2 de octubre de 2021

Un encuentro insperado (2ª Parte y final)

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2017. 

La primera parte la puedes encontrar aquí.

             -De cárcel en cárcel, siempre huyendo, preparando sublevaciones, ahora trabajando de batanero, luego en la construcción del ferrocarril, más tarde en las cortes. De Béjar a Ciudad Rodrigo, pasando por Alcoy, Madrid en los sucesos del Cuartel de San Gil, Portugal e Italia. Y siempre por delante de los acontecimientos o dejando atrás levantamientos civiles. ¿Sabe que su vida es carne de cañón para esos escritores que publican sus novelas por entregas en los periódicos?-preguntó Primo Comendador Téllez a Aniano Gómez, un héroe de la Revolución de 1868.

            -No me venga con chanzas, don Primo, que si arriesgué el pellejo fue por el advenimiento de un mundo, basado en la libertad, el sufragio universal y el pan para todos. Cada uno intenta poner su grano de arena, unos con la pluma y la voz, como usted; otros, como yo, con las armas al pie de las barricadas. 

 

Grabado con el retrato de Primo Comendador Téllez

            -Dios escribe recto con renglones torcidos y aun con todo los dos presumimos de haber alzado la voz desde las bancadas del Congreso de los Diputados. Ambos utilizamos la palabra, aunque con ideologías dispares.

            -Monarquía y república, bien dice. Aunque no le alabo el gusto de apoyar a ese macarroni de Amadeo de Saboya…

            -Hemos pactado una conversación sin echarnos nada en cara…

            -Y lo mantengo, aunque se me vienen a las mientes sin que lo pueda reprimir su cara de pasmo y la de otros progresistas cuando en el 69 capturamos al gobernador civil y al ayuntamiento en pleno en una visita de cortesía a Béjar. ¡La república federal era la mejor receta para España y no las tibiezas y las reformas a medias del general catalán!

 Primo Comendador Téllez pintado por los hermanos Álvarez Dumont. Escuela de Formación Profesional de Béjar. Foto Manuel Álvarez-Monteserín

 

Soslayando la provocación con un cambio de tercio, se levantó don Primo de su asiento, dirigió sus pasos hacia un armario y, sacando una botella chata de color ambarino, volvió a la mesa.

-¿No me querrá emponzoñar con un brebaje endemoniado de esos que prepara para el dolor de estómago? Revuelve las entrañas del más pintado…

-Se trata de un coñac importado de Francia que atesoraba para una buena ocasión y ésta, pardiez, lo es. ¿No me lo rechazará usted?

-Por mi vida que no.

Don Primo vertió un dedo en cada copa y, mirándose ambos con fijeza a los ojos, se lo echaron al coleto de un trago, dedicándose un brindis silencioso que quedó flotando entre las paredes de la rebotica.

-Perdone que se lo pregunte, pero ¿cuántas veces llegó al escaño de diputado?- inquirió Aniano a su interlocutor, una vez que la bebida pasó lamiendo con su fuego las gargantas de ambos. 

Aniano Gómez Valle, grabado de la época

 

-Una única vez, durante el reinado de ese monarca efímero que un día puso sus pies en España, entre el 71 y el 72. Poco nos habría de durar porque cuando llegó a esta jaula de locos, como él mismo la definió, su más firme partidario, el general Prim, había caído asesinado a trabucazos en la calle del Turco. Recuerde que nos enfrentamos en las urnas y que usted y yo nos cruzamos en Madrid, uno de vuelta a casa y el otro con ínfulas de comerse el mundo en las Cortes.

-Claro que lo recuerdo. En mi caso ocupé por tres veces el escaño de diputado y tuve la oportunidad de escuchar los discursos de los diputados en el Congreso, tanto durante la monarquía como en la república, pero nunca llegué a tomar la palabra mas allá de intervenciones breves y puntuales. Y me presenté como soy, sin asomo de vanagloria, con mis greñas y mi traje de obrero, que uno comulga con sus ideas por dentro y por fuera. No como algunos de mis colegas que se aburguesan nada más llegar a Madrid.

-A ambos el hemiciclo nos venía grande…

-Pero, ¿quién rechazaría semejante honor? Poder escuchar la palabra de Castelar es premio suficiente a tamaños desvelos.

-Me quedo con la de Sagasta. 

-Cada uno a lo suyo, don Primo. La acción, como bien dice, es cosa mía. La de usted el estudio. Y lo mejor es que no lo retiene para el adorno de uno mismo, sino para compartirlo. Aprecio en mucho a don Nicomedes Martín Mateos y su labor en favor de los derechos educativos del pueblo. Que uno nazca en la clase humilde no significa que las letras queden fuera de su alcance. La Escuela Industrial, o como quiera que se llame ahora, ofrece oportunidades de escalar en esta injusta sociedad nuestra basada en el dinero y el poder.

-Se fundó con el nombre de Escuela Industrial, bien dice, mas ahora se llama Escuela Municipal de Artes y Oficios. Y, todo hay que decirlo, el año de La Gloriosa fue infausta para la institución. Al carecer de los fondos municipales de los que se abastecía se ahogó el proyecto y se nos condenó a un cierre que nunca debería haberse producido. Once años más tarde logramos su reapertura y espero que sea por mucho tiempo. La mano que nos mantiene no se debe limitar al arbitrio municipal, sino que debe volar mucho más alto. La estabilidad económica de un reconocimiento oficial nos permitiría hablar de una Escuela de nivel nacional. Espero que algún día el sueño de unos cuantos se convierta en una realidad tangible.

-Y espero verlo, don Primo.

De repente la cara de Aniano empezó a volverse borrosa, la rebotica inició un giro lento y espiraloide y el aire se volvió denso, casi sólido. El silencio se apoderó del espacio durante unos segundos hasta que desde sus entrañas surgió un tintineo apocado y tímido al principio, resonante y victorioso al final, en una progresión sin fin que alcanzaba cotas cada vez más sonoras.

Don Primo salió del sueño profundo en el que dormitaba y agitó la cabeza. Aniano no se encontraba allí, ni quizá lo había estado nunca. La campana volvió a insistir.

-Ya voy, va voy….

Mientras la cortina se alzaba y el espacio entre botica y rebotica se unificaban, dos copas con restos de coñac lanzaban sus sonrisas ambarinas a la luz del quinqué.

 

HEMEROTECA Y BIBLIOGRAFÍA

AVILÉS AMAT, Antonio: “Un acercamiento a la revolución de 1868 en Béjar”. Revista Estudios Bejaranos nº 15.dic. 2011, p. 19.

CALDERERO SÁNCHEZ, Manuel S. “Aniano Gómez Valle”. Consultado el 4/07/2018. https://tierracharra.blogspot.com.es/2011/12/aniano-gomez-valle.html

CANO PAVÓN, José Manuel. Las limitaciones de la enseñanza técnica obrera en la España Isabelina: la Escuela Industrial de Béjar (1852-1867). Lull. Palma de Mallorca, 24 (2001)

CASCÓN MATAS, Mª Carmen. “La Escuela Elemental de Artes y Oficios de Béjar”. Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio”, 2010.

COLL TELLECHEA, Ignacio. “Aquel verano de 1867”. Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio”, 2017.

COLL TELLECHEA, Ignacio. “El día en que la prensa internacional se interesó por Béjar”. Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio”, 2015.

COMENDADOR TÉLLEZ, Primo. Consideraciones botánico-farmacéuticas de las solanáceas en general, seguidas de una monografía bien entendida de la Belladona. Se puede consultar on line buscando por el título en Googlebooks.

ESTEBAN DE VEGA, Mariano. “Política y sociedad en Béjar durante el siglo XIX” en HERNÁNDEZ DÍAZ, José Mª y AVILÉS AMAT, Antonio (coords). Historia de Béjar, vol. II. Centro de Estudios Bejaranos, Diputación de Salamanca y Ayuntamiento de Béjar, 2013.

FEITO Y MARTÍN, Gabriel. Aniano Gómez Valle. La Ilustración Republicana Federal. Madrid, 2 de Julio de 1871.

www.congreso.es. Archivo del Congreso/ Histórico de Diputados 18

6 comentarios:

  1. Y si levantaran la cabeza hoy y vieran el panorama internacional con tanto talibán suelto queriéndonos llevar de nuevo a las cavernas, sin derechos ni libertades, volverían a darle a la botella de coñac como conjuro para ahuyentar a los demonios de la historia.
    Saludos, Carmen.

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  2. Me pregunto lo que dirían si vivieran ahora y de lo que ocurre en la actualidad.

    Besos

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  3. Coincido con los comentaristas anteriores...
    Somos cíclicos... no me queda la menor duda

    Besos Carmen

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  4. Una postura que hoy nuestros políticos deberían copiar me refiero a l de dialogar.

    Saludos.

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  5. ¡Genial! Los políticos de hoy deberían tomar nota.

    Un abrazo.

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  6. Si no hubiera sido por ellos, hoy no podríamos disfrutar de muchas de las libertades que tenemos.
    Carmen, si me lo permites, o cortas con lo visto aquí, o se te puede convertir en una plaga. Para ello puedes activar la moderación.
    Un fuerte abrazo.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.