8 de octubre de 2022

El asunto del agua en la villa de Béjar en la Edad Moderna (1ª Parte). El acueducto bejarano (1597-1853)

Autor: Agustín García Gómez
Junio 2022


Tan reciente como que en mayo de 2022 se ha publicado en la red, tanto en la página de la Diputación de Salamanca como en los demás medios de comunicación salmantinos, la noticia que se llevará el agua del pantano de Navamuño en Candelario hasta la recóndita Sierra de Francia con el fin de abastecer de agua el turismo de la localidad de La Alberca, principalmente, y demás localidades de la bella comarca salmantina. Esta noticia ha removido en la memoria el abastecimiento de agua en la Edad Moderna a Béjar que en este escrito se pretende presentar.


Los investigadores bejaranos José Muñoz Domínguez y Juan Félix Sánchez Sancho son los autores de un más que interesante trabajo de investigación titulado “El acueducto de La Corredera. Abastecimiento de agua potable en Béjar entre los siglos XV y XIX” de 2015, cuya lectura de es de total recomendación. En este artículo sus autores nos relatan la historia del acueducto bejarano, detalladamente reflejado en el conocido cuadro Vista de Béjar del pintor Ventura de Lirios de 1726, que servía para abastecer de agua a la villa de Béjar desde su construcción sobre el año 1597 hasta su derribo hacia 1853.

Detalle del Acueducto en el cuadro Vista de Béjar de Ventura de Lirios en 1726. Fotografía: Juan Félix Sánchez Sancho.


Desde 1453 existía una red de toma en el monte del Castañar que recogía el agua de diferentes alumbramientos o manantiales, algunos de los cuales hoy siguen existiendo, mediante una cañería de cerámica o arcaduces, aún visibles parcialmente en algunos tramos, desde el paraje de Llano del Monte (Alto), por los Rodeos, el Arco del Monte en donde se situaba el Arca Madre [1] y el valle de La Corredera, subiendo por presión hasta el alto de la Puerta de la Villa.


En ese trabajo de Muñoz y Sánchez se pueden contar hasta trece fuentes o manantiales en el monte donde se tomaba el agua: de La Sarda, de los Pastores, de Cuberos, de los Milagritos, de Las Tejoneras, del Espino, del Pagalotodo, de los Desvelos, de la Virgen, del Humilladero, del Arrastradero, del Tesoro y Fuentezuca. No parece estar documentado el abastecimiento al barrio extramuros de La Corredera, la actual calle de La Libertad, en esta misma época. La toma de agua en el paraje de La Fuente del Espino, en la Peña de la Cruz, data de principios del siglo XIX.


Desde el arca que existía en la Puerta de la Villa, el agua ya caía por gravedad, iniciándose el abastecimiento a la población bejarana a través de una red de conducción de cerámica subterránea por la calle Mayor hasta la Iglesia de Santa María la Mayor, con una serie de arquillas y “cambijas” [2], como las de San Nicolás e Isabeles, la del Caño Comendador o la de San Gil, y otras posteriores (los populares gorros como el aún existente junto a la iglesia de San Juan), que daban agua a las diversas fuentes públicas en los barrios que fueron, al menos las principales, la de las Isabeles o de San Nicolás, la del Convento San Francisco, la del Caño Comendador, la de San Gil, la Plaza de la Piedad, la de la Plaza Mayor y la de la Santa María.


La cambija de San Juan. Estado actual.


El que los arcaduces de la cañería fueran de cerámica cocida daba lugar a frecuentes roturas por la presión del agua, su congelación en el invierno o por simples accidentes, y también facilitaba numerosos casos de robos de agua para riego de las huertas en las proximidades de la bajada del monte. Su necesaria reparación o castigo en el caso de robo dio lugar a una numerosa documentación que hoy facilita el conocimiento de la historia del acueducto.


Para acabar con las múltiples, costosas y necesarias obras de reparación, el Ayuntamiento de la Villa solicita en 1597 autorización del V Duque don Francisco II (1560-1601) para destinar los 8 maravedís que se cobraba por cada cabeza de ganado vendida en la Feria de San Andrés para “hacer un encañado de las Aguas de Arcos de Piedra y ladrillo, con lo que más fácilmente se conducirían a las Fuentes del Pueblo./ / Se le concedió y concurrió su Excª con mucha parte para estos arcos que se hicieron de piedra menuda y ladrillo”[3].


Resulta necesario señalar que la Feria de Puercos de San Andrés era un mercado que se celebraba en aquella época todos los martes en la Solana fuera de la Villa, desde el día del santo el 30 de noviembre hasta el antruejo o carnaval [4]. En este mercado se vendían principalmente puercos para la necesaria matanza de los bejaranos y de los lugares próximos y otras reses. Según el archivero ducal: “Perdióse el año de 1642 /…/ con motivo de la Guerra (con Portugal). Y después se establecieron en Aldeanueva del Camino…”. Las Ordenanzas del Buen Gobierno de la Villa de Béjar de 1577 dadas por el IV Duque Francisco I dice “que la Feria de puercos que se vienen a vender a esta villa es de costumbre desde el día de todos santos hasta en fin del año que son dos meses y así se declara por quitar dudas.


El que la feria de puercos de San Andrés se celebrara entre las fechas citadas, tiene dos explicaciones muy lógicas. La primera que es la época de año más conveniente por climatología para realizar las necesarias matanzas y la segunda es que su final, el antruejo, es el comienzo de la cuaresma y comenzaba la prohibición por la Iglesia de comer carne y más si era de cerdo. La crianza de cerdos, aparte de alimentar a sus dueños con la necesaria matanza, mantenía una actividad chacinera en Béjar y en especial en Candelario, que era reconocida sobre todo en la corte madrileña. Pero eso es otra historia y debemos volver a nuestro asunto.

El acueducto bejarano construido salvaba la diferencia de altura de hasta 9 metros existentes entre el Arco del Monte, el primero del acueducto y más grande que el resto como para tener nombre propio, y la Puerta de la Villa con algo más de 400 metros de longitud a través del “valle de la Corredera”, el cual según el cuadro Vista de Béjar del pintor Lirios estaba extramuros de la muralla.

 

Fuente de la Plaza de la Piedad, conocida como “El As de Copas”.

Fotos antiguas de este trabajo en http://documentosdebejar.blogspot.com/ 


Al principio solamente los tres conventos religiosos tenían una derivación o paja de agua para una fuente en su exterior o interior. El convento de frailes de San Francisco tenía desde 1555 acceso directo al agua necesitada tanto para el abastecimiento normal domestico como para su fábrica de paños bastos con la que abastecía de sayales a toda su provincia religiosa de San Miguel, el convento de monjas de la Anunciación (las Isabeles) o Convento de Arriba tenía acceso desde 1588 y por último el convento de monjas de la Piedad o Convento de Abajo tenía acceso desde 1641.


El Palacio Ducal tenía acceso al agua para la Fuente del Patio, las Huertas y los Jardines desde antes de 1576 (ver parte segunda de este trabajo) y también tuvo un pilar en las caballerizas junto al Colegio de las Niñas en la Plaza del Aire.


En la Casa de las Matanzas, propiedad de los duques, se realizaban la matanza y elaboraban los chorizos, jamones y tocino para consumo de la casa ducal. Estaba situada en la Alcaicería próxima a la actual Plaza de San Juan Bosco, también tenía otra paja propia que se encaño el año de 1722.


A algunos personajes relevantes de la sociedad bejarana, como Juan de Ciurana, se le autorizó en 1654 la gracia de una paja de agua desde el arca de la Fuente del Comendador a su casa, costeándose el mismo la conducción necesaria, más la donación de 300 reales a la Villa y el perdón de las muchas cantidades que había donado a la Villa en varias ocasiones en que estuvo apurada y por los grandes servicios hechos al pueblo, siempre y cuando hubiese agua suficiente y no faltase al Común. La concesión le fue revocada a los dos años por el abuso del privilegio, concediéndosela de nuevo una vez comprobado que había pagado puntualmente la multa impuesta y que la llave del arca la tuviese el regidor comisario de aguas. Posteriormente a los diferentes propietarios de la casa, se le renovó la autorización de acceso particular [5].


Y el resto de los bejaranos debía acudir a las fuentes públicas para obtener tan necesario bien líquido para el uso domestico; para el lavado de la ropa las mujeres bejaranas acudían a las “pesqueras” nombre que siempre se le ha dado a los azudes existentes en el río Cuerpo de Hombre o a las “regaderas” por donde se conducía el agua a las fabricas textiles.


El acueducto bejarano fue derribado hacia 1853 y sustituida la red de distribución de arcaduces de cerámica por tubos de hierro fundido que aguantaba mejor la presión del agua y sus mejores piedras subastadas al mejor postor, siendo adquiridas por la burguesía fabricante que ya comenzaba a edificar sus casas familiares a la solana de la calle Mayor.

La torre de Villa y Tierra y la fuente de San Gil


La modernización de la Villa de Béjar, posteriormente ciudad desde 1850, a finales del siglo XIX y principios de XX, se llevó por delante para siempre y sin más miramientos ni contemplaciones los pocos edificios significativos existentes y testigos de su historia, como el convento de la Piedad (Palacio Nuevo) antes de 1847, el Acueducto hacia 1853, el convento de la Anunciación antes de 1865, la Puerta de la Villa en el 1876, la Puerta de la Traición en 1916 o la Puerta del Hierro del Palacio (su primigenia puerta principal hacia la calle de Los Curas) hacia 1940, aparte de gran parte de la muralla y sus portillos o puertas menores.


Solo han pervivido el Palacio Ducal, que fue derribado todo su interior para su conversión en Instituto de Enseñanza en 1963, el convento de San Francisco también con grandes obras de transformación, la Puerta de San Antón (o de San Pedro), Puerta del Pico y la Puerta de San Lázaro.

La Puerta de la Traicion


NOTAS: 

 1. Arca: Casilla o depósito para recibir el agua y distribuirla. El nombre del Arca Madre construida en 1575, indica que era la principal, o madre, de todas estas arcas.
2. Cambija: Arca de agua elevada sobre las cañerías que la conducen.
3. AHN. OSUNA,C.233,D.191-192.
4. Antruejo: conjunto de los tres días de carnestolendas antes del miércoles de ceniza que comienza la cuaresma.
5. AHN. OSUNA,C.248,D.132.


BIBLIOGRAFIA:
-Archivo Ducal de Béjar en el Histórico Nacional Sección Nobleza, Fondo Osuna a través del PARES.
-Gabriel Rodríguez López y Vicente Agero Teixidor. “Contribución al estudios de la Historia de Béjar”.  La Victoria. Est. Tip. de F. Muñoz, Béjar 1919.
-Juan Muñoz García. Antiguas Ordenanzas para la conservación del monte del Castañar. Est. Tip. J. Sierra, Sucesor de Muñoz. Bejar, 1940.
-José Muñoz Domínguez y Juan Félix Sánchez Sancho. “El acueducto de La Corredera. Abastecimiento de agua potable en Béjar entre los siglos XV y XIX”, 2015.

-Óscar Rivadeneyra Prieto. "El edificio del colegio salesiano de Béjar: del muño mayor a doña Felisa Esteban". https://ccasconm.blogspot.com/2021/10/el-edificio-del-colegio-salesiano-de.html



6 comentarios:

  1. Hola Agustín. Interesante tu trabajo, a la espera de la segunda parte.

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  2. El agua es un bien que tenemos que cuidar como nos ha quedado claro este año.

    Saludos.

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  3. Un interesantísimo trabajo de investigación, que nos muestra como se distribuía el agua en Béjar, que como era normal en esa época, el pueblo llano se abastecía a través de las fuentes públicas, y alta sociedad de la villa hasta el interior de sus hogares, cosa que también me parece lógica, ya que las arcas municipales no daban para más.
    Quedo pendiente de esa segunda parte.
    Un abrazo, Carmen.

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  4. Gran documento. Lo de siempre, se beneficia el que tiene posible. El pueblo se surtía de las fuentes públicas.
    Un abrazo.

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  5. No conocía que alguna vez existió este acueducto. Debió ser una obra muy importante en su época según lo que se ve en el cuadro de Ventura de Lirios. ¡Enhorabuena por el trabajazo!

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