Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
Por lo que en
rigor debiera llamarse el Segundo Sitio
de Viena y el Décimo Duque de Béjar, remítase el lector al libro La participación del X duque
de Béjar, D. Manuel de Zúñiga, en el sitio de Buda (1686), de Emiliano Zarza Sánchez, publicado por el Centro de Estudios bejaranos.
La épica de los
hechos recogidos por Zarza –el duque Manuel de Zúñiga murió heroicamente en
batalla-, opacó a los que, con otros resultados, protagonizó un ascendiente del
noble poco más de siglo y medio antes, en el escenario del primer asalto de los
turcos a Viena, o más bien en sus postrimerías.
Fronteras del
imperio otomano en 1395, 1520 y 1683.
Grandes
batallas.es
Alonso Francisco
de Sotomayor y Portugal, V conde de Belalcázar, pasó a llamarse Francisco de
Zúñiga y Sotomayor al casarse con su prima Teresa de Zúñiga, III duquesa de
Béjar, por dos razones: la primera, la
mayor importancia del apellido de su esposa, como quedó estipulado en las
capitulaciones matrimoniales; y la segunda, el
machismo de la época, que validaba más un título nobiliario en manos de un
varón. En todo caso, ambos cónyuges tenían un ascendiente común, el primer
duque de Béjar, Álvaro de Zúñiga.
Escudos Zúñiga y
Sotomayor en el castillo de Belalcázar, Córdoba. Pinterest.com
Titulado duque
de Béjar en circunstancias de que sólo era consorte, Francisco aprovechó
la cercanía de la familia de su mujer con el emperador Carlos V para integrar
el círculo de la corte. Llegó a ser miembro del Consejo de Hacienda y generoso mecenas de escritores y poetas
que le dedicaron sus obras, al tiempo que echó
mano de la fortuna de su esposa y dilapidó los bienes, por lo que a su muerte
se vio doña Teresa confrontada con enormes deudas y obligaciones contraídas por
él. (En 1537 compró las minas de oro y
plata de Capilla, Badajoz, que habían sido merced del emperador a su
secretario)
La Segunda Celestina, dedicada
al duque de Béjar. casadevelasquez.org
En julio de 1532, Francisco partió
en dirección a Viena para ayudar al emperador Carlos V con un gran empréstito -el
duque de Béjar prestaba al emperador la inmensa suma de 160.000 ducados,
mientras que el duque de Alba y la duquesa de Medina Sidonia sólo aportaban
50.000 ducados cada uno-, y con su gente de guerra librar Viena sitiada por los
turcos, mandados por el sultán Solimán II el Magnífico.
La moneda en
el reinado de Carlos V.
Stasiotika.blogspot.com
En el anónimo Romance de cómo el
Emperador Carlos Quinto, Rey de España, hizo retirar al gran Turco, llamado
Solimán, que estaba sobre la ciudad de Viena, se menciona a este buen duque de Béjar entre los quince mil españoles y duques, condes y marqueses -que mueren por
pelear –más que el perro por la caza.
Soldado y oficial españoles en el primer asedio de Viena. Grandesbatallas.es
La verdad, no obstante, es que no hubo ninguna batalla, pues el turco se había retirado por miedo a
tropezar con el gran ejército imperial, como le escribía el emperador a su
esposa en una carta. De consecuencias, el
cabildo de Viena tuvo que pagar la soldada a los soldados de la fuerza aliada
cristiana, porque el emperador había olvidado, al parecer, liberar el dinero
para ejecutar la nómina.
Solimán el Magnífico. Ocesaronada.net
En los relatos de los inicios del conflicto (1529), en los que sí hubo
enfrentamientos pero no participaron el emperador ni el duque, se menciona al
cuerpo de setecientos arcabuceros
españoles, que algunos años antes habían llegado a Viena llamados por
Fernando de Habsburgo para sofocar una rebelión.
Lecturas:
Domingo, Francisco (Paco): Batalla del primer asedio de Viena. 2017
López de Tortajada, Damián: Floresta
de varios romances sacados de las historias antiguas. 1764
Interesante esa referencia en las capitulaciones matrimoniales a “la mayor importancia dl apellido de la esposa”, tanto como a echar luz sobre los entresijos financieros de nuestras pasadas aventuras imperiales, un tema por el que los libros siempre pasan de puntillas.
ResponderEliminarSaludos.
Muy interesante esta información. No sabía que no se hubiera hecho la batalla contra el turco.
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen.
Era injusticia, propia de la época, el dilapidar la fortuna de su mujer. La fotuna de una mujer, era como si no la tuviera, al pasar a disposición del hombre.
ResponderEliminarBesos
Mejor que no hubiera batalla. Esa que se ahorró en pérdidas humanas. "El turco" actuó con sensatez.
ResponderEliminarSaludos.
Enhorabuena. Una excelente referencia de la que tomo nota.
ResponderEliminarUn honor. JZR.
EliminarUn interesante capitulo de la historia en que nos narras.
ResponderEliminarSaludos.
Por lo que parece, al Duque consorte le gustaba disparar con pólvora de la Duquesa.
ResponderEliminarUn abrazo,
Jajá, así es. JZR.
EliminarNunca me dejas de sorprender con las historias de Béjar.
ResponderEliminarBesos Carmen
Muy interesante entrada, desde luego Béjar tiene una larga historia que merecería que le hicieran una serie en televisión.
ResponderEliminarBesos.