16 de agosto de 2024

Más sobre Gutierre II de Sotomayor o Fray Juan de la Puebla

 Autor: Anselmo Rosales Montero.

Gutierre II de Sotomayor, primer conde de Belalcázar, título que cedió a su hermano Alfonso, nació el 28 de mayo de 1453 en Puebla de Alcocer (Badajoz). Según las crónicas, Gutierre recibió la llamada del Señor un día de cacería en el que se le apareció un hombre “alto y amulatado” con el que habló en privado. Tras la conversación, renunció a todo lo que poseía, ingresó como jerónimo en el monasterio de Guadalupe de Cáceres, en el que no encontró la pobreza que buscaba.

Bajo su nuevo nombre, Fray Juan de la Puebla, y junto con Fray Antonio de Santa María, en 1479 marchó a Italia. En Roma fue recibido por Sixto IV, al que manifestó su deseo de ingresar en la Orden Franciscana. El Papa lo remitió al convento de San Francisco en Roma y, para ponerlo a prueba, le ordenaron a los demás religiosos. Tras informes muy favorables de toda la comunidad, Sixto IV decidió darle el hábito de San Francisco y también a su compañero fray Antonio. La ceremonia para concederle el hábito fue excesivamente llamativa, no del gusto de fray Juan, pues assistiendo diez y seys Cardenales, más de cien Argobispos, Obispos y Protonotarios: el Embaxador de España, deudo del V. P. y más de diez mil personas de todos estados[1].

https://ayuntamientodebelalcazar.blogspot.com/2013/10/isabel-la-catolica-y-belalcazar-ii-fray.html

Estuvo en varios conventos italianos. Ingresó en el convento de Las Cárceles, en la Umbría Italiana en 1480 y allí vivió dando ejemplo de pobreza, humildad y comprensión. En 1483 estuvo en el convento de San Bartolomé. Fue tan ejemplar su vida, que en Italia llegaron a conocerle con el sobrenombre de El Grande Español.

         En 1483 muere su madre, Elvira de Zúñiga, y en 1484 su hermano, el conde Gutierre III, en el sitio de Alora, luchando contra los musulmanes al servicio de los Reyes Católicos. A petición de los Sotomayor-Zúñiga, el papa Inocencio VIII mandó a Fray Juan de Puebla a Belalcázar para que se dedicase a la educación y cuidado de su sobrino Alonso II de Sotomayor, que tan sólo contaba dos años.

Fray Juan siempre quiso fundar una Custodia[2] en España, donde se diesen con regular observancia las Reglas de la Religión Seráfica[3], un tanto decaídas en aquélla época. Obtuvo bula de Inocencio VIII para edificar unos conventos con el título de Custodia de Los Ángeles. Por otra parte, la condesa Teresa Enríquez, cuñada de Fray Juan, obtuvo del mismo Pontífice permiso para que se desplazasen desde Italia tres religiosos franciscanos, Andrés de Perusia, Hilario de Todi y Francisco de Bastía. Así fundó el convento de Nuestra Señora de los Ángeles en Sierra Morena, al estilo de los italianos

El 25 de marzo de 1487, el papa Inocencio VIII le concedía el breve Sacrae Religionis, autorizándole a fundar en Extremadura la nueva custodia de Nuestra Señora de los Ángeles, y le facultaba para recibir candidatos a la Orden[4]. Isabel la Católica le propuso ser arzobispo de Toledo, pero prefirió seguir en la humildad de su Custodia.

El  11 de mayo de 1495 murió y fue enterrado en una capilla del convento de Belalcázar. Su vida asceta, de humildad y de oración le crea fama de santo, como lo atestigua lo que sucedió tras su muerte. Cuando años más tarde se abrió la fosa y se decidió hacer el reparto de reliquias, como si de un santo se tratara. La cabeza fue dada al convento de Santa María de los Ángeles (Hornachuelos). Al monasterio de Guadalupe se le concedió un dedo y parte del hábito y fue llevado en 1544. Santa Clara de a la Columna[5] recibió la túnica por ruego de sus religiosas. El resto quedó en Belalcázar.


Cuando este último convento perdió el culto, los restos pasaron al monasterio de Santa Clara de la Columna, donde actualmente reposan junto con los restos de sus resobrinos Fray Luis de la Cruz y Fray Antonio de la Cruz, en una arqueta forrada en su interior con raso de flores y por el exterior con terciopelo carmesí. Esta arqueta fue construida en 1674 por mandato del duque de Béjar. También en otras arquetas reposan los restos de Alfonso de Sotomayor y Elvira de Zúñiga, padres de Fray Juan, sus hermanas fundadoras del convento y algunos miembros de la familia[6].

Su proceso para la santificación se encuentra parado. El tema lo ha estudiado Rodríguez Becerra[7]. Concluye que quizá su origen noble, su tarea de reformador y el poco interés de la orden hayan contribuido a que no siga adelante.

 Parece ser que existieron dos cuadros del célebre pintor barroco Valdés Leal, uno “de costumbres” y otro titulado El retiro del siglo de fray Juan de la Puebla, en el que aparece fray Juan en hábito de religioso, hincado de rodillas y haciendo oración. Fue ofrecido a la casa de Osuna en 1843, pero el alto precio (15.000 reales de vellón) y que seguramente aprovecharía esta ocasion si no tuuiese en mi Palacio de Bejar, en el de esta Corte y otros puntos cuadros de la misma especie[8]. A día de hoy no tenemos noticias de ellos... aún.

 

Fray Juan de la Puebla en Historia de la santa provincia de Los Ángeles (Guadalupe 1662)[9]



[1] Fray Juan Tirado, Epítome historial de la vida admirable y virtudes heroicas del esclarecido príncipe... fray Juan de la Puebla, Madrid, 1724

[2] Custodia equivale a provincia en la orden franciscana, porque su fin es custodiar la casa de Dios en tierra hostil.

[3] La regla y vida de los Hermanos Menores que recogen normas de austeridad en línea con las de San Francisco: guardar el santo Evangelio, vivir en obediencia y en castidad, obediencia al papa. Oración y trabajo. Austeridad en el vestido y en la vida, el vestido un sayal grosero, los hábitos largos hasta que toquen los pies descalzos. Los frailes sanos no pedirán huevos, carne, vino ni pescado; duermen en unos corchos o tablas o sobre algún pellejuelo y podrán tener una manta, pero desde noviembre hasta todo el invierno podrán tener dos…

https://benalixaguadalcanal.es/la-provincia-franciscana-de-los-angeles-y-sus-conventos-de-la-sierra-norte-de-sevilla/

[5] La fundadora del convento, Elvira de Zúñiga, viuda de Alfonso de Sotomayor, madre de fray Juan.

[7] "La santidad de fray Juan de la Puebla en Historia de la Santa provincia de los Ángeles de fray Andrés de Guadalupe (1662)". Salvador RODRÍGUEZ BECERRA. Universidad de Sevilla

[8] Lo ha estudiado Patricia ANDRÉS GONZÁLEZ y documentado en AHN. Sección Nobleza (Toledo), Casa de Osuna, Cartas, Leg. 516, n.° 31, n.° 1-5.

4 comentarios:

  1. Si que es curioso que un hombre al que no le iba a faltar nada en su vida buscaría vivir en la absoluta pobreza. Sobre su posible camino para situarlo en los altares talvez sería influido por la influencia de su familia como parece indicar el autor del articulo.
    Menuda fiebre que tenían por desmembrar un cuerpo después de muerto en aquella época.

    Saludos.

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  2. Buen trabajo. Otro proceso de canonización que se encuentra detenido es el del agustino Pedro de Zúñiga, nieto de doña Teresa de Zúñiga, III duquesa de Béjar, venerado no obstante como santo por voluntad popular en Sevilla y en Filipinas. Lo de las reliquias con despojos humanos... ¡válame Dios!

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  3. Si la desmembración nos parece cosa del pasado, visítese el Real Monasterio de la Encarnación de las agustinas recoletas en Madrid. Aparte de la sangre de San Pantaleón, tienen una gran sala plagada de relicarios. Impactante. Anselmo

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  4. Me ha parecido un artículo muy interesante, y más ahora que estoy inmerso en una documentación excepcional de conventos Franciscanos andaluces, donde se repite mucho lo de vivir y predicar con la máxima pobreza, como dijo Jesús. Y ya te avisaré cuando publique el 10 de Septiembre sobre un convento de Moguer, para que veas lo normal que era lo de desmembrar cuerpos, y la colección que tenían en el mismo de relicarios.
    Y coincido con Tomás en lo de convertirlo en Santo.
    Un abrazo, Carmen.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.