21 de noviembre de 2020

Sobre el mecenazgo musical de la Casa de Zúñiga

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

          No ha sido este un linaje de ejecutantes del arte musical, sino más bien de admiradores y mecenas. Los hay, sí, como el joven pianista Edwin Zúñiga Flores, que triunfa hoy en Plasencia, conocido en este extremo del mundo por el bejarano-placentino Jerónimo Gómez-Rodulfo y traído a colación en el postulado de que, en este caso, linaje y apellido son sinónimos por tener un único origen (Menéndez Pidal de Navascués, Faustino: El linaje y sus signos de identidad, 2006). 

 


 
         Pasando a los duques, la licenciada en Historia y Ciencias de la Música, María Dolores González Canalejo, dice lo siguiente en su conferencia La música en la villa y tierra de Béjar hasta el siglo XXI, presentada en febrero de 2015 en el Espacio Cultural Bizarte: Otro de los elementos que singularizan la historia de Béjar es la presencia en la ciudad de la familia noble que rigió sus destinos a lo largo de varios siglos, los Zúñiga o Stúñiga. Pues bien, esta familia se distinguió, entre otras cosas, por sus aficiones artísticas, entre las cuales se encontraba la música.

 

         El territorio estudiado comprende fundamentalmente la ciudad de Béjar, de donde más datos se dispone. Pero se ha querido incluir algunas pinceladas sobre el resto de municipios que, actualmente o en su momento, formaron parte de la Villa y Tierra de Béjar, sobre la que la Casa Ducal gobernó y administró vidas y haciendas de sus habitantes.

 


Mapa de la Comunidad de Villa y Tierra de Béjar. Sanchogarcia

 

        La información accesible es infinitamente más abundante a medida que nos acercamos al momento actual, dice la conferencista cuya intervención se encuentra completa en la red, pero la referida al período ducal no es menor. Así manifiesta que Álvaro II de Zúñiga habría tenido conocimiento previo del contenido del Cancionero de Upsala, hipótesis arriesgada advierte, junto con recordar a su pariente Lope de Estúñiga, autor del cancionero que lleva su apellido. Sobre Francisco de Zúñiga, consorte en realidad de la III titular de Béjar doña Teresa de Zúñiga, su prima, se hace eco de González Canalejo el musicólogo cordobés Luis Lepe Crespo en Música en el castillo de Belalcázar, publicado por el ayuntamiento belalcazareño en noviembre de 2014:          

 

Ayuntamientodebelalcazar.blogspot.com

 

La Música en el Castillo de Belalcázar  intenta establecer la relación que hubo entre uno de los músicos más importantes del renacimiento, Juan Vásquez, y su mecenas don Francisco de Zúñiga y Guzmán de Sotomayor, así como la posible relación del músico con el Castillo de Belalcázar (Juan Vásquez estuvo también en Sevilla al servicio de Antonio de Zúñiga, prior de San Juan y hermano de Álvaro de Zúñiga, I duque de Béjar, a quien dedicó su colección Villancicos y canciones)

 

Villancico “a quatro” de Juan Vásquez. Ayuntamientodebelalcazar.blogspot.com

 

         Don Francisco de Zúñiga va a incorporar la música a todas las facetas de su vida, y en todas ellas se busca el enaltecimiento de una u otra forma: en el ocio de su palacio; en las actividades religiosas; en ceremoniales y parafernalia de campaña y guerra… Este interés por la música no es algo que surja en el conde sin fundamento, sino que existe un bagaje medieval del que es heredero, seguramente que existieron en sus antecesores resquicios de la actividad musical en el castillo y en los conventos de su propiedad. El gran castillo, o mejor dicho sus ruinas, permanecen aisladas en la meseta, pero a pesar de la expoliación llevada a cabo por Napoleón y la destrucción posterior de Francisco Franco en el siglo XX, dejando sólo un magnífico edificio, aún hoy conserva el orgullo de su constructor, don Francisco de Zúñiga y Guzmán Sotomayor, cuarto conde deBelalcázar (1518-1544) y tercer duque de Béjar  (1533-1544)

 

Escudos Zúñiga y Sotomayor en el castillo de Belalcázar. Ayuntamientodebelalcazar.blogspot.com

Aparte de variadas infidelidades conyugales (su esposa había quedado en España) que finalmente le costaron la vida, y las ingentes obras civiles y sociales que realizó cuando fue virrey del Perú, Diego López de Zúñiga, V conde de Nieva, pasó a la historia como un personaje refinado que gustaba de ceremonias de espléndido boato y mantenía en su corte una capilla musical (Mendiburu, Manuel de: Diccionario histórico-biográfico del Perú, 1880)

 

Diego López de Zúñiga, V conde de Niebla

 

Más probo, al parecer, fue su primo Francisco de Zúñiga, III conde de Miranda del Castañar, que mandó construir el palacio Zúñiga-Avellaneda en Peñaranda de Duero. Casado con María Enríquez, sobrina de Fernando el Católico, y aficionado también a la fastuosidad, dotó al salón de embajadores de una suntuosa chimenea rematada con el escudo de su linaje y de una singular galería para los músicos –reminiscente recurso de la tradición medieval y mozárabe- sobre una de las ornamentadas puertas laterales (Carazo, Eduardo: El palacio de los condes de Miranda en Peñaranda de Duero, 1997)        

 

 

Cabecera y fondo del Salón de Embajadores del palacio Zúñiga-Avellaneda en Peñaranda de Duero. Tierrasdeburgos.blogspot.com

Por su mecenazgo, los músicos Enríquez de Valderrábano, palentino, y Juan Bermudo, ecijano, dedicaron sus obras al III conde de Miranda del Castañar, Francisco de Zúñiga.

 


Portadas del Libro de música de vihuela de Enríquez de Valderrábano y Declaración de instrumentos musicales de Juan Bermudo, con dedicatoria y escudo del conde de Miranda. Sonusantiqua.org y Bne.gob.es respectivamente

 

En 1608 el título de Miranda del Castañar pasó al ducado de Peñaranda de Duero, y en tiempos del XI duque, Antonio de Zúñiga, se instaló un órgano en la colegiata de Santa Ana fundada por María Enríquez, esposa de Francisco de Zúñiga. Construido en 1745 por el organero peñarandino Antonio Pérez y restaurado en 2002, se emplea hoy el instrumento en oficios litúrgicos y  eventuales conciertos.    

 

8 comentarios:

  1. Me encantan esas partituras y esas composiciones de otros tiempos, también aquellos instrumentos como la vihuela, el laúd o el clavicordio, que tanto entusiasmo despertaron durante el Renacimiento.
    Un saludo.

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  2. En una familia así no podía faltar la afición a la música, entre otras cosas porque eran de los privilegiados que podían disfrutarla asiduamente.
    Un abrazo.

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  3. Plausible esos mecenas que aparte de apoyar esas iniciativas sean gente con gusto hacia las artes y sobre todo con sensibilidad como la música.Es triste que en España no haya más mecenas que apoye a estos talentos hay una buena cantera de ellos y tinen que irse una balanza mal equilibrada.

    Feliz finde Carmen un fuerte abrazo


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  4. Las familias con clase, en esa época, fomentaba la cultura musical.

    Besos

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  5. Hola Carmen:
    Creo que como refiere el comentarista anterior, quienes tenían clase, fomentaban la música. Y no podía ser menos los Zúñiga

    Besos

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  6. Carmen otro articulo interesante el que nos traes aunque decirte que como era costumbre por los nobles de aquellos tiempos el mecenazgo por la cultura no me sorprendió tanto como el nombre del musico palentino cuyo apellido corresponde a una localidad cercana a Saldaña del que se cree fue donde nació.

    Saludos.

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  7. Un texto exquisito que nos lleva a meditar qué habría sido de todas las artes de nuestra tierra que nos han enriquecido, de no haber existido estos mecenas, personajes provenientes de la aristocracia o de la empresa que confiaron en su instinto e invirtieron en toda esa belleza tan poco productiva económicamente. Saludos.

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  8. Los mecenas siempre fueron ejemplares respecto a la música, pintura, escultura, etc.

    Besos.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.