Autora: Berta Baz
Publicado: La Gaceta de Salamanca (4/06/2017)
La biblioteca histórica de la Universidad de Salamanca guarda libros que
pertenecieron a los duques de Béjar y Osuna
Como gran mecenas y amante del arte, la decimotercera duquesa de Béjar y Osuna Mª Josefa Pimentel y su
marido Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco reunieron una importante colección pictórica.
Amigos de Francisco de Goya, tenían 23 cuadros del pintor zaragozano, entre los
que destaca el retrato en el que el matrimonio está acompañado de sus cuatro
hijos nacidos hasta el año 1788. Los duques se cuentan entre los primeros
mecenas de Goya, para los que trabajó en estos años pintando retratos y cuadros
de gabinete para sus distintas propiedades. El retrato familiar, el segundo que
había pintado el artista hasta entonces después del monumental retrato del
infante Luis de Borbón y su familia,
no era frecuente en España. Por ello, los duques ponían así de manifiesto
su elevada alcurnia, casi al nivel de la realeza, y se mostraban al mismo
tiempo conocedores de las modas de otros países avanzados.
Duquesa de Osuna, Francisco de Goya
También es de Goya el retrato la marquesa de Santa Cruz, Joaquina
Téllez-Girón y Pimentel, hija del matrimonio, que reposa ‘tranquila’ desde 1986
en el museo del Prado ya que se dice que salió de España bajo la orden del
general Francisco Franco para ser regalada a Hitler en la conferencia de
Hendaya por la esvástica que lleva grabada en un instrumento musical.
La obra pictórica se
repartía entre sus propiedades, pero muchas de las joyas se podían disfrutar en
la residencia de invierno, el Palacio de la Puerta de la Vega, muy próximo al
Palacio Real, que aunque pertenecía desde 1600 a la familia Pimentel, por
avatares de la historia regresa a la duquesa mediante subasta. En este palacio,
ya desaparecido, los propietarios reciben a la más selecta y escogida sociedad,
entre ellos, a los miembros de los cuerpos diplomáticos extranjeros.
Retrato de la marquesa de Santa Cruz. Francisco de Goya
Los duques también tuvieron residencia
en Aranjuez. Adquirieron un total de seis casas en la localidad madrileña, una
de ellas había pertenecido al cantante Farinelli, encargándole a Juan de
Villanueva un proyecto para construir un palacio que actualmente está
abandonado. “Es una pena porque es precioso y se conserva muy bien”, asegura Isabel Pérez Hernández,
arquitecta e investigadora.
Precisamente Aranjuez es marco de la
obra del pintor salmantino Antonio Carnicero ‘Ascensión de
un globo Montgolfier’ que representa la primera hazaña aerostática
realizada en España, aunque concluyó de modo accidentado ya que el arriesgado
aeronauta acabó herido al no poder controlar debidamente el descenso del
ingenio. Algunos investigadores señalan que esta obra fue un encargo de la
duquesa de Osuna, pero Pérez Hernández señala que fue una compra ya que “el
duque participó en esa escena siendo el equivalente al que hoy podría ser el
responsable de la guardia real, y estuvo vigilando que no hubiera ningún
incidente”. Firmado también por Carnicero los duques tenían en el oratorio de
El Capricho un Cristo muerto, cuadro que ha desaparecido.
Ascesión de un globo Montgolfier en Aranjuez, de Antonio Carnicero
Biblioteca
Los
duques contaban con una biblioteca excepcional para la época, ya que habían
heredado bibliotecas de otras casas nobiliarias con las que estaban emparentados.
El duque contaba con un permiso especial para poder tener libros prohibidos por
la Inquisición por lo que podía traer obras del extranjero, que consultaban en
su casa otros ilustrados. Isabel Pérez Hernández explica que “cuando
se arruinó la casa de Osuna todos los libros salieron a pública subasta.
Menéndez Pelayo realizó un informe afirmando que la biblioteca no podía salir
de España, y se habilitó un presupuesto, pero algunos ya habían salido y se
encuentran por ejemplo en la Biblioteca Británica. Del legado que adquirió el
Estado, ya que hay una partida repartida en colecciones privadas, una parte se
encuentra en la Biblioteca Nacional”. También la biblioteca histórica de la
Universidad de Salamanca guarda algunos libros de los duques.
Un antepasado de María Josefa Pimentel y Téllez-Girón financió a Miguel de
Cervantes la primera edición del Quijote. Pérez Hernández
comenta que “si un escritor quería publicar tenía que acudir a los
grandes aristócratas como el duque de Béjar que tenía poder y dinero para
imprimirla”. El ejemplar firmado por Cervantes que perteneció a la biblioteca
de los Osuna se ha perdido.
¡Épocas aquellas en que pintores y escritores eran apreciados por su trabajo!
ResponderEliminarUn abrazo,
Pocas personas, podrían poseer libros prohibidos sin correr el peligro de ser tomado preso por un inquisición bastante rigurosa.
ResponderEliminarBesos
Muy buen artículo otra vez. No es una suástica sino un laburu. El antepasado era Alonso de Zúñiga, VI duque de Béjar, o quizás su padre Francisco de Zúñiga, V duque de Béjar. Saludos Berta Baz desde Chile, JZR.
ResponderEliminarTodo un detalle de Franco para hacer la pelota al amo de Europa. Un detalle que no habría hecho ninguna gracia a Goya, tan ilustrado él y tan poco amigo de absolutismo.
ResponderEliminarSaludos.
El último cuadro me gusta mucho Carmen. Sabía lo del regalo de Franco a Hitler.
ResponderEliminarBesos
Hay que ver como era Goya. El tratamiento que da al muslo de la joven marquesa, cubriendo la seda con una gruesa capa de pintura más clara, atrapa la luz remarcando la sensualidad del cuadro. Todo un tratado del oficio de pintar.
ResponderEliminarEl cuadro de Carnicero es original de veras. Saludos.
Impresionante articulo Carmen así vamos conociendo partes de nuestra historia.
ResponderEliminarEn cuanto al símbolo del cuadro a mi también me parece un laburu y con los antepasados de los duques de Béjar es fácil que lo sea, pero ambos símbolos son solares.
Saludos.
Interesante entrada Carmen, es parte de nuestra historia y leer algo sobre ella siempre es bueno. Una pena que se haya perdido ese ejemplar del Quijote firmado por Cervantes, una joya de valor incalculable.
ResponderEliminarUn saludo
Puri
me ha encantado encontrarte
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