Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
A 255 kilómetros al noreste de Béjar, por carretera moderna, se encuentra esta antigua villa que hoy cuenta con poco más de un centenar de habitantes y es famosa por la calidad de los ajos que produce, aunque su patrimonio arquitectónico sea tal vez más importante.
Curiel de Duero, Valladolid, en la actualidad. Escapadarural.com
Junto con otras villas, en 1386 el rey Juan I hizo merced de esta a Diego López de Estúñiga, con quien se había educado y luego fue su consejero. En el punto más alto había un castillo construido por los romanos que más tarde pasó a propiedad de varios reyes castellanos y leoneses, y entre 2003 y 2006 fue convertido en posada de lujo con el nombre de Hotel Residencia Real. A este castillo se refería el antiguo decir: Buen castillo tendría Peñafiel, si no tuviera a la vista el de Curiel (ambos están sobre un cerro y a poca distancia)
Suite del hotel Residencia Real con escudos de Castilla y León. Hotelesconencanto.com
Estúñiga era parte de la oligarquía castellana que apoyaba a la dinastía Trastámara, y poco después recibió de Enrique III el nombramiento de Justicia Mayor del reino, con poderes extraordinarios que le permitían administrar justicia sin apelación (Menéndez Pidal, Historia de España). Establecido en Valladolid, sede del poder judicial donde funcionaba la Chancillería Real, inició la construcción de un palacio propio –casa de morada en la que falleció su esposa Juana- en el cercano Curiel de Duero (61 kms.), que terminó en 1410, siete años antes de su propia muerte.
Muralla frontal (lo que queda) del Palacio de los Zúñiga en Curiel de Duero. Artevalladolid.blogspot.com
La decoración interior del palacio contaba con un riquísimo artesonado mudéjar policromado, yesería del tipo de los palacios árabes andalusíes (Estúñiga vivió un tiempo en Sevilla donde adquirió el palacio de Altamira, entre otros, parte de la aljama judía) con alfiz e inscripciones arábigas, alizares pintados con motivos heráldicos o escenas de galantería, salones con puertas forradas en cuero de buey, contrastando con la solidez del sillarejo granítico empleado en el exterior con una indudable modestia de materiales: adobe y ladrillo (Arte en Valladolid: Monumentos desaparecidos, en la red)
Artesonado del palacio de Curiel de Duero. Artevalladolid.blogspot.com
Heredado por los descendientes de Diego López de Estúñiga -los Zúñiga duques de Béjar-, el palacio se mantuvo en su poder hasta el siglo XVIII con algunas intervenciones: el escudo del frontis lleva la corona ducal de Béjar, título que recibió Álvaro de Zúñiga en 1485; y en el Rollo de Justicia están los escudos Zúñiga (con corona ducal) y Sotomayor, apellidos del IV duque Francisco de Zúñiga, siglo XVI. Aquí fue donde Álvaro I de Zúñiga, entonces conde de Plasencia, reunió caballería en 1452 para apresar en Burgos al condestable Álvaro de Luna.
Rollo de Justicia en Curiel de Duero. Flickr.com
El XIV duque de Béjar -que ya no llevaba el apellido Zúñiga en primer lugar y era derrochador-, vendió el palacio íntegro y ricamente amueblado en 1862, el que permaneció en buenas condiciones hasta 1920 cuando fue brutalmente expoliado (Arte en Valladolid). Al menos algunos elementos fueron a dar al Museo Arqueológico Nacional, y otros se conservan en el Museo Etnológico de Curiel.
Yesería interior del palacio. Rescate fotográfico. Artevalladolid.blogspot.com
Estúñiga se hizo cargo de la iglesia de Santa María, frente a su palacio, a la que dotó asimismo de un magnífico artesonado mudéjar que se conserva hasta hoy (el retablo dorado del altar mayor, sin embargo, procede de la iglesia de San Martín, también de esta localidad, desde donde fue trasladado en la década de 1950 al arruinarse aquella. Arte en Valladolid).
Parte del artesonado de la iglesia Santa María de Curiel de Duero. Flickr.com
Sobre la pérdida del palacio, trae la página citada la opinión del historiador de Arte Juan Antonio Gaya Nuño en La arquitectura española en sus momentos desaparecidos, 1961: Un palacio morisco del porte y calidad del de Curiel, no hubiera debido permanecer ignorado por las altas esferas de la política española de Bellas Artes. Pero aun admitiendo semejante ignorancia, el hecho del derribo en tiempos ya tan recientes como los años 1919 y 1920, imposible de consumarse sin conocimiento de toda clase de autoridades vallisoletanas, debiera haber sido parado a tiempo, con toda la firmeza y aún dureza que el caso exigía… Desapareció así, no un castillo, que como tal no reunía demasiados méritos aparte de su buena conservación, sino un delicioso palacio cuatrocentista mudéjar cuya finura de mano le deparaba posición preeminente en dicho momento artístico.
Visita de la comisión restauradora. Elnortedecastilla.es
El Norte de Castilla anunciaba en su edición del 15.05.08 que la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León acometerá una ambiciosa actuación en el palacio-castillo de Curiel de Duero, de manera que este emblemático monumento pueda ser visitado por cuantos turistas se acerquen al entorno del Valle del Cuco. Para el efecto, se contaba con un presupuesto de 500.000 euros para desescombrar el interior del palacio y consolidar las ruinas que se conservan. Si algo se ha hecho a la fecha (2016) habría que celebrarlo, aunque sea grande la tentación de citar a Sancho: ¡Tarde piache...!
Habrá que ir a dar una vuelta por el lugar, empaparse de edificaciones con historia y, ya que estamos, comprar unos ajos, a ver si es verdad lo que se dice.
ResponderEliminarSaludos a Carmen y a Jorge.
no conocía esta población, aunque por tu reportaje tienen cosas interesantes que val la pena de visitar. En cuanto a los ajos, al vivir en Córdoba los más conocidos en esta zona son los del pueblo cordobés de Montalbán.
ResponderEliminarBesos
Aunque a destiempo, felicito a José Francisco Fabián García por su anterior relato "Historia de la muerte y entierro del curiel Vicentillo...", tan bueno como su "Don Quixote en Béjar" de 2016. Atte. desde Chile, JZR.
ResponderEliminarInteresante lugar, con mucha historia, como casi todos los pueblos de la península.
ResponderEliminarY los ajos...que seguro espantan a los vampiros :D
Besos
Valioso patrimonio desconocido por mí y pidiendo una visita a no tardar.
ResponderEliminarFelicitaciones al autor por su rico vocabulario y dominio de la terminología de cada elemento.
Siempre se aprende en tu página, Carmen.
Por donde estuvieron los Zuñiga siempre hay interés en los lugares, lástima que por el momento no se pueda llevar la restauración del palacio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una localidad que la tuve muy cercana en mi visita a Peñafiel y mirando mis archivos se ve el palacio, o lo que queda de el, junto a la iglesia.
ResponderEliminarEn lo referente al castillo si que nos han invitado a visitar.
Saludos.
Un lugar a tener en cuenta, por el castillo, por los ajos y seguro que por el vino.
ResponderEliminarUn abrazo,