Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
A
Jerónimo Gómez-Rodulfo, por su ayuda
Documentos
para una aristocracia: Miniaturas españolas en los siglos XVI y XVII es el
nombre de una exposición virtual de la Sección Nobleza del Archivo Histórico
Nacional, subida a la red en 2002 por el Ministerio de Cultura. El quinto de veinticinco documentos seleccionados para la muestra lleva
el título en francés Sans de pâtir,
frase atribuida a "uno de los lemas de los
Zúñiga" que aparecería en el texto (ilegible), con
"las armas de los Estúñiga (o Zúñiga),
duques de Béjar, en la inicial
iluminada". Se trata de la "escritura
de concordia y avenencia entre Diego de Estúñiga, abad de Parraces, y Teresa de
Estúñiga, duquesa de Béjar, por la que el primero renuncia a sus posibles
derechos sobre el Estado de Béjar", informa la glosa, y está fechada el 4 de febrero de 1547 en Valladolid (36 folios en
pergamino).
Culturaydeportes.gob.es
A los costados
de la primera página hay "elementos
heráldicos con figuras fantásticas como la
hidra de siete cabezas", y al pie, flanqueados por dos supuestos retratos de los fundadores del linaje -¿doña
Teresa y Diego López de Estúñiga, primer señor de Béjar y creador del mayorazgo?-
que
"recalcan la mentalidad sucesoria
nobiliaria, un león -posible
referencia a la rama materna, los Guzmán- venciendo al dragón".
Bejarano y
académico de la Complutense, Gonzalo Santonja relata la historia del Dragón de Béjar en su fantástica Incierta memoria de las tempestades y el
terremoto de 1680, publicada en 1988 por la Universidad de Salamanca.
Extracto:
"Dícese ha surgido dragón en Béjar, monstruoso engendro
del averno: rarísima la cabeza, garras de águila y serpentinesca cola. El
duque, nuestro señor, ha demandado del rey auxilio de tercios para invadir los
montes y darle caza. Con prontitud inédita, de Salamanca han despachado doce
soldados al mando de un teniente, más cumplido refuerzo de teólogos exorcistas.
Permita el cielo su quebranto, que cese el fragor de la bestia y recobren pulso
los hoy desvanecidos ánimos de los bejaranos. La primera hazaña del
dragón, recién aparecido tronante, consistió en la devoración de un
pastorcillo. Dios hubiese querido fuese niña, pues mujeres hay hartas. Eran las
doce de la mañana del día seis de setiembre cuando ocurrió el percance. Bajaba
el mochacho arreando, con el descuido propio de la edad, a sus ovejas,
zalameros en torno suyo el mastín y los careas".
Dialnet.unirioja.es
"Tronchando
robles, rompiendo canchales, el dragón, escondido hasta entonces –al espantado
creer de los lugareños- en la profundísima caverna que guardan aquellos
parajes, comunicada –suponen- en línea directa con el corazón de los infiernos,
saltó impetuoso al camino, y a la vista de todos, pero sin dar tiempo para
reaccionar a nadie, concluyó con el niño y con sus perros, desechando, no
embargante, la carne tierna de las ovejas. ¡Sin igual prodigio!... En el
archivo municipal de la villa, cuyos legajos revolví sin éxito, apenas se
conservan documentos de la época; y por desgracia ninguno hace referencia a tal
suceso. Los de la casa ducal, incorporados desde hace décadas al de Osuna,
yacerán, supongo que abandonados, en cualquier inaccesible palacio -al menos para
mí, que jamás gusté de privilegios-. Apunto la pista, y regalo el tema a esos
rancios catedráticos, modernos negreros de la erudición, que disponen a su
arbitrio de cuadrillas de estudiantes desocupados. Servidor se conforma con
revelar, y anotarse, la primicia".
El Dragón Serrano. Facebook.com
Antonio Avilés Amat, escribiente en este blog, describe la Tarasca, una de las figuras legendarias del Corpus Christi de
Béjar, como "monstruo híbrido de intenso
color verde… aspecto apacible… la cabeza de dragón con enorme boca… cuerpo
recubierto de grandes escamas; extremidades acabadas en fuertes garras y alas
en sus costados". La asocia a los Gigantes
que participan en la procesión, y circunstancialmente al duque de Béjar, en una
conferencia pronunciada en 2018 en el Casino Obrero:
"En el año de 1596 se hicieron ocho Gigantes de
a cinco varas en alto que costeó el señor duque de Béjar don Francisco III para
que formaran danzas en la procesión. Con el tiempo y el uso de ellos, se fueron
destruyendo, pero se substituían con otros que se hacían hasta que en el año de
1732 se destruyeron en un regocijo popular y no se volvieron a reemplazar. Lo
mismo sucedió con la Tarasca y otras figuras que salían en la procesión por
tratarlas mal los que las llevaban. Eran los tiempos en que
reinaba Felipe V, instaurada la nueva dinastía borbónica que gobernaba la
nación; tiempos que correspondían al denominado siglo de las luces que acabó con viejas tradiciones y creencias populares…
y se llevó por delante a la Tarasca bejarana".
La Tarasca de Béjar, 2017.
Salamancartvaldia.es
El Diccionario de Autoridades, que no por nada
debe su nacimiento e impulso inicial a quien fuera nieto y sobrino de duques de
Béjar (Pinceladas de Historia Bejarana 04/11/2015),
describe al modo de la época, siglo XVIII, al estelión:
"Insecto (sic) semejante a una lagartija pero más pequeño.
Tiene la piel por la parte superior pintada con unas manchas relucientes, a
manera de estrellas. Susténtase del rocío y de arañas. Todos los años muda la
piel, y se la come, porque no se aprovechen de ella los hombres, por ser
remedio específico contra el mal caduco o de corazón. Comúnmente se llama salamanquesa".
En la edición actual. El diccionario advierte que el término salamanquesa se formó por "alteración de salamandra, a la que el vulgo
atribuía poderes maléficos por influencia del nombre de la universidad de
Salamanca, que, según creencia popular, era sede principal de actividades
nigrománticas". Y lo define, de manera más moderna pero menos candorosa,
como "saurio de la familia de los
gecónidos, de unos ocho centímetros de largo, con cuerpo ceniciento. Vive en
las grietas de los edificios y debajo de las piedras, se alimenta de insectos y
se la tiene equivocadamente por venenosa".
Diccionario de
Autoridades 1726-1739. Rae.es
Nacida en La Calzada de Béjar, Isabel González, alias La Salamanquesa, fue una conversa vuelta
a judaizar procesada por el Santo Tribunal
de la Inquisición de Llerena, Badajoz, de cuya resolución "nada se sabe por falta de documentos". Lo que sí se sabe, según
Avilés Amat, es que "el duque de Béjar se
quedó con sus bienes, la venta de La Calzada y alguna vivienda". Por
iniciativa de Ignacio Coll, desde 2016 el Museo Judío de Béjar es el punto de
partida para la Marcha Senderista La
Salamanquesa, que recuerda cada año a esta mujer, y la ruta hacia Portugal
que siguieron los judíos expulsados de Castilla por los Reyes Católicos.
Cartel del primer
evento en 2016. I-Bejar.com
Otra especie legendaria,
como el dragón y la tarasca, es El avicornio de Béjar, tratado extensamente en 2012 por un conjunto de expertos, bajo la
marca Alquitara Ediciones. Evócase aquí
el trabajo de Carmen Cascón, titulado El
avicornio del abuelo Silverio, dejando de lado por el momento a la bestia
llamada carda:
"…gustaba de narrar historias
de su mocedad, de aquella Béjar bravía de cien tabernas y una sola librería… El duque regresó de improviso desde la Corte y organizó una
extraña partida de caza. Perico, en su cometido de palafrenero, no pudo
escabullirse del acontecimiento y preparó las monturas para la ocasión. Había
algo que le disgustaba en extremo, pues los criados murmuraban y afirmaban que
el señor se hallaba enfermo y como ido. Añadiéronse a la comitiva comandada por
el guardián del monte, el alcaide de palacio y mozos aventajados en el manejo
del mosquete, sin que se advirtiera la presencia del duque… Perico, al fin,
logró sonsacar a un mozo y, no sin asombro, le contó el objeto de su marcha:
cazar al mítico Avicornio. -¿Y eso qué es, abuelo? -Mualdo, Perico hizo
idéntica pregunta al mozo. Él no lo sabía porque era un muchacho inocente como
tú, pero los bejaranos conocían del pájaro por aparecer en los cantares
transmitidos desde los tiempos de los moros, aunque nadie lo hubiese visto
jamás. Se decía que el pájaro anidaba en grandes lechos de paja encaramados a
los escarpados riscos que envuelven las lagunas, allá en la agreste sierra y
que avisaba con su bramido de la proximidad de las tormentas…"
El avicornio de
Béjar. Docplayer.es
A la realidad
llama la edición de junio 2019 de salamancartvaldia,
con el titular Lagartos ocelados, los dragones que guardan el tesoro natural de la Peña de la Cruz. Y dice:
"En Béjar tenemos el privilegio de tener al
lado de casa unos saurios de 70 cm de
longitud y la posibilidad de admirarlos. Su nombre le
viene de las dos franjas de ojos azules que lucen en el dorso de su
cuerpo, unos ocelos que parecen estar alerta ante la mirada del observador,
estas manchas de su piel son más brillantes en el macho, que también es más
grande y con un verde más intenso que la hembra, por eso del cortejo...
Lagartos
ocelados, lacerta lepida, los
verdaderos dragones de Béjar en peligro de extinción.
Salamancartvaldia.es
En
el paraje de la Peña de la Cruz,
hace tiempo había una importante colonia de lagartos ocelados, una joya viva de
la naturaleza que sin embargo vemos que va menguando de año en año por el
incivismo de algunos exterminadores que se divierten a su costa, sin darse
cuenta de que no sólo acaban con la riqueza de un territorio natural, sino
también que se exponen a ser multados con fuertes sanciones administrativas y a
un calvario de juicios, incluso penales, al ser una especie protegida por la
ley y en peligro de extinción, clasificada como Especie de Interés Especial, dentro del
Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. La mala fama de animal dañino de los lagartos justificó campañas
institucionales de erradicación en los años 70 y un injustificado retraso en su
protección, lo que ha llevado a su desaparición en amplias áreas protegidas como Doñana, y en otras zonas de la península y de Francia ha
pasado a tener una presencia prácticamente testimonial".
Seguramente -en Béjar y en otros muchos lugares-, los lagartos del lugar inspiraron esas leyendas de fabulosos dragones. Total, solo había que estirar, exagerar y agrandar lo ya conocido. Luego, la imaginación y el miedo de buena parte de la población contribuirían a agrandar el mito.
ResponderEliminarUn saludo.
Donde me llamó la atención, los célebres que eran los lagartos fue cuando estuve en la isla de Tenerife. la primera vez que estuve en esa isla, no vi ninguno y es que entonces me alojaba en un hotel frente al lago Martianez y allí íbamos a bañarnos y no había ninguno.
ResponderEliminarLa segunda y última vez, estábamos cerca de Playa Jardín. La primera vez que me encontré un lagarto logré espantarlo con mi chillido, después fui acostumbrándome a su presencia y hasta me acercaba para fotografiarlos. Eram muy bonitos su colores y muy fotogénicos.
Besos
¡Cuantas bellas curiosidades encuentra uno en estas páginas de Béjar!
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Los reptiles, a excepción de las tortugas, no son de mi agrado. Sin embargo, he tenido encuentros algo afortunados con los mismos.
ResponderEliminarHabía una iguana en el jardín de la casa materna, cuando era yo muy chico. Aparentemente también lo consideraba su casa.
Besos Carmen Interesante como siempre
No sé en otros lugares, pero en Valencia, en su procesión del Corpus, también sacan a pasear La Tarasca de Santa Marta, monstruo domado por la Santa en el sur francés.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Carmen. Con tu permiso, y para no tener que escribir mucho, he copiado de una publicación mía sobre el Corpus de Sevilla, para que veas el parecido con el Corpus vuestro, en cuanto a esos bichejos se refiere:
ResponderEliminar"En otras épocas, además de los distintos pasos y representaciones de cofradías, autoridades, etc., asistían a la procesión una serie de elementos que hoy nos sorprenderían, unos de carácter alegóricos como la Tarasca, una especie de hidra de siete cabezas ; los gigantes y cabezudos; las mojarrillas, que hacían las veces de diablillos; el Padre Pando y la Madre Papahuevos, etc. Otros eran diversos cuerpos de baile y canto distribuidos entre la comitiva, como el de los valencianos, el de los gitanos, el de las espadas, el de los seises, etc.
"Dase principios esta Procesión con la figura q.e vulgarmente llaman la Tarasca, y otras q.e le acompañan (Representación de los vicios q.e huyen del Sacramento q.e sale triumphante). Esta figura se hizo nueba de pasta, y madera, y con siete cabezas el año de 1770 = hasta el qual la que havia era no de pasta, y bulto, y solo con una Caveza.
"En 20 de Septiembre de 1780 se comunico con orden del Rey por el Rl Consejo se quitasen en todo el Reyno en las Proseciones del Corpus la danza de Jigantes, y Tarasca, pretestando divertirse las Gentes con ellos, y faltar a la serie(dad) y veneración q.e se debe a la Divina Magestad q.e se celebra".
En cuanto al resto del artículo, como siempre, me ha parecido muy ameno e interesante, y a la vez muy cruel por esa frase, propia de otros tiempos, en que se hubiera preferido que el dragón devorase mejor a una niña que a un niño.......
Enhorabuena, y un cordial saludo, estimada amiga.
El Corpus de Béjar era una fiesta barroca cuyos elementos bien pueden enlazarse con los de Seevilla, Valencia o Toledo. No sólo por la aparición de la Tarasca, los Gigantes y Cabezudos y representaciones simbólicas tales como la Justicia, sino también por el desfile de pajecillos o seises, las carrozas con campanillas, las paradas militares o el trabuco que lanzaba petardos. Todo se fue perdiendo por decreto, por falta de decoro y, en los últimos tiempos, se van recuperando algunos de esos elementos perdidos. De hecho el Corpus de Béjar ha sido declarada Fiesta de Interés Turísito Internacional, por sus raíces y por la presencia tan característica y única de los hombres de musgo.
EliminarUn saludo
La imaginación, el misterio y los miedos son elementos creadores de monstruos y fabulaciones que, curiosamente, discurren por similares caminos en todas partes. Por cierto, ignoro si en Béjar siguien saliendo los gigantes y cabezudos que recorrían las calles en mi niñez.
ResponderEliminarUn abrazo,
Salen, sí, pero no en la procesión del Corpus, aunque todo se andará. Como en tu niñez se sacan en las ferias o/y en la fiesta de la Virgen del Castañar.
EliminarSaludos
La realidad y la ficción en demasiadas veces se entrecruzan. Los reptiles siempre nos hizo tener cierto temor o repelente hacia ellos.
ResponderEliminarSaludos.
Los dragones siempre haciendo de las suyas ¡pobre pastor! muy interesante el avicornio, los reptiles me dan mucho repelús. Gracias por tanta información y fotos.
ResponderEliminarBesos.
me ha dado placer conocerte Es muy interesante lo que dices. Un abrazo desde Miami
ResponderEliminar·.
ResponderEliminarSiempre interesante.
Me gustan esos lagartos ocelados. Tuve uno que me dejaron en custodia, a ver si conseguí mantenerlo. No duró mucho pese a que lo alimentábamos con insectos vivos. Una pena.
Un abrazo
.·
LaMiradaAusente · & · CristalRasgado