12 de enero de 2024

Los validos y el linaje de los duques de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        La época de los validos -nobles que ejercían el poder político real por amistad con el monarca, sin nombramiento formal- se adscribe a la de los Austrias menores, pero hubo dos antecedentes en el reino de Castilla en los cuales el linaje de los duques de Béjar estuvo muy involucrado, incluso con cargo de asesinato en el primero. Se trata este del condestable Álvaro de Luna, noble que llegó a tener ascendencia sobre el rey Juan II hasta extremos de dependencia y sumisión que requerirían algún tipo de explicación psicoanalítica.

 

El condestable Álvaro de Luna en su tumba en la catedral de Toledo. Es.wikipedia.org

 

        El rey tomó tanto amor con Álvaro de Luna que non podía estar nin folgar sin él, nin quería que durmiese otro con él en su cámara, en tal manera que la reina Catalina (madre de Juan II) veyendo aquesto, que de grand amor no podía nascer sinon gran daño…, mandó echar del reino al dicho Álvaro de Luna.

          El proceso no fue tan simple, sino que involucró a la alta nobleza y hubo una guerra civil de por medio. Finalmente, Pedro de Estúñiga, II señor de Béjar y conde de Plasencia, cuya familia deseaba sustituir a Álvaro de Luna en la privanza y el favor real de Juan II, se alió con otros nobles, y por medio de la reina Isabel, esposa del monarca, obtuvo de este la siguiente orden dirigida a su hijo: Don Álvaro de Stúnica, mi alguacil mayor, yo vos mando que prendáis el cuerpo a don Álvaro de Luna, maestre de Santiago, y si se defendiere que lo matéis. El valido fue atraído a Burgos, donde fue apresado por las fuerzas del conde de Plasencia, y decapitado en la plaza mayor de Valladolid.   

 

Colecta para sepultar el cadáver de don Álvaro de Luna, por José María Rodríguez de Losada, en el Palacio del Senado de Madrid. Es.wikipedia.org

 

       El segundo caso corresponde a Beltrán de la Cueva, valido de Enrique IV, cuya fulgurante carrera en la corte despertó las alarmas de la nobleza que deseaba la consolidación de la oligarquía y la institución de un gobierno dirigido por un equipo nobiliario. Se le imputó ser el verdadero padre de la princesa Juana, apodada la Beltraneja, hija del monarca y de Juana de Portugal, situación que condujo a una nueva guerra civil y enfrentó a Álvaro de Zúñiga, futuro I duque de Béjar, con la reina Isabel I de Castilla. Sorprendentemente Beltrán de la Cueva militó en el partido isabelino, y murió en su castillo de Cuéllar dedicado a escribir.


        En época de los Austria, la mitad del gobierno de Felipe III estuvo en manos de Francisco de Sandoval y Rojas, duque de Lerma, hijo de Francisco Gómez de Sandoval y Zúñiga, que por línea materna descendía de los condes de Miranda del Castañar, una de las ramas de la Casa de Zúñiga fundamentada en Diego López de Estúñiga, I señor de Béjar. Su gestión estuvo marcada por la corrupción, y a raíz de su enriquecimiento relacionado con el traslado de la corte de Madrid a Valladolid y viceversa en el plazo de cinco años, se le motejó de el mayor ladrón de España. Para librarse de ser enjuiciado solicitó al papa la dignidad de cardenal, que le fue concedida.

 

El cardenal-duque de Lerma. Antrophistoria.com

 

     Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares y valido de Felipe IV, pertenecía por línea paterna y materna a la rama de los condes de Monterrey de la Casa de Zúñiga, cuyos parientes mayores eran los duques de Béjar. Durante veintidós años dirigió los asuntos internos y externos de España, y se le acusó de corrupción y nepotismo y de tener secuestrada la autoridad del rey. A él y a su prima hermana y esposa, Inés de Zúñiga, se debe el inicio del Parque del Retiro en Madrid.

 

El conde-duque de Olivares, por Velázquez, en el Museo de Arte de Sao Paulo, Brasil (la llave dorada en su cintura corresponde a la de la cámara del rey) Es.wikipedia.org

      

      Al ascenso del conde-duque colaboraron su esposa, que era hija de Gaspar de Zúñiga, V conde de Monterrey y virrey de México y Perú, y hermana de Manuel de Zúñiga, VI conde de Monterrey, virrey de Nápoles y Grande de España, y su tío Baltasar de Zúñiga, diplomático. A este se le considera un valido, pero en realidad desempeñó funciones de ministro y consejero de Estado para Felipe IV. 

 

El diplomático Baltasar de Zúñiga y Velasco. Flickr.com

 

        A Gaspar de Guzmán, cuando cayó en desgracia y tuvo que retirarse de la corte (desterrado más bien), le reemplazó en el favor del rey su sobrino Luis de Haro y Guzmán, hijo de su hermana Francisca de Guzmán y Zúñiga y VI marqués del Carpio, …y no por voluntad del conde-duque, sino por influencia de su familia materna. Luis fue un hombre prudente y conciliador, que actuó como mero agente de la autoridad real en contraste con los validos que le habían precedido, pero de carácter autoritario. Su contrapartida en Francia fue el cardenal Mazarino, que en la pintura siguiente aparece en correlación geométrica.    

       Finalmente, el diccionario de la Real Academia hace proceder el término valido del verbo latino valere, en acepción de ser fuerte, estar firme; pero registra el término valí (y valiato), del árabe walí, gobernador, que tal vez haga más sentido al origen y significado del término en cuestión. 

 

 

Lecturas:

Alvar E., Alfredo: El duque de Lerma: corrupción y desmoralización en la España del siglo XVII. 2010

Gil M., Francisco: Las hechuras del conde-duque de Olivares… 2014

González C., Rubén: Baltasar de Zúñiga: una encrucijada de la monarquía hispana, 1561-1622. 2012

Pérez de G., Fernán: Crónica del señor rey don Juan… 1512

Rodríguez B., Antonio: Bosquejo historiográfico de don Beltrán de la Cueva... 1881

Serrano B., José: El condestable: de la vida, prisión y muerte de don Álvaro de Luna. 2000

Valladares, Rafael: El mundo de un valido: don Luis de Haro y su entorno, 1643-1661. 2016  

4 comentarios:

  1. Gran influencia tuvo a lo largo de los siglos el linaje de los Zúñiga en el gobierno de España.

    Saludos.

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  2. Un artículo muy interesante este que nos regala hoy D. Jorge,y que me ha servido de mucho para darle sentido a esa palabra de valido, ya que siempre pensé que eran nobles que ponían al servicio del rey, su tropas, y que tras los triunfos en las batallas, eran recompensados con tierras o títulos. jamás se me ocurrió pensar de que tuvieran tanto poder.
    Un abrazo, amiga Carmen.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.