A Carmen Cascón,
inductora del tema
Poco de los
duques, sus propietarios hasta el siglo XIX, y mucho del paso de la santa queda
en esta localidad de Alto Tormes, cuyo nombre proviene de biezo (del galo bettios) que significa abedul, y lleva
en su escudo, con corona real cerrada al
timbre, tres de ellos de sinople
puestos en faja y una iglesia de
plata, en la que Francisco de Zúñiga y Mendoza, VII duque de Béjar y
Plasencia, casó con su prima hermana Ana de Mendoza, III duquesa de Mandas y
Villanueva y III marquesa de Terranova, el 13 de noviembre de 1616 (*)
Iglesia
parroquial de Becedas, y su portada con los posibles retratos de los duques contrayentes a
ambos lados debajo de la imagen central. Verpueblos.com
y asturnatura.com
Era
entonces Becedas un pueblo de arrieros y de gente emprendedora que aprovechaba
la corriente del Becedillas para mover la industria de molinos y batanes,
señala el autor del blog Rumbo al V
Centenario Teresiano, industria introducida allí, vale decir, por los
duques de Béjar.
Becedas en la
actualidad. Becedas.info
Más cerca del
palacio de los duques (19 km) que de la casa familiar (99 km), fue Becedas el sitio
que el padre de Teresa escogió para que, enferma
de una enfermedad que los médicos no saben qué hacer, la lleve allí con una
curandera afamada cuyos tratamientos la enferman todavía más.
Teresa y la
curandera. Rumboalvcentenarioteresiano.blogspot.com
No perdió el
tiempo la aspirante a los altares, y esperando
que llegue el verano comenzó a confesarse
con el sacerdote del lugar, quien al ver el gusto con que Teresa hablaba de
Dios, le confiesa su pecado. Aquel clérigo llevaba siete años en trato carnal
estable con una mujer del lugar. “Era cosa tan pública, que tenía perdida la
honra y fama y nadie le osaba hablar de esto”, continúa el blog, citando a la
propia Teresa.
Se
determina ella a que deje “la afición” a esa mujer, lo trata con amor
hablándole de Dios. Le arrancó el idolillo de cobre que llevaba al cuello, que
la mujer le había hecho llevar en señal de amor, y lo devolvió al redil.
Placas en la Fuente
de Santa Teresa y en la Asociación Cultural de Becedas (“Estuve en aquel lugar tres meses…”) Elblogdeantoniomansilla.blogspot.com y amigosdeunamuno.es
Las dolencias de
Teresa –mal del corazón, debilidad
extrema, calentura continua, dolores intensos en todo el cuerpo, tristeza
profunda-, recibieron de la curandera una
purga recalcitrante para los atascos del aparato digestivo, por lo que, en estado de coma, fue llevada por su
padre nuevamente a Ávila. De ahí la copla: Aquí
te martirizó -la célebre curandera, -que logró tratarte mucho –pero no ponerte
buena.
Imagen y
reliquia en Becedas. Asociaiconculturaldebecedas.com
A pesar de la breve estancia y no haber salido bien parada de allí respecto de su salud, los
becedanos se han empeñado en declarar a Teresa de Ávila su patrona y mantener
viva su memoria en todas partes. Fuentes, paseos y una capilla en el solar de
la casa o mesón que habitó, están dedicados a ella, y en el siglo XIX un
particular, Crisanto Rodríguez, fundó el colegio-residencia que lleva su
nombre, establecimiento educacional destinado a niñas de escasos recursos que
lamentablemente hoy está sin uso.
Antiguo Colegio
Santa Teresa en Becedas. Todocoleccion.net
Con motivo del V
centenario del nacimiento de la santa abulense, en julio de 2015 se realizó en
la iglesia parroquial de Becedas la representación de la obra teatral Teresa, la Jardinera de la Luz, dirigida
por el propio autor, el dramaturgo irlandés Denis Rafter, y actuada por el
Grupo de Teatro Lazarillo de Tormes de la Organización Nacional de Ciegos
Españoles, integrado por actores de Salamanca y Ávila.
En octubre del
mismo año, en la capilla dedicada a la santa se presentó un recital compuesto
de textos de Teresa, leídos y cantados, a cargo de prestigiosos artistas.
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(*)La iglesia
parroquial de la Inmaculada Concepción de
Becedas, declarada monumento histórico artístico, fue mandada construir en
piedra de sillería entre los siglos XV y XVI por los duques de Béjar. El
retablo es obra de Marcos Sánchez Vadillo, discípulo de Gregorio Fernández (asturnatura.com)
El confesor pillado, toda una proeza por parte de la religiosa abulense. Teresa de Ávila hiló fino, con la cabeza y los pies puestos en tierra, para que el sacerdote abandonase su afición. Se equivocó no obstante al confiar curar sus males de manos de curanderos.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Carmen. Precisamente estoy preparando un trabajo de cuando vino Santa Teresa a Sevilla en 1575, y me ha llamado la atención el tema de la salud, ya que en la documentación que estoy recopilando se habla de ello, en varias ocasiones, aquí te pongo un ejemplo: A Sevilla llega Teresa quebrantada y febril, ya que sufre una recia calentura, de tal magnitud que "parecía tener modorra, según iba enajenada".
ResponderEliminarMuy buen trabajo....Como siempre.
Un beso.
Confesión por confesión, y vuelta al redil. Mucha fama los curanderos y pocas alegrías dan.
ResponderEliminarViendo esas fotos de la representación, no sé si será la misma que se celebró en Béjar, la ví y estuvo estupenda.
Besos.
Sí, fue la misma que se representó en Béjar y en otros pueblos de la comarca. Por las fotos se veía que la representación estaba muy estudiada.
EliminarUn beso
La confesión le hizo más bien al propio sacerdote que a la misma Sata Teresa, ella estaba enferma del cuerpo y el sacerdote era enfermo del alma.
ResponderEliminarBesos
Hola Carmen:
ResponderEliminarA veces, la desesperación de la enfermedad, hace que no tomemos la ruta correcta, para curarla, sobretodo en tiempos en que la medicina (aun en estos días) estaba muy poco desarrollada.
Besos
Hola Carmen, conozco poco de la vida se Santa Teresa, de ahí que por tus palabras conozca que sufría una rara enfermedad. Creo que me iré a la biblioteca a buscar su biografía y saber como fue su vida. Me gusta mucho leer pero nunca he leído la vida de un Santo.
ResponderEliminarBesos de Espíritu sin Nombre.
¡Muy bien la Santa! ¿Pensó acaso por un solo instante en aquella pobre mujer que, enamorada del cura, lo había dejado todo para dedicarse a él? ¿Le preocupó a la Santa, no ya la salvación, sino tan siquiera el bienestar y los sentimientos de la pecadora? ¿Acaso se acordó la Santa de que el amor es un mandato divino: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado»?
ResponderEliminarUn abrazo,
Las confesiones de una alma pura hizo reaccionar al cura con su vida mundana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando la gente del campo huye a la ciudad y allí encuentra trabajo, aparece esa clase media con dinero que es la burguesía y la iglesia se arrima al dinero, a la buena vida, de ahí el famoso refrán: Ama de cura puta segura.
ResponderEliminarSanta Teresa era hábil, daba confianza por su gran fe (junto con San Juan de la Cruz había superado todas las vías para llegar al misticismo, la unión con Dios) y no es de extrañar que el cura le confesase su pecado.
Por otra parte, la ignorancia en temas médicos, hacía que las gentes se fiasen de los poderes de los curanderos que, en realidad, no eran tales y de ahí que la santa tuviese que regresar a Avila sin haberse curado.
Ha sido muy interesante esta entrada, me ha ayudado a destapar recuerdos de siglos pasados.
Cariños.
kasioles
Se me ha olvidado decirte que Garcilaso como noble que era y educado para las armas y letras ¿crees tú que sabría cocinar una dorada?
ResponderEliminarMe has hecho sonreír, yo creo que en algunos aspectos estaba pez, tanto, como la dorada que acabo de preparar.
Más cariños.
kasioles
Qué interesante, Carmen. Desconocía este pueblo y su relación con la Santa, y me ha encantado saber.
ResponderEliminarUn abrazo.
Interesante reportaje y en lo que fue la mala salud de la Santa sirvió para curar al cura.
ResponderEliminarDe la obra y su representación en ese pueblo por televisión.
Saludos.
·.
ResponderEliminarSiempre interesante. La verdad es que el título del blog bien se lo merece. Pinceladas siempre interesantes.
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Un abrazo
La Mirada Ausente · & · Cristal Rasgado