas muestras. Seguro que con los vaivenes de la guerra se perderían, si no estaban ya en paradero desconocido por entonces. Pues como pidamos su devolución a los salmantinos ya no nos van a volver a mirar a la cara los catalanes. Deja, deja.
ResponderEliminarEn cuanto a Alcorcón, he de decirte que cada localidad tiene algo que ofrecer, ¿no te parece?
Un saludo
Gaucho: en realidad es la segunda localidad de la provincia de Salamanca después de ésta. Pero he de decir que ha ido desgastando su brillo poco a poco, a medida que su industria textil, conocida en toda España. fue cayendo en el olvido. Ahora intentamos que esto no signifique la muerte definitiva.
ResponderEliminarSaludos
¿Alcorcón ofrecer? Teníamos unos castillos del marqués de Valderas, no es que fueran gran cosa, pero eran de piedra, estaban bien, de finales del XIX, creo, total, que abandonados, se metieron unos gitanos, te hablo hace treinta años, pero el ayuntamiento con la excusa de que estaban mal los reformó como centros culturales... y se los cargó. En fin, que lo mejor de Alcorcón son... sus gentes.
ResponderEliminarYa te digo. Un saludo, Carmen
Un fin de semana más estoy por aquí. Navegando entre tus cosillas. Genial.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Jose Antonio del Pozo: tenemos una manía de destruir con la excusa de restaurar... El problema es que una restauración mal hecha es sinónimo de destrucción. El pasado se borra en beneficio de una construcción moderna con aires (sólo eso) de antigüedad. En fin, una pena.
ResponderEliminarSaludos
La sonrisa de Hiperión: navega, navega que estás en tu casa.
ResponderEliminarBesos
Y que pena que esta industria haya quedado casi en el olvido.
ResponderEliminarGracias por recordar...
Un fuerte abrazo!!!
Silvia: todavía quedan algunas industrias resistiendo ante el invasor (como en los cómics de Astérex, jejej)
ResponderEliminarBesotes
Qué interesante siempre, todo lo que nos cuentas tocaya.
ResponderEliminarHace gracia lo del precio 82pesetas
que seguro que eran muchas para aquel entonces.
Tienes una ciudad con una historia muy rica.¿Todavía existe esa Escuela Textil?
Besicos.
Cabopá: sí la Escuela Industrial de la que habló cambió luego su nombre por el de Escuela de Artes y Oficios y posteriormente se integró en la Universidad de Salamanca como Escuela Superior de Ingeniería, la cual continúa hasta nuestros días.
ResponderEliminarBesos
Ostras Carmen!!!Veo que vas ampliando tu radio de acción. Creo que debes añadir Barcelona en tus etiquetas de lugares, pues seguro que aumentas un montón las visitas a tu blog.
ResponderEliminarAdemás, el buenísimo artículo que presentas seguro que interesa a muchísimos catalanes. Yo ya me encargaré de darle "resó" que dicen aquí.
Intentaré preguntar o investigar que fue del Museo de Arte Industrial. Quizás así pueda ver las valiosas muestras.
Un abrazo
Agev: pues seguro que a mucho catalanes le gustaría conocer el desarrollo textil de Béjar y el paralelismo y competencia que tenía con el suyo propio. Además, muchos catalanes vinieron a trabajar a las industrias bejaranas después de la guerra y algunos incluso llegaron a montar sus propios "vapores" por aquí. En ello está trabajando Javier, quien por cierto tiene elaborada una base de datos de nombres y procedencias muy interesante. Fíjate si eran importantes que crearon su propia cofradía en la iglesia de San Juan Bautista, la cofradía de la Virgen de Montserrat, cómo no.
ResponderEliminarNo sé qué pasaría con el Museo. Quizás sólo se quedó en palabras.
Besos
yo he visto a maria
ResponderEliminarLa tradición de Béjar es muy bonita y me gustaría que fuera más gente a ver la procesión de San Antón.Para los que no lo sepan es una fiesta en la que se vendicen los animales y los dueños disfrazan a los animales(algunos)
ResponderEliminarel dia de san anton es una fiesta importente en la quese celebra la bendicion de los animales
ResponderEliminarHa coincidido la lectura de tu interesante entrada con la del gigantesco libro que se editó en Barcelona en 1988 para conmemorar la Exposición Universal, donde Béjar expuso sus paños consiguiendo varias distinciones. Qué historia tan rica la nuestra y qué tipos tan grandes aparecen en ella en ocasiones. Saludos.
ResponderEliminarPero querida Carmen, como no me habías dicho que tenías un blog tan fantástico, no te lo perdono de verdad eso se dice cielo, una entrada espectacular, y yo estaba la már de contenta por enseñarte el mío.
ResponderEliminarBueno ya me he hecho seguidora, y así estaré informada de las novedades, me lo iré mirando con calma, es muy bueno, un abrazo