Autor: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid nº 4.587, 12/02/2010.
Queda muy lejano aquel 2 de mayo de 1563 en que el visitador del obispado de Plasencia y rector de la universidad de Sevilla, el doctor Padilla, encaminó sus pasos hacia la iglesia de Santa María para comprobar las reliquias que en ella se custodiaban. Perdido en el tiempo sí, aunque con un denominador común: entonces como ahora se celebraba la fiesta de san Blas. No tenemos constancia en la documentación de si los bejaranos compraban cintas que ponían alrededor de sus cuellos, una vez bendecidas en la misa solemne del día 3 de febrero, con el fin de protegerse contra el dolor de garganta, pero sí que sus restos eran venerados en Béjar desde finales del siglo XV o principios del siglo XVI.
Las gargantillas de San Blas
Precisamente el doctor Padilla deseaba conocer algo más acerca de esta historia, aunque su misión no provenía de él mismo, sino del obispo de Plasencia, don Pedro Ponce de León. Según el documento que aún se conserva de aquella inspección, “fue a visitar el altar del Señor San Blas que esta dentro de la yglesia, donde allo en el medio del dicho altar una caja en la que estavan dentro unas reliquias del vienaventurado santo san Blas que, segun paresze por el ynbentario de las cosas del sagrario, tiene dos dedos del dicho santo e otras reliquias envueltas en un papel, todas las cuales estan metidas en una cajita de madera cuviertas de brocado carmesi e unas flocaduras de sirgo colorado con una cruz en medio verde y blanca y ençima un velo de seda con una franja de oro con su argentera”. Las otras reliquias citadas en este documento pertenecían a uno de los brazos de una de las Once Mil Vírgenes y fueron traídas por el duque Francisco I en 1536, según bula encontrada dentro del paquete ricamente adornado, expedida por el Cardenal de Santa Cruz, don Francisco Quiñones, en Roma en 1533, y autorizado el traslado a Béjar por el Licenciado Temiño, provisor de Sevilla un año más tarde.
Sin embargo, el Visitador del Obispado no estaba convencido de la autenticidad de los restos de san Blas, pues carecía de auténtica, por lo que procedió a realizar un interrogatorio entre los curas allí convocados. El clérigo que aportó mayor información por ser ya anciano fue Gregorio de Olivares. Declaró recordar haber visto las reliquias en Béjar desde su nacimiento, hacía ya 57 años, y desde entonces “an sido siempre beneradas en esta villa, por cuya causa se a celevrado siempre en ella con mucha debozion la festividad del señor San Blas e que siempre a visto que en el dia de este glorioso sancto muchas personas, ansi de esta villa como de fuera de ella, an venido e vienen a visitar la dicha yglesia e altar del señor San Blas e que de la festividad de este glorioso sancto tiene echo boto esta villa de lo guardar e celebrar perpetuamente como lo guarda e celebra”.
Imagen del santo y reliquia
Nada se dice del hecho de que la reliquia fuese propiedad de los duques de Béjar desde 1490, como efectivamente así constaba en un Inventario de Bienes realizado por Martín Ruiz de Medina bajo el señorío de Álvaro de Zúñiga. Parece ser que los dedos de San Blas formaban parte del legado de la duquesa Leonor de Pimentel.
Por otro lado, y por lo que se refiere al arte, en 1558 se cita que ya había asentado un retablo dedicado al santo y realizado por Antonio de Cervera, escultor, pintor y dorador, vecino de Jaraíz. En ese mismo año se compromete a pintar la imagen de san Blas que se iba a traer de Plasencia de esta forma: “que la casulla sea de oro y çenefa de ella gravada sobre açul perfecto y alva de plata y dada de blanco y sacada y unos faldones de carmesi y el baculo de oro y la mitra de oro gravada los campos y haçer en encarnado lo que fuere menester y la peana verde y el enves de la casulla de carmesi”. No sabemos si estamos ante la misma imagen que se conserva en la iglesia de Santa María, pues en un inventario de 1692 se cita “otro san Blas pequeño nuevo que es de la cofradía”. La talla salida de talleres placentinos y pintada por Antonio de Cervera en 1558 permanecía en su retablo de pinturas y el documento especifica bien a las claras que “es de la iglesia”. El retablo originario se sustituyó hacia la década de los años 20 del siglo XVIII por uno nuevo de estilo barroco y sus pinturas se perdieron, no así su imagen que, como hemos dicho, todavía se conserva. En cuanto al relicario, compuesto de un brazo y mano del santo realizado en madera dorada, con un espacio en la muñeca para alojar los dos dedos de san Blas, es citado ya en el inventario de 1692, aunque no sabemos su fecha exacta de realización o de compra.
Por lo tanto, y si hacemos caso a lo declarado por Gregorio de Olivares, la festividad de san Blas suponemos que se lleva celebrando desde antiguo, probablemente desde que los duques de Béjar cedieron la reliquia de su propiedad a la iglesia de Santa María. O quizás desde que la propia duquesa Leonor de Pimentel la legara a su muerte. En todo caso estamos seguros de afirmar que la fiesta se continúa celebrando desde hace la friolera de 5 siglos.
Aún con todo, muchos recordarán que en el día de san Blas era tradición bajar niños, padres y madres a Santa María a la misa celebrada por la mañana con todo esplendor. Hacia 1736 se sabe que se llevaba a cabo una procesión que salía a las 9 de la mañana desde la iglesia de San Juan Bautista y que terminaba en la de Santa María. Este año los bejaranos han vuelto a acudir a la llamada de la tradición secular a comprar las cintas de colores que les eximen de dolores de garganta para todo el invierno, sin conocer que la devoción ya la ejercían sus antepasados desde tiempo inmemorial. Desde su retablo, la efigie del santo contempla con sus ojos de cristal, las tiras benditas en su mano y su corazón de madera a los bejaranos de la misma forma a como lo hacía en tiempos de Cervantes.
FUENTES DOCUMENTALES:
Archivo Parroquial de Santa María: “Ynventario de los bienes, hornamentos y alhajas que tiene esta yglesia parroquial de Sancta Maria la Mayor deesta dicha Villa”. Documento suelto.
A.P. Santa María: “Certificazion de autentiçidad de las reliquias de San Blas y de las Once Mil Virgenes que hay en la yglesia de Sancta Maria (1563)”. Documento suelto
A.P. Santa María: Libro de Fábrica (1547-1568), fols. 45 y 75 (sobre el contrato con Antonio de Cervera).
A.P. Santa María: Libro de la Regla del Cabildo Eclesiástico de Béjar (1736).
MARTÍN LÁZARO, A: “Santa María la Mayor”. Béjar en Madrid, 1924 (sobre la propiedad ducal de la reliquia de San Blas).
De aquellos barros vienen estos lodos, como se dice popularmente. Por lo que veo la tradición de celebrar San Blas viene de lejos. Me imagino que por tu tierra también se harán eco del dicho: "Por San Blas, las cigüeñas verás." Aunque con el cambio climático, el dicho popular pierde todo su sentido, porque parece ser que estas aves ya no emigran y se quedan todo el año con nosotros. No sé si en Béjar ocurre otro tanto.
ResponderEliminarUn saludo.
También en Jaén existía voto, o al menos costumbre, de celebrar la fiesta de san Blas en el siglo XVII.
ResponderEliminarEs un artículo muy documentado y para guardar.
Saludos.
Muy curioso y muy bien documentado....
ResponderEliminarAqui la tradicion de San Blas son los panes venditos a los que se le reza un padre nuestro antes de comerlos y se encargan de cuidarnos las gargantas.
Como ves cultura y tradición...
Besos
Buen artículo Carmen.
ResponderEliminarEn Cáceres también se celebra San Blas junto con las Candelas es una tradición muy antigua. Es parecida a la de aquí.
Es costumbre vestir a las niñas con los rejajos "Campuzas" y bajar a la parroquia de San Blas a la procesión a comprar las roscas y a por la cinta...Mi madre nos vestía a nosotras.
Un beso
Ay, madame, no sabía lo de San Blas con respecto a los dolores de garganta. Me sonaba el dolor de oídos, porque cuando era pequeñita yo padecía mucho de eso, y mi abuela me llevó a San Blas, aunque no sé exactamente dónde.
ResponderEliminarPero oiga, funcionó y todo :)
Buenas noches
Bisous
Soy adicta a bufandas y foulars y la causa es la propensión que tiene mi garganta de irritarse con el frío, no lo vinculo a San Blás porque desconocía estos datos, ahora cada vez que me ponga una me acordaré de él.
ResponderEliminarSiempre me ha llamdo mucho la atención el tema de las reliquias, en la Catedral de Valencia tenemos la de San Vicente Ferrer, desde pequeña me quedaba fascinada frente a la ornacina que la resguarda, es una extraña costumbre la que tenían de cortas dedos, brazos y demás.
Estuepndo traBajo Carmen.
Me gustan vuestras gargantillas.
Besos.
Pues ya son años Carmen celebrando 500 años de santo, todo por una reliquia,y es todo un lujo histórico. Aunque a mi me hace falta una cinta de esas para mi carraspeo, XD¡
ResponderEliminarUna historia muy apasionante esta de San Blas. Siempre he oido lo de su protección sobre la garganta, pero no sabía la relación con Béjar.
ResponderEliminarUn abrazo. Carmendy
Muy interesante la leyende de San Blas, pero lo de las once mil vírgenes es alucinante. Y lo de cinco siglos de celebración ya es una pasada. ¿Alguién da más?
ResponderEliminarUn post con todo lujo de detalle.
Besos
Una de las primeras festividades del año para muchos pueblos, no van a ser todas en verano y me refiero a fiestas patronales de varios días no solo del de San Blas pero dedicadas a él.
ResponderEliminarUn saludo.
Reales o no aquellas reliquias (como en todos estos casos es cuestión de Fe) lo importante es la tradición y las costumbres que arrastran con ellas, en una época además en que la medicina estaba en manos de muy pocos y aún así era muy deficitaria, por lo que no quedaba otra que aferrarse al cielo.
ResponderEliminarUn beso.
Parece estar bastante extendida la devoción por este santo. Panes en unos lugares, galletas en otros, siempre bendecidos forman parte de la tradición sobre las propiedades sanadoras de este santo. Un abrazo Carmen.
ResponderEliminarQue interesante :) Aquí no se celebra San Blas pero si la Candelaria, el día de las candelas todos los niños que hayan sido bautizados en la parroquia durante el año anterior tienen una especie de post-bautizo... Antes les hacían un regalín a cada niño y le daban una rosa blanca a cada made, ahora no, deben ser efectos de la crisis. Lo mejo de San Blas son las cigueñas, que hermosas tienen que verse sobre ese ese espectacular campanario que que se ve en la cabecera :)
ResponderEliminarUn beso, Carmen
Fíjate: el anciano Gregorio de Olivares, nada menos que con 57 años.
ResponderEliminarEl Plasencia también he ido alguna vez a por la cinta de San Blas, igual que en Béjar.
Jero
Por aquíntambién era costumbre bedecir unas cintas de colores con una medalla. También la gente acudía a la iglesia para le bendijeran unas roscas de pan que se hacían para ese día. Muy interesante tu entrada.
ResponderEliminarSaludos
Las tradiciones es lo que tienen que fijan los tiempos y los remedios en la mente de uno... ¡¡¡Pero, Mary, las cintas, las cintas, ponte a hacer algo!!!! (Orgullo y Prejuicio de Jane Austen)... Ya tenían cintas por doquier... como en Béjar... cintas en las iglesias y en las procesiones y en las casas para cura de las gargantas...
ResponderEliminarBss... de cinta de la tuna...
En Recas (Comarca de La Sagra, Toledo) se bendicen unas roscas que luego se venden en una de las panaderías del pueblo.
ResponderEliminarEnhorabuena por la entrada Carmen. Es una aportación más.
Pues por aquí abajo no se celebra San Blas en ningún sitio, que yo sepa. Muy buen artículo y bien documentado esta tradición del santo. Feliz fin de semana, Carmen.
ResponderEliminarCayetano: pues sí que se dice, aunque, claro, las cigüeñas ya andan por aquí desde hace un mes más o menos. Y eso que ha nevado y estamos en pleno invierno.
ResponderEliminarSaludos
Retablo de la Vida Antigua: prtecisamente me he acordado de ti hoy, porque en el telediario han resaltado las fiestas de un pueblo de Jaén (no recuerdo el nombre) en que con motivo de la festividad de San Blas tiran un pavo desde la torre del campanario de la iglesia. Seguro que sabes perfectamente de qué pueblo te estoy hablando.
ResponderEliminarSaludos
Mª Ángeles y Jose: en Béjar sólo tenemos gargantillas, no panecillos. Prefiero vuestra tradición, jejej
ResponderEliminarBesos
Laura M.: pues tiene que ser muy bonita la tradición. Como he dicho en el anterior comentario por lo menos en otros sitios se celebra San Blas llenando también el estómago. Aquí en Béjar no se habla en la documentación de panecillos, aunque a lo mejor es una tradición que se ha perdido.
ResponderEliminarBesos
Madame Minuet: a lo mejor es que es el patrón de los otorrinos y ya sabe que ellos se encargan de oídos y garganta, jejeej. Me alegro de que se pudiera buena.
ResponderEliminarBesos
Wendy: ¿has visto las gargantillas? Son cintas muy chulas de colores. Cada una se la compra del color que quiera. Ahoyra ya no es tan típico, pero de pequeña recuerdo bajar a comprar las cintas con mi padre y luego enseñarlas en el cole a las demás niñas. Cada una la llevábamos de un color distinto. Ahora ya es menos la gente que la compra.
ResponderEliminarEn cuanto a las reliquias, a mí me dan un pelín de miedo. Porque al fin y al cabo pertenecen a un señor o señora muertos...
Besazos grandes
Javier Peralta: hay gente que dice que no se ha resfriado con las gargantillas o que no ha tenido dolores de garganta. Imagino que aquí, junto a estas nevadas montañas y precisamente en estas fechas, venía muy bien que un santo se encargase de los resfriados, más que nada porque entonces, como ahora, estaban al orden del día.
ResponderEliminarSaludos
Carmendy: se celebra en muchos lugares de España y Béjar es uno de ellos. Lo bonito de aquí es que la reliquia fue traída por los duques de Béjar y depositada en la iglesia parroquial de la que dependía su palacio.
ResponderEliminarBesos
Katy: cinco siglos dan para mucho. Lo extraño es que la tradición no haya decaído o desaparecido como les ha pasado a muchas. Quizás porque los resfriados y el dolor de garganta existían entonces igual que ahora.
ResponderEliminarUn beso
Jose Eduardo: en Béjar, como en otros lugares de España, en esta semana se celebran las Candelas, San Blas y Santa Águeda. La verdad es que por tradiciones no será...casi más que en verano.
ResponderEliminarSaludos
Carolus II: a parte de San Blas en Béjar se adoraba también a los Santos Doctores, San Cosme y San Damian, cuyas imágenes se custodian también en Santa María. Parece que los duques estaban obsesionados con la salud. En esto los miembros de la nobleza se igualaban con el resto de la población.
ResponderEliminarUn beso
Desde la terraza: aquí lo curioso es la existencia de las gargantillas. En este caso se prescinde del aditamento alimenticio.
ResponderEliminarSaludos
Almalaire: aquí en Béjar también se celebra, concretamente en esta misma iglesia, la de Santa María, y en el santuario de la Virgen del Castañar el día previo. Por cierto, que en el pueblecito de Candelario, muy cerca de aquí, el día de las Candelas se festeja por todo lo alto. Es precioso.
ResponderEliminarLas torres bejaranas está poladas de cigüeñas. Prometo hacer un reportaje.
Besos
Jero: lo mismo Gregorio de Olivares era un tío abuelo tuyo. Seguro, seguro porque de los Olivares desciendes tú. Echa un vistazo al árbol.
ResponderEliminarSeguro que la celebración bejarana competía en tiempos con la placentina. No olvidemos que el duque y el obispo, el Cabildo de Plasencia y el de Plasencia siempre estaban a la gresca.
Besos grandes
Antorelo: como digo aquí se ha prescindido de las roscas... Nos quedamos con el estómago vacío...
ResponderEliminarGracias por comentar. Saludos
MariCari: pues sí, parece que les gustaban mucho las cintas, porque a la vez que protegían de la garganta y otras dolencias encima son estéticas. De seda, de raso, azules, amarillas...para coleccionar.
ResponderEliminarBesazos
Ignacio: parece que las roscas es una tradición ligada a la fiesta de San Blas en muchas partes de España, menos en Béjar. Habrá que mirar si es que aquí se hacía y se ha volatilizado el complemento alimenticio con el tiempo...
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. Saludos
Paco Hidalgo: claro, porque allí no hace tanto frío como aquí. Quizás en Granada con su Sierra Nevada al lado sí que se acuerden de San Blas y su protección de gargantas.
ResponderEliminarBesos
Recuerdo que cuando iba al colegio el día se San Blas todos los niños llevábamos la cinta al cuello. En cuanto a la escultura, una muy parecida a la de Béjar se conserva en la iglesia de Montemayor del Río.
ResponderEliminarBuen fin de semana!
Roberto: es verdad, y otra muy diferente es la que todavía existe en Sorihuela, ¿te acuerdas?
ResponderEliminarSaludos
Carmen, me han dicho que ayer a las cinco de la tarde en la parroquia del pueblo estuvieron bendiciendo las roscas y las cintas con las medallas. Yo creí que ya no se hacía, pero a raíz de tu entrada, he hecho indagaciones y es lo que me han dicho.
ResponderEliminarUn saludo
Antorelo: pues mira como dice el refrán "no te acostarás sin saber una cosa más". En este caso la "cosa" la tenías cerca, pero nunca te había percatado. Yo lo tengo más fácil porque esto es pequeño, jejeje
ResponderEliminarCarmen...
ResponderEliminarA tenor del trabajo de documentación del que siempre haces gala, parece que Don Gregorio de Olivares estaba en lo cierto. Ciertamente nunca había leído una historia parecido como la de san Blas. Quizás no fuese así, o hubiese varias reliquias, o la propiedad de la misma, pero lo realmente importante es esta tradición tan bonita que se remonta tan antiguo. Hermoso el castellano antiguo, querida amiga.
Un abrazo después del mes de enero en el que he estado "de peleas" con Hacienda y que me ha mantenido alejado del mundo bloggero. Ya tenía ganas...
Carmen cuanta información nos muestras gran trabajo realiza gracias por sus visita feliz fin de semana
ResponderEliminarGran trabajo, Carmen: muy bien documentado. Pese a la tradición de tantos siglos, que ya de por sí es un patrimonio a mantener, me voy a permitir unas serias dudas sobre las reliquias. ¡Los dedos de San Blas! ¡Un brazo de una de las 11.000 vírgenes! Uf. No lo digo, por supuesto, sólo por las de Béjar.
ResponderEliminarSaludos
Una vez más, magnífico trabajo Carmen. Lujo leerte, siempre.
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Hola Condesa.
ResponderEliminarEn América latina también hay devoción por San Blas.
Hay una imagen en la Iglesia que lleva su nombre en el este de Caracas. Algo opacada la fiesta por que el día anterior es la fiesta de la Candelaria, la trasladaron para finales del mes de febrero.
En esa iglesia bauticé a mi hijo.
No sabía de la asociación de San Blas con la garganta...
Saludos
Felix Casanova: don Quijote debería haber dicho a Sancho "Con Hacienda hemos topado", ¿no te parece? De Hacienda nadie se libra, amigo mío. Me alegro muchísimo que estés de vuelta. Te habíamos echado de menos.
ResponderEliminarUn abrazo
Jose Ramón: muchas gracias a ti. Que pases un feliz domingo.
ResponderEliminarSaludos
Xibeliuss: yo opino lo mismo, querido amigo, mas aquí no se pone el duda nada. Simplemente se reconstruye el pasado, se da una vuelta por él, para conocer más el presente. Que haya o no reliquias de San Blas o de las Once Mil Vírgenes, de sus cuerpos santos, esa es otra historia.
ResponderEliminarSaludos
Silvia: un besazo grande, grande para ti, guapa.
ResponderEliminarLa sonrisa de Hiperión: tú tienes siempre carta blanca para pasearte por este blog.
ResponderEliminarSaludos
Manuel: lo bueno que tenemos estas tierras es que nos hermanamos con otras allende los mares, ambas compartiendo tradiciones comunes. La herencia religiosa es una de ellas.
ResponderEliminarBesos
Por aquí tocaya, también se celebra, pero se cuelgan unos San Blas de barro con cintas de colores al cuello. Se lleva a cabo en la parroquia y barrio de Santa Eulalia, en pleno centro de la ciudad, son las fiestas de la Candelaria y San Blas, aunque yo creo que la tradición a venido a menos...
ResponderEliminarNiña, llegar hasta aquí es un camino largo, después de 52 comentarios,ya te vale, por que es verdad que tu vales, menudas crónicas.
Besicos.
Es una delicia conocer una de las tradiciones de tu pueblo, de tu mano podemos sumergirnos en la magia del acontecimiento.Felicidades por tu entrega....
ResponderEliminarBesazos querida amiga.
Cabopá: me encanta que me cuentes las cosas de tu tierra, quierida amiga. La tradición de colgar figurillas de San Blas con cintas es nueva para mí.
ResponderEliminarMuchas gracias. La verdad es que me encantan las reacciones que tienen mis lectores ante los textos que voy colgando. Es lo que más me divierte del blog, porque aprendo muchísimo de todos vosotros.
Besazos, murcianica
Loli Martínez: me alegro que pases a verme y a contarme cosillas tuyas.
ResponderEliminarBesazos
Curiosa costumbre, pero lo que más me sorprende es lo bien documentada que está su entrada, felicidades. Me ha recordado usted con este santo a una contrucción de mi querida Soria, La Casa de San Blas, edificio que constituye el único ejemplo del románico civil que pervive en la ciudad, hay allý mucha devoción por este santo y tiene fama de milagrero, numerosas ermitas salpican la provincia en su honor.
ResponderEliminarUn abrazo Carmen.
Pedro Mingo: muchas gracias por tu aportación. Me alegor que esta entrada te haya traído tan buenos recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo
Llego un poco tarde, espero que san Blas no me lo tenga en cuenta y me protja la garganta, que es mi instrumento de trabajo.
ResponderEliminarEstupenda entrada, Carmen. No deja de sorprenderme la cantidad de tradiciones que se conservan en una ciudad industrial. Si me apuras más que en muchos pueblos.
Un abrazo
Agev: muchas gracias por tu comentario Agev. Sé uqe las entradas sobre tradiciones te encantan, así que ésta no podía ser menos. Sí, es curioso que en Béjar se conserven tantas tradiciones teniendo en cuenta que la industria textil dió carpetazo a muchas de las costumbres pertenecientes al periodo señorial.
ResponderEliminarPor cierto, en la entrada sobre San Antón no te resolví tu duda acerca de lo que eran las manteladas o mantelás, como las llemamos aquí. Es un bollo de pan con anises que suele comerse por San Antón acompañado de chorizo cocido al vino o asado. Está riquísimo.
Besazos
Hola Carmen, en mi pueblo se celebra san blas llevando pan picado, roscos picados y palomitas engaladas con cintas de colores,a la parroquia donde se be dicen y según la tradición, cuando falla la garganta comes un poco de ese pan y te curas, por cierto la señora pimentel también trajo a olivares reliquias de las once mil vírgenes, según tengo entendido en numeró de reliquias solo. Nos supera santiago de compostela.
ResponderEliminarEs un día que se disfruta mucho de los niños en mi pueblo.
Aquí en Béjar es curioso pero no se estila el dar panecillos ni cosas dulces en el día de San Blas, como sí se hace en San Antón o San Antonio de Padua. Es bonito todo lo que me cuentas de tu pueblo, pero no me has dicho cuál es. Me gustaría saberlo.
EliminarUn saludo