Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado : Semanario Béjar en Madrid nº 4.677 (04/XI/2011)
En
ocasiones los archivos nos descubren curiosidades sobre el pasado que no
podemos dejar de lado porque son muestras del día a día, de la cotidianeidad de
nuestros ancestros. Los documentos nos los aproximan y los liberan del yugo de
las brumas del olvido. Incluso su lectura nos provoca alguna que otra carcajada
interna. Quiero descubrir en este artículo algunas muestras de pleitos
curiosos, jocosos a ojos actuales, pero no tan lejanos a nuestros problemas
como nos pueda parecer.
Antes de nada quisiera aclarar que,
para los pleitos que normalmente se presentaban ante la Real Chancillería de
Valladolid, jurisdicción a la que pertenecía nuestra villa en materia legal, era
preciso entregar amplios poderes a un abogado para que éste representase a los clientes
ante el tribunal. Los poderes se formalizaban ante un escribano de Béjar y éste
los archivaba entre los protocolos notariales del año que, por suerte, se
conservan actualmente en el Archivo Provincial de Salamanca.
En 1747 Gerónimo Sánchez Cerrudo
presentó un pleito contra su vecino Eusebio Hernández de la Cruz. Por lo visto
“su mujer Gertrudis de Aliende ha estado
en cama enferma por haber padecido y padece unas tercianas dobles complicadas
con accidentes de madre los que an puesto en gran peligro su vida y haberle
cometido a la cabeza otro efecto de herisipela y allarse de días encinta”.
Por la descripción médica realizada a ojo con poco más que una auscultación, la
pobre debía de estar muy enferma. Por lo pronto padecía de tercianas, es decir,
sufría de fiebre y encima doble, lo que nos hace presuponer que su calentura
(palabra que se usaba de manera indistinta a las tercianas) era grave. Además se
hallaba embarazada según la versión del declarante y sufría erisipela,
diagnóstico que se aplicaba a los casos de inflamación o enrojecimiento.
Imaginémonos la situación de la medicina en aquel tiempo en el que para
cualquier dolencia se recetaba un emplasto y una sangría y los dictámenes eran
casi siempre erróneos.
Mientras Gertrudis se encontraba
postrada en cama en peligro de muerte, Eusebio, el “barador de lana para su fábrica” en el cuarto de al lado golpeaba
ruidosamente lo “que la acreçientan su
dolencia”. O sea, que justo pared con pared con respecto al cuarto de la
enferma, el vecino se dedicaba a varear la lana dando porrazos y haciendo que
los dolores de cabeza de la mujer fueran insufribles. El marido, porque
hablando se entiende la gente, decidió llamarle y “aviendose valido de recados Cortesanos que la embiado para que le
hiçiese el favor de que mudase dicho vareador y le pusiese en un desban alto
que tiene dicha casa a lo que devera atender por piedad y buena correspondencia
entre vezinos (…) no lo ha querido haçer”, así que la causa le
había llevado a Gerónimo a presentar pleito. Como vemos los jaleos entre
vecinos no son cosa de ahora.
Tampoco son privativas de los
tiempos actuales las acusaciones de prevaricación. Sin ir más lejos el
licenciado Francisco de Velasco, abogado de los Reales Consejos, tuvo que dar
amplios poderes en 1747 a varios leguleyos para que le representasen en un
pleito que había presentado contra él el Corregidor de Béjar “con el falso respecto de atribuirse haver
cometido un Prevaricato”.
En un artículo publicado en este blog cité el caso del pleito que se presentó entre los médicos de
Béjar contra el Corregidor y el Concejo y que motivó motines en la villa en1760. Entre los nombres involucrados llamaba la atención uno en concreto:
Francisco Javier Lidón, sacristán de la iglesia de Santa María y padre del
famoso organista de la Capilla Real José Lidón. Pues bien, nuestro personaje
fue encarcelado por ser uno de los cabecillas de los tumultos, pero no era la
primera vez que sus huesos daban en una de las mazmorras del actual edificio
del ayuntamiento entonces Cárcel Real. En 1746, y según sus propias
declaraciones, “me allo preso en la
Carcel Real de esta Villa desde el día 27 de Jullio proximo pasado por causa de
ofizio que el señor Correxidor de ella me ha fulminado”. “La noche del dia 25
deel yendo de Ronda con sus Ministros suponiendo se me entrego un preso y que
le meti en sagrado e hizo fuga”. Acogerse a sagrado significaba que todo
aquel que fuese perseguido por la justicia podía penetrar entre los muros de
los templos para suplicar a la autoridad religiosa que intermediase en su
causa. Los representantes de la justicia tenían vedada la entrada en la iglesia
en tal caso, por lo que el preso no podía ser encarcelado. La acusación que se
lanzaba contra Lidón era permitir la entrada en Santa María de un preso que se había
dado posteriormente a la fuga. El delito no era cosa de broma. Según el
sacristán “sin aver remedio de concederme
soltura ni aun debajo de fianza que tengo ofreçido solo a fin de molestarme sin
atender a la grande falta que hago a mi empleo de sachristan”.
Sin embargo, no estamos ante la
única ocasión en que fugados de la cárcel se habían acogido a sagrado. Unos
días antes del 21 de junio de 1743 tres hombres acusados de graves delitos se
refugiaron en la iglesia de El Salvador. El consistorio apostó varios guardias armados
a las órdenes del Alguacil Mayor don Francisco Dejado y Venero y del teniente
Francisco de Clara ante las puertas del templo noche y día con un sueldo de 6
reales diarios “por si hazian fuga”
los fugitivos. El 24 de julio la situación no se había resuelto (“llevan allí dos meses”), por lo que el
consistorio decide apelar al obispo de Plasencia quien contesta a principios de
agosto evasivamente. Desconocemos lo que aconteció después, porque los libros
de actas del consistorio enmudecen en este punto.
Pleitos de este estilo son tan
corrientes que su análisis ofrecería documentación para varios artículos.
Prometo abordar de nuevo el tema cuando la recopilación de anécdotas nos
otorgue información suficiente para ello.
FUENTES
DOCUMENTALES Y BIBLIOGRAFÍA:
A.M.B.:
Libro de actas del consistorio de 1743.
Actas correspondientes al 21 de junio, 24 de julio y 3 de agosto.
A.H.P.S.:
Protocolo Notarial 875. Para el caso de Lidón fol. 85, prevaricación fol. 86 y
vecinos fol. 95.
CASCÓN
MATAS, Mª. C.: “Sobre el estallido de un tumulto en Béjar y sus principios, de
que tuvieron buena culpa un asunto de matasanos y en el que se vieron
implicados varios galenos, el consistorio, un abuelo famoso y otros a los que
ahora me referiré”. BenM nº 4.606 y 4.608,
25/06 y 09/07 de 2010.
Son curiosos todos los pleitos, yo creo que no hay una cosa peor que tener un mal vecino, te puede arruinar la vida.
ResponderEliminarUn abrazo
Pensar que algunos hechos que han sido todo un problema en su momento a la luz de la lejania y de los años nos suelen mover a risa o anecdota, todo pasa. Me parece deliciosa tu cronica de hoy, Carmen, te envio un besito hasta Béjar.
ResponderEliminarPobre Gertrudis... su situación me es familiar... no ahora, claro, que vivo en un pueblo de 12 habitantes y lo más que escucho son los ladridos de los perros, pero sí cuando en otras épocas vivía en pisos de paredes raquíticas...
ResponderEliminarMe quedo con las ganas de saber qué ocurrió con los fugados que permanecieron dos meses o más en la iglesia de El Salvador. Por cierto, mil gracias y abrazos ;-)
Parece que en algunas cosas no pasan los siglos.
ResponderEliminarHoy ya no sería esto motivo de pleito mas bien de cotilleo. Solo hace falta escuchar que cualquiera que tiene una queja contra otro, lo pone en manos de su abogado. O sea hay más abogados picapleitos que otra cosa.
ResponderEliminarEl que no tiene abogado es como el que no tiene Facebook.
Muy entretenido tu post.
Bss
Un artículo curioso y muy divertido. En realidad varía la ortografía, pero no la temática con respecto a la actualidad: siguen los vecinos molestos levantando dolores de cabeza, y el que más y el que menos prevaricando por ahí :)
ResponderEliminarBuenas noches, madame
Bisous
Interesantes y curiosos estos pleitos, que se prolongan en el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuántas curiosidades y cuánta información nos aportas de tu ciudad para culturizarnos y enamorarnos de ella. Hacer una labor encomiable, Carmen, por la que un día serás reconocida por tus paisanos.
ResponderEliminarAbrazos
Los tiempos pasan pero los pleito continúan, siempre seguirán ya que nunca encontramos el mundo perfecto y nos quejamos de todo.
ResponderEliminarHay que decir que la pobre Gertrudis no lo tenía muy bien con sus vecinos.
Un abrazo
Las tercianas, las tercianas, qué bien escribes mozuela, ja ,ja… Y la falta que hacía el para su oficio de sacristán, bueno, bueno, buenísimo, ja ,ja...
ResponderEliminarPues lo que sucede con los presos en la iglesia de El Salvador, te lo deduzco yo, varios guardas más un teniente más un alguacil a 6 reales por cabeza por 1 mes… ea, que se escapen que ya les cogeremos otro día, ja, ja…
Por favor, te pido con lágrimas en los ojos de la risa, que no desatiendas estos pleitos que son buenos y jocosos y te quitan la tristeza como un buen guiso con su morcillita, su pestorejo, su.... ja ,ja... Bss amiga.
Curiosos pleitos los que nos traes hoy.
ResponderEliminarTres presos aguantando dentro del templo con vigilancia en el exterior... O bien se habían escapado por algún ventanuco o portillo secreto o se habían reconvertido de ladrones en monaguillos, si no no se explica.
Lo de los vecinos insolidarios dando la tabarra parece que viene de antiguo. Antes, al menos, se dedicaban a labores productivas. Hoy simplemente, a molestar por molestar.
Un saludo.
En suma, ya en aquellos tiempos, los "avenegras" ya pleiteaban a comisiòn.
ResponderEliminarQue cosa.
Un abrazo.
14 !!!
ResponderEliminarCreatiBea: los tiempos no cambian tanto,jejej
ResponderEliminarBesos
Mariac: creo que todos tenemos experiencias de vecinos pesados contra los cuales no se puede hacer prácticamente nada.
ResponderEliminarUn beso
Carolina: es verdad que muchos acontecimientos a los cuales damos mucha importancia en un momento determinado, después, con el tiempo, se acaban viendo de otra manera. Dice el refrán que "el tiempo todo lo cura".
ResponderEliminarBesitos y gracias
Carzum: hay ciertos pisos de viviendas en los que las paredes son de papel, sí, y se oye al vecino hasta cantar en la ducha. En otros tiempos el problema venía dado por la inclusión de habitaciones minúsculas, en donde podía vivir una familia entera, dentro de la parcela de otro edificio colindante. El espacio se aprovechaba al máximo, así que varias personas podían vivir en un altillo o en un desván, donde hiciese falta.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte y ánimo
Juan Carlos: ¿te ves retratado en alguno de estos personajes? ¿Quizás en Francisco Javier Lidón ayudando a un preso huido de la justicia que le acusaba injustamente? ¿O en el marido de la pobre Gertrudis?
ResponderEliminarUn saludo
Katy: bueno, no creo que fuese cosa de cotilleo el mareo del vecino contra la pobre Gertrudis.Imagino que el matrimonio estaría hasta el cogote de los golpes realizados por el vecino pesado. Y entonces los leguleyo sy los procesos judiciales no creo que fuesen baratos precisamente.
ResponderEliminarBesitos
Diana de Meridor: prevaricaciones y corruptelas. ¿Qué palabras se usan más ahora al margen de prima de riesgo, recortes, crisis, etc, etc?
ResponderEliminarUn besito y feliz fin de semana
Antorelo: pleitos prolongados desde el siglo XVIII... uffff. La Justicia es lenta, pero ¿tanto?
ResponderEliminarSaludos
Francisco: no me gustan los homenajes, ni las fotografías, ni los micros de la radio. Huyo de todo eso. Investigo y lo que voy encontrando, por pequeño que sea, intento darlo a conocer, porque el pasado pertenece a todos.
ResponderEliminarSaludos
Mari-Pi: Gertrudis lo tenía mal, igual de difícil que lo tendríamos cualquiera de nosotros con un vecino emisor de ruidos. ¿Te imaginas al vecino con la música de Lady Gaga a todo volumen al otro lado de la pared?
ResponderEliminarBesitos
Mari Cari: ¡oído cocinaaaa! Repetiré el experimiento en otra ocasión con nuevos pleitos y dimes y diretes sobre el Béjar de otros tiempos. Tengo cartuchos para varias partes más. Ya ves cómo te tengo en cuenta, chiquilla. Y si éste es un buen remedio contra la crisis, pues bienvenido sea.
ResponderEliminarBesines
Mari Cari: no te he dicho nada sobre tu resolución del caso de los fugados, pero no me extrañaría que no quisieran pagar unos sueldos extras y decidieran pegar el tijeretazo. ¿Nos suena?
ResponderEliminarRebesos
Cayetano: la imagen de los presos fugados convertidos en monaguillos me gusta. La verdad es que el cura debería estar hasta el cogote de ellos, porque les tendría que llevar comida y mantenerles. Y, mientras, fuera, los soldados esperando jugando a los naipes. ¡Qué imagen! De todos modos seguro que la feligresía aumentó durante ese tiempo porque entrarían, mas que a oir misa, a ver qué tal estaban los fugados, cual monos de feria.
ResponderEliminarPor lo menos el vecino se llevaba el trabajo a casa. Ahora se pone la minicadena a tope para dar la lata, sí. Parece que has sufrido una experiencia de ésas...
Un saludo
Gacuho: los tiempos pasan, pero los hombres cambian poco.
ResponderEliminarSaludos
Cómo se ve que antes la vida era mucho más simple!!
ResponderEliminarUn gran abrazo
Lo que más lejano, en cuanto a costumbre nos queda, es lo del refugio en sagrado. Hoy si alguien tratara de hacerlo posiblemente encontraría la iglesia, salvo en fiestas de guardar o de la misa ordinaria, cerrada.
ResponderEliminarCatalina de Erauso, la monja alférez, se refugió en una Iglesia después de matar a un hombre. Estuvo allí seis meses. Tanto tiempo fue que la guardia que vigilaba en el exterior se relajó y logró escapar.
Muy curiosa e interesante artículo.
Un abrazo Carmen.
sÍ querida amiga, claro que nos suena, como nos van a sonar las tripas de hambre de cultura, de artes, de ciencias y hasta de alimento... y si no... al tiempo!! Bss muy agradecidos por tenerme en cuenta, ainsss qué buenaza eres... ¡Superior!
ResponderEliminarTe quedas con la miel en los labios con respecto a la historia de esos tres acusados dentro de la Iglesia..¿Le perdonaron, fueron excomulgados, murieron tras un ataque delos soldados...?
ResponderEliminarUn abrazo Carmen, y perdona mis retrasos en los comentarios....
Hola Carmen. A saber lo que tenía de antes con ellos el vecino que vareaba la lana a golpe sabiendo del caso de su vecina.
ResponderEliminarSe me ha venido a la cabeza, cuando era chaval, y teniendo alguna liorta con los amigos de la calle, corría ( me acogía a sagrado sin hablar con el párroco) a refugiarme en la iglesia del Espíritu Santo sabiendo que allí no se podía armar a la gresca. Lo malo era si la puerta estaba cerrada...También me haces recordar la antigua cárcel que el mismo ayuntamiento tenía por la parte de atrás, justo al lado de la antigua escuela nacional. Escuela lúgubre, grisácea, llena de pupitres ocupados en la espera de un pequeño recreo.
Saludos. :-)
Hola, saludos, que tengas un lindo inicio de semana, un gusto visitar tu blog, yo te invito a visitar el mio (El Blog de Boris Estebitan) y leer un poema mio titulado "The Ballad of Boris Esteban", es un poema a la esperanza.
ResponderEliminarEl Drac: y en cierta forma más complicada porque la gente no tenía para comer y uno se podía morir de un resfriado.
ResponderEliminarSaludos
Desdelaterraza: tienes razón. Ahora la iglesias suelen estar cerradas a cal y canto salvo en horarios de misa que es precisamente el único momento en que no dejan que los turistas las exploremos. Entonces, ¿cuándo se pueden visitar?
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu ejemplificación de "refugiado en sagrado" con un personaje conocido por el gran público.
Saludos
Cari: para buenaza tú, guapa.
ResponderEliminarBesos
Fco. Javier: ¿te imaginas un asalto a una iglesia entonces? me parece que no. O huyeron en un descuido de la soldadesca, o acabaron de nuevo entre rejas. O quizás lo que dice Cari, que el concejo no pagó las horas extras de los vigilantes y al final huyeron de Béjar sin que nadie pudiera pararles.
ResponderEliminarNo te preocupes, que sé que estás liado con el trabajo y ahora de vacaciones.
Saludos
Marcelo: o sea que la puerta de la iglesia estaba cerrada a cal y canto y no te servía ni para refugiarte cuando los gamberros del barrio venían a por ti... Si es que nada cambia... Ahora también siguen cerradas en la mayoría de los casos.
ResponderEliminarEn Béjar la cárcel y el ayuntamiento también estuvieron unidos. De hecho todavía la policía local tienen como sede el ayuntamiento.
Saludos
Boris: gracias po r dejar tu comentario y tu invitación. Me paso en un segundo.
ResponderEliminarSaludos
En todas partes cuecen habas y se suceden los conflictos. Nada nuevo... Sólo que ahora, mirando hacia atrás en el tiempo, nos permitimos sonreir, mientras que lo que nos afecta a nosotros nos pone de mal humor. Gracias por estas pinceladas bejaranas. Besos.
ResponderEliminarLos pleitos es algo consustancial con el ser humano y sus relaciones con sus iguales, siempre han existido y nunca faltaran en nuestra vida, somos asi.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carmen gracias por tu felicitación te deseo buena semana.
ResponderEliminarSaludos desde Creatividad e imaginación fotos de José Ramón
Por aquí de nuevo, disfrutando de tus cosillas.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Isabel: con el paso del tiempo el cristal con el que se miran los sucesos cambia y la realidad se percibe de otra manera.
ResponderEliminarUn beso
Jose Manuel: siempre a la gresca, con el vecino, con los amigos y con quien haga falta. Si no la vida sería muy aburrida, ¿no?
ResponderEliminarSaludos
Jose Ramón: te deseo lo mismo, amigo.
ResponderEliminarSaludos
Hiperión: gracias, amigo, por tus visitas.
ResponderEliminarUn beso